Escondidos Bajo Tu Piel
Jaqui Evans
Capítulo 1: Llegaremos tarde.
- POTTER!!!! – gritó molesta una mujer alta, de escultural figura, pelirroja, piel blanca e impresionantes ojos verde esmeralda, que se encontraba de pie en la alcoba, mirando fijamente una puerta - ¿Quieres apurarte? Llegaremos tarde – dijo exasperada, con expresión de impaciencia.
- EVANS! – la voz masculina de un joven moreno, alto, de cabello negro alborotado que en esos instantes estaba mojado y goteaba sus ojos castaño almendrado que se extendían en unas largas y curvas pestañas negras. Salía del baño con una toalla envolviendo su cadera, dejando a la vista su bien entrenado abdomen, una espalda amplia y fuerte, finalizando en un pecho firme mojado aun después de la ducha que acabada de darse – Déjate de gritar, pareces histérica.
- Llevas mucho rato duchándote, llegaremos tarde, Crounch se molestará – se explicó la pelirroja aún molesta, aunque miraba apreciativamente al moreno que se veía demasiado sexy.
- Lo sé, Lily, pero no me importa – dijo acercándose peligrosamente a ella – me da igual lo que diga – finalizó abrazándola por la cintura y comenzando a besar suavemente el cuello de la pelirroja.
- James, tenemos que irnos – dijo estremeciéndose entre los brazos de su marido, el suave contacto del cuerpo húmedo de él estaba causando estragos en su cuerpo.
- Es tu culpa – dijo el moreno con voz grave sin dejar de besar la piel de Lily.
- ¿Cómo que es mi culpa? – intentó separarse indignada, pero él la aferró contra su cuerpo generando un abrazo mucho más íntimo.
- No debiste ponerte esa falda que me enloquece – el merodeador susurraba en el oído de la chica, ella sonrió traviesamente, era cierto iba vestida con una falda corta ajustada dejando ver sus largas piernas, además llevaba una blusa de seda blanca y una chaqueta a juego con la falda.
- Lo mismo has dicho con el jeans de ayer, y la polera de antes de ayer. – James sonrió y la besó apasionadamente acariciando sus caderas.
- Es que es lo que hay debajo de la ropa lo que me vuelve loco. – Lily se perdía en la mirada castaña de él, acariciando su espalda húmeda.
- Mi amor – dijo con voz ahogada la pelirroja – tenemos que irnos, deberíamos estar ahí hace 15 minutos. – en ese instante James soltó el cabello rojo de Lily que tenía atado en una cola, lo acarició y le abrazó con fuerza, antes de volver a apoderarse de aquellos dulces labios. En ese momento la chica volvió a sentir el perfume del moreno, mezclado con el aroma de su piel, fue entonces que sus sentidos ganaron la batalla a la razón y se dejó llevar por todo lo que sentía, besándose apasionadamente cayeron en su cama, dejando atrás las ropas de la pelirroja y la toalla del merodeador.
Lily y James aparecieron en el departamento de aurores del ministerio de magia, ambos con una sonrisa cómplice, tras una hora y media de retraso, sabían que les regañarían por esta falta, pero ya ni les importaba.
- Detesto llegar tarde – dijo la pelirroja.
- Da igual, Lily, ya verás como no nos dicen nada – James sonreía divertido, y Lily pensó para si que la influencia del merodeador le estaba afectando más de lo necesario, ya que realmente le daba igual que les retaran, sólo lo decía para molestar al moreno.
- Al fin llegan, Crounch está muy enojado – dijo una joven mujer, de cabello anaranjado y ojos negros – pero de seguro Lily logra que se le quite ese genio que tiene, les esta esperando. – James frunció el ceño, el comentario de la mujer no le agradó para nada, miró de reojo a Lily que tenía una expresión divertida.
- Gracias, Gloria. Iremos inmediatamente – finalizó con una sonrisa.
- ¿Qué ha querido decir con eso?
- ¿Con qué? – Lily miró a su marido confundida.
- Con eso de que tú le quitarás el mal genio a Crounch – exclamó enojado mientras caminaban hacia la oficina del jefe de los aurores.
- No empieces James, sabes que es una tontería, ideas locas de Gloria – el moreno entró al despacho molesto seguido de Lily que comenzaba a sentirse incomoda.
En el centro de la oficina había un amplio escritorio, las paredes estaban llenos de papeles, fotografías de los magos más buscados y un mapa del mundo. Sentado frente al escritorio estaba un hombre de unos 40 años, cabello negro con reflejos grises, una expresión severa y una mirada dura.
- Potter¿son horas de llegar, lo he mandado a llamar hace más de dos horas – dijo furioso el mago.
- Lo sentimos, Sr. Crounch, hemos tenido un pequeño problema que resolver antes de llegar aquí – la voz de Lily era tranquila e inexpresiva, pero iba acompañada de una sonrisa encantadora. El mago desvió su duelo de miradas con James, para fijarla en la pelirroja, la miró detenidamente, como examinando la ropa de la chica y finalmente sonrió levemente. En tanto el merodeador seguía la mirada de su jefe que se paseaba por el cuerpo de su Lily, y estuvo a punto de saltarle al cuello para asfixiarlo o arrancarle la cabeza, pero la pelirroja tomó su mano suavemente evitando que su esposo le llevasen a azkaban por homicidio.
- No te preocupes, Lily, lo importante es que ya están aquí – James bufó molesto, Lily presionó su mano.
- ¿Para que nos ha llamado? – increpó el merodeador con voz dura.
- Les tengo una nueva misión – ambos aurores sonrieron – pero esta vez no trabajaran juntos – sentenció el mago.
- ¿Qué¿Por qué? – exclamó Lily con evidente sorpresa, mientras el moreno se dedicó a mirarlo con odio.
