Hola a todas! Bueno este es un fanfic creado por Rocio-Lovegood y Sho Felton. La verdad es que nos hemos esmerado demasiado en él y esperamos que les guste…

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Chap 1: " la verdad? Duele"

- Ya te puedes ir- le decía un muchacho de ojos grises a una sorprendida joven de ojos miel. –ya he acabado de hablar ¿o no oíste lo qué dije¿Te lo tengo que repetir?- le dijo al no ver respuesta de su parte.

Pasaron unos minutos antes de que su voz rompiera el silencio de la habitación, cumpliendo con la predicción de Draco: se lo estaba creyendo todo.

-No es cierto…- susurró ella con la voz quebrada y sin mirarlo.

Entonces él esbozó una cruel sonrisa y comenzó a caminar por el cuarto, seguido por la mirada de la joven.

-Tendrás que aceptarlo ¿sabes?- decía el vagamente.

-¿Él qué?- se atrevió a preguntar ella, temiendo la respuesta que recibiría, la cual por cierto sabía, no por algo se jactaba de tener una buena memoria, pero lo quería escuchar salir una vez más de sus labios, para comprobar que todo había sido una mentira, una espantosa broma de serpientes.

Ahora él la miraba a los ojos tratando de hacerla rendirse, que apartara la mirada, pero aunque trataba de poner la peor cara del mundo, no podía, simplemente, ella era la única persona que tenía el poder de romper su barrera, así que se decidió por usar palabras en vez de miradas para lastimarla porque si seguían así él podría retractarse e incluso llegaría a pedirle disculpas y eso era algo que NO podía pasar.

-El que todo fue un juego, el que te lo creíste todo, el que caíste en mi juego- iba diciendo esto saboreando cada palabra y disfrutaba ver como su cara se descomponía con cada frase, después de todo seguía siendo un Malfoy –el que nunca te ame, el que fuiste una más… -

Al oír las últimas palabras Hermione había cerrado los ojos, las palabras lentamente habían llegado hasta su corazón, y dolía. Dolía saber que todo había sido parte de un juego cruel en el que había caído tontamente y lo más importante, que nunca había sido correspondida, que nunca la había amado, y, que como el le había dicho había sido una más.

- ¿duele cierto?- su fría voz la sacó de sus pensamientos haciendo que abriera los ojos para enfrentarse a su profunda mirada gris. –Esto no puede terminar así- pensó ella.

-No, no duele, porque no es verdad- dijo sorprendiéndose a si misma.

Draco abrió los ojos sorprendido pero lo disimuló rápidamente dándole la espalda.

-¿En serio lo crees?- le preguntó un Draco Malfoy muy seguro haciendo contacto visual con ella de nuevo.

Ella le mantuvo la mirada, por un momento creyó ver un flaqueo en su mirada pero se equivocó y la razón por la que había sacado fuerzas para hablar había sido que aun guardaba una pequeña esperanza de que Draco le estuviera mintiendo y en caso de que así fuera, no se dejaría vencer tan fácilmente.

-Sí, lo creo- contestó mirándolo desafiante.

-¿segura?- le preguntó burlón.

-Si es verdad lo que dices entonces demuéstralo- dijo Hermione acercándose cada vez más a él.

Draco se puso nervioso repentinamente, al ver como ella se acercaba a él tan segura de si misma y no disminuyó al sentir como era delicadamente tomado por el cuello para después ver como Hermione se dirigía peligrosamente a su rostro. Al sentir Draco el roce de sus labios instintivamente cerró los ojos esperando el anhelado beso, beso que nunca llegó.

En cambio, escuchó la voz de Hermione en su oído. –Por el amor de una rosa el jardinero es sirviente de mil espinas-

FLASH BACK

No lo sé Draco, es peligroso…-

-¿No me amas?- preguntó asustado.

- ¡Sí!- exclamó – claro que sí, pero…-

-¿Pero qué?-

-son muchos obstáculos Draco- dijo viéndolo a los ojos –no somos tan fuertes-

Draco sonrió, se dirigió al rosal y corto una hermosa rosa blanca, se volvió hacia Hermione que lo miraba curiosa, entre lazó sus manos con las de ella, dejando en medio la rosa.

-Por el amor de una rosa el jardinero es sirviente de mil espinas- susurró el rubio.

Hermione sonrió y miró la rosa, apretando más su mano a la de él, en un intento por sentirlo más cerca.

-No te preocupes, estamos juntos…- dijo poniendo su frente sobre la de ella.

-Lo sé- contestó con los ojos cerrados.

-Recuerda que te amo-

Ella sonrió y levantó la vista

-Yo también te amo- contestó segura, para después sentir los cálidos labios de Draco sobre los suyos. Pasó sus brazos alrededor de su cuello y comenzó a jugar con cu cabello, mientras el ponía sus manos en su cintura…

FIN DE FLASH BACK

No abrió los ojos, sentía su corazón palpitando rápidamente. Claro que recordaba esa frase, él mismo la había dicho, para ella, porque la amaba. ¡Maldición¿Por qué tenía que dejarla¿Por qué si habían hecho tanto por estar juntos? Ah sí, por que su padre le había arruinado la vida, comprometiéndolo con Vanessa Mason, familia rica y sangre-pura que llenaba los requisitos de la familia Malfoy.

Sintió un escalofrío al sentir la pausada respiración de Hermione en su cuello, aún cerca de su oído, tantos recuerdos, paseos, abrazos, besos, peleas, reconciliaciones… No, no se rendiría, lucharía por su amor, como se lo había prometido al pronunciar esa frase.

Temblaba, esperando. Estaba nerviosa, como nunca lo había estado. Lo sentía demasiado cerca. Se preguntaba si había hecho lo correcto. Ya había pasado una eternidad y él no contestaba. Cerró los ojos.

-Miedosa-pensó

Entonces volteó su rostro hacia su cuello y soltó el aire que llevaba contenido desde hacía ya dos minutos. Lