Los personajes no me pertenecen ya lo sabéis, son de Rowling.
Capitulo 1: Ideas locas
Amanecía un tranquilo día de primavera en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El sol brillaba, y una suave brisa corría por los terrenos agitando la hierba. El cielo azul sin una sola nube se extendía hasta donde alcanzaba la vista más allá de las montañas. Algo bastante inusual en esa zona de escocia. Los pajarillos cantan, las nubes se levantan… En definitiva, el día prometía ser perfecto. O al menos eso pensaba Lily Evans mientras miraba por la ventana de su habitación en la torre Gryffindor.
Respiró hondo y con una sonrisa que no le cabía en la cara salió rumbo a la sala común donde la esperaba su compañera de cuarto Rose.
—Vaya Evans, que madrugadora. Parece que hoy nos hemos levantado con el pie derecho. —No había bajado ni dos escalones cuando la inconfundible y agradable (espera ¿he dicho agradable?, borrad eso de vuestras mentes) voz de Potter se hizo paso entre sus felices pensamientos—.Qué me dices Padfoot, ¿crees que debería aprovecharme del buen humor de la dama y pedirle una cita?
Allí estaban Potter y Black sentados en sendas butacas de la Sala Común, con pinta de no haber dormido en meses y haber pasado varias veces por un campo de minas.
El primero llevaba un par de desgarrones en la túnica del colegio y el pelo mas alborotado que de normal, pero miró a la chica con su característica pose de "Evans sal conmigo". Seguramente intentando desviar la atención de Lily del resto de su desastroso aspecto.
Mientras Black optaba por el clásico "venid a mi nenas y veréis lo que es bueno", que incluía una mirada sugerente y una postura desenfada, y que desde luego no hacía pasar desapercibidos los dos kilos de barro que llevaba repartidos por todo el cuerpo ni los pequeños restos de lo que parecían ramitas y hojas secas que enmarañaban su preciado pelo.
Ambos se mostraban relajados y en su salsa, como si el hecho de parecer recién salidos de una escaramuza con gnomos de jardín fuese el pan suyo de casa día. Pero a pesar de intentar aparentar normalidad, las más que evidentes ojeras y el mal aspecto en general de ambos hizo que Lily se pusiese en guardia sobre qué podrían haber tramado esos dos.
—Tenía entendido que los merodeadores no madrugabais los fines de semana y fiestas de guardar, ¿a que se debe que podamos "disfrutar" de vuestra compañía desde tan tempranas horas un sábado? —Sobra decir que si Lily no se encontrase de buen humor los habría mandado directamente a la mierda en menos que se dice quidditch. Pero el buen tiempo, su naturaleza de por si curiosa y sobretodo su deber como prefecta le obligó a preguntar.
—Joder Prongs, si resulta que tu chica tiene sentido del humor. —Siruis puso cara de espanto y se levantó de un salto del sofá, sin poder ocultar un gesto de dolor, y se puso a dar vueltas corriendo por la Sala Común mientras gritaba—.¡Por Merlín, Morgana y los cuatro fundadores, Voldemort debe andar cerca y esto es el fin del mundo! —Y mas incoherencias del estilo.
Ante semejante escena, el buen humor de Lily se esfumó en un tiempo record y con él sus ganas de dialogar pacíficamente. Vamos que lo que quería era asesinar a Black de forma lenta y visceral.
—Cállate Black, o al que se le acabe el mundo será a ti, y créeme disfrutare haciéndolo.
Sirius, que en algún momento de la amenaza había recobrado el juicio, recordó que no era buena idea cabrear a la prefecta. Se paró en seco y volvió dócilmente a su sitio en la butaca.
—Uff… gracias Evans por volver a ser tú, por un momento he temido por nuestras vidas. —Pero estamos hablando de Sirius Black, no podía dejar pasar una oportunidad tan buena para hacer rabiar a la pelirroja.
Esta le dirigió una última mirada asesina mientras el chico seguía con el teatro, haciendo como si estuviera recuperándose del susto y no podía evitar que se le escapara un bostezo considerable.
—Como os pille Filch merodeando por los pasillos de noche, por lo que temeréis será por vuestra integridad física —continuó Lily bastante cabreada.
