FATE STAY NIGHT HERO.

Finalmente me decidí en hacer una especie de continuación a mi otra historia "La búsqueda interminable de un héroe" espero sea de su agrado y dejen comentarios para animarme a seguir.

Fate pertenece a Type Moon y a nadie más.

CAPITULO 1: EL PRINCIPIO DEL FIN.

Ciudad Fuyuki, finalmente la ciudad recuperó la paz tras el final de la quinta guerra por el santo Grial y el tiempo siguió su curso.

Thosaka Rin y Emiya Shiro oficialmente habían concluido su estancia en el instituto y ahora solo quedaba el típico "que hare con mi vida." Una vez la ceremonia de despedida a los alumnos de tercero terminó, todos los estudiantes comenzaron con sus emotivas o hasta exageradas despedidas y el caso de Rin y Shiro no era diferente teniendo a una "Tigre" revoloteando y llorando cómicamente mientras no paraba de repetir "Mi Shiro ha crecido, ¡ahora es todo un hombre!" "¡Kiritsugu-san estaría orgulloso de ti!" "¡Onee-san también está orgullosa!"

La pobre Rin tampoco se había librado de la hiperactividad de Fujimura Taiga sin embargo más que fastidiada se sentía agradecida por poder compartir tiempo con las personas que apreciaba. Shiro, Taiga, hasta la mocosa malcriada de Ilya (como ella la llamaba) todos habían ganado un espacio en su corazón.

Por otro lado, Rin siempre estaba el mayor tiempo que le fuese posible con su querida hermana Sakura, nadie más sabia la relación que las unía a ambas, pero eso las tenía sin cuidado y lo único que disfrutaban era recuperar el tiempo juntas que años atrás les habían quitado.

La maga pudo ver que Sakura poseía oscuridad en un lugar profundo de su alma debido a las atrocidades que habían hecho con ella al ser adoptada por los Mato, tras intentar de todo con su prodigiosa habilidad mágica e inteligencia Rin fue capaz de suprimir la oscuridad dormida dentro de Sakura dándole la oportunidad de vivir su vida sin tener que temer perder el control algún día y herir a sus seres queridos o a algún inocente.

Shiro sospechaba de vez en cuando que ambas chicas ocultaban algo, pero por decisión de ambas, no permitieron que nadie más se involucrara y mucho menos él.

Sakura también confeso sus sentimientos hacia Shiro a la vez que aceptaba que estos no serían correspondidos puesto que cualquiera podría deducir que el joven ya amaba alguien.

La chica no se sintió tan triste como lo habría estado antes, ahora se sentía feliz de poder contar con el amor y cariño que su hermana mayor le brindaba y Rin por su lado se aseguraba de no dejarla entristecerse sin embargo se sentía preocupada por su amigo ya que estaba al tanto de la situación emocional por la que pasaba y suponía que no era fácil para él aceptar que no vería a la persona que amaba otra vez.

Llegada la tarde los ahora graduados jóvenes caminaban en dirección al hogar del chico pues según las palabras de la alocada Tigre, les tenían una celebración especial para ellos y no debían llegar hasta mínimo pasado de las 3.

- ¿Y bien? ¿Qué harás ahora Thosaka? –

- Decidí irme a Inglaterra y seguir puliendo mis habilidades como hechicera. – Respondió la castaña mientras continuaba hablando enérgicamente. – ¡Me uniré a la asociación de magos y seré la mejor! -

El joven solo sonrió ante lo dicho por su amiga.

- Si que tienes todo un plan. –

- ¿Qué hay de ti Shiro, iras a una universidad? – Preguntó curiosa.

- No… -

De repente el ambiente se tornó tenso, cosa que no le agrado a Rin pues empezaba a deducir que el chico frente a ella no estaba pensando en nada bueno.

-Eh estado pensando en continuar con lo que me propuse desde el principio. – Continuó diciendo Shiro calmadamente.

- ¿A qué te refieres? -

- Voy a convertirme en un héroe de la justicia. – Respondió serio ante la mirada incrédula de Rin.

