Disclaimers: The Hunger Games NO me pertenece; es de la gran Suzanne Collins.
Sumary: Katniss es una chica escéptica, divertida y popular. No sabe cómo llego "Allí" y por supuesto no se traga el cuento de "Haz caído en otro universo preciosa" que Haymitch se ha empeñado en contarle. Pero algo es cierto; Ella no pertenecía a ese lugar… y si quería que su vida fuera normal de nuevo necesitaba superar las pruebas que le esperaban en ese lugar. Y si, por primera vez no se refería a los zombies.
—Dialogo —
—Pensamientos—
—Pensamientos dentro de un recuerdo—
Cuando este toda la narración en cursiva es un recuerdo.
PenName: Kuroi-Kagura.
Tú no perteneces aquí.
Capítulo 1: Un lugar desconocido.
Un día como hoy hace diecisiete años en el país de Panem, había sido destruido por un horrible virus, eliminando así la mitad de la población. El virus se propago rápidamente y en pocos días todo ser vivo estaba infectado por el… a pesar que todos estaban contagiados, el virus solo tomaba el control de la persona o animal al morir –convirtiéndolos en zombies o caminantes, como los sobrevivientes solían llamarlos-.
Se rumoreaba que todo había empezado cuando el capitolio hacia experimentos con sus mutos. Claro, esto nunca fue ni confirmado ni negado por el gobierno.
Los sobrevivientes habían dejado sus casas y se habían instalados en construcciones bajo tierra donde estaban "seguros". Nadie sabía con exactitud desde cuando estaban esas edificaciones -de alta tecnología- bajo sus casas, escuelas y hospitales. Solo supieron de su existencia después de una gran ola de muertes; cuando el capitolio decidió que estaba fuera de su control…
Muchos pensaban que el capitolio había hecho este virus como un arma contra algo, como si se estuviera preparando para una guerra futura. Pero claro, no había salido como ellos esperaban y el virus se le escapó de las manos; arrasando así con todos los distritos a su paso. Estas personas trataban todos los días no solo de encontrar una cura para este horrible mal, si no también descubrir cuáles eran los planes exactos del capitolio y como no, la manera más eficaz para quitarlos del poder.
Si, ¿Por qué mentir? A pesar que el mundo se veía devastado por el virus, había un grupo de personas que planeaban un golpe de estado. Una manera de cambiar las cosas, de ayudar a los sobrevivientes y acabar con el sufrimiento que desde ya hace años tenía su pueblo. Este grupo de rebeldes se denominaban Sinsajo y estaban determinados a salvar lo que quedaba de su pueblo de una dolorosa –y lenta- extinción.
El líder de esta rebelión era James Everdeen, ex–militar y padre de una hermosa familia. El gran amor por esta última lo hizo darse cuenta que las cosas no podía seguir así y en conjunto con otras personas –en las cuales destacaban Charlie Hawthorne y mi padre Anthony Mellark. Segundo y tercero al mando en Sinsajo- se habían propuesto derrotar la tiranía del presidente Coriolanus Snow.
—¡Hey Peeta ! ¿Vas a salir? — me pregunto Gale desde la puerta.
—Sí, hoy es el cumpleaños de Madge y estaba pensando en ir a buscarle algunas fresas —le respondí con una sonrisa. El frunció las cejas y supe de inmediato que no estaba muy de acuerdo.
—¿No te parece que es muy arriesgado para solo ir por fresas? —
—Tengo dos meses sin salir de este endemoniado sitio, necesito aire —le dije intentando ser paciente.
—Bien. Te acompaño —me aviso.
—¡No es necesario! Solo iré por fresas —pronuncie y al ver que no estaba convencido agregue —. ¡Vamos! ¡Se cuidarme solo!
Gale Hawthorne era el hijo mayor de Charlie, prácticamente nos habíamos criado juntos por lo que éramos grandes amigos –más que eso: yo lo consideraba como un hermano-. Pero no por haber crecido juntos y ser amigos nos llevábamos muy bien que digamos, por lo general siempre estábamos peleando o discutiendo. Éramos demasiado diferentes como para estar en paz todo el tiempo; Gale era muy realista –en ocasiones negativo-, desconfiado, terco y bastante cerrado con los desconocidos. Aunque con sus hermanos menores era un corderito muy tierno, los consentía y protegía como a nadie –era algo muy cómico de ver-.
Por mi parte soy el hijo único de Anthony y Silvia Mellark, Peeta era el nombre que había escogido mi padre para mí, con el llevaba una relación muy estrecha y bueno de mi madre no tengo muchos recuerdos, pues había muerto tratando de salvar mi vida mi cuando se desato el virus. Yo tampoco recordaba mi vida antes del virus; cuando todo había comenzó yo contaba con apenas dos años, así que mi infancia no había sido tan agradable como hubiera querido.
