Estos personajes no me pertenecen, pertenecen a Kusanagi porque si fueran míos SALDRÍAN MÁS Y SERÍAN OTP

Espero que lo disfrutéis, que últimamente no he tenido tiempo de escribir absolutamente nada ~

La primera vez que la vio, no supo cómo reaccionar.

Él acababa de llegar al castillo Hiryuu junto con Handae y el viejo Mundok para una reunión de generales. Nada importante al parecer, simple rutina. Y fue en ese instante en el que la vio.

Una belleza sin igual se encontraba en uno de los pasillos que había cerca de los establos, observando el jardín que rodeaba el castillo por completo. Era una joven de aproximadamente su edad, con un largo y precioso cabello azul que caía por su espalda como si de una cascada se tratase. No podía verle bien el rostro debido a que el flequillo y su propia mano, en la que estaba apoyando su cabeza, le tapaban en gran medida. Aún así, sin saber cómo, sabía que nunca en su vida vería a alguien igual que ella.

Se encontraba aún sumido en sus propios pensamientos cuando la joven de cabellos azules pareció verlos y se acercó a ellos. Fue Handae quien le sacó de su trance, literalmente de un codazo. En el tiempo en el que le lanzaba una de molestia a su amigo, la muchacha ya se había situado delante de ellos. Y fue ahí cuando realmente, algo cambió dentro de él. Una sensación que jamás había sentido se instauró en su cuerpo, que incluso le impidió saludarla de forma apropiada.

Tal y como se había imaginado instantes antes, su rostro no era comparable al de ninguna persona con la que había visto o soñado. Su piel era algo pálida pero hermosa, sus ojos parecían dos profundos océanos cuyas aguas escondían infinidad de secretos y su sonrisa...

Ni siquiera tenía palabras para describir su sonrisa.

Apenas era una curvatura de labios, pero con solo eso era suficiente.

—Me alegro mucho de volver a verte, Lili. —Fue Mundok quien rompió el silencio, el cual esbozaba una sonrisa como las que le brindaba a Taeyeon o a cualquiera de sus conocidos más cercanos. Por ello, dedujo que debía tratarse de alguien importante, o al menos agraciado, para él.— Espero que te hayas recuperado apropiadamente.

—Sí, gracias. Ya estoy casi recuperada por completo, aunque siento que aún me tienen bastante vigilada... —La joven se encogió de hombros, durante un segundo, pero la sonrisa no desapareció de su rostro. O quizás era él quien había grabado a fuego en su mente esa sonrisa sin haberse dado cuenta, lo cual resultaba bastante estúpido. Seguramente el desayuno le había sentado mal.

Sin embargo, al fin se dio cuenta de algo. Quizás fue al decir su nombre, quizás fue al observarla mejor.

Esa había sido la chica a la que habían salvado no hacía mucho tiempo. La hija del general de la tribu del agua. Posiblemente no la había reconocido en un primer momento ya que la única vez que la había visto, estaba llena de heridas y suciedad del campo de batalla; por no decir que estaba desmayada y momentos antes casi había sido asesinada en la horca.

Aunque en el fondo, muy en el fondo, sabía que en aquél momento había pensado lo mismo que hacía unos segundos. Puede que en realidad lo que había sentido fuese su mente y su corazón recordándola.

No.

Un sinsentido.

Definitivamente el desayuno le había sentado mal.

O al menos, eso quería creer para no acabar como el anterior general de la tribu.