- ¡¿Bromeas cierto?! –

- Nunca había hablado más en serio. -

- Shiro… se que extrañas a Saber y que quizás solo estas tratando de dejar aquellos días atrás, pero esto es ir demasiado lejos. –

- Esto no tiene nada que ver con eso… yo quería ser un héroe de la justicia desde antes de que la guerra por el grial comenzara y no eh cambiado de parecer. –

- No puedo creerte, si Saber siguiese aquí ¿Estarías dispuesto a irte aun así? –

La pregunta tomó al chico con la guardia baja pues aún no había reflexionado en ello y Rin se desesperaba conforme más tiempo pasaba en esa charla.

Ni falta hizo que respondiera pues Rin sabía que Shiro hubiese estado más que dispuesto en olvidar sus metas por tener a su amada con él.

Pero ella no estaba y jamás volvería, ¿acaso el chico estaba tan desesperado al grado de tirar su vida a la basura?

Es cierto que era muy noble al querer salvar a otros, pero un hombre no puede cambiar al mundo por más que lo intente y Shiro no sería la excepción por lo que Rin más que molesta se preocupaba por el futuro que ese tonto podría llegar a tener.

Shiro no podía ser tan idiota… ¿o si?

El debería saber que su meta es algo inalcanzable, la muerte es parte de la naturaleza de los seres vivos y jamás será erradicada no importa quien sea, un inocente o alguien que lo merezca nada cambiará.

- ¿Qué hay de las personas que te rodean? – Pregunto reprimiendo sus ganas de golpearlo. - ¿Acaso no te importa dejarlas atrás? –

- Sakura estará bien y Fuji-nee e Ilya se tendrán la una a la otra así que sé que estarán bien. -

- Esa mocosa podrá ser muchas cosas y la mayoría son malas, pero todos sabemos lo mucho que te adora, ¿te da igual el cómo se sentirá si te vas, así como así? -

- Por supuesto que no… hablaré con Ilya hoy mismo cuando tenga la oportunidad. –

- Si estas al tanto de que podrías terminar muerto por andar jugando al héroe ¿no? –

- Lo sé muy bien pero no estoy dispuesto a dar marcha atrás. –

Rin estaba en su límite y sabía que en cualquier momento sería capaz de tirarle los dientes a ese insensible así que simplemente resopló y respondió de mala gana.

-Haz lo que quieras. – Finalizó emprendiendo su camino más a prisa dándole la espalda al chico.

- ¡Espera Thosaka! –

La chica ignoró al pelirrojo todo el camino hasta la residencia Emiya, mientras que el nombrado joven había optado por no molestarla hasta que se calamara un poco.

Sabía que estaría en desacuerdo con sus planes y era obvio que Ilya tampoco estaría muy feliz sin mencionar que tenía que pensar en que decirle a Taiga y a Sakura de paso respecto a su plan de salir a viajar por el mundo.

Una vez ambos llegaron a la enorme casa y entraron, un grito de "Sorpresa" a la vez que un cartel enorme se blandía diciendo "Felicitaciones chicos" sorprendió a los jóvenes que pronto se dieron cuenta de que Taiga, Sakura e Ilya estaban sonrientes frente a un gran festín hecho claramente por Sakura.

Alegremente los dos magos se olvidaron de su discusión reciente y se unieron a la celebración.

Al cabo de un rato charlaban animadamente.

- ¡Increíble Thosaka-san! - Gritó la profesora. – Irás a Inglaterra en una semana entonces. –

- Así es, lo decidí hace tiempo. - Dijo con su respectivo tono de niña buena.

- ¿Qué hay de ti sempai? - Preguntó Sakura al pelirrojo que se mantenía callado todo el tiempo.

- ¡Si! Yo también quiero saber Shiro. – Secundo Ilya comiendo una rebanada de pastel.

Shiro se quedó pasmado en su sitio sonriendo nerviosamente ya que no tenía ni idea de que decir y Rin lo notó, pero antes de poder intervenir en su ayuda (como siempre) Taiga habló.

-¡Ya se! Iras a visitar a Saber-chan ¿verdad? – Preguntó en tono picaro. – Nunca nos dijiste a donde había ido, pero al menos tú fuiste el último en verla.