—No tenemos ni idea de lo que nos estas hablando, ¿verdad Prongs? —James que hasta el momento había permanecido en estado semicatatónico observando a Lily, salió del trance.
—Ni idea Padfoot, no sé cómo esta bella dama puede pensar así de nosotros —añadió mientras corroboraba la versión de Sirius y sacaba a relucir su cara de niño bueno-no he roto un plato en mi vida.
Lily rodó los ojos e ignorándoles, como debería haber hecho desde un principio, salió por el retrato de la Dama Gorda antes de cometer alguna locura. Todavía podía oír a ambos merodeadores hablando de fondo sobre lo dolidos que estaban con ella por acusarles sin pruebas cuando atravesó el cuadro.
Con lo bien que había empezado el día. ¿¡Es que ni quiera le iban a dar tregua los fines de semana!? Hombres insufribles.
Iba refunfuñando tan concentrada que pasó de largo a su amiga Rose que la esperaba a la salida del retrato.
—Buenos días a ti también gruñona. —Lily se giró un poco sobresalta hacia su amiga—.Pensaba que con el buen día que hace hoy te habrías levantado algo mas animada.
—Dales las gracias a Potter y Black, no han tardado ni cinco minutos en aparecer para fastidiarlo. —Suspirando de rabia y frustración Lily empezó a andar de nuevo seguida de Rose que la miraba con una media sonrisa en la boca y negando con la cabeza.
—Y cómo es que estaban levantados tan pronto, tenía entendido que los merodeadores no madrugan fines de semana ni…
—…ni fiestas de guardar —asintió Lily con desgana—.No estaban levantados, mas bien parecía que aun no se hubiesen acostado. Han estado merodeando por el castillo—.Eso solo explicaba las caras de sueño, el resto de su aspecto desaliñado no tenía ni idea a que se podía deber.
—¿Te lo han dicho ellos? Por que sería toda una novedad que confesaran por voluntad propia. —Rose se puso a la altura de su amiga cada vez mas interesada en el tema.
—No hace falta que me lo confirmen. Llevaban unas ojeras que se las podrían pisar y si Black llega a bostezar un poco mas fuerte le habría visto los pies ¿Necesitas mas pruebas? —Lily empezaba a exaltarse como cada vez que hablaban de ellos. Y no quería, tenía que olvidarse de esos dos y aprovechar el día. Respiró hondo una vez mas—.No quiero seguir hablando de esto. Con un poco de suerte no los voy a ver en lo que me queda de sábado. —Rose asintió no muy convencida.
—Si piensas ir a visitar a Lupin siento decirte que es probable que no solo veas a Black y a Potter si no también al imbécil de Pettigrew.
Lily se abofeteó mentalmente. Había olvidado por completo que había sido luna llena y Remus estaría en la enfermería convaleciente y bastante deprimido.
Había descubierto su "peludo secreto" hacía poco más de un año, y se lo confesó al chico. Desde entonces y después de mucho insistir, se había creado la costumbre de visitarle el día después a su transformación y hacer los deberes juntos.
Le caía bien Lupin. Podía ser un desastre en cuanto a su mala memoria y solía dejarse arrastrar bastante por los dos indeseables, pero era un buen chico y bastante inteligente, lo que hacía que las horas que le tocaba patrullar con él por los pasillos del colegio fuesen amenas.
El único fallo que tenía es que solía llevar a Black y Potter pegados a él en plan lapa la mayor parte del tiempo. De hecho podría decirse que los tres iban en pack. Como estos que venden en los supermercados muggles, que vienen tres zumos y luego la oferta que incluye otro mas de un sabor que a nadie le gusta (ese sería Pettigrew), pero como va en el pack y está de oferta pues al final te llevas los cuatro. El caso es que normalmente Remus iba en compañía de esos tres impresentables, así que por lo general intentaba no relacionarse con él a menos que fuese solo.
Suspiró por enésima vez en lo que iba de mañana. Ese iba a ser un día muy largo.
