Para empezar quiero decir que Pokémon no me pertenece, esta es solo la historia de un fan con ganas de escribir.
Bien, debo decir que esta historia no será como las demás, si bien será una adaptación a mi manera de los juegos de segunda generación, no voy a seguir al pie de la letra todos los sucesos de los juegos, voy a incluir decenas de personajes de otras franquicias, animes, mangas, videojuegos e incluso caricaturas, por lo que será un Long Runner lleno de acción, momentos divertidos, tristes y muchísimas referencias.
Cual quier comentario, critica o sugerencia es bien recibido, así que si están preparados para que comience la aventura adelante bienvenidos al universo de Pokémon Fate.
Capítulo 1: Un inicio bastante cargado
-¡Gold! ¡Baja ya, el desayuno está listo!
Gritó una voz femenina desde el comedor. En el segundo piso de la casa, en la habitación cerca de las escaleras, un joven chico de 12 años se levantaba de la cama con pereza y frotaba sus ojos, a su lado estaba un ratón amarillo durmiendo plácidamente.
-¡Ya voy! – respondió antes de bostezar. Se incorporó en la cama y miró al ratón. – Vamos Denki, despierta.
El ratón movió las orejas y cambio de posición sin abrir los ojos, el chico frunció el ceño y agarró la cola del ratón.
-Vamos gordo, es hora de levantarse – dijo jalando al pokémon y rascando su espalda y debajo de las orejas.
- Pika… pi pika… - dijo el ratón empezando a despertar y riendo, por instinto soltó una poderosa descarga eléctrica que azotó al chico, chamuscando su cabello y haciendo que un poco de humo saliera de su boca
-Ahora sí que estoy despierto – dijo sintiendo como una descarga pasaba por su cuerpo. Se levantó de la cama de un salto y salió de la habitación dejando atrás al ratón.
El chico fue a desayunar junto a su madre.
-Gold, el profesor Elm me dijo que quería hablar contigo, así que ve a visitar su laboratorio cuando termines de desayunar. – dijo su madre, una mujer joven de cabello negro.
-OK – respondió metiendo una tostada en su boca, el ratón bajó y también tomó una.
Después de desayunar el chico se aseó y cambió su pijama azul con blanco por sus ropas de calle: Pantalón amarillo corto con detalles en negro, camiseta negra debajo de una chaqueta roja con bolsillo delantero y capucha blanca, zapatos negros con detalles blancos y amarillos y para finalizar su gorra mitad negra y amarilla hacia atrás, esta tenía el diseño de una Poké Ball en rojo.
-¡Mamá, me voy! – exclamó desde la puerta, extendió su brazo y el ratón saltó sobre él.
Gold salió de su casa y corrió en dirección al laboratorio del profesor Elm. En pocos minutos ya se encontraba frente a la puerta, así que qué ingresó allí, camino por algunos pasillos hasta llegar a una habitación que estaba llena con estanterías de libros, papeles y máquinas, en el fondo había un escritorio con una computadora y el profesor estaba sentado frente a esta mientras escribía.
-¡Pika! – exclamó el ratón desde el hombro del chico, lo que llamó la atención del hombre.
-Buenos días profesor, mi madre me dijo que querías verme – dijo parándose en la entrada con las manos en los bolsillos. El profesor se dio la vuelta y ajustó sus gafas para ver mejor al chico.
-¡Gold, llegas en buen momento! – dijo el hombre de cabello castaño corto y bata blanca, se levantó y tomó una especie de cápsula de una mesa cercana. – Quería pedirte un favor.
-¿Un favor? ¿De qué se trata? – cuestionó curioso, una de sus cejas se levantó y una oreja de Pikachu se movió. - ¿Investigación de campo?
-No, bueno, esto es algo especial. Necesito que lleves esto a uno de mis colegas que vive en la ruta 31 – dijo Elm mostrando lo que tenía en sus manos. Era una especie de cilindro de cristal de unos 30 centímetros. – Esto es algo que encontré hace unos días, lo estuve investigando, pero quiero que mi amigo lo revise.
-¿Qué es eso? – dijo con curiosidad, se acercó a la cápsula y la miró de arriba a bajo con una mano en el mentón, el ratón tenía la misma actitud. – ¡¿Espera, has dicho la ruta 31?! ¡Eso está muy lejos!
