Atracción fatal.

Capítulo 1.

Los muchachos caminaban con desgana por la calle. Comenzaba a hacer calor y la gente ya estaba cambiando sus abrigos por chaquetas más ligeras.

- ¿Dices entonces que tu papá va a venir a trabajar a Alemania?.- preguntó Genzo Wakabayashi a su amigo.

- Solo será por seis meses.- asintió Taro Misaki.- Quiere pintar algunos de los paisajes de este país. Comenzará aquí en Hamburgo y después viajará por todo el país.

- ¿Y piensas seguirlo acompañando?.- quiso saber Genzo.

- No lo sé.- Taro se encogió de hombros.- Ahora yo ya tengo un hogar más estable en París y pues no creo que en el PSG me den la oportunidad de faltar a los entrenamientos.

- Supongo que no.- Genzo rió.

Taro bostezó levemente.

- Lo siento.- se disculpó él.- Estoy algo cansado. ¿No se te apetece un refresco?

- No, gracias.- negó Genzo.

- Pues yo sí quiero uno.- dijo Taro, echando a andar hacia una tienda cercana.

- Aquí te espero.- respondió Wakabayashi, recargándose contra un árbol.

Misaki entró a la tienda. Wakabayashi miraba a la gente pasar con desgana. De pronto, él escuchó unos gritos. Genzo volteó y vio que un grupo de hombres perseguía a una muchacha. Ésta corría desesperada y gritaba para que alguien la ayudara. Wakabayashi, sin hacérselas de héroe pero sin pensarlo dos veces, se echó a correr detrás de los hombres. Mientras tanto, la chica trataba de esquivar a sus perseguidores, pero éstos la superaban en número, fuerza y velocidad. La muchacha se metió a un callejón sin salida y al darse cuenta de esto, se volteó y encaró a los hombres.

- Hasta aquí llegaste, muñequita.- sonrió uno de los tipos.

- Nos vamos a divertir mucho contigo.- dijo otro.- Ya me muero por probar un cuerpo como el tuyo.

- No se me acerquen.- dijo la muchacha, temblando de miedo.- Se los advierto...

- ¿Y qué nos vas a hacer?.- rió un tercer hombre.- Apenas puedes con tu miedo.

- Mejor no te resistas, no tienes escapatoria.- dijo un cuarto hombre.

Los tipos se acercaron a la muchacha, rodeándola y cercándola. Ella ya no sabía que hacer y sus piernas no pudieron sostenerla más...

- Déjenla en paz.- gritó Genzo, entrando al callejón.

Todos voltearon a verlo. Genzo se enfrentó a los tipos con una mirada dura.

- Vaya, miren quién es.- dijo el primer hombre, con sorna.- Es Genzo Wakabayashi, el portero de Hamburgo. ¿Ya te crees un héroe?

- No te metas en esto, porterito.- amenazó el segundo hombre.- Te puedes arrepentir.

- Tus manos podrían volver a lesionarse.- el tercer hombre sacó un cuchillo.- O sufrir un trágico accidente.

- Vete ahora que puedes y nada te pasará.- dijo el cuarto hombre.

Pero Genzo no huyó ni se amilanó. La muchacha temblaba de miedo y lo miraba con algo de esperanza en los ojos.

- Dejen a la chica en paz.- ordenó Genzo, nuevamente.- O les pesará.

- ¿Y qué nos vas a hacer si no nos vamos?.- rió el segundo hombre.- ¿Nos vas a golpear con un balón de fútbol?

Los otros tres tipejos rieron también, y se acercaron más amenazadoramente a Genzo.

- Pensándolo bien, me gusta el reloj que traes puesto.- comentó el primer hombre.- Podríamos sacar mucho dinero por él.

- Y quizás traigas más dinero.- dijo el cuarto hombre.- Dos pajaritos matados de un tiro.

El tercer hombre prefirió no perder más el tiempo hablando y se lanzó hacia Genzo, pero éste lo esquivó y le propinó varios puñetazos al rostro. Los tres amigos del sujeto se dispusieron a defenderlo pero Genzo, usando las habilidades de boxeo que había aprendido hacía poco tiempo, los golpeó a los tres y los sometió. Genzo se acercó después a la chica, pero ella se había dado cuenta de que algo pasaba a sus espaldas...