- Verás, Lily, he decidido separarlos para que Potter no se distraiga – el merodeador se ofendió, su jefe no sólo estaba evidentemente interesado en su esposa sino que también le estaba llamando ineficiente en su trabajo, las chispas que lanzaban los ojos castaños le hubiesen matado – él tiene una pequeña debilidad hacia ti, y esto es peligroso, por tanto tendrá que trabajar con otra persona.
- Eso no es cierto – defendió Lily a el moreno – él hace perfectamente bien su trabajo, jamás ha fallado en alguna misión, usted no tiene porque insinuar que yo soy una debilidad para él, además yo sé cuidarme perfectamente.
- Lo sé, tú serás asignada a otra misión, pero por ahora James trabajará con otra compañera – lo último logró alterar a la chica, pero James se le adelantó.
- Y de que se trata esa misión – Lily miró molesta al moreno, soltando su mano y cruzándose de brazos.
- Hemos descubierto una agrupación traficante de Pociones prohibidas, todos ellos pertenecen a una exclusiva red social, en la cual deberás ingresar como incógnito, haciéndose pasar por una pareja joven interesada en estas ventas de sustancias ilícitas.
- ¿Pareja? – exclamó Lily preocupada – ¿Tendrá que simular que es novio de alguien?
- Así es Lily, estará casado – el alma de Lily se fue directo a sus pies, palideció y en su mirada había un brillo asesino. En tanto James estaba preocupado, sabía bien que esto causaría más de un problema entre él y la pelirroja.
- ¿Con quien? – dijo con un hilo de voz la pelirroja.
- Conmigo – se escuchó una voz proveniente de la puerta del despacho, en ella se encontraba una mujer como poco espectacular, alta, cabello rubio largo hasta la cintura, ojos intensamente azules que brillaban al ver a James, su cuerpo se acercaba a la perfección, tenía una piel bronceada y sonreía feliz. El merodeador se sorprendió al ver aquella mujer en la puerta, de reojo miraba a Lily que tenía los labios ligeramente entre abiertos por el asombro y miraba fijamente a su nueva compañera, analizando las medidas del ataúd.
- Lily, James, les presentó a Samantha Jones, ella ha egresado del colegio de aurores hace poco tiempo, y creí necesario que estuviese acompañada con uno de los mejores aurores que tenemos, sin duda James tiene la experiencia suficiente para enseñarle los por menores del oficio. – el merodeador sonrió ante el alabo que hizo su jefe en cuanto a su trabajo, mientras la pelirroja no despegaba su mirada de aquella rubia, se volteó molesta.
- Y mi misión ¿de que se trata? – preguntó con voz fría Lily.
- Estamos recién investigando, no hemos planeado concretamente tu próxima tarea, en tanto deberás venir a la oficina y ayudar a Gloria con algunos casos pendientes, será por poco tiempo, en cambio la misión de Potter es urgente. James encárgate de hablar con Samantha respecto a su nueva relación de pareja y los por menores del plan que encontrarás descritos en tu escritorio. Lily, tu deberás comenzar a venir a la oficina desde mañana, – finalizó Crounch mirando fijamente los centelleantes ojos de Lily, no sólo tenía que dejar que su marido se fuese con esa barbie, sino que también tenía que quedarse en la oficina haciendo papeleo, esto sin duda le arruinó el día, y varios de los días siguiente.
- Me necesita para algo más ahora – dijo Lily con voz envenenada.
- No, puedes retirarte. – Lily se dio media vuelta, se dirigió a la puerta sin siquiera mirar a James, y salió dando un sonoro portazo.
Cuando llegó al vestíbulo donde habían llegado esa mañana, Lily se encontró con Gloria que le miraba preocupada.
- Lily¿Estas bien?
- Sí, Gloria lo estoy – tratando de serenarse, ella no tenía la culpa de lo sucedido – me iré a casa.
- ¿No esperarás a James?
- Y ¿Por qué tendría que esperarlo? – contestó algo molesta.
- No lo sé, como son compañeros de misiones, normalmente siempre andan juntos, de hecho llegaron juntos – analizó Gloria.
- Ya no seremos más compañeros, y él ha tenido que quedarse para preparar su nueva tarea – nadie sabía que ellos estaban casados, al menos no en el trabajo, excepto el mejor amigo de James, a pesar de que siempre estaban juntos nunca habían dado muestras de ser algo más. – yo regresaré mañana por la mañana a ayudarte con el papeleo.
- ¿Por qué? – preguntó extrañada Gloria, Lily era de las mejores aurores del ministerio, es por eso que siempre trabaja con James, era una real sorpresa que no le encomendaran una nueva investigación.
- Lo que sucede es que debo esperar que esté listo el plan de acción de mi nuevo trabajo, así que mientras tanto estaré ayudándote. Ahora si me voy, creo que tienes razón no me siento bien, me duele un poco la cabeza, nos vemos – dijo la pelirroja antes de desaparecer en una chimenea. Gloria se volteó hacia su pequeña oficina, cuando James entro corriendo.
- Gloria¿Has visto a Lily? – dijo tratando de ocultar su preocupación.
- Sí, acaba de irse, le dolía la cabeza y estaba muy pálida.
- Gracias – dijo antes de dirigirse a la chimenea que había usado la pelirroja hace unos instantes, pero una voz le interrumpió.
- James¿Te vas? – Samantha le miraba desde la puerta de la oficina de Crounch – creí que teníamos que ponernos de acuerdo con los detalles.
- Ehh, sí, es que necesito hacer…
- Venga, vamos a tu oficina, podemos tomarnos un café. – el moreno no pudo hacer más que seguirla, aunque su mente estaba en otra persona.
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