Disclaimer: Digimon no me pertenece, ni la serie ni sus personajes.
Este es un nuevo fic, espero que guste a todos los que lo lean ;)
Takari95
La adolescencia es tal vez una de las épocas más difíciles que hemos de superar cuando pasamos de ser niños a ser adultos. Es una etapa llena de cambios de humor repentinos, problemas de toda clase, estudios y sobre todo es la etapa en la que llegan (normalmente) los primeros amores.
Las personas cambian a lo largo del tiempo pero tal vez no te das cuenta hasta que echas la vista atrás y ves todo aquello que ha ocurrido.
Una caja llena de recortes y sueños que te cae a la cabeza desde lo alto de la estantería puede hacer que te des cuenta que las personas ya no son lo que eran, que ese niño del que te enamoraste de pequeña y del que sigues enamorada ya es casi un hombre con el que te da vergüenza hablar del amor. Aquella caja en la que lo guardaste todo se abre ante ti para recordarte lo que has aprendido y así, ayudarte a enfrentarte a tu presente y tu inminente futuro...
La castaña observó todos sus diarios, sus fotos, sus recortes de periódicos fuera de aquella caja, esparcidos por el suelo. Se sentó sobre la moqueta de su habitación y cogió un diario con las tapas de color rosa pastel, con una flor blanca pegada en la esquina superior derecha. Su primer diario.
Lo abrió con cuidado, inspiró su olor y observó las páginas amarillentas escritas unos once años antes. Tenía seis años. Ahora ya ha cumplido los diecisiete. Su Digimon se acerca a ella, en silencio.
La joven sigue mirando sus cosas, empieza a leer el diario y sonríe.
"10 de abril de 2001"
Mamá me ha regalado hoy mi primer diario porque he sacado buenas notas en clase, estoy muy contenta. Llevaba mucho tiempo sin poder ir al cole porque estaba resfriada. Echaba mucho de menos a T.K. no le dejaban venir a verme por si se ponía enfermo también.
La letra trémula de una niña que ya no es una niña baila escrita en esas páginas. Sigue adelante y vuelve a leer.
"15 de abril de 2001"
Mi súper amigo T.K. me ha regalado una flor en el patio, me ha dicho que quiere que esté bien siempre para poder verme en el cole y poder venir a jugar conmigo. Es mi mejor amigo. Tiene una sonrisa muy bonita y los ojos muy azules...
Hay unos niños que me molestan en clase pero no les tengo miedo porque si Tai no está él siempre me protege.
En ocasiones, recordaba mientras dormía aquellos ojos azules que describía, rememoraba su pelo rubio movido por el viento cuando salían a jugar al parque, recordaba la sonrisa. Aquella sonrisa franca, sincera y un tanto enigmática.
Siempre había estado ahí para protegerla, ¿por qué las cosas eran ahora, apenas unos años más tarde, tan complicadas? ¿Por qué no podía ir a buscarlo a su casa y pedirle que fuera a dar un paseo con ella? ¿O a tomar un helado? ¿Por qué no? La respuesta era sencilla, le daba vergüenza.
El ruido de su móvil sonando junto a ella la devolvió a la realidad.
-Kari, es T.K. - anunció Gatomon, ofreciéndole el aparato. La chica tragó saliva mientras notaba como se ponía roja como un tomate.
-Está bien... -resopló y sonrió a la Digimon. Descolgó.
"¿Kari?" oyó la voz profunda de T.K. al otro lado.
-T.K. , soy yo.
"¿Estás en casa?"
-Claro que sí, ya es de noche. ¿Por?
"¿Podrías bajar a la calle un segundo?" la voz del chico denotaba alegría.
-Claro ahora voy. - colgó la castaña con una sonrisa de oreja a oreja.
Corrió hacia la puerta de su habitación mientras se colocaba las botas, salió corriendo por el pasillo pero antes de salir de la casa se miró en el espejo que había en la entrada. Llevaba puesta una minifalda vaquera y un jersey de cuello de color rosa claro.
-Estás perfecta, Kari. -sonrió Gatomon.
-Gracias, Gatomon. -Kari cogió su chaqueta y su bufanda y salió despedida escaleras abajo.
Allí abajo enfrente de su casa estaba T.K. apoyado sobre una moto jugueteando con un hilo de la manga de su cazadora negra.
-¿Es tuya? -el chico levantó la cabeza y miró a su amiga. Se apartó de la moto con una sonrisa orgullosa.
-¿Qué te parece? -la moto tenía las chapas verdes con algunos detalles amarillos.
-Increíble, ¿te la ha comprado?
-Sí, al final sí. La acabo de sacar del concesionario. Tenía que enseñártela a ti primero. - el joven sonrió pero Kari desvió la mirada de los ojos de su amigo. -¿Qué estabas haciendo? ¿No has salido con las chicas?
-Estaba ordenando la habitación, no tenía muchas ganas de salir. Además, Sora y Mimi con los exámenes de la universidad y bueno...
-Kari, ¿estás bien? Si puedo ayudarte en algo...
-Estoy bien, ¿por qué preguntas?
-No sé me habrá parecido a mí. -Los dos permanecieron unos segundos en silencio hasta que T.K. cogió a su amiga de la mano. -¿Quieres dar una vuelta?
Kari iba a responder pero en ese momento vio llegar a su hermano con el coche y soltó bruscamente la mano de T.K. El rubio estaba más que acostumbrado a esos gestos por parte de su amiga en cuanto veía que Tai estaba cerca de ellos.