- ¿Qué quieres decir con eso Fuji-nee? – Preguntó Shiro extrañado por el repentino cambio de eventos.

- Es obvio que te morías por esa chica Shiro. – Aclaraba comiendo de su pastel. – Eras pésimo disimulando.

Shiro no pudo esconder su sonrojo ante la nada discreta aclaración de Taiga.

-Es verdad Emiya-kun, eres todo un pillín. – Apoyo una divertida Rin.

- Lo siento sempai pero es verdad. – Inclusive Sakura apoyaba lo dicho a la vez que sentía algo de pena por el sonrojado chico.

Ilya por su lado disfrutaba de lo lindo la bochornosa situación del joven.

-¿Entonces iras a verla Shiro? ¿Dónde vive ahora? - Insistió Taiga.

- em… bueno la verdad ni yo sé dónde se encuentra. –

- ¡¿Qué?! – Grito la mujer "adulta" mientras golpeaba la mesa.

- Es cierto que fui el único que se despidió de ella, pero nunca me dijo a donde iria, solo se que ella deseaba seguir su camino. – Termino de decir en un tono triste.

El silencio reino por unos instantes, Rin y Sakura sentían algo de pena por el abatido chico e Ilya mantenía una expresión seria sin embargo Taiga siguió hablando.

-Shiro… un hombre de verdad jamás se rinde por más difícil que sea la situación y si de verdad amas a esa mujer entonces sé que la volverás a ver y apuesto los postres que Sakura-chan hace para mí en ello. – Finalizó actuando como la mujer madura que no siempre mostraba ser.

Shiro se sentía conmovido al ver el intento de Taiga por animarlo y solo pudo sonreír en agradecimiento y por supuesto la mujer lo entendió a la perfección. Pronto volvió a sonreír como siempre y se dirigió hacia la peli morada con una cara picará.

-Sakuraaa-chan –

- ¿Eh? Si sensei – Contesto extrañada la chica.

- Vi por ahí que tienes un novio y valla que es guapo. – Canturreo haciendo que la chica se sonrojara notablemente.

- ¡¿Qué?! – Gritaron Shiro y Rin ante la revelación.

- Sakura-chan, Mitsusuri-san me dijo que era su primo el que viene de Estados Unidos ¿no? Y que también se transfirió a nuestra escuela -

- S..Si- Asintió apenada.

- ¡Sakura! ¡¿Por qué no me dijiste nada? – Grito histérica Rin. – ¡¿Cuándo y cómo paso?! -

- Así que el primo de Mitsusuri vino a Japón, ella dice que es un buen chico, aunque solo hable una vez con él, aquella vez que vino a la ciudad de visita y eso fue hace dos años. – Dijó Shiro

- Bueno… Mitsusuri-sempai fue a la escuela con Rito-san hace ya un mes y parece que ella estaba convenciéndolo para entrar al club de tiro con arco así que al momento de que entraron al campo de tiro me encontré con ellos y sempai nos presentó. –

- ¡¿Pero ¡¿cómo es eso de que ahora es tu novio?! - Interrogó Rin desesperada.

- Tras una semana de conocerlo él se portó muy bien conmigo y era muy detallista, finalmente se me declaro hace apenas dos días. – Pausó un momento para continuar. – Al principio no supe que decir ya que no creí poder verlo más que como a un amigo, pero lo vi muy determinado y decidí darle una oportunidad. –

- Ese chico en verdad se la pasa de caballeroso contigo Sakura-chan- Rio Taiga haciendo avergonzar más a la chica. – Se nota mucho que se esfuerza por mantener su relación contigo, Mitsusuri-san me dijo que nunca había visto a su primo tan hipnotizado por una chica ha ha –

Mientras Taiga reía Sakura era felicitada por Ilya y Shiro los cuales le deseaban muy buena suerte, en cambio Rin aun trataba de digerir los hechos.

-Thosaka-san ¿porque estas tan exaltada por eso? - Quizó saber Taiga ante una muy molesta Rin.

- Lo que pasa es que Rin es mi hermana mayor y se preocupa por mi sensei. – Respondió Sakura con una pequeña sonrisa ante las ahora atónitas miradas de los demás.