En todo el día no se pudo concentrar en otra cosa que no fuese Potter y su estúpida sonrisa de niño bueno. Eso solo la hacía ponerse de mal humor y le impedía disfrutar de los cotilleos que estuvo contándole Rose sobre Margaret Stone, una chica de Ravenclaw, y sus supuestos cuernos, al parecer tan obvios que hasta la profesora McGonagall había insinuado que transformase a su novio en cucaracha y lo pisase. O al menos eso le había asegurado una de Hufflepuff que conocía a una de Ravenclaw que conocía a la mejor amiga de Margaret.
Hacia las 5 de la tarde decidió que ya les había dado tiempo de sobra a los merodeadores para ir a visitar a su querido amigo y que a esas alturas deberían de estar ya en la Sala Común. Preferiblemente dormidos en su cuarto para no tener que cruzárselos por casualidad.
Así que después de despedirse rápidamente de Rose, -que al verse sin público se fue en busca de nuevos cotilleos- se fue rumbo a la enfermería, cruzando los dedos de manos y de los pies y rezando todo lo que se le ocurría para no encontrarse a Potter.
—… que no estén, que no estén, por favor Merlín que esté solo… Iba murmurando mientras veía como la puerta de la enfermería se acercaba inevitablemente a medida que ella avanzaba.
Abrió con cuidado, atenta para salir corriendo en cuanto escuchase sus voces. Pero solo se oía silencio y tranquilidad, así que aliviada y mas contenta de lo que había estado en todo el día se acercó a la única cama que se veía ocupada, que estaba parcialmente escondida tras una cortina.
—¡Remus! ¿Qué tal est... —El resto de la frase se le quedó atascada en la garganta por la escena que tenía ante sus mas que sorprendidos ojos.
La cortina, que sin duda la había colocado Madame Pomfrey para darle algo de intimidad a Lupin, estaba en un ángulo que hacía que desde la puerta de la enfermería fuera imposible ver que había detrás. Pero al acercarse lo suficiente, se veía claramente que la cama contigua a la del chico estaba ocupada.
—Shh... —susurró Remus llevándose el dedo índice a los labios—.Que los vas a despertar.
Y eso era precisamente lo que había alterado tanto a la pelirroja. ¿Y que era eso? Pues bien, lo que Lily estaba presenciando era ni mas ni menos que a Potter, Black y Pettigrew, durmiendo tranquilamente en medio de un caos de brazos, piernas y sabanas, tal que parecían a punto de dislocarse algo.
El hombre lobo no pudo más que sonreír ante la escena. Sus amigos, durmiendo de forma que cualquier otra mujer en el castillo hubiera considerado adorable mientras que Lily les miraba como si se acabase de encontrar con un basilisco dormido e intentase practicar una huida rápida y silenciosa.
—…yo… mejor vengo en otro momento. —Apenas lo había murmurado pero a Lily le pareció como si lo hubiese gritado por un altavoz. Incluso creyó ver como Potter fruncía levemente el ceño.
—Tranquila Lily, que están dormidos y no muerden. —La chica le dedicó una mirada fulminante para advertirle que a ella no le hacía ninguna gracia. Pero una vez mas la curiosidad mató al gato, y Lily fue incapaz de contenerse.
—¿Cómo han acabado así? —Señaló con la mirada el lío en el que se habían convertido los tres amigos.
Lupin se encogió de hombros y suspiró en un claro gesto de cansancio acompañado de una pequeña pero clara mueca de culpabilidad. Debía de haber sido una noche dura para el.
—Han traído esta mañana a Peter —empezó el chico con cautela—, por lo visto metió el pie en uno de los escalones trampa de las escaleras que bajan al tercer piso cuando iba a desayunar.—Ella asintió sabiendo perfectamente a que escalón se refería ya que ella misma había caído en el una docena de veces a lo largo de los años—.Perdió el equilibrio y acabó rodando dos tramos seguidos de escaleras. Se ha roto la pierna por dos sitios. —Lily no se fiaba un pelo de la versión de los hechos que Remus le estaba contando, y menos después de ver el aspecto que presentaban Potter y Black esa misma mañana. Pero ante la noticia no pudo mas que llevarse una mano a la boca horrorizada—.Lleva prácticamente inconsciente desde entonces. Hasta que hace un rato han venido Sirius y James y se han puesto a discutir sobre… algo que hicieron anoche. —La sospecha de Lily iba en aumento, y si aun no había soltado toda su rabia contenida era porque sabía que Remus no era culpable y seguramente tampoco el pobre Peter. (Ilusa)
Lupin por su parte se cuidó mucho de revelarle la verdad a Lily, sobretodo porque la versión real de los hechos incluía alumnos de noche fuera de la cama, un licántropo suelto por los alrededores, animagia ilegal, destrozos de una propiedad privada y saltarse varias decenas de normas de la escuela.