-Ya lo sé, ya lo sé, pero quería darte algo a cambio de este favor – el profesor dejó lo que tenía en las manos sobre una mesa y fue hasta una máquina que tenía una vitrina de cristal, en su interior se podían ver 3 esferas rojas con blanco. –. Aquí tengo tres pokémon bastante raros, si aceptas ayudarme con este favor podría darte uno de ellos.
-Hmmm… Me tientas, me tientas… - dijo con su mano derecha frotando su mentón como si estuviera considerando una muy difícil decisión. – Aceptó, hagámoslo.
-Muchas gracias. Ya hablé con tu madre acerca de esto y ella dijo que estaba de acuerdo si querías hacerlo, así que no tendrás problemas – dijo Elm respirando aliviado y tocando un botón de la máquina que hizo que el cristal se desplace arriba y una bandeja salió con las tres esferas. – En estas tres Poké Balls se encuentras los pokémon de los que te dije: Chikorita de tipo planta, Cyndaquil de tipo fuego y Totodile de tipo agua, puedes elegir el que quieras de los tres.
Gold miró las tres esferas mientras se cruzaba de brazos, Pikachu también se puso pensativo -… es una dura decisión, pero ya sé a cual voy a elegir – Sin dudarlo cogió la Poké Ball del centro y la acercó a su rostro.
-Así que eliges a Cyndaquil de tipo fuego, ¿estás seguro? – cuestionó el profesor, el pelinegro asintió con determinación y el ratón exclamó un "Pika" – Entonces es todo tuyo.
Unos minutos antes.
Un chico pelirrojo había llegado al pueblo New Bark, lugar donde se encontraba el laboratorio del conocido profesor Elm, caminó por unos minutos hasta que llegó a un establecimiento bastante grande con un letrero que ponía: "Laboratorio del profesor Elm ", sin dudarlo se acercó más al lugar.
-Así que éste es el laboratorio del profesor Elm… - miró hacia un lado y vio como un chico de cabello negro con gorra y un Pikachu en el hombro entraba corriendo al lugar.
El pelirrojo lo había seguido con la mirada hasta que lo perdió de vista. Camino hasta el lugar y lo observó desde fuera por un momento, luego caminó alrededor mirando dentro a través de las ventanas pero sin llamar demasiado la atención ni parecer muy sospechoso.
Llegó hasta una ventana que daba al interior del lugar y pudo ver al chico de antes y a un hombre de bata blanca, cabello corto castaño y gafas hablar, se acercó lo suficiente como para escuchar la conversación.
-Así que era cierto lo de que tenía pokémon raros aquí. – susurró para si mismo al oír sobre tres pokémon iniciales. – Planta, fuego y agua, interesante…
-Aquí tienes, la casa de mi amigo el señor pokémon se encuentra en la ruta 31 al norte de ciudad Cherrygrove, cuando estés en la ruta ve al noreste, verás algunos carteles que te indicaran el camino. Toma, cuídalo mucho y entrégalo sano y salvo. – pidió el profesor dejando la cápsula en las manos del chico.
-¡Cuenta con nosotros profesor! – exclamó haciendo un saludo militar con su brazo izquierdo.
-¡Pi pika chu! – agregó el ratón haciendo el mismo gesto.
El profesor sonrió y luego volvió a sentarse en su escritorio para seguir con lo que estaba haciendo antes. Gold y Denki se despidieron del profesor e iban a tomar rumbo a casa, pero se detuvieron al ver a un chico pelirrojo.
-¿Quién será ese chico? Nunca lo había visto por el pueblo… - dijo viendo al muchacho de cabello rojo, Pikachu también lo observó con curiosidad. – Bueno, que más da. Mejor sigamos con nuestro camino.
Sin darle más importancia continuó rumbo a su casa.
Cuando llegó a casa le contó a su madre acerca del pedido del profesor, ella ya sabía de ello, así que había preparado su mochila y lo que podría llegar a necesitar para el viaje, así que no tuvo que perder el tiempo. Tanto él como Denki se despidieron con un beso y un abrazo.
-Ya sabes hijo, ten mucho cuidado y no aceptes cosas raras de extraños – dijo la mujer mirando con ternura a su hijo.
-Claro mamá, no tienes de qué preocuparte, será pan comido, ¿verdad, Denki? – dijo determinado, el ratón asintió con un energético "pika" y la mujer sonrió. – Bueno, me voy, adiós.
El chico se alejó corriendo mientras agitaba su mano derecha al igual que el pokémon en su hombro. La señora vio como su hijo se alejaba cada vez más hasta que lo perdió de vista, suspiró y volvió a casa.
