Disclaimer: Nada me pertenece, todo es obra de J.K.

Nota: Es mi primer Dramione, espero les guste. Quizás un día me anime a escribir algo más largo.


Todo estaba perdido, él había ganado. Se escuchaban los gritos eufóricos de los mortífagos, quienes alardeaban su triunfo. Con la muerte de Harry moría también toda posibilidad para ellos, pues sabían que en ese régimen del terror que se instauraría, su amor no tendría cabida.

—Bésame, bésame por última vez —susurró—. Quiero sentir una vez más que me amas —agregó entre sollozos. Las lágrimas corrían por su rostro. Esta sería su despedida, él lo sabía.

—No quiero… no quiero dejarte —respondió Hermione, tomando nerviosamente las manos del joven.

—¡La vida no es justa! —gritó Draco—.Por lo menos no para nosotros. Si tan sólo te hubiese conocido en otro momento, las cosas podrían ser diferentes, quizás si…

—Pero no lo son —dijo interrumpiéndolo— , no lo son y nunca lo serán. No mientras tú seas tú y yo sea yo —sentenció.

Ellos eran víctimas de un amor prohibido, de esos que nacen destinados a morir. Siempre lo supieron, sin embargo, decidieron arriesgarse. Con el tiempo comprobaron que por más que intentes cambiar el mundo, los paradigmas y las creencias, se requiere más de una vida, se precisan más de dos personas. Pero algo habían logrado, pues serian el precedente de que cuando existe amor, hay, por más ínfima que sea, una posibilidad de hacer un cambio.

Ambos tomaron el vial que contenía esa mortífera poción, primero bebió ella y luego él. Se miraron, sonrieron, y tomados de la mano, partieron rumbo a un sueño eterno. Juntos.

(***)

Si tan sólo hubiesen esperado unos minutos, si tan sólo hubiesen sabido que Harry no estaba muerto, y que derrotaría Voldemort. Quizás, y sólo como una mera posibilidad, ellos podrían haber sido felices.