Ver a personas morir –y después volver sin ser ellas mismas- era horrible para cualquiera, tener que entrenar desde pequeño para defenderte de estas tampoco era bonito. El mundo se había convertido en un caos y la vida en un terrible juego sádico.
Pero yo tenía esperanza de que esto se acabara…algún día.
Ohhh sí, me veía genial con mi nuevo vestido negro –corto y ceñido al cuerpo; justo lo que quería cuando lo compre-.
Katniss Everdeen eres una chica afortunada. Con una familia adinerada y siendo la hija única, era bastante comprensible que su familia la adorara y consintiera. Y pronto; casi un mes -para ser exactos- me graduaría para ir a la universidad.
El sonido de mi celular llamo mi atención y corrí a leer el mensaje que me había llegado.
De: El hijo de Poseidón.
Ola k ase? Pensando en mi o k ase?
Reí tontamente y respondí.
Para: El hijo de Poseidón
JAJAJA, me arreglo para la fiesta. ¿Pensar en ti? Tal vez señor tonto…. Mentira, me muero por verte.
Hoy tenía una fiesta; todos sus amigos y compañeros estarían celebrando otra despedida "—.Es que en la primera no nos despedimos como se debe" —. Eso había dicho Carlos y mi madre no estuvo muy de acuerdo con él. (Yo había pensado igual que ella, no tenía muchas ganas de salir de casa). Pero allí estaba, lista para salir a la fiesta y solo había bastado que Finnick Odair le pidiera que fuera.
Debía admitirlo, estaba encantada con ese chico. Casi podría asegurar que se encontraba perdidamente enamorada de él –de su novio- y no solo por su apariencia física –Sabía que era extremadamente guapo. Alto, musculoso y atlético, con piel bronceada, cabello de color bronce, e increíbles ojos de color verde mar-, tanto que las chicas en la calle se le insinuaban sin remordimientos en la calle. Pero había sido su noble personalidad la que la flecharon inmediatamente.
Baje cuando escuche la voz de su querido amigo Carlos hablando con mi madre, siempre llegaba a tiempo ese tonto. Era extraño ese chico, lo conocía desde hace una semana y el la trataba como si llevaran años conociéndole. Debía admitir que le daba un poco de dolor de cabeza.
—Al fin llegas, estaba pensando que te habías escapado por la ventana —. Dijo el con una sonrisa divertida. Carlos era un chico guapo sin lugar a dudas; alto, de espalda ancha, cabello negro y ojos de color ambar. Pero a mí no me parecía la gran cosa –había algo en el que nunca me gusto. No sabía que era pero le tenía desconfianza-.
—Lo habría hecho créeme —le sonreí de la misma manera —. Pero no me gusta dejar a mi madre con tan mala compañía.
—Ja, ja, ja, ja — Rió mi madre con incomodidad —. Estos jóvenes de hoy en día adoran tratar mal a sus amigos. Nunca los entenderé.
—No lo hagas madre, podrías sufrir un trauma mental —me acerque a ella para darle un beso en la mejilla. Amaba a esa mujer; todo el mundo decía que yo había heredado su belleza. Un largo cabello negro, piel olivácea y ojos grises. Tanto yo como mi madre teníamos una apariencia bastante saludable y atlética, ya que salemos hacer mucho ejercicio.
—Estas preciosa —dijo la voz tan familiar de Finnick. Y sin más miramientos corrí abrazarlo. Llevaba un mes sin verlo y simplemente me había parecido una eternidad.
—¿Cómo estuvo el mar hijo de Poseidón? —Le dije al oído.
—Tranquilo princesa en llamas… —me respondió divertido.
—¡Hey! ¿Para mí no hay abrazo? —reclamo Carlos.
—No —dijimos Finnick y yo al mismo tiempo.
—Mama ¿nos vemos luego? —me dirigí a mi mama que veía la escena divertida.
—Sí, cuídate mucho y no llegues tarde. O esta vez si te pondré un castigo ejemplar —le dijo con cierta advertencia en su voz.
—Llegare justo a tiempo, te lo prometo —mencione antes de salir.
En el auto todo fue normal, Finnick manejaba y yo iba justo a su lado. Carlos no dejaba de hablar y ya me estaba cansando. Mire a Finnick con angustia.
—Me librare de el en la fiesta… —susurro este.
Sonreí y mire hacia delante, una extraña luz se dirigía con mucha rapidez hacia nosotros….
—¡FINNICK! —logre gritar. Lo último que escuche fue un sonido muy fuerte.
Holaaaa ¿Qué tal? Pues esta es mi nueva historia espero les guste este primer capitulo…
si les gusto, tienen alguna duda, lo aborrecieron, etc. Manden un Review n.n
nos vemos en el próximo bye bye
