¡Hola!
Como se darán cuenta es una historia nueva. Una que espero terminar antes de que termine este mes o sino terminar la otra historia "Angel de la muerte" que publicare en unos minutos. La ultima creo que sera mas corta que esta, bueno... las dos seran temas sobrenaturales por el mes de octubre. No soy mucho de prestarle atencion a las fechas y publicar cosas acorde a eso, pero esta vez quise que fuera asi.
Ya no mas un especial de navidad, publicado en junio XD o algo de Halloween en mayo...
jeje bueno por este motivo durante todo este mes no publicare mas one-shot, ayer fue una excepcion (no me pude contener) (por cierto estas historias las iba a publicar ayer jeje)
PD: Tengo varias pruebas este mes, así que a lo mejor la fecha donde termine el fic se extiende hasta noviembre (espero que no)
Sin nada mas que decir...
3...
2...
1...
¡A leer!
Adrien ya se encuentra sentado en las pocas mesas que hay en la panadería. Esperando que le traigan su docena de Croissant y el chocolate bien caliente.
Marinette es la afortunada de dárselo. Se lo deposita en la mesa, sonriendo nerviosamente; Le gustaba ese chico, le gustaba su piel pálida, el dorado de su cabello y esos ojos verdes tan hermosos.
"Adrien"
Su nombre. Es lo único que sabe de él. Se pone detrás del mostrador y lo observa devorarse los Croissants con ímpetu como si no hubiera comido nada durante el día.
— Te está mirando —Dice Plagg, el pequeño murciélago que se encuentra escondido en la gabardina de color negro que está usando— De nuevo con esos ojos brillosos... ¡A ella le gustas! —Exclamando lo último fuerte.
— Shh... Shh... —Repone Adrien intentando de que se calle o baje el volumen de su voz— Te puede escuchar —Y toma disimuladamente un sorbo de su delicioso chocolate.
— Podría ser tu donante de sangre —Espeta— Estoy segura que estaría encantada con la idea.
— No me gusta la sangre —Refuta— Te lo vengo diciendo hace un siglo —Añade— Me gusta lo dulce —Y muerde un pedazo del Croissant.
El pequeño murciélago bufa.
— Y también sabes que lo dulce te puede saciar las ganas de tomar sangre, pero sabes que no lo reemplaza.
— Esta bien, Plagg —Espeta mordiendo otro trozo de Croissant— No te preocupes.
— ¿Quien dice que me estoy preocupando?
Adrien ríe por como es Plagg mientras tanto, Marinette suspira ilusionadamente con un codo apoyado en el mostrador y su mano debajo de la barbilla por oír tan melodioso sonido, omitiendo el hecho que supuestamente se estaba riendo solo.
Al rato de terminar de comer, se marchan sin antes Adrien saludar a Marinette con un gesto. Marinette lo devuelve con las mejillas sonrojadas mientras juntas los platos y la taza que dejo su cliente.
— ¿Ahora iras a tu cita con Tikki? —El murciélago asintió.
— ¿Estarás bien? —Preguntó.
— Me controlare —Plagg lo miró de forma cautelosa.
— Solo, no te acerques a la sangre —Le recomendó. El asintió— Me voy —Anunció y voló hasta el encuentro de su novia.
Adrien lo miro marchar hasta que la oscuridad escondió su ida. Puso sus manos en los bolsillos de la gabardina y decidió dar unas vueltas antes de volver a casa.
Al paso de unos minutos un grito de mujer se escuchó en un callejón. Con sus oídos que eran más agudos que los humanos, supo que era forcejeo porque los individuos querían su cartera.
Él no se involucraría normalmente, pero tampoco le gustaba hacer que no sabía nada. Así que se acercó y con su fuerza sobrenatural mando a volar a los malhechores contra la pared. Dejándolos inconscientes al instante, dejo de mirarlos y fue a parar su vista a la mujer. Esa, que al parecer la hicieron golpear con el muro, perdiendo así la consciencia.
Pero no solo estaba desmayada, se notaba sangre que salía por su cabeza. No era mucho, pero tampoco poco. Su boca comenzó a hacer más saliva, sus colmillos querer salir y sus ojos comenzando a brillar con un verde más intenso.
"No"
Grito internamente antes de huir y perderse en la oscuridad de la noche.