-Hola T.K. -dijo el moreno cargado con el portátil y el resto de cosas de la universidad. -¿Cómo estás? Hacía tiempo que no te veía.
-Bien, había venido a ver a Kari un rato.
-¿Es tuya? -preguntó Tai fijándose en la moto que había aparcada tras él.
-Sí, es nueva.
-¡Qué pasada! -Tai le dejó todas las cosas que llevaba en los brazos de Kari y miró la moto desde todos los ángulos posibles. -T.K. es increíble, me encanta. ¿Y qué tal está Matt?
-Bien también, ha encontrado un trabajo por las tardes en una cafetería para trabajar después de las clases.
-A ver si mañana voy a verle, necesito hablar con él. Bueno me voy o acabaré robándote la moto. - Tai cogió las cosas de las manos de su hermana, le apretó la mano a T.K. y empezó a subir las escaleras hasta el apartamento.
T.K. soltó un suspiro y cogió el casco que había dejado en el suelo.
-¿Te vas ya?
-Sí.
-Pero, si acabas de llegar.
-Mira Kari... yo no puedo estar así.
-¿Así como?
-No me gusta que cada vez que viene Tai me apartes a empujones. Nos conocemos desde siempre, ¿hay algo de malo en que pasemos tiempo juntos? Si piensas eso, dímelo.
Kari se acercó a él y lo abrazó.
-Quiero pasar tiempo contigo, eres mi amigo.
-¿Entonces por qué pasa esto? - bajó la cabeza para susurrarle al oído. - Para mí, pasar un rato contigo puede ser lo mejor del día, Kari.
La joven ocultó el rostro en su cuello.
-Para mí también es el mejor momento del día. Te prometo que intentaré cambiar.
-Entonces, ¿vienes a dar una vuelta conmigo?
-No, hoy no. Lo siento, es tarde.
-¿Mañana?
-Seguro. -Kari dibujó una tierna sonrisa y T.K. la correspondió.
-No te escaparás. Tranquila que sé llevarla.
-Lo sé, confío en ti. - La joven se puso de puntillas y lo besó en la mejilla. -Hasta mañana, T.K.
Éste subió a la moto.
-Hasta mañana. - puso la moto en marcha y salió disparado calle abajo.
Kari subió hacia su casa, entró en su habitación y se apoyó en la puerta en cuanto la cerró.
-¿Qué tal ha ido? - preguntó Gatomon.
-Ay, Gatomon, cada día me cuesta más despedirme de él. Es tan dulce conmigo...
-¿No deberías decirle que sientes algo por él?
-No... solo estropearía nuestra amistad. -Kari cogió una foto que había en un marco sobre el escritorio. En la imagen aparecían T.K. y ella abrazados, muy juntos, mirándose a los ojos. Aquella foto se la había hecho Yolei de improvista hacía unos meses cuando se enteraron de que todos sus amigos iban a entrar en la universidad. Ninguno de los dos se dio cuenta de que se estaban abrazando así, de que estaban a punto de besarse. Kari dejó la foto con cuidado y volvió a sus diarios.
En esta ocasión cogió uno azul claro que le había regalado Tai hacía un par de años. Nada más abrirlo de su interior cayó otra foto. Esta era de T.K. jugando al baloncesto.
"13 de octubre de 2009"
He ido a buscar a T.K. tras el partido de baloncesto, era el único que no salía y empezaba a preocuparme. Me lo he encontrado medio desnudo en los vestuarios, estaba curándose el tobillo que se ha torcido. Nunca había visto a un chico solo en toalla pero he de decir que T.K. estaba guapísimo así, creo que me he sonrojado mucho al verle y él al verme a mí. Me he girado para que al menos se pusiese los vaqueros. Cada vez está más musculado, más de la mitad de las chicas del instituto van detrás de él. Por suerte, él no parece prestarle atención a ninguna de ellas.
"16 de octubre de 2009"
T.K. ha venido a casa a hacer un trabajo de sociales conmigo, estaba sacando las cosas de la mochila cuando sin querer se me ha caído la compresa que llevaba en uno de los bolsillos interiores de la mochila. T.K. me la ha recogido sin hacer ningún comentario pero a mí me ha entrado una vergüenza tremenda. La tarde ha seguido más o menos normal hasta que mi madre ha venido a enseñarme los nuevos sujetadores que me ha comprado. T.K. estaba rojo a más no poder y yo también. He intentado disculparme con él pero no me ha dejado, según él son cosas que pasan y que no importan. Me ha dado un beso en la mejilla para que me anime, creo que es el primer beso que me da un chico y me ha encantado que sea él.
Kari cerró el diario y abrió uno un poco más antiguo.
"3 de noviembre de 2007"
Hoy me he quedado atrapada en el Mundo Digimon, me sentía sola pero T.K. y Davis han venido a salvarme. Davis es un buen chico al que aprecio mucho pero ver a T.K. ha sido como encender la luz en la oscuridad, siempre está ahí para mí. Le quiero mucho, es mi mejor amigo.
"12 de febrero de 2008"
Ni Tai, ni Gatomon, ni Davis... Nadie podía venir a salvarme al mar oscuro adonde me había arrastrado Dragomon. El único que podía conseguir atravesar esa frontera es aquel que tiene la llave de mi corazón. T.K. Era el último al que esperaba ver llegar después de como lo trato a veces pero de alguna manera sé que sería el primero en ponerse en peligro para salvarme, somos como una especie de equipo, no hay manera de estar separados. Somos un NOSOTROS.