Ruta 29
En la ruta 29 había un chico de cabello rubio entrenando junto a un Pokémon con forma de espada.
-¡Ahora usa Corte Furia! – ordenó el rubio.
El pokémon espada hizo brillar su filo y este adquirió un mayor tamaño y empezó a realizar cortes en el aire cada vez con más potencia.
-¡Termina con Cuchillada! – gritó extendiendo su brazo izquierdo a un lado.
Ahora la espada concentró todo su poder y adquirió un brillo blanquecino y con este realizó un corte limpio a una roca, partiéndola en dos en un veloz movimiento.
El chico rubio se acercó a su pokémon y lo felicitó por su trabajo y justo vio como llegada un chico con un Pikachu corriendo, le miró con su cara neutra.
El chico al verlo se sorprendió por el pokémon espada, así que se acercó al rubio con energía.
-¡Guao! ¿Ese pokémon es tuyo? Es la primera vez que veo uno de esos – dijo aquel chico, tenía una gorra, pantalones cortos y una chaqueta roja y un Pikachu en su hombro.
-Sí, es mío – respondió simplemente.
-¿Eres un entrenador pokémon? Porque pareces ser uno – el rubio asintió con la cabeza. – Yo voy rumbo a Cherrygrove, ¿y tú?
-Yo estaba entrenando junto a mi pokémon… ¿Quieres tener una batalla? – retó de la nada el chico callado.
-¿Enserio? Por supuesto, acabamos de convertirnos en entrenadores, ¿verdad Denki? – dio sonriendo, el ratón asintió. - ¿Cuáles son las reglas?
-Uno contra uno, el primero en caer debilitado pierde. – dictó las reglas. Sacó una Timer Ball y metió al pokémon espada en esta.
-Perfecto yo usaré este pokémon que acabo de obtener, será su primer combate – dijo el pelinegro sacando una Poké Ball del bolsillo delantero de su chaqueta. -. ¡Vamos Cyndaquil, sal a luchar!
Exclamó lanzando al aire la esfera, de esta salió un pequeño ratón con ojos rasgados y pelo azul marino en la espalda, donde tenía unas marcas rojas circulares.
-¿Cynda? – gruñó confundido el pokémon de fuego.
-Hola Cyndaquil, mi nombre es Gold, a partir de ahora seré tu entrenador, estamos a punto de tener un combate – le dijo el pelinegro agachándose para estar a la altura del ratón.
El ratón puso una cara de desagrado y de su espalda salió un poco de humo negro. Sin previo aviso atacó al chico con una ráfaga de chispas ardientes que le golpeó en la cara.
-¡Auch! ¡Cyndaquil, eso duele! – se quejó agarrando su cara que ardía. – Por favor, ayúdame con esto, luego veremos que hacer.
El ratón miró al chico rubio por unos segundos y luego asintió.
-En ese caso yo usaré a este – sacó una Poké Ball de su pantalón y la lanzó al aire. – Sal, Epona.
De la esfera emergió un poni con una melena de fuego al igual que su cola, además tenía puesta una montura en su lomo. Ponyta relinchó con emoción.
-Tienes el primer movimiento. – dijo el chico rubio.
-Gracias. (Según me dijo el profesor, Cyndaquil conoce Ascuas, Pantalla de Humo, Rueda de Fuego y Tacleada, lo mejor sería comenzar midiendo la fuerza del rival) ¡Cyndaquil usa Ascuas! – ordenó el chico de cabello negro.
El ratón tomó posición de ataque y las llamas de su espalda hicieron combustión convirtiéndose en una ardiente llama y abrió su boca para lanzar decenas de pequeñas ascuas.
-Contraataca con Giro de Fuego – ordenó sereno el rubio.
El caballo de fuego lanzó una potente ráfaga de llamas giratorias que se convirtieron en un pequeño tornado de fuego que abrumaron las ascuas del ratón y avanzó hacia él, su entrenador le ordenó que lo esquivase y lo logró por poco.
-(Está midiendo nuestro poder, pero no servirá de nada) ¡Ve con Carga de Fuego y ataca con Derribo! – exclamó el entrenador del poni de fuego.
Ponyta comenzó a golpear el suelo con sus patas delanteras hasta levantar una pequeña cortina de polvo y luego salió a gran velocidad de esta envuelta en llamas.
-(Un solo impacto podría hacer mucho daño, lo mejor será evitar sus golpes) ¡Cyndaquil, usa Pantalla de Humo y escóndete en el! – ordenó su entrenador.
