Título: ¿Un trío?

Rating: +16

Autor: Angelito97-Delena

Argumento: Damon Salvatore siempre consigue lo que quiere. Incluso cuando no lo pide.

Disclaimer: Los personajes aquí nombrados no me pertenecen, son de la propiedad de LJ Smith, autora de la saga The Vampire Diaries y del canal estadounidense The CW

Words: 469

Este fic participa en el Reto Especial Damon Salvatore: "Fragmentos del Pasado." del foro The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons.

N/A: Esta historia no puede ser reproducida de forma total o parcial bajo ningún concepto. Si encuentran este fic u otro cualquiera en otra página decidme lo con urgencia. Yo misma me encargaré de ver si es plagio. Miren en mi perfil que páginas tienen permitido la reproducción.


¿Un trío?

.

.

.

- Eres hermosa. -acarició su mejilla con delicadeza, la muchacha de cabello rojizo se sonrojó, era la prueba que Damon necesitaba para saber que era suya, que solo necesitaba un pequeño empujoncito para tenerla a sus pies, dejó que se marchara, pero con la promesa escrita en sus ojos de que esto no era una despedida, sino un "hasta luego"

Desde la muerte de su madre, Damon había cambiado completamente, había usado sus dotes de seducción no para conseguir a una buena muchacha y casarse en un futuro, sino para disfrutar de los placeres de la vida, aunque eso le costase unas buenas peleas con padre y con la honra de esas chicas.

¿Le importaba? en absoluto, porque aunque su padre le tachaba de oveja negra y de mal hijo, ambos sabían muy bien, que pasase lo que pasase, su padre siempre estaría ahí, salvándole el culo, aunque eso a veces era más una molestia para Damon que una ayuda. No necesitaba a su padre detrás suya, le hacía sentirse pequeño e insignificante, pero es que tampoco tenía una baza mejor.

Se aprovechaba de las mujeres si, pero tampoco es que se quejaran o pusiesen mucha resistencia, él les daba lo que ellas le pedían. Ni un poco más ni un poco menos.

El problema estaba en esos padres toca pelotas que siempre sacaban una excusa para ir detrás de su cabeza.

Damon sonrió, cuando a lo lejos vio a esa muchacha de cabellos dorados que siempre le ponía ojitos cuando pasaba todas las mañanas, esa era su siguiente víctima, ¿quién le iba a decir que lo que pasó después podía pasar?

Mientras el ojiazul coqueteaba de forma no muy inocente con la rubia más que dispuesta a entregarse, apareció esa muchacha de cabellos rojizos, en cuanto Damon la reconoció supo que la cosa no iba a acabar bien.

- Señoritas. -sonrió gustoso queriendo buscar una excusa rápidamente, las dos chicas se miraron unos segundos, Damon ya sabía lo que iba a pasar.- Que gusto tenerlas aquí, ¿no querrían pasear?

- Salvatore. -gruñeron ambas.- No se haga el estúpido. -continúo la pelirroja.- ¿No querría desflorarnos a ambas, o lo hemos soñado?

Boquiabierto miró en todas direcciones esperando a un prometido, marido o padre cabreado con un arma apuntando a su cabeza, pero en su lugar se encontró con una calle casi desierta y dos muchachas más que... dispuestas a cumplir sus mayores deseos. No es que no quisiera, pero a Damon le costaba creer que esas dos chicas estuviesen ahí, no luchando por él o por su honra, sino por pasar un agradable y sexual encuentro con su persona.

- Señoritas. -comenzó Damon, acercándose galantemente a ellas, pero manteniendo una distancia prudente.- Se han vuelto mis dos personas favoritas en este mundo tan conservador y sin sentido, ¿me acompañan?

No por mucho tiempo.

Fin.