Eran las 11 de la noche, o por lo menos eso era lo que marcaba el reloj que estaba encima de su escritorio caoba. Pero Mamoru Chiba aun seguía en su oficina. El trabajo se había convertido en su mecanismo de defensa para aislarse del mundo, y antes del trabajo lo había sido los estudios. Con 32 años Mamoru era el director de una de las compañías de comunicación más importantes de todo él país, cargo que alcanzó con tan pronto terminara sus estudios de periodismo y empresariales.

Mamoru era un hombre frió, poco sociable, y con un pasado muy negro. Con tan solo 6 años perdió a sus padres en un accidente de coche. Tras ese fatídico día, él y sus hermanos, se fueron a vivir con sus abuelos, los cuales intentaron educarlos lo mejor que podían. Aunque algo no debió salir muy bien, porque su nieto el mayor, Soichiro, se marchó y rompió la relación con su familia, dejando a Mamoru como nuevo sucesor de Comunicaciones Eleuton.

Un sino bastante cruel el que recayó sobre él y su joven hermana Rei, la cual aunque se había vuelto muy suya, contaba con un circulo social bastante agradable. Y es que había tenido la fortuna de contar con unas amigas que supieron ver más allá de las barreras que ella misma construyó.

Algo que no se puede decir de Mamoru, el cual en la única persona que confiaba era en él. Cierto es que tenía a Motoki y a Jin (Jedite) pero prefería guardarse las cosas para él, algo que preocupaba tanto a su hermana, como a sus abuelos.

"Mamoru Chiba, ¿se puede saber donde estás? Hace horas que hemos cenado y todavía no sabemos nada de ti. Y encima tienes el teléfono móvil apagado, sé que estás escuchando esto, así que te quiero ver en casa en antes de una hora." Sonó la voz de la abuela Naoko.

Mamoru sonrió al escuchar a su abuela reñirle como si fuera todavía un niño, algo que hacía mucho tiempo que había dejado de ser. Miró el reloj que llevaba en su muñeca, y tras un suspiro, recogió los documentos de su mesa. Y tomó rumbo a su casa.

"Ya era hora que volviera señor, su abuela está de los nervios" dijo una de la criada.

"Eso es nuevo. Luna ¿puedes llevarme la cena a mi habitación?"

"Claro que sí. Pero sugiero que vaya a ver a su abuela"

Luna fue a la cocina a por la cena de Mamoru, y mientras el varón marcho al salón donde estaban sus abuelos viendo la tv.

"Llegas tarde" dijo Naoko

"Lo sé, tenía cosas que hacer"

"Tú abuelo también tenía cosas que hacer, pero llegaba siempre pronto a casa para estar con vosotros" protestó la mujer.

"Bueno yo no tengo niños que requieran mi presencia, así que no veo porque no puedo llegar tarde"

"No tendrás niños, pero sí unos abuelos. ¿No te das cuenta de que estás muerto en vida?"

"Abuela, ya estoy aquí ¿sí? Así que no hace falta que me regañes, porque entre otras cosas ya no soy un niño" tras decir esto Mamoru se fue a su habitación, dejando a sus abuelos solos.

"Eso es lo que me temo Mamoru, que dejaste de ser niño muy pronto" susurró Naoko para sí misma, aunque su marido lo pudo oír. "No sé que hicimos mal"

"No lo sé querida, la verdad es que no lo sé. ¿Por cierto donde está Rei?"

"Está en la despedida de soltera de una amiga"

"Por lo menos con ella lo hemos hecho bien, ¿no?"

"Así parece….."