Las llamas de la espalda del ratón se apagaron para dar paso a una gran cantidad de humo negro que imposibilitó la visión, haciendo que Ponyta falle su ataque y quede desorientada dentro del humo.
-(Este es el momento para tomarlo por sorpresa) ¡Ahora, Tacleada! – gritó el chico de la gorra.
-¡Pika! – exclamó el ratón desde el hombro del chico.
-¡Ponyta usa Doble Patada a tu izquierda! – exclamó el otro, lo cual sorprendió a su rival.
Cyndaquil estaba a punto de golpear al caballo de fuego por un costado cuando este se dio la vuelta y lo recibió con sus dos crines, con las que le dio un buen golpe que lo sacó del humo.
-¡! – se alarmó el pelinegro al igual que Pikachu. – (¿Cómo supo de donde vendría el ataque?)
-¡Continúa, Giro de Fuego! – ordenó sin dar tiempo a descanso.
Ponyta asintió a la orden y abrió su hocico para lanzar su torrente de llamas que generó un tornado que atrajo todo el humo en su centro y fue hacia el ratón.
-(Rayos, son mucho más fuertes que nosotros, si esto sigue así no vamos a poder hacer nada) ¡Vamos amigo, levántate y sal de ahí con Rueda de Fuego! – gritó el chico de la gorra. – (Esa Doble Patada que recibió hizo demasiado daño, me temía que fuera así de fuerte, la diferencia de poder es demasiada).
El ratón intentó levantarse, pero el golpe que había recibido fue muy fuerte y sintió un fuerte dolor, por lo que no pudo moverse, así que el tornado de fuego le golpeó de lleno provocando una pequeña explosión.
-¡Cyndaquil! – gritó preocupado el entrenador con el Pikachu en el hombro al ver la explosión.
Cuando se dispersó parte del humo se pudo ver como el ratón estaba en el centro del cráter, pero algo era diferente, sus llamas antes rojas y amarillas ahora tenían un tono azul y violeta, estaban de pie mirando al suelo.
-¿Qué le sucede? – se cuestionó a sí mismo el pelinegro.
- No puede ser, ese es el fenómeno que ocurre al activarse la habilidad Mar de llamas de los pokémon de fuego – dijo a nadie el rubio también viendo sorprendido la escena. -. Pero esto es un poco diferente…
-(Tenemos que aprovechar esta oportunidad) ¡Rueda de Fuego, ya! – ordenó el chico de rojo y amarillo.
-¡Derribo! – exclamó su rival al instante.
Cyndaquil saltó hacia adelante y se hizo una bola mientras comenzaba a girar cubierto de sus llamas azules y avanzó hacia Ponyta. El caballo de fuego corrió cuando su cuerpo se llenó de una energía blanquecina.
Ambos pokémon de fuego impactaron con potencia y produjeron una pequeña onda expansiva, el cruce lo parecía ganar el ratón, pero el caballo era superior y al cabo de unos segundos Cyndaquil cedió y fue impactado por una poderosa tacleada que lo mandó a volar varios metros, al caer la llama de su espalda se apagó y sus ojos mostraron un patrón en espiral.
-¡Cyndaquil! – su entrenador, corrió hacia el lugar donde cayó.
-Se acabó. – dijo el entrenador de Ponyta, el caballo de fuego se acercó a él y este lo acarició. – Buen trabajo amiga, descansa. – sacó la esfera y regresó al caballo a esta.
El chico recogió al ratón que estaba lleno de rasguños y lo sostuvo en sus brazos.
-Diste un gran combate pequeño, te mereces un descanso – sacó su esfera y le metió en ella. En eso el rubio se acercó a él y le tendió la mano, la miró por un par de segundos y luego asintió al apretón de manos.
-Eso fue un gran combate para ser la primera vez. Mi nombre es Link – dijo mientras apretaba su mano.
-Yo soy Gold, y éste es Denki – dijo señalando al ratón en su hombro.
-¡Pika! – exclamó sonriendo.
-Ese Ponyta es demasiado fuerte, seguro que eres un excelente entrenador – dijo Gold con las manos en sus caderas.
-Sí, bueno, ahora estaba entrenando, pensaba que había algún gimnasio cerca, pero no parece ser el caso, además planeaba ir a pueblo New Bark para visitar el laboratorio del profesor Elm, pero creo que estoy perdido.
Después de escuchar eso el chico de ojos dorados comenzó a reír a carcajadas, lo que confundió al de ojos azules.
-¿Qué pasa? – preguntó confundido.
