Pecado Prohibido

Pecado Prohibido

Capítulo 1: ¿Qué me pasa?

Estaba recostado en su cama, pensando. Ella, ¿qué tenía ella que hacía que el Príncipe de Slytherin se fijara en ella?. Era Griffyndor y llevaba toda una vida odiándola. "Es una sangre impura", se decía una y otra vez, pero tenía algo que él amaba... Esa forma de enfrentarse a los problemas, esa actitud desafiante... Eso era lo que tenía ella.

Se dio vuelta para poder ver la luz del sol y Draco Malfoy sonrió. Había recordado cómo había sonreído Hermione Granger esta mañana. Esa sonrisa tan dulce e inocente, hacía que Draco sonriera de una manera que nunca nadie podría hacer. Ella hacía cosas que nadie podía causar en Draco...

Pero un pensamiento se le vino a la cabeza, y una mueca de dolor vino a su rostro. "Ella es una sangre impura y un Malfoy no puede... No puede..." había pensado, pero sus pensamientos no podían terminar la frase.

¿No puede qué? ¿Qué sentía Draco por la castaña? ¿Amor?

Hermione estaba en la biblioteca haciendo una redacción para Snape. No se podía concentrar. Estaba pensando en la actitud del muy egocéntrico Malfoy que había tenido esta mañana hacia ella.

FLASH BACK:

Hermione salía de Pociones muy apurada, porque tenía que ir hacia su Sala Común para buscar los libros de Aritmancia. Le había dicho a Harry y a Ron que ella iría a la Sala Común y que luego se los encontraría en el Gran Comedor.

Iba caminando hacia el vestíbulo, cuando dos grandulones torpes se cruzaron en su camino y no dejaban pasar a la castaña.

Ésta, muy enojada, les dijo con un tono de fastidio:

-Crabbe. Goyle. Les aconsejo que se quiten de mi camino. No se olviden de que soy prefecta.

Una voz que arrastraba las palabras dijo:

-Muchachos, ¿qué hacen? Quítense del camino.

Ambos mastodontes se miraron y, sin saber el motivo, le dejaron el paso libre a la Leona.

Hermione, sorprendida, avanzó antes de que Malfoy retirara lo dicho.

Al pasar por su lado, éste le tomó la mano y le dijo en un susurro:

-¿No piensas agradecerme?

-¿Yo? ¿Solamente por quitar a tus estúpidos matones?-dijo la castaña mirándolo a sus ojos grises. Algo le decía que Draco se comportaba diferente...

-Pensé que eras más educada, Granger-dijo Malfoy con una sonrisa pícara en sus labios.

-Un Griffyndor nunca le da las gracias a un Slytherin. Ahora, si me disculpas... -dijo la castaña y dejó parado al rubio.

FIN FLASH BACK.

¿Por qué Malfoy la había tratado así? ¿Qué estaba tramando? Esas actitudes desconcertaban totalmente a Hermione.

"Basta Hermione. Tienes que terminar la redacción para Snape", se había dicho a sí misma. Sacó de su cabeza a Draco Malfoy, y se dispuso a terminar su redacción.

Había tenido un sueño rarísimo. Estaba en el campo de Quiddicht y vio a su castaña entre las gradas de Slytherin. Ella lo saludaba alegremente y sonreía como a él le gustaba.

Se levantó de la cama, mirando a ambos lados. Crabbe y Goyle dormían como dos osos. Zabini no estaba en su cama.

"Típico de él. De seguro está con una Hufflepuff", pensó Draco. Tomó su bata color verde oscuro y fue a tomar una ducha. Necesitaba sacarse a la castaña de la cabeza.

Se desvistió y revolvió su cabello rubio con sus manos. Su cuerpo era de alguien atlético. Se podían ver bien definidos sus abdominales y sus brazos eran fuertes.

Luego se metió a la ducha y se puso a pensar.

¿Qué le pasaba? Hermione Granger, es una sangre sucia y la amiga de Potter. Ella es una Griffyndor y está prohibida. Que le pasen cosas con ella es un pecado prohibido. Tenía que mirar a otras chicas. Pansy, ese era su futuro y su destino. Pero la muchacha ya no tenía el mismo interés de antes por el rubio. Ella se mostraba indiferente a cada caricia que él le daba, a cada provocación que antes hacían de una buena noche.

Hermione ya estaba levantada y esperando a sus amigos.

-¡¡Harry!! ¡¡Ron!!-había gritado por enésima vez. Sus amigos, apurados y terminándose de anudar sus corbatas, bajaban la escalera diciendo:

-Lo sentimos, Herms. Es que Ron se volvió a quedar dormido-se excusó Harry.

-Ron, ¿qué dijimos?-le reprochó Hermione.

-Que no volvería a quedarme hasta altas horas de la noche jugando al Snap Explosivo con Seamus-dijo Ron, mirando a sus zapatos.

-Menos mal que por lo menos me escuchas-dijo Hermione.

-Vamos a desayunar-dijo Ron para desviar el tema de Hermione.

Los tres amigos fueron al Gran Comedor. Ginny y Luna los estaban esperando.

-¿Dónde estaban?-preguntó Luna mirando a Hermione.

-Lo que pasa es que Ronald volvió a quedarse dormido-dijo Hermione con una mirada de reproche hacia su amigo.

-Se te va a hacer una costumbre-comentó Ginny.

Ron miró a Harry en busca de ayuda.

Éste, dijo:

-No se preocupen. Es la última vez que Ron se queda dormido.

Las chicas rieron. Harry sabía que eso significaba que era una buena señal.

Antes de que Ron repitiera por décima vez su zumo de naranja, Hermione lo tomó por su brazo y lo arrastró hacia Pociones.

Al llegar al lugar, los de Slytherin ya estaban afuera esperando a que llegase Snape.

Al ver llegar a los tres amigos, Draco bufó:

-Miren quienes llegaron. Cara rajada, el pobretón y la sabelotodo de Granger.

-Cállate, Malfoy-dijo Hermione y se dio vuelta.

-La verdad no ofende Granger-dijo Draco con una sonrisa en su rostro.

-Es verdad, no ofende. Pero ofende que lo diga alguien que tiene a la mitad de su familia con el Innombrable-le respondió Hermione desafiante.

Draco tensó su rostro y la miró.

La castaña había vuelto a hacer lo que le encantaba a Draco: desafiarlo.

Con una sonrisa en su rostro, el joven respondió:

-Granger, no me desafíes. Sabes que me encantan los desafíos-Draco se acercó a la muchacha.

Harry reaccionó:

-Ni se te ocurra tocarla Malfoy o te las verás conmigo.

Draco miró a Harry y le dijo:

-Potter, esto es entre Granger y yo. Tu no tienes porqué meterte.

-Harry, tiene razón Malfoy-dijo Hermione guiñándole un ojo a Harry. Luego se volteó y miró a Malfoy: -. Dime, ¿en qué quieres que te desafíe?

Draco sonrió y le dijo:

-Te espero esta noche en la sala de los menesteres. A las 11 en punto, Granger. Espero que no me decepciones-luego se dio vuelta y entró en el aula.

"¿Qué me pasa?", se preguntó. Esta noche se iba a confirmar a sí mismo si sentía algo por Granger.