Como muy bien Naoko había dicho a su marido Rei, estaba en la despedida de soltera de una amiga, de una de sus cuatro mejores amigas, Minako. Minako, o Mina como solían llamarla, pasaría por la vicaría dentro de unos días, y era además la segunda en dar ese paso. Mina siempre había sido la loca del grupo, siempre quiso convertirse en modelo, y tachan, lo consiguió, y no era de extrañar, ya que se trataba de una mujer muy bella, alta, rubia y con unos ojos azules, que volvían locos a todos los hombres. Aunque solo uno había sido capaz de conquistarla. Y ese era Kei (Kunzite), se conocían durante años, pero no fue hasta hace 3 que se dieron cuanta que estaban hechos el uno para el otro. Kei, era el primo Usagi, el punto y motivo de unión de las mujeres. Usagi había sido quien se hizo amiga de cada una de ellas, y las fue aceptando en su grupo. Durante la adolescencia, algunos pensaban que Mina y Usagi eran hermana o primas, aunque la relación sanguínea era nula, y es que ambas muchachas se parecían mucho, aunque había ciertas diferencias. Diferencias que hoy en día eran mucho más evidentes, mientras que el pelo de Minako era un rubio oro, el de Usagi era más claro, mientras los ojos de Mina eran azules, azules, los de Usagi eran azules claros, con pequeños toques grises.

Usagi era el alma del grupo, y es que antes de que ella llegara a sus vidas, todas ellas, Mina, Rei, Ami y Makoto, habían sido chicas solitarias. Pero hoy eso era historia, y ahora se tenían las unas a las otras, eran amigas, no, más que eso, eran hermanas.

"Venga Mina, abre nuestro regalo" dijo Usagi, la cual le daba una caja de un tamaño bastante considerable a su amiga.

"Ey, ¿que hay aquí dentro un hombrecillo?" bromeó Minako

"Como si te hiciera falta otro hombre en tu vida" comentó Rei

"La verdad es que no, con Kei me basta. Ahora veamos que me habéis comprado" Mina abrió la caja y poco a poco saco lo que había dentro. "Vaya, vaya, creo que puedo sacarle mucho provecho a esto" dijo mientras sacaba un conjunto de ropa interior un tanto transparente "Veamos que más hay….. vaya creo que esto es idea de Mako, ¿no es así?" Preguntó mientras mostraba una pequeña cestita que contenía algunos alimentos muy acordes con el contexto sexual del regalo. "¿Un libro? Esto es de Ami, veamo…. NOOOO esto no puede ser de Ami."

"Jajaja, eso no es de Ami es de Rei" Bromeó Usagi "El mío está en la caja"

"¿Una cámara?" preguntó Mina

"Sí, es para que la próxima vez que penséis en hacer un espectáculo, no tenga que ser testigo. Con una vez me basta."

"Jaja, bueno sí. No creo que a Kei tenga ganas de volver a repetir"

Minako continuó abriendo regalos y más regalos, pues sus cuatro amigas no eran las únicas presentes en la despedida.

"Bueno Mina ¿Qué se siente?" preguntó Makoto

"Es una sensación fenomenal. Sé que es simplemente firmar un papel para formalizar algo, que está ahí. Pero no sé, me siento feliz."

"Al final eres la segunda. Todas pensábamos que sería Amy y no tú" bromeó Usagi, aunque era la verdad. Amy y Zoi llevaban más tiempo juntos, que Kei y Minako, incluso estaban comprometidos, pero no habían encontrado el momento para hacerlo.

"Jajaja, y yo también. Pero ya lo ves, ahora mi pregunta es….. ¿Quién será la siguiente? Amy o vosotras dos solteras empedernidas"

"Está claro que Ami, después de todo ya tiene el anillo en su dedo. Ninguna ofensa chicas" dijo Makoto

"No te preocupes. No tengo problema con ello" dijo Usagi

"Hace unos años no habrías dicho eso" dijo Rei

"Bueno hace unos años también era una cabeza de chorlito, y ahora soy psicóloga. La gente cambia y la prioridades también"

Tres días más tarde Minako y Kei se dieron el sí quiero en presencia de amigos y familiares, y como no con la presencia de la prensa. Un día más tarde la parejita feliz se marchó de luna de miel, para disfrutar de sus primeros días de matrimonio lejos de todos.

Pero mientras que a su primo y a su esposa parecía irles todo muy bien, a Usagi le ocurría completamente lo contrario. Usagi trabajaba como consejera dentro de una compañía, su trabajo había sido muy bien acogido, cuando algún trabajador tenía algún problema iba y hablaba con ella. Su carisma y su profesionalidad había tocado a todos sus compañeros, incluido su jefe. El cual no solo había solicitado sus servicios profesionales, sino personales. Desde el primer día que puso el píe en su oficina, Diamante se había encaprichado con ella. Intentó tomar su atención de muchas formas pero ninguna funcionó, así que probó suerte solicitándola como terapeuta. Algo que por algún momento funciono, Usagi comería con él mientras entablaban conversación, y siempre que esta se dirigía hacía ella, ella la reconducía hacia él. Al cabo de dos semanas Usagi dio por finalizadas sus sesiones con su jefe, y entonces el decidió ir directo al grano.

