Hasta la rosa más bella tiene espinas.

Nota de autor: Aunque como ya e dicho en mi perfil, llevo escribiendo muchos años (bueno muchos, teniendo en cuenta que tengo diecisiete no tantos) este es mi primer fanfic. Eso no significa que quiero un trato especial o permisivo, al contrario, agradezco todo tipo de criticas constructivas, con el más mínimo fallo, por que es la única forma, que mi cabecita tiene de mejorar.

Resumen: El príncipe de Slytherin se ve sin corona de un día para otro, la sabelotodo de Gryfindor se encuentra con algo que no se aprende en los libros ¿Que hacer ahora?

Disclamier: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K Rowling, a si como el colegio Hogwarts de magia y hechicería.

Capitulo uno: Todo volverá a empezar.

Es increíble como todo se vuelve oscuro despues de una gran guerra, todo pierde su color original, las sonrisas se niegan a aparecer y las lagrimas, al contrarío, luchan contra el orgullo para hacerse paso. Si, es increíble como despues de una gran guerra todo se vuelve oscuro, aunque el sol brille como nunca antes sobre los terrenos de el castillo.

Algo así debió de pensar la joven Hermione mientras recorría uno de los jardines con la cabeza baja. Todo había acabado, Voldemort había caído, si ¿Pero a que precio? Esa misma noche tubo que ver como su mejor amigo yacía muerto sobre los hombros de Hagrid, aunque por suerte no fue más que una falsa alarma, otros tantos sin embargo no tuvieron la misma suerte. Decenas de compañeros reposaban sin vida sobre el suelo de el gran comedor. Ese que pisó por primera vez con tan solo once años. ¡Hacía ya tanto tiempo de aquello!

Recordó mientras paseaba, aquella tarde de agosto, cuando un señor mayor con barba larga y aspecto de loco llamó al timbre de su casa para comunicarle a sus padres con toda seriedad que era bruja. Ni siquiera ese recuerdo, uno de los más felices de su vida la consiguió sacar una leve sonrisa.

Esa noche, decenas de alumnos habían muerto, alumnos que como ella recibieron esa visita, hijos de padres que como los suyos, recibieron un tranquilizador discurso sobre la seguridad de el castillo y el gran nivel de educación que allí se impartía.

Hermione no quería pensar en ellos en aquel momento, de echo no quería pensar en nada, pero lo hacía. Pensaba en los padres de aquellos niños que se negaron a abandonar el colegio ante la inminente guerra, en los hijos de aquellos padres que habían acudido a ella, en busca de un futuro mejor. Hijos como el pequeño Teddy, que crecería con la imagen de unos héroes a los que no pudo conocer. No, aquella joven no quería pensar. Al igual que ninguno de los presentes en aquel colegio esa noche, pero de una forma o otra todos lo hacían y de una manera o otra, todos lloraban. Unos con lagrimas y otros sin ellas, pero lo hacían.

-No deberías estar afuera.-La voz de Harry no consiguió hacer parar a la castaña, que seguía andando sin dirección.-Hace frío. Vallamos para adentro.- Los ojos verdes de el joven tenían un color más claro que el de costumbre a causa de el llanto.- Los señores Weasley siguen en el comedor, me han pedido que salga a buscarte. Hermione ¿No tienen bastante con un hijo muerto, como para preocuparse por una amiga enferma? Por favor, entremos antes de que cojas una pulmonía.- El problema era que no encontraba agallas para entrar al comedor, para enfrentarse a esos cuerpos sin vida, a esos ojos que no mirarían más, ni mucho menos a esos familiares que lloraban las perdidas. Ella era la chica fuerte, la que no lloraba nunca, la que lo veía todo desde un punto de vista lógico y frío, pero aquella mañana no se veía capaz de hacerlo, sentía las lagrimas demasiado amenazantes y entrar al comedor, no era más que asegurarles la victoria.

-¿Ro.. Ron?-Preguntó ella mientras poco a poco giraba dirección al castillo. Llevaba dando vueltas sin sentido al menos dos horas, el sol ya se dejaba ver y la fatídica noche parecía irse, dejando un espléndido día, como si aquello no fuera más que una broma macabra de el destino. En esas dos horas, no había sabido nada de nadie, ni siquiera de su amigo pelirrojo. Se imaginaba el estado de animo de este, puesto que acababa de perder un hermano, y también se imaginaba el estado de toda la familia, fúnebre y triste. Sin ganas de celebrar aquella victoria que tanto les había costado.

-Esta con su familia. Lógicamente ninguno baila y salta, pero es lo normal Hermy... Ginny acaba de ir a su cuarto a dormir despues de que la doctora Pomfrey le diera una poción para no soñar. ¿Por que no tomas tu también una? Te vendrá bien.- Hay estaba el mejor amigo de la joven, despues de arriesgar su vida, despues de ganar una de las batallas más complicadas de los ultimos tiempos, y despues de ver morir a infinidad de personas queridas, preocupándose por ella.