-Si buscas pueblo New Bark está a un par de kilómetros al este de aquí, estabas muy cerca – dijo limpiando una lágrima que salía de su ojo derecho producto de la risa.
-¿Enserio? Pensé que había tomado el camino equivocado – dijo algo avergonzado, luego se dio cuenta y no pudo evitar una carcajada. – No tengo muy buen sentido de la orientación.
-Me agradas, además eres muy fuerte. Cuando seamos más poderosos volveremos a luchar, te advierto que no tendremos el mismo resultado, porque yo saldré ganador – dijo extendiendo su mano hacia el rubio.
-¿A sí? Entonces yo me haré más fuerte para entonces y veras que el resultado será el mismo… - respondió desafiante, aceptando el apretón de manos, ambos se miraron a los ojos fijamente por unos segundos.
Ambos chicos explotaron en carcajadas al momento, luego de eso se despidieron con un choque de puños y ambos tomaron caminos diferentes.
Varias horas habían pasado desde que ingresó en la ruta 29, durante el viaje vio una gran cantidad de pokémon en su hábitat natural y tuvo algún que otro enfrentamiento usando a Pikachu. Ahora caminaba con las manos en los bolsillos mientras silbaba una canción.
Miró hacia adelante y agudizó la vista y alcanzó a ver un edificio en la distancia. – Denki, mira ya estamos cerca de ciudad Cherrygrove. – le dijo al ratón que estaba con los ojos cerrados en su hombro descansando plácidamente.
-Pikachu... – dijo no muy animado.
-Tranquilo amigo, no hace mucho tiempo que comimos, ¿cómo puedes tener tanta hambre? Eres un glotón, al nivel de un Snorlax – dijo divertido, el estómago de su pokémon rugió justo después.
-Pika~ – se quejó fingiendo caer desmayado.
-Tranquilo, cuando lleguemos al Centro Pokémon te conseguiré algo de comer, luego de curar a Cyndaquil – dijo negando con la cabeza mientras decía "no tienes remedio".
Al cabo de una hora llegaron por fin a la ciudad y fueron directamente al Centro Pokémon y Gold le encargó el curar a Cyndaquil a la enfermera del lugar, mientras tanto él y Pikachu fueron a comer.
Después de ordenar su comida fue al comedor y allí se puso a comer junto a su Pikachu. Cerca de su lugar había un grupo de jóvenes hablando.
-Ya basta Kaminari, si sigues diciendo estupideces te voy a golpear – le dijo una chica de cabello negro corto a un chico rubio con la marca de un rayo en su cabello.
-No puedo evitarlo jajajaja – rió aquel chico mientras que la chica fruncía el ceño.
-¡Ahhh! ¡Maldición, dónde está mi comida! – gritó otro chico rubio con el cabello en punta.
-Cálmate Bakugou, vendrá enseguida – intentó calmarlo otro chico de cabello rojo y en punta.
En una mesa al lado estaban otras cuatro personas.
-¡Bakugou-kun, por favor deja de gritar, vas a molestar a las demás personas en la cafetería! – exclamó un chico alto de cabello azul oscuro y gafas cuadradas mientras agitaba su mano izquierda de arriba abajo.
-¡Qué has dicho, maldita sea! ¡No me callaré hasta que tenga mi comida sobre la mesa! – gritó nuevamente el conocido como "Bakugou" golpeando la mesa y levantándose bruscamente.
-Kacchan, estas molestando a los demás, deja de gritar por favor – dijo un chico de cabello verde, el rubio de cabello en punta se volteó hacia él lo miró con agresividad.
-¡Cállate nerd de mierda, tu no me das órdenes! – gritó Bakugou enojado.
-¿Qué le pasa a esos sujetos? – se preguntó Gold al ver la escena, Denki también tenía curiosidad. Todos esos chicos tenían un uniforme: saco gris, corbata roja sobre una camisa blanca con pantalones para los chicos y faldas las chicas.
Después de un rato de comer y escuchar las protestas del chico rubio por fin habían terminado de comer y se disponían a irse del lugar, hasta que Gold fue detenido por una chica.
-Disculpa, ¿eres de por aquí? – le preguntó, era una chica bajita de cabello castaño corto y rostro bastante "redondo".
-¿Eh? Sí, bueno algo así, ¿por qué? – respondió él.
-¿Sabes de algún lugar donde vendan Omiyage? – preguntó ella.
-¿Omiyage? ¿Te refieres a los souvenirs? – cuestionó levantando una ceja. – (Ese acento de Johto del sur es muy marcado) – pensó Gold.