"Está bien Usagi. Que te parece si esta noche vamos a cenar?"

"Lo siento mucho señor Black pero yo no acostumbro a salir con mis jefes"

"¿Y como llamarías a lo de estas dos semanas Usagi?"

"Trabajo. Puesto que usted esta tan ocupado, accedí a cenar con usted para así poder tener nuestra sesión y poder hacer un informe y llegar a un diagnostico, que es lo que le acabo de entregar, y dado a que no hay nada más que este en mi mamo, esas cenas se acabaron. Y preferiría que me llamara señorita Tsukino, y no Usagi, es poco profesional"

"¿Esa es tu ultima palabra?" preguntó amenazante el varón.

"Así es"

"Muy bien, quiero tu carta de dimisión antes que acabe la semana"

"No se preocupe, la tendrá. Pero antes de que acabe el día" tras decir esto Usagi se marcho a su despacho, y comenzó a redactar su carta de dimisión. No es que ella quisiera dejar su trabajo, pero su jefe había sido siempre peor que un grano en el culo. El no se daba cuenta que en verdad todavía estaba enamorado de su exmujer, y de que todavía había un rayo de esperanza en esa relación. Una vez imprimió la carta, se la dio a la secretaria del señor Black, recogió sus cosas y se marcho a su casa.

Cuando llegó a su casa no sabía si ir a su cuarto o llorar, llamar a sus padre o a una de sus amigas. Aunque la solución apareció muy pronto en su casa, con bolsas de comida.

"Traigo Chino, ¿Te apuntas?"

"Sabes que si Mako se entera que has comprado comida para llevar te mata?" preguntó la rubia mientras abría la puerta a su mejor amiga.

Aunque Rei era completamente opuesta a ella, era sin duda con la que mejor se llevaba, eso si también con la que más discutía. Eran el Ying y el Yang, una Rubia la otra morena, una con ojos claros, otra con los ojos oscuros, una abierta, la otra cerrada, una charlatana y la otra silenciosa. Aunque con los años cada una había absorbido un poco de la otra y la diferencia no era tan abismal.

"Es una suerte que no se va a enterar"

"Rai no te lo tomes mal, pero… ¿Qué haces tú aquí?"

"Venía a visitarte, ¿no puedo?"

"Claro que sí, ya te he dicho que no te lo tomaras mal. Solo que me resulta raro"

"He roto con Yuuchirou" dijo Rei mientras se sentaba en el blanco y como sofá de su amiga.

"Veo. ¿Quieres hablar de ello?"

"Ni si quiera se porque lo he hecho, ayer estaba con él es su casa. Y no sé, sentía como si no fuera lo correcto"

"¿A que te refieres?"

"A que no debería estar haciendo eso, y no me refiero a acostarme con él solamente, sino al lote entero. Como si estar con él fuera un error, algo malo un pecado. Me sentía mal"

"¿ahora te siente mejor?"

"Depende de a que te refieres"

"Me refiero a como te encuentras ahora, que ya no tienes que sentir que comentes un error."

"Bien, más o menos. Dios Usagi tenía que haber visto su cara, me partía el alma el romper con él. Me sentía culpable."

"Pero tampoco hubiera sido sano para ti seguir con esa relación solo por no hacerle daño, y tampoco junto para él, porque lo único que conseguirías es que se uniera más a ti."

"Llevas razón…. ¿Por cierto esas cajas" preguntó Rei al verlas cajas con las cosas de Usagi, y así de paso evitar seguir hablando de su vida sentimental

"He dejado el trabajo. Bueno más bien me han obligado a dejar el trabajo"

"Perdona, ¿Qué?"