-No.-Por un momento aquella idea le pareció de lo más tentadora, pero de algún modo sabía que no era lo correcto.-Tu la tomaras, y iras a vigilar el sueño de Ginny.- Ese era el deseo de su amigo sin duda, y ella mientras, cumpliría con el otro deber de los dos.-Yo me quedare con Ron y su familia.-Desde luego aquello no era la idea de no pensar que tenía por la noche, pero estaba claro que era mucho más acorde con su personalidad, no podía perderse por el castillo mientras su amigo lloraba la muerte de un hermano.

El no entendía por que seguía en libertad. No llegaba a comprender por que seguía hay, el el gran comedor, viendo como los profesores transportaban camillas con sabanas blancas por encima, viendo como la mitad de esas camillas depositaban cuerpos de inocentes, cuerpos que el mismo había visto morir.

No entendía por que no había sido llevado con el resto de mortifagos en aquella primera redada, por que McGonagall le había echo entrar al gran comedor y esperar alli su llegada. Pero no le quedaba otra que acatar, al fin de cuentas su madre y su padre si que habían sido detenidos.

Frente a el una familia lloraba la muerte de uno de sus componentes, no era de extrañar teniendo en cuenta el aspecto de el comedor, lleno de cadáveres. La familia en cuestión no era otra que la de la comadreja, a Draco le habría encantado pensar algo cruel tipo "Mejor para ellos una boca menos que alimentar" Pero simplemente no pudo hacerlo, la muerte aquel día, había adquirido un nuevo significado para el. Giró la vista al otro lado de el comedor, donde otra clase de cuerpos descansaban para toda la eternidad, la única diferencia era que nadie lloraba la perdida de estos. Ni siquiera Draco, el único ex-mortifago que quedaba en el colegio lo hizo. Quizás sintió lastima por Crabbe, aunque no demasiada, al fin de cuentas el solo era un imbécil más, que murió por seguir las ordenes que alguien, que por muy acertado que estuviera en sus creencias, luchaba de la peor de las maneras. Todos esos pensamientos cruzaban la cabeza de el rubio mientras miraba de forma ausente las puertas de la habitación, McGonagall había pasado ya un par de veces por ellas, pero en ninguna de las dos ocasiones le miró más de una vez, parecía estar demasiado ocupada trasladando cuerpos a ambos lados. Se sorprendio al ver como colocaba a su antiguo profesor en el lado de los buenos, Snape no se merecía estar allí al menos que el supiese. "Tu al fin de cuentas no sabes nada." Le recriminó una voz en su cabeza, y así era. El solo era una marioneta más, que por alguna razón no estaba ya pagando su castigo a las puertas de Azcaban. La persona a la que vio pasar aquellas puertas le dejo sin aliento un segundo. La sangre sucia de Granger. No la había visto en las ultimas horas por aquel lugar, y imagino, al parecer equívocamente, que estaría llorando por algún lugar lejano. Se acerco sin mediar palabra con nadie a la familia que lloraba frente a el. Agarró con fuerza la mano de el comadreja, y simplemente abrazó a la madre de este, mientras, por primera vez aquella mañana, lloraba.

-Señor Malfoy.-La voz de la profesora le sacó de sus pensamientos, la miró con la arrogancia que le caracterizaba, aunque sin sentirla del todo.-Acompáñeme por favor, los directores quieren hablar con usted.-No entendió muy bien esta frase ¿Los directores? Snape reposaba muerto en el lado contrario de aquel lugar, y Dumbledore llevaba cerca de un año muerto, ¿A que directores se refería entonces?. Siguió a la profesora a través de los destruidos pasillos, por donde algunas personas seguidas de camillas vacías paseaban, seguramente buscando alguna victima más de aquella noche.-Llevamos horas con lo mismo, todos los profesores y algunos voluntarios, hemos recorrido el castillo al menos cinco veces, y los muertos siguen apareciendo.-No sabía como mostrarse ante aquello, ni con que motivo se lo decía la profesora, un sentimiento extraño le invadió por dentro. ¿Culpabilidad? Tal vez, pero hay que tener en cuenta que el joven Malfoy no tenía permitido sentir y muchisimo menos esa clase de sentimientos. La gárgola que custodiaba el despacho de los directores estaba echada a un lado, como si aquel día la entrada fuera libre, como si todo el mundo tuviera derecho a entrar a lugares tan reservados como aquel. No pudo evitar pensar en su sala común ¿También estaría el tapiz echado a un lado?