Y a pesar de lo que sus amigos pudieran decirle sabía que parte de la culpa era suya. Habían pasado la noche en la casa de lo gritos, como cualquier otra luna llena, pero en un momento de euforia canina Sirius le había mordido juguetonamente, y el hombre lobo no se lo había tomado demasiado bien debido a su temperamento animal, así que agarró lo primero que tenía a su alcance que era una silla de comedor que en sus tiempos debía de haber sido elegante y haciendo un gran esfuerzo para no lánzasela a su amigo la estrello contra una pared descargando así su rabia. El problema es que la casa ya estaba bastante deteriorada debido a sus frecuentes salidas nocturnas, y el tabique en cuestión cedió derrumbándose en parte encima de Peter que a pesar de correr mucho en su forma de rata no pudo esquivarlo a tiempo
Lily le miró con perspicacia. La cara de Lupin siempre había sido como un libro abierto para ella, y en esa ocasión llevaba la palabra culpabilidad pintada en la cara como un letrero luminoso. Eso no había mas que confirmarle su teoría de que los merodeadores andaban metidos en algo mas turbio que de normal.
Remus se dio cuenta del escrutinio al que estaba siendo sometido y rápidamente soltó un sonoro bostezo seguramente intentando desviar la atención. Misión en la que fallo estrepitosamente, porque Lily ya se había hecho su propia composición de lugar. Es decir, que sabía que lo que le había contado no era lo que había pasado, que sabía que Remus también lo sabía, y que él sabía que ella sabía que le estaba mintiendo. (Vaya lío)
Pero así era su relación con el hombre lobo. A pesar de ser amigos, sabía que su lealtad hacia Potter, Black y Pettigrew era mayor, por lo que aunque le doliese mentirle, los protegería antes que decirle la verdad a ella.
Algo totalmente admirable desde luego, pero las cosas empezaban a írseles de las manos. Que los merodeadores salían de noche por el castillo burlando a Filch, a los prefectos y a los profesores no era ningún secreto para nadie. Pero nunca habían llegado al extremo de salir heridos a ese nivel y eso sumándole el aspecto desastroso que tenían esos dos por la mañana hacía que Lily se preocupase, muy a su pesar.
—El caso es que estaban montando tanto escándalo que Peter se ha despertado —continuó Remus intentado nuevamente desviar la atención del tema que veía que le preocupaba a la pelirroja—, y ha empezado a quejarse a gritos de que le dolía mucho, aunque Madame Pomfrey le había dado un calmante, ya sabes que es un poco exagerado.
Lily asintió. Era por todos conocida la habilidad para el teatro que tenía Pettigrew. La última vez que ella le arreó una colleja por reírle un comentario a Potter había estado quejándose durante media semana, argumentando que con todas las neuronas que había matado con el golpe, no iba a poder estudiar para los exámenes.
—James le ha hecho cosquillas para que se callara, y Sirius se ha apuntado también y bueno… —Remus miró a los tres con una mezcla de diversión y pena —.Pomfrey odia que incordien a sus pacientes, así que sin avisar les ha lanzado un Desmaius y me ha prohibido despertarlos o moverlos.
El chico volvió la vista hacia Lily que hacía grandes esfuerzos por no reírse. Batalla que perdió rápidamente cuando se fijó en que a Black se le estaba cayendo la baba encima del brazo de Potter que en medio de su sueño acababa de arrearle un codazo a Peter.
Remus se le unió, y estuvieron un buen rato sin poder parar de reír. James gruñó aun dormido e intentó moverse, pero al no conseguirlo volvió a gruñir y pronunció en un murmullo perfectamente audible.
—Evans, sal conmigo… —A Lily se le cortó el ataque de risa en seco y empezó a entrarle uno de pánico.