- ¿Hermanas? Osea… - Shiro no aun no podía creerlo.

- Por cuestiones difíciles en mi familia tuve que ser adoptada por la familia Mato así que Rin y yo estuvimos separadas por muchos años hasta que volvimos a vernos en la escuela sin embargo al principio era complicado acercarnos la una a la otra. –

- Ya veo… debió ser difícil para ustedes y lo será también el acostumbrarnos a esta noticia. – Dijo Taiga ya un poco recuperada del shock.

- Bueno Sakura, no me queda más que apoyarte en tu relación ¡pero eso sí! Si ese fulano te hace algo indebido lo matare. – Dijo con voz demoniaca asustando a todos los presentes menos a su sonriente hermana por supuesto.

El resto de la celebración estuvo llena de anécdotas y risas hasta el anochecer, las hermanas y Taiga se retiraron dejando a Shiro y a Ilya recogiendo el desastre causado para luego irse a dormir.

Ilya había decidido quedarse indefinidamente a vivir con Shiro y Taiga tuvo que aceptar ( a duras penas) el que así fuera. Shiro no tenía problemas pues le tenía mucho cariño a la pequeña y estuvo más que contento el día en que la vio lista para asistir a la secundaria.

Ilya era muy inteligente y siempre volvía con notas muy altas y eso lo hacía sentirse orgulloso de ella. En el fondo sentía como si de verdad fueran familia, aunque aún no comprendía porque sentía eso.

Comenzó a pensar en cómo le diría acerca de su decisión y llego a la conclusión de que era hora de decirle todo.

-Ilya... ¿tienes un momento? –

- ¿eh? Si claro. –

Una vez en la sala Shiro preparo un poco de té y comenzó a hablar.

-Verás Ilya … la verdad es que tengo planeado irme de la ciudad. –

- ¿Qué? – Las palabras de Shiro la sorprendieron. - ¿A dónde vas? Y ¿Cuándo regresas? –

- No sabría que decirte en realidad… decidí que iniciaría un viaje en mi búsqueda por ser un héroe de la justicia y ayudare a todo aquel que lo necesite en el transcurso. -

- ¿Hablas en serio? -

Las palabras de Ilya eran frías, por supuesto que no era tonta y sabía lo que Shiro estaba a punto de hacer. Cuando Shiro dijo que no sabía cuándo volvería se refería a que ni siquiera sabía si volvería.

-¿Sabes lo que estás diciendo no? –

- Si, lo sé muy bien y desde que era un niño nunca deje de pensar en eso además siento que hay algo muy importante que me falta y que tal vez pueda descubrirlo en este viaje. –

- Eres igual… - Susurró ella con el cabello cubriendo sus ojos.

- ¿Qué? -

- Eres igual a él… primero mi padre y ahora tú también vas a abandonarme. –

- Ilya… -

- Mi padre y tú me hicieron creer que siempre estarían conmigo y al final ambos me defraudaron … ¡Kiritsugu y tu son unos malditos mentirosos! –

El grito de Ilya resonó en toda la casa, Shiro tenía los ojos como platos primero porque jamás vio a Ilya tan alterada y segundo, pero más importante ¿El nombre de su padre era Kiritsugu? Si lo que pensaba era cierto entonces eso explicaría el por qué siempre se sentía familiarizado con ella.

-¿Tu padre se llamaba Kiritsugu? –

- ¿A quién le importa? –

Sin previo aviso Shiro tomo a Ilya de la mano y la llevo hasta una habitación particularmente sola de la casa la cual parecía no haber sido usada en mucho tiempo, pero permanecía limpia.

-¿Por qué me trajiste aquí Shiro? – Pregunto Ilya aun molesta hasta que vio como Shiro abría un pequeño tocador y rebelaba la foto de un hombre muy bien conocido por ella.

- El hombre que se convirtió en mi padre hace 11 años se llamaba Emiya Kiritsugu… -

- No puede ser… él es papá. – La peli blanca apenas podía creer en lo que veía. – Si él estuvo todo este tiempo aquí… ¿Por qué nunca volvió por mí?