- ¡Cuidado!.- gritó la muchacha.- ¡Detrás de ti!

Genzo esquivó el golpe que iba a darle el tercer hombre y le propinó una poderosa patada en el estómago. Los hombres miraron a Genzo con mucho odio y se dieron cuenta de que era mejor poner pies en polvorosa, pues aunque ellos doblaran en número a Genzo, él los doblaba en astucia. (Ya, es un fic, hagan el favor de no decir nada XD).

- Te vas a arrepentir.- gruñó el cuarto hombre, con una sonrisa maléfica.- Ya verás que sí.

Los otros tres esbozaron sonrisas de satisfacción, cosa que resultaba rara dado el hecho de que habían perdido, pero Genzo no les prestó atención. Él se dirigió nuevamente hacia la chica, la cual estaba arrodillada y lloraba con la cabeza agachada. De un vistazo, Genzo se dio cuenta de que ella estaba vestida con ropas muy desgastadas y su largo cabello castaño oscuro estaba revuelto y despeinado. Ella se agitaba con cada sollozo que daba.

- Ya puedes levantarte, ya se fueron.- dijo Genzo, parándose a un lado de la chica.- Ya no estás en peligro.

La chica levantó la cabeza y Genzo sintió que algo lo había golpeado hasta lo más profundo, hablando en sentido figurado. La joven era poseedora de unos muy lindos ojos negros, los cuales estaban llenos de lágrimas y miraron al muchacho con mucha tristeza.

- Gra... Gracias.- musitó ella.- No sabes cuánto te lo agradezco, tenía mucho miedo...

- No hay de qué.- musitó Genzo, sintiendo que la boca se le había quedado seca.- ¿Qué hacían esos tipos persiguiéndote?

- Intentaba conseguir trabajo en un bar.- contestó ella, en voz baja.- Pero los tipos estaban ahí y...

Ella volvió a soltar el llanto. Genzo se agachó y le acarició la cabeza.

- ¿Cómo te llamas?.- quiso saber él.

- Lily.- respondió ella.- Me llamo Lily... Salazar...

- Bonito nombre.- sonrió Genzo.- Yo soy Genzo Wakabayashi.

- Sé quién eres.- sonrió la chica.- Eres famoso...

- Ven.- Genzo se levantó y le tendió una mano a la muchacha.- Te llevaré a la policía.

- ¡No, por favor!.- pidió la chica, asustada.- No quiero problemas. Si delato a esos tipos, cuando los dejen libres me atraparán.

- No va a pasar eso.- contradijo Genzo, sorprendido por lo muy asustada que se veía la muchacha.- La policía se encargará de protegerte.

- Por favor, no.- Lily lo miró con ojos implorantes.- No le diga nada a la policía, por favor.

Genzo lo pensó por unos segundos, y no le pudo decir que no a esa pobre muchacha...

- De acuerdo.- acordó Genzo.- No diré nada, pero al menos déjame llevarte a tu casa.

- No tengo a donde ir.- Lily bajó la mirada.- Soy una extranjera sin documentos que entró al país de manera ilegal... No tengo dinero, ni casa, ni amigos...

Wakabayashi, como era de esperarse, no pudo evitar compadecerse de la pobre muchacha en desgracia que estaba frente a él.

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Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, al otro lado del océano, Alisse Farfán, una estudiante chilena de pintura, preparaba sus cosas para hacer un largo viaje.

- ¡Qué maravilla!.- exclamó Ana, una de sus compañeras.- ¡Qué suerte tuviste al ganar esa beca!

- No fue suerte, Ana.- replicó María, otra pintora.- Alisse ganó por méritos propios, por ser la mejor pintora de todo el país.

- Exageras, María.- sonrió Alisse.- Yo creo que fue suerte.

- ¡Conocerás el mundo! .- exclamó Ana.- ¡Y a gente interesante! ¡El montón de muchachos que vas a conocer!

