DISCLAIMER: Todos los personajes y/o lugares conocidos del mundo de HARRY POTTER le pertenecen a la maravillosa escritora J.K. ROWLING. Sólo la trama es mía.
Este fic participa en el mini reto de diciembre para "La Copa de la Casa 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Gracias a mi hermana, JessyRiddleFriki-Black por el beteo.
Personajes:ErnieMacmillan.
Mi casa es: Hufflepuff.
Lectura recomendada: Una pitón Birmana.
UNA MALA BROMA
I
— ¡Estoy harto! —gritó Zacharias Smith molesto caminando de un lado para el otro. —Llevo cinco jodidos años aguantándome las pesadillas de Justin. Los únicos días en los que puedo dormir es cuando estoy en mi casa de vacaciones.
—Yo también estoy harto, pero hay que reconocer que son graciosas. Como cuando soñó que una pitón birmana quería besarlo —dijo Ernie Macmillan sentado en su cama.
—Muy divertido, Ernie, pero al igual que Zach estoy perdiendo la poca paciencia que me queda. Un día de estos yo mismo le lanzo la maldición asesina —dijo Wayne Hopkins molesto, arreglándose la corbata.
— ¿No hablarás en serio? —preguntó Ernie con las cejas fruncidas.
Wayne rodó los ojos y terminó de arreglarse la corbata.
— ¡Claro que no!—contestó exasperado sentándose en su cama.
Ernie se quedó pensativo y luego sonrió de manera traviesa.
—Tengo una idea para vengarnos de Justin por no dejarnos dormir.
Zach y Wayne se sentaron al lado de Ernie y escucharon atentamente el plan de venganza.
II
Ernie se encontraba acostado en su cama, cuando Justin entró sigilosamente a la habitación directamente al baño. Inmediatamente que Justin cerró la puerta del baño, se puso en pie y se acercó a la puerta entreabriéndola viendo a su amigo entrar en la regadera. Saco su varita, tomó su escoba y la transformó en una pitón birmana. Luego le ordenó a ésta que entrara al baño.
La falsa pitón entró serpenteado sigilosamente por el baño hasta la regadera. De repente, se escuchó un grito de niña histérica, se abrió la cortina y Justin salió corriendo en pelotas hasta la sala común huyendo de la pitón.
Los pocos estudiantes que habían escuchado el grito se reunieron en la sala común para encontrar al pobre de Justin traumatizado en el piso hecho un ovillo, repitiéndose como un mantra que no debía tenerles miedo a las serpientes.
— ¡Bien hecho, genio! —le dijo Wayne metiéndole un pescozón en la nuca a Ernie. —Ahora dormiremos mucho menos.
—Creo que no fue buena idea lo de la broma—dijo Ernie sintiéndose culpable por su amigo.
— ¿Tú crees? —siseó Zach.
—Ahora me tendré que aguantar sus pesadillas, porque a este idiota se le ocurrió que pasáramos la vacaciones navideñas juntos éste año—dijo mirando molesto a Ernie, que estaba rojo de la vergüenza.
Los tres tejones bajaron las escaleras apenados y fueron a ayudar a su traumatizado amigo.
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