-Le dejo a solas con ellos. Joven, ha de saber que dentro de un par de horas dos aurores vendrán a por usted, con motivo de tomar declaración sobre los sucesos de estos ultimos meses. Supongo que sabe que el estar aquí ya es una gran ventaja, habrá deducido que no tienen intenciones de internarle por ahora, pero a de saber que cualquier intento de fuga repercutirá de manera inminente en una encarcelación segura.-Tragó saliva, pensando en como sería su vida encerrado en aquel espantoso lugar, y las pocas ganas que tenía de correr, se evaporaron de repente.

-Joven Malfoy.-No era una persona la que hablaba, no al menos en el sentido estricto de la palabra, se trataba de un cuadro. El cuadro de el que había sido su director por seis años. Aquel viejo chiflado, a pesar de haber sido casi asesinado por el mismo le sonreía como si fueran amigos de toda la vida.-¿Bonito día no es cierto?-El cuadro se llevo una especie de pastilla amarilla a la boca, y la saboreo como si fuera especialmente deliciosa.-Caramelos de limón. El buen hombre que me pintó tubo la decencia de añadir un bote lleno de ellos.-No le interesaba en lo más mínimo lo que aquel hombre comiera, solo quería salir de allí y dormir. A lo mejor hasta acudía a la enfermera para que le diera una poción anti-sueños- Te preguntaras que es lo que haces aquí, por que no estas haciendo compañía a tus compañeros en nuestra agradable prisión ¿No es así?- El tono de voz de aquel hombre estaba empezando a sacarle de quicio, esa amabilidad innata, esos ojos amables a pesar de estar hablando con un miembro de el ejercito enemigo.

-Albus basta. Le estas poniendo nervioso.-Aquella voz también le era familiar, tragó saliva dispuesto a recibir entonces la información de por que estaba en aquel lugar, su más reciente director y jefe de casa no le hablaba con el tono amable de el viejo. Aunque tampoco empleaba en el un tono excesivamente severo, como el que empleaba con Potter y sus amigos.-Escucha Malfoy, no estas en Azcaban y para tu suerte puede que ni siquiera llegues a entrar. Potter testificara a tu favor y puede que también lo hagan sus dos amigos. ¿Sabes lo que eso significa?- Claro que lo sabía, Harry había salvado al mundo mágico aquella noche, tenía cierto poder en juzgar a los responsables, y si el decía que era inocente, lo sería. Aunque el muy en su interior sabía que no era cierto.

-Severus me a contado tu forma de comportarte estos meses.- Draco le miró con incredulidad, llamaba a su asesino por el nombre, casi con cariño, como si hablara de uno de sus alumnos más queridos y no de el causante de el final de su vida.-Habrás deducido ya que el, siempre a estado de el lado correcto ¿No es así?.-Le costó asimilar la noticia, pero no parecía tan extraña si lo pensabas bien. Al fin de cuentas nunca mato a nadie, no desveló el paradero de la orden y un brillo oscuro se le posaba en la mirada cuando alguien hablaba de la muerte de Dumbledore.- Sabrás que no te has comportado de forma ejemplar estos ultimos meses.-Draco abrió la boca para protestar pero la cerró casi en el acto.- Pero nosotros también sabemos que no has tenido otra opción, por eso mismo estas libre. Queremos un comportamiento ejemplar a partir de ahora, por que si no, nos encargaremos de que cumplas tu castigo.-La sonrisa amable de el viejo, no hizo que Draco dejara de notar el leve tono de amenaza.

-Draco, no todos van a tener esta oportunidad. Tienes que aprovecharla.-Snape le miraba con los ojos interrogantes, como si esperará una respuesta.

-Lo are señores.-Fue lo único que pudo responder, no estaba en condiciones de discutir.

-Descansa.-Le ordeno el veterano director. Aunque más que una orden era una recomendación.-Y piensa que ahora todo volverá a empezar, solo hay que tener valor para empezar de una manera distinta.

El joven abandonó el despacho mientras los dos hombres seguían conversando:

-¿Crees que hemos echo lo correcto?

-Severus, todo el mundo merece una segunda oportunidad. Incluso el. Quien sabe, a lo mejor nos sorprende con su forma de comenzar.

Los pasillos estaban igual de destruidos que minutos antes, pero ahora menos profesores paseaban seguidos de camillas levitantes. No pudo evitar tomar eso como una buena señal, no más muertos por aquel día. Se dirigía a su sala común cuando vio a la sangre sucia apoyada contra una de las paredes. Inexplicablemente estaba sola, sin ninguno de sus amigos detrás. Y también inexplicablemente tuvo la necesidad de decirle algo a aquella chica.

-¡E! Sangre sucia.-la joven le miró con sus ojos llorosos, llenos de vida, aunque había visto más muertes aquella noche que en toda su existencia junta. No tenía ganas de escuchar al rubio oxigenado, pero aún así se giró en su dirección.-Todo volverá a empezar.-Y aquella frase, sin explicación, encendió algo en ellos, tal vez una ligera esperanza. Pero espera ¿Draco tenía permitido sentir esperanza?