Disclaimer: Final Fantasy VIII y sus personajes no son de mi propiedad, pertenecen a Square-Enix (Square-Soft). Esta historia tampoco ha sido creada por mi, pertenece a staceums. Lo que sí me pertenece es la traducción, la cuál he hecho y publicado con el permiso de staceums.
Espero que disfrutéis esta historia tanto como yo. Los reviews siempre son bienvenidos, si tenéis alguna sugerencia sobre cómo expresar alguna parte del texto, o algún fallo, no dudéis en contactarme. Soy muy autocrítica y con esto sólo quiero pasarlo bien, compartir una historia con todos aquellos que no se defienden con el inglés y por supuesto, aprender.
Espero que os guste, y si es así, mostrad vuestro apoyo a la autora =) ¡Que disfrutéis!
"I wanted to believe as I watched your world crumble in your hands…
I wanted to believe as you raised your glass to your last stand…
And I wanted to believe you would win the war in your head
That I did not understand…"
"Suicide Note" de Johnette Napolitano
Se apoyó sobre los codos y miró, horrorizado, cómo la gigantesca lanza de hielo atravesó el torso de Squall. Quiso gritar, pero no salía ningún sonido. Quiso ensartar Hiperión en la espalda de Edea, pero no podía. En lugar de eso, se quedó mirando en silencio consternado cómo Squall dejaba escapar un suspiro atragantado y parpadeó, tropezando hacia atrás de la impresión. Rinoa gritó. Y gritó. Y gritó de nuevo mientras Squall caía lentamente de espaldas. La sangre empezó a acumularse a sus pies. Zell, Quistis, Irvine y Selphie gritaron en su ayuda pero llegaron soldados galbadianos y se los llevaron esposados. Edea sonrió triunfalmente a Seifer.
-Llévatelos – dijo.
Él simplemente enmascaró su temor tras una mirada inexpresiva, toda emoción enterrada bajo la superficie, incluso aunque estuvieran a punto de explotar. Jamás se había forzado a sí mismo a mantener tal control y aunque la situación se le presentó con más de una ocasión para dar un paso al frente y probar su valía destruyendo él mismo a Edea, le había hecho una promesa a Cid. Traería a Mamá Ede de vuelta – viva. Menuda putada. No daba más que problemas en la academia y había suspendido el examen práctico incontables veces por culpa de su mal comportamiento y falta de disciplina. Joder, lo que daría por ser un alborotador y un rebelde con esta zorra en esos momentos.
Pero no.
Por una vez en su vida, acabaría con esto.
Porque cinco altamente cualificados SeeDs – Squall, Zell, Quistis, Irvine y Selphie – habían fracasado en derrotar a la bruja. Seifer tendría que continuar con su misión encubierta. Ninguno era lo suficientemente fuerte como para detenerla, y que Seifer se volviera a ayudarles no cambiaría nada. Era mejor permanecer con la madre poseída hasta que revelara más de sus planes. Algo se le ocurriría. De alguna forma liberaría a sus camaradas, aunque le creyeran un traidor.
Se lo prometió a Cid.