¿Es que ese chico no pensaba dejarla en paz ni dormido? Estaba empezando a hiperventilar y que Lupin la mirase con cara de "dile de una vez que si, que sabes que quieres y líbranos a los demás del suplicio" no ayudaba precisamente.
Así que antes de que se despertasen las bestias y sobretodo antes de que su mente se parase a analizar que había sido ese repentino ramalazo de ternura que le había dado al oír a Jam... a Potter, decidió poner pasillos de por medio. Dedicándole un rápido y apenas entendible "mejórate" a Lupin salió por la puerta de la enfermería como alma que lleva el diablo.
Al caer la noche y después de aguantar muchas horas de mal humor de la pelirroja, Rose decidió enfrentar el temible y legendario genio de su amiga de una vez, antes de contagiarse ella y pagarlo con algún pobre desgraciado.
—Así que… Potter te ha pedido salir de nuevo. —No era una pregunta, era la constatación de un echo.
—No lo a hecho-contesto con un bufido Lily. —Al menos no conscientemente.
—Bah, lo mismo me da, que me da lo mismo. —Rose de normal se divertía mucho tomándole el pelo a su amiga con el tema pero esta vez estaba bastante quemada con la actitud de la pelirroja y decidió que debía tomar cartas en el asunto—.Quizá deberías plantearte darle una oportunidad… —Mirada asesina cortesía de Lily—.¡No me mires así y déjame terminar! Lo que quiero decir es que situaciones desesperadas requieren medidas desesperaras y quizá si le das una cita, y deja de mirarme así que te van a salir arrugas prematuras, el se canse de perseguirte por los pasillos.
—¡Estas demente!, eso solo serviría para darle alas a su estúpida obsesión y para recordarme toda la vida que hasta la prefecta perfecta puede caer ante sus encantos. —Lily empezaba a pensar que Rose se había vuelto loca del todo. La conocía de siempre pero no fue hasta hace unos meses que realmente empezaron a ser amigas, y la verdad es que había veces que no sabía muy bien como funcionaba su cerebro.
—¡Que me dejes terminar! —Miró a la pelirroja bastante fastidia por sus continuas interrupciones, y esta se serenó un poco—.Que pasaría si en esa cita se da cuenta de que no le gustas nada. —Terminó alzando las cejas y con cara de emoción.
—Eso no tiene ningún sentido. —El entusiasmo de Rose calló en picado con esas cinco palabras—.No es que me lo tenga muy creído, pero si en siete años ignorándole no he conseguido que me deje en paz no creo que precisamente darle el gusto de ceder y darle una cita vaya a cambiar las cosas.
—Ya pero porque a el le gusta lo que ve de ti, pero quizá si esa imagen se distorsiona un poco… —Su amiga dejó ahí la frase con la esperanza de que la pelirroja recapacitase.
Lily contra todo pronóstico se quedó bastante pensativa y en silencio. Recordaba claramente como hacía poco mas de dos semanas, Rose le había leído un articulo de Corazón de Bruja, donde describían una serie cosas que una chica debería hacer para ligarse a un chico en la primera cita, y eso le daba una idea muy interesante.
—Con que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas ¿no? —Rose se estremeció. La sonrisa maliciosa de Lily era algo que se podía ver en contadas ocasiones, y siempre era igual de escalofriante.
Bueno pues ¿que os ha parecido?
Me encanta escribir sobre estos dos personajes y su entorno, es muy entretenido la verdad jajaj y puedo sacar mi vena mas loca.
La historia consta de 5 capítulos prácticamente terminados así que la rapidez de las actualizaciones será directamente proporcional al interés que vea por la historia. Si, soy mala lose, pero necesito saber que opináis.
Y si ya habéis tenido la paciencia y las ganas de leer hasta aquí voy a aprovechar y hacerme un poco de auto-publicidad :P. Acabo de subir un one-shot tributo a Pansy Parkinson (lose soy rara) y os agradecería que le dieseis un vistacillo y opinaseis, y sentiros libres de cotillear por el resto de mis escasas publicaciones.
Pues antes de que estas notas finales se hagan eternas, un besito y ¡espero tener noticias vuestras!
