«Culpa»
Personajes de Hajime Isayama.
Summary:
Vivió de los besos y caricias de Mary y lo volvería a hacer de tener la opción (de no estar Nile, la humanidad, los titanes y una esperanza). Ella lo sigue llamando como el primer día, y él la seguiría sin rechistar. De poder. Pero no puede porque él escogió vivir diferente, lejos de Mary, aún cuando cada parte de él ruegue a cada segundo tomar lo que tanto quiere. Viñeta. Erwin/Mary.
#Notasquetodosaman(?):
¡Detalles abajo! Disfruten ;)
—o—
Es triste, irónico y absurdo el pensar que Erwin, una vez, creyó que sería capaz de dejarlo todo por Mary.
Erwin habría dejado —en otros tiempos, en el pasado— todo por Mary. Porque ella fue (es) su todo, la única mujer que recuerda haber amado. Porque ella lo rescató cuando se ahogaba en una oscuridad sin fondo, porque ella le alegró la juventud con el sonido de su risa, haciéndole olvidar momentáneamente que habían criaturas peligrosas a las afueras de las murallas esperando por devorarlos a todos.
Se siente un traidor mientras la consciencia regresa lentamente a su cuerpo; el aire frío de la ciudad calmando lentamente los instintos que desearía no tener. Porque aquella tarde la ve allí mismo a lo lejos, sonriendole a Nile y luciendo esa barriga de embarazada de la cual él se siente tan orgulloso, presumiendo entre los muchachos de la Legión del Reconocimiento.
Y por un instante lo detesta. Mary fue suya primero. Fue él quien se encontró con sus ojos aquella tarde en un día de verano, cuando el sol aún no picaba tan fuerte. Fue su mano la que sostuvo la suya, sintiendo su piel suave y albina. Fueron sus labios los que rozaron los suyos a escondidas de los demás, manteniendo las cosas en secreto porque así era más divertido. Fue suya, y él la perdió por su asqueroso egoísmo.
Entonces, cuando Erwin cree que las cosas no podrían ir peor, cuando cree que el destino ya lo ha pisoteado demasiado, Mary alza la mirada y se encuentra con sus ojos tan fríos y calculadores como siempre. Una ráfaga de nostalgia la envuelve y Mary alza la mano con cuidado, saludándolo con una sonrisa cálida y preciosa, ese tipo de sonrisas que rompen corazones a pedazos.
Erwin mira el suelo, sin saber que otra cosa hacer. Pero cuando alza la mirada ella ya no está allí y se ahoga (de nuevo), sabiendo que la ha perdido otra vez. Le prometió muchas cosas y había roto cada una de ellas.
(—Solo es diferente —murmuró esa noche, cara a cara frente a él sobre el colchón de su cama—. Tu deseas estar en la cima del mundo. Pero para Alger, Emma es su mundo. Desearía que pudieras verme así también.
—Lo hago —respondió él, deslizando la yema de sus dedos sobre su mejilla—. Y cuando llegue tu estarás conmigo y te daré una buena vida, todo lo que desees será tuyo. Solo debes esperarme. Tan solo espérame.)
Y Mary esperó, esperó y esperó hasta que un día se cansó de hacerlo y Nile fue lo suficientemente rápido para ofrecerle de una buena vez todo lo que Erwin había prometido y no fue capaz de cumplir. Y cuando Mary se vio entre la espada y la pared exigió lo que correspondía, con los ojos llorosos y el corazón bajo la manga, lo supo.
«Solo debes elegir»
La muchacha tuvo su respuesta cuando los labios de Erwin no se separaron y sus manos permanecieron rígidas a sus costados, entonces ella se marchó lejos. Para siempre.
Todavía sigue golpeándole con la misma fuerza de la primera vez. Siente la culpa recorrer cada centímetro de su piel, mientras se deja caer al suelo, parpadeando, demasiado asombrado, confuso y perdido para creer que ha elegido a los titanes por sobre ella. «Se suponía que ella lo era todo para ti» se dice, mortificado. «Se suponía...»
Y aunque lo intente no puede evitarlo. Vivió de los besos y caricias de Mary y lo volvería a hacer de tener la opción (de no estar Nile, la humanidad, los titanes y una esperanza). Lo sabe, lo sabe y se odia a cada minuto que pasa por ello. Ella lo sigue llamando como el primer día, y él la seguiría sin rechistar. De poder. Pero no puede porque él escogió vivir diferente, lejos de Mary, aún cuando cada parte de él ruegue a cada segundo tomar lo que tanto quiere. Porque la fruta prohibida sigue colgando del árbol y en ese momento él solo debe conformarse con mirar.
Erwin siempre lo supo. Lo sabe, la idea navega inconsciente por su eterna memoria, matándolo de a poco, repitiéndole una y otra vez que nunca va a ser digno de Mary, que ella ya no es suya, que es un monstruo y que no le importa serlo, lo que lo hace todavía peor.
Aquella culpa lo perseguiría hasta el fin de sus días.
Para los que no lo recuerdan, Mary es la esposa de Nile (comandante de la Policía Militar) y Erwin estuvo enamorado de ella en su juventud, pero eligió su puesto en La Legión por sobre ella. Lo cual me parece super triste y me imagino que Erwin sufre por eso hasta el día de hoy.
Acciones como esa, a pesar de que Erwin es bueno, me hacen entender cuan egoísta y ambicioso puede ser a veces y a todo lo que es capaz de renunciar o sacrificar con tal de alcanzar sus objetivos. Ah, lo amo.
¿Creen que merezca un review? :)
¡Hasta la próxima!
—Mel.