- Lo hago solo por la oportunidad de poder trabajar con uno de los mejores pintores de nuestros tiempos.- dijo Alisse.- Nada más.

- Pues mucha suerte.- dijo María.- Yo sé que te va a ir muy bien.

- Eso tenlo por seguro.- asintió Ana.

Alisse abrazó a sus dos amigas, emocionada.

- Muchas gracias, chicas.- dijo Alisse.- Las voy a extrañar, pero prometo enviarles postales todas las semanas

- Y no olvides tomarte fotos.- dijo Ana.

- Ni pintar todo lo que puedas.- acotó María.

- No lo olvidaré.- sonrió Alisse.

Las chicas se despidieron, para dejar que Alisse terminara de arreglar su maleta. Ésta tomó la carta que había dejado sobre su escritorio desde la última vez que la leyó, hacía al menos unos veinte minutos.

Le comunicamos a usted que ha sido seleccionada para estudiar en Alemania bajo la tutela del señor Ichiro Misaki.

Alisse dejó la carta sobre la cama. ¿Cómo sería el tan famoso pintor Ichiro Misaki? Pronto lo descubriría...

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Kojiro Hyuga fue despertado por el condenado pitido del reloj despertador, el cual parecía que cada vez sonaba más temprano. Pero no, el reloj sonaba a la misma hora de siempre, era Hyuga el que cada vez se dormía más tarde y amanecía más cansado...

Kojiro se dio vuelta en la cama, buscándola a ella, pero para variar, no la encontró ahí. Ella ya se había levantado quien sabe cuantas horas antes, dejando la mitad que le correspondía del lecho completamente fría... Hyuga comprobó que seguía completamente desnudo, así que se puso algo de ropa antes de levantarse al baño. En el espejo encontró un mensaje escrito con lápiz labial rojo:

"Te espero en el entrenamiento. Procura no llegar tarde".

Obviamente, ese mensaje solo lo pudo haber dejado ella. Hyuga sonrió y se dispuso a tomar una ducha rápida para no llegar tarde al entrenamiento...

Media hora más tarde, Kojiro se dirigía al campo de entrenamiento, vestido con el traje deportivo de la Juventus. En el camino saludó a varios de sus colegas. Kaori Matsumoto, su manager, ya se encontraba charlando con el entrenador.

- Buenos días, Hyuga.- saludó la señorita Matsumoto.- ¿Qué tal dormiste anoche?

- Muy bien.- sonrió Kojiro.- Muchas gracias, señorita Matsumoto. Buenos días entrenador.

- Buenos días, Hyuga.- respondió el aludido.- Bueno, es momento de ponerse a trabajar.

El entrenamiento comenzó y Hyuga se esforzó cuanto pudo. Durante una pausa, él se dirigió a la banca para tomar un poco de agua y secarse el sudor con una toalla. Hyuga se dirigió al despachador de agua, y mientras él tomaba agua, alguien llegó y lo abrazó la espalda.

- ¿Qué tal, querido?.- dijo Kaori Matsumoto, susurrando al oído de Hyuga.

- Kaori.- murmuró Kojiro, poniéndose algo nervioso.- Pueden vernos...

- Nadie nos verá.- replicó Kaori.- Además, solo quería decirte que estuviste maravilloso anoche...

Kaori hizo girar a Hyuga y lo besó en los labios. Él correspondió al gesto. Después, Kaori se alejó caminando de una manera provocativa.

- Te veo en la noche.- susurró ella, guiñándole un ojo.

Hyuga suspiró y miró a la mujer alejarse. Kaori Matsumoto había sido la directora del colegio en donde Kojiro Hyuga estudió en la secundaria y después se había convertido en su manager...

Y actualmente, era su amante.

Notas:

- Lily Salazar (Lily Del Valle) es un personaje creado por Lily de Wakabayashi.

- Alisse Farfán es un personaje creado por Alisse.

- Los personajes de Captain Tsubasa son propiedad y pertenecen a Yoichi Takahashi y Shueisha.