"Mi jefe me ha pedido salir con él, le he rechazado y me ha obligado a dimitir, y lo he hecho, fin de la historia"

"Pero será cerdo. Puedes denunciarlo, eso es despido improcedente"

"Error, he dimitido, no puedo denunciarlo. Y ahora que te parece si comemos lo que has traído, se enfría y yo me muero de hambre"

Usagi fue a su cocina a por todos los utensilios necesarios (ya sabéis, vasos, platos, servilletas, bebidas y cubiertos). Al volver en vez de sentarse en el sofá, se sentó en el suelo, dando la espalda a la tv. Y comenzó a abrir los paquetes que su amiga había traído.

"Creo que ya tengo la solución" dijó Rei

"¿La solución a que?"

"Puedes trabajar para nosotros"

"¿QUEEEEEE?" Usagi no podía creer lo que su amiga acaba de sugerir "No puedes tomar esa decisión tú sola"

"¿Por que no? Trabajo allí, y tengo tanto derecho como mi hermano a decidir quien trabaja y quien no. No tenemos terapeuta, y créeme que más de uno lo necesita, incluido mi hermano"

"Rei no sé…."

"Por favor, si vas a decir que no piénsalo. Así podríamos vernos más. Porque desde que trabajabas para ese idiota no te veíamos el pelo."

"Rei ¿Por qué no tenéis terapeuta?" preguntó Usagi.

"Por que mi hermano la echo"

"Exacto. Rei puedo vivir con que me echen de cualquier otra empresa, menos en la de mi mejor amiga."

"No te preocupes porque no le voy a dejar que lo haga. Además mientras no intentes meterte en su vida, no pasará nada"

"Me sentiría más segura si te diera su consentimiento"

"Está bien, lo conseguiré. Vamos a cenar que estoy muerta de hambre"

Tal como había prometido a su amiga, Rei fue en busca del consentimiento de su hermano. Nada más llegar a la oficina y dejar las cosas en su despacho, fue a ver a su hermano, el cual ya llevaba más de 2 horas en su oficina.

Al preguntar si su hermano estaba libre, la secretaría le dijo que estaba reunido con Jinpor lo que no vio ningún motivo por el que no entrar a su despacho. La secretaría intento impedírselo, pero ella fue más rápida.

"Rei se puede saber ¿que haces aquí, estoy ocupado"

"Tú siempre está ocupado."

"¿Qué es lo que quieres?"

"Trabajo"

"Rei ya tienes trabajo" dijo Jin un poco chistoso

"No es para mi, es para Usagi"

"¿La Loquera?" preguntó Jin

"Psicóloga y si, es ella"

"No" contestó indiferente Mamoru

"Se puede saber ¿Por qué no?"

"Porque lo digo yo, y punto. Ahora te puede marchar"

"No, no me voy a ningún sitio. Porque tú lo dices no es una razón que me valga. Usagi necesita trabajo y yo quiero que trabaje aquí. Todas las empresas tienen un psicólogo, o incluso un gabinete, pero nosotros no. Y creo que deberíamos intentarlo, y Usagi es la mejor opción."

"Yo creo que Rei lleva razón, no vendría mal tener un loquero en la empresa. Así se reducirían quizás las bajas por depresión" apoyó Jin

"Es psicóloga y no loquera"

"¿Se puede saber por que tu amiguita necesita el trabajo?"

"La obligaron a dimitir" al ver la cara que ponía su hermano decidió continuar hablando "Por no querer salir con su jefe"

"Por lo menos se puede decir que tiene moral"

"¿Y bien?"

"¿Por qué quieres que te de mi aceptación si vas a contrarla, diga si o no?"

"Ella prefiero que este de acuerdo. así que di que sí, y me marcho"

"Lo que quieras, ahora vete"

"En cuanto firmes el contrato, os dejo seguir con lo vuestro"

Mamoru firmó el contrato, y se lo dio a su hermana. La cual se marcho a su oficina más contenta que unas castañuelas, para llamas a su amiga y decirle que ya tenía nuevo trabajo.

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Bueno estaba un poco aburrida, y decidí empezar una nueva historia. Y puesto que con la de Real me no sabia que hacer, porque me surgió de una tarde de aburrimiento y con las otras estoy estancad, no se puede rechazar a las musas de la inspiración. Y aquí está mi nuevo fic, espero que os guste.