La niña comenzó a derramar unas leves lagrimas sin ser capaz de detenerlas mientras que a su cabeza venían recuerdos de ella y Kiritsugu caminando por un bosque helado mientras sonreían. Shiro no podía evitar sentirse terrible al ver a una niña tan alegre llorar de esa manera.

-No se… pero estoy seguro de que debió haber tenido un motivo y no creo que simplemente te abandonará sin razón. -

- El abuelo me dijo aquella vez que mamá estaba muerta y que papá ya no me quería y por eso se había ido. – Confeso la albina mientras acariciaba la fotografía de Kiritsugu sin dejar de llorar.

- Estoy seguro de que él te extrañaba Ilya y puedo probártelo. – Aseguro serio. – En los primeros días en que empecé a vivir aquí pude ver a Kiritsugu durante las noches viendo lo que parecía ser un pequeño vestido y siempre tenía una mirada triste en su rostro. Lo guardaba en un baúl al fondo de su armario y un día de repente no volvió a abrirlo, por mucho tiempo me pregunté a quien le pertenecía ese atuendo, pero jamás tuve el valor de preguntarle directamente a él. –

En ese momento Shiro se dirigió al armario y luego de un minuto saco un baúl color café ya viejo, pero en buen estado y al abrirlo le entrego a Ilya un pequeño y hermoso vestido blanco. Ilya sintió una gran opresión en el pecho y tomo la prenda en sus manos y de entre la tela un sobre calló al suelo y este tenía escrito su nombre con una fina letra.

La carta decía así.

Ilya …

No es exactamente como el que me pediste, pero pensé que te quedaría hermoso…

Su color me recordó al cabello de tu madre y al tuyo…

Sin importar donde este, yo siempre velaré por ti…

Aily y tu son lo mejor que eh podido tener en mi vida…

Nunca olvides cuanto las amo a las dos…

Kiritsugu.

Las lágrimas de Ilya comenzaron a fluir con más ímpetu mientras abrazaba aquel pequeño vestido y la carta escrita por su padre.

Shiro podía entender su dolor y solo pudo abrazarla para tratar de confortarla.

Por su parte Ilya aún no paraba de pensar en los años que paso odiando a Kiritsugu, si lo llegaba a considerar bien era probable que su abuelo tuviese que ver en el hecho de que Kiritsugu jamás hubiese regresado por ella.

No era un secreto que Kiritsugu tenía la misión de ganar el sano Grial en representación de la familia Einzbern y considerando las brutales reglas de la familia era muy probable que Kiritsugu no hubiese hecho las cosas como ellos deseaban y a cambio le hubiesen cobrado quitándole el derecho de ver a su hija.

Un recuerdo lejano paso por su cabeza.

Kiritsugu y la pequeña Ilya caminaban entre la nieve hasta que ella se prendió a sus piernas queriendo obtener su atención.

-¿Qué pasa Ilya? –

- Quería preguntarte, ¿Me traerás un lindo vestido de tu viaje? – Pregunto inocentemente. – ¡Quiero uno igual al de mamá! –

- Por supuesto, ¿Quieres parecerte a mamá? –

- ¡Si! Yo quiero ser igual de bonita que mamá y así algún día también podría casarme con un hombre como tú – Exclamaba feliz la pequeña haciendo sonreir al hombre.

- Ya veo, aunque aún falta mucho para eso, vamos. – Dijo extendiendo su mano.

- ¡Si! – Felizmente la niña tomo la mano de su padre y continuaron su caminata.

Su recuerdo llego hasta ahí y en ese momento Ilya sintió el cariño que Shiro le brindaba, era muy parecido a Kiritsugu incluso sin ser su hijo biológico y eso le hacía sentir muy tranquila.

-Es una sorpresa todo esto, pero me alegra que ahora este claro… tu eres la hija legitima de Emiya Kiritsugu. –

- Tu también eres su hijo. – Dijo Ilya separándose del abrazo mirando a los ojos del extrañado pelirrojo. – No estamos emparentados de manera sanguínea sin embargo … en el fondo tu siempre fuiste mi Onii-chan. - Dijo finalmente con una bella sonrisa y resaltando sus rosadas mejillas.

CONTINUARA…

Hasta aquí por ahora nos leemos.

SAYONARA!