-Sí, eso – respondió ella sonriendo.
-Ah, claro, de hecho hay uno bastante cerca de aquí, hay a un par de calles – respondió él. Ya había venido mucho a esta ciudad, así que qué conocía bastante de ella. – Puedo llevarte si quieres.
-¿Enserio? ¡Muchas gracias! Llamaré a los demás! – dijo antes de irse corriendo hacia el grupo que él había estado escuchando antes.
Al cabo de tres minutos la chica volvió con sus demás compañeros.
-Chicos, él nos llevará al lugar – dijo la chica acercándose a Gold. – Yo soy Uraraka Ochaco. – se presentó ella.
-Mi nombre es Gold, un gusto – se presentó a si mismo. – y él es Denki – dijo acariciando al Pikachu en su hombro.
-¿Enserio? Yo me llamo Kaminari Denki, que coincidencia jajajaja – rió el chico rubio con la marca de rayo en el pelo.
-Yo soy Midoriya Izuku – hizo una reverencia el chico de pelo verde.
Y así se fueron presentando una por uno, luego salieron del Centro Pokémon y empezaron a caminar por las calles de la ciudad mientras Gold les enseñaba cosas que él conocía de camino a su destino.
-¿Y ustedes de dónde vienen? ¿Son entrenadores? – preguntó Gold a su derecha estaba Uraraka y su izquierda Kaminari.
-Somos estudiantes de la UE – respondió Midoriya que caminaba al lado de Uraraka.
-Estamos en una excursión de la escuela, Visitamos lugares interesantes de la región – agregó Kaminari.
-Ahora descansamos antes de ir a nuestro siguiente parada: Ciudad Ecruteak – comentó Uraraka.
-¿Qué hay de ti? ¿Eres entrenador pokémon? – cuestionó Kaminari.
-Sí, de hecho comencé a viajar hace unas horas, soy de pueblo New Bark – contestó Gold, el ratón asintió.
-¡¿Pueblo New Bark?! ¡Ahí es dónde reside el laboratorio del profesor Elm! ¿Acaso lo conoces? ¿Cómo es él? ¿Él fue quien te dio tu primer pokémon? – empezó a bombardear con preguntas MIdoriya.
-Calma, Deku-kun – dijo Uraraka intentando calmar al chico.
-¿Siempre es así? – cuestionó Gold mirando a Kaminari.
-Cuando escucha algo que le gusta se emociona demasiado – respondió levantando los hombros, los demás rieron.
Siguieron hablando y riendo hasta que llegaron a su destino sin darse cuenta.
-Bueno, es aquí – dijo Gold señalando el lugar con su pulgar.
-Gracias por traernos, Gold-san – agradeció Uraraka haciendo una reverencia.
-No fue nada – respondió sonriendo.
-Si nos volvemos a encontrar debemos tener una batalla pokémon – dijo Kaminari – me gustaría enfrentar a tu Pikachu, yo me especializo en pokémon tipo eléctrico. – comentó el rubio ofreciendo un apretón de manos.
-Eso espero, Denki es muy fuerte, te lo aseguro – correspondió el apretón de manos y ambos se dieron una sonrisa retadora.
Todos los demás se despidieron y luego entraron en la tienda, Gold ya no tenía nada más que hacer allí así que volvió al Centro Pokémon a recoger a Cyndaquil y continuar su camino a la ruta 30.
Unas horas después de despedirse del grupo, llegó a la ruta 30, pero para su mala suerte ya estaba empezando a caer el sol.
-Que mala suerte amigo, va a empezar a anochecer… Lo mejor será acampar aquí y seguir mañana – dijo quitándose su mochila. – Sal Cyndaquil.
El pequeño ratón de fuego se materializó y miró a los presentes por unos segundos y luego se sentó en el suelo.
-¿Puedes ayudarnos a hacer una fogata? – le preguntó poniéndose en cuclillas, el pokémon de fuego le ignoró y se acostó.
-Pika pi paka chu – le habló el pokémon eléctrico a lo que el ratón le contestó y empezó una charla entre pokémon y como el chico no entendía nada decidió empezar a preparar sus cosas.
-¡Aaauuuuuuuuuu! – se escuchó un imponente aullido en la distancia.
El muchacho se puso en alerta de un inmediato. – ¿Qué fue eso? – dijo poniéndose de pie.
A unos metros del lugar donde ellos se encontraban, unos brillantes ojos rojos y azules les veían desde las sombras.
Una de las criaturas no pudo esperar más y se lanzó al lugar donde estaba el chico y sus pokémon.
-¡Grroooarr! – rugió una especie de lobo bípedo con pelaje rojo y blanco. Su pata delantera derecha se cubrió de llamas y con ella lanzó un puñetazo ardiente.
-¡Denki! – gritó el pelinegro. El ratón en un momento se percató y a gran velocidad interceptó el Puño Fuego de aquella criatura con su cola.
-Grrr – gruñó el pokémon con forma de lobo y luego soltó un aullido al cielo.
Sin pensarlo dos veces volvió a atacar golpeando el suelo con su garra derecha y grandes rocas puntiagudas salieron de la tierra en dirección al ratón de fuego que estaba en el suelo e impactado.
-¡Cyndaquil! – corrió hacia el pokémon de fuego y saltó para quitarlo del camino de las rocas, rodó un par de metros y frenó al impactar con un árbol. - ¡Denki usa Ataque Rápido!
El ratón eléctrico asintió y en un parpadeó ya estaba frente al lobo y lo tacleó en la cara tumbándolo bruscamente. El lobo se levantó nuevamente y gruñó haciendo brillar sus garras y se lanzó contra el ratón.
El lobo bípedo lanzó su garra izquierda, pero el ratón la esquivó con habilidad, pero la derecha le golpeó en el costado y lo mandó a volar varios metros, en ese tiempo el chico se había levantado y tomado su mochila, Cyndaquil estaba en sus brazos.
El pequeño de fuego quiso unirse a la batalla así que saltó de los brazos de Gold y empezó a girar mientras su cuerpo se cubría de llamas.
-¡Cyndaquil, no! – gritó intentando detenerlo, el Pikachu se levantó y volvió a la escena de un salto. - ¡Apóyalo, usa Chispa!
Denki asintió y empezó a correr envuelto en electricidad hacia el pokémon licántropo.
El lobo detuvo el avance de la Rueda de Fuego con sus garras y luego lo desvió a un lado, pero el ratón eléctrico apareció de la nada y le envistió envuelto en electricidad justo en el pecho y lo mandó varios metros hacia atrás.
Los ojos rojos del lobo se fijaron en el entrenador. Juntó sus patas y entre estas se formó una roca que fue aumentando en tamaño, cuando alcanzó el doble de su estatura la lanzó con fuerza hacia el chico, Denki al ver esto corrió lo más rápido que pudo para hacer algo, pero el chico se hizo a un lado y evitó por poco ser aplastado por esa roca. Aprovechando la distracción, conectó un puñetazo en Cyndaquil y lo dejó mal herido en el suelo.
-¡Denki, Impactrueno! – ordenó apuntando al lobo con su dedo índice de la mano derecha.
El Pikachu saltó y su cuerpo echó chispas y luego lanzó un rayo que golpeó al lobo rojo y lo hizo aullar de dolor.
-¡Usa Doble Equipo y Chispa! – exclamó mientras corría para recoger a Cyndaquil.
Denki corrió hacia el lobo mientras varias copias de él envueltas en electricidad al igual que el original iban apareciendo, el lobo frunció el ceño, golpeó el suelo y varias rocas salieron del suelo y destrozaron algunos de las copias, pero el original junto a otras 7 de sus copias le llegaron por todas partes y le golpearon por todos lados, provocando una pequeña cortina de humo. Gold llegó hasta donde estaba Cyndaquil intentando levantarse sin éxito.
-Tranquilo, no debes sobre esforzarte – el ratón de fuego lo miró a los ojos y vio la preocupación en él. – Denki puede con ese pokémon, estoy seguro.
El humo desapareció por el impacto de una garra del lobo de ojos rojos y la cabeza del ratón. El lobo intentó darle un mordisco, pero Denki se movió a su izquierda y le dio un coletazo, ahora intentó conectarle un puño en llamas, pero el ratón se cubrió de energía blanca y se alejó para luego volver e impactar una tacleada eléctrica que hizo retroceder al lobo, el Pikachu lanzó una descarga eléctrica que dio de lleno en el pokémon bípedo y este cayó de rodillas mientras jadeaba al igual que su oponente.
-¡Auuuuu! – aulló sonoramente el pokémon de ojos rojos.
-¡Denki, termínalo con Chispa! – ordenó Gold, a lo que el ratón asintió.
Todo el cuerpo del Pikachu empezó a desprender electricidad, tanta que hasta raspaba el suelo, en sus mejillas el voltaje chisporroteaba, miró al lobo y frunció el ceño, una rayo pasó por todo su cuerpo y esa fue la señal, comenzó a correr a gran velocidad dejando un rastro de electricidad amarilla y azul su paso, el lobo abrió los ojos como platos, no tenía fuerzas para moverse, menos para atacar. El impacto fue tal que mandó a volar al lobo decenas de metros por encima de los árboles y se perdió en la distancia.
Tanto Denki como Gold cayeron al suelo y empezaron a jadear.
-Ja… jaja… jajaja, ¡lo hicimos! – celebró levantando su brazo derecho como señal de triunfo, el Pikachu acostado boca arriba también levantó su pata y Cyndaquil siguió mirando la cara del chico.
El pelinegro se limpió el sudor de la frente y luego se puso de pie y caminó hasta Denki y lo cogió en brazos.
-Bien hecho amigo, sabía que podías hacerlo – el chico le sonrió y Pikachu le devolvió la sonrisa. Cyndaquil siguió mirándolo por unos segundos más y luego miró sus patas pensativo. – También estuviste genial, Cyndaquil. – acarició la cabeza del ratón se fuego y este se relajó.
Ya se había ocultado el sol y la luna se alzaba en lo alto del cielo resplandeciente, iluminando el bosque, pero todo el buen ambiente desapareció cuando decenas de ojos azules, rojos y verdes se clavaron en ellos tres, Las orejas del Pikachu reaccionaron y su cuerpo se tensó, al igual que el del chico.
Gold se levantó del suelo y una gota de sudor recorrió su frente y bajó por su mejilla. – N-no puede ser… - dijo abriendo sus ojos con incredulidad. Una multitud de gruñidos se escucharon de entre los matorrales. - ¡Maldición!
El pelinegro corrió con todas sus fuerzas mientras escuchaba como decenas de garras y patas iban detrás de él, le era difícil correr por el bosque de noche y más con decenas de criaturas persiguiéndole. De un momento a otro empezaron a lanzar rocas de diferentes tamaños con ellos como objetivo, por suerte ninguna logró darle, saltó por una roca y llegó a una planicie, había salido del bosque sin darse cuenta.
Ya no tenía caso seguir corriendo, al estar en campo abierto era un blanco fácil y volver al bosque no era una opción, ya que los lobos venían detrás de él, no tenía escapatoria.
Los primeros lobos llegaron, estos eran de un color crema y blanco con ojos azules y algunas rocas puntiagudas en el pelaje de su cuello, estos eran unos 27, luego llegaron otros con la misma forma pero de color naranja y ojos verdes, eran al menos 5, luego fue el turno de los lobos rojos, eran los más más numerosos, mínimo 33, todos se acercaban lentamente mientras gruñían, el líder parecía ser un lobo naranja más gran que los demás, sus colmillos eran más grandes y afilados que los de los demás, aulló a la luna y los demás adoptaron una posición de ataque. Gold sintió como la piel se le helaba y el miedo lo invadió.
Para sorpresa del chico, él no parecía ser el objetivo, así que miró atrás de él y ahí estaba la razón por la que estos lobos estaban en guardia de esa manera, una manada de Houndoom se erguía detrás parados del otro lado de la planicie, eran liderados por uno diferente, el líder además de ser casi el doble de tamaño que los demás, los cuernos de su cabeza estaban hacia arriba y además en su cuello, espalda y patas delanteras también tenía huesos blancos, su cola también tenía otra forma y emitía un aura más imponente. Su ejército debía tener mínimo centena de ejemplares intimidantes.
-¡Aaaaauuuuuuuuu! – aulló con imponente el líder Houndoom, todos los demás le acompañaron en el rugido.
-Esto no me gusta nada, parece una pelea por territorio y nosotros estamos en el centro del campo de batalla – dijo nervioso y tragando saliva pesadamente, Denki estaba en la misma condición. – Descansa Cyndaquil, nosotros nos encargaremos de lo demás.
El chico sacó la Poké Ball y lo metió dentro de esta, Cyndaquil parecía querer quedarse a ver todo, pero no pudo hacer nada. Gold guardó la esfera, Pikachu se puso en su hombro y ambos miraron a ambos bandos que parecía que atacarían en cualquier momento.
- Esto se va a poner medio cabrón - comentó con una sonrisa nerviosa a la vez que su cuerpo de tensaba al igual que Denki.
No había pasado ni un día y ya se encontraba en medio de una guerra.
Sobrevivir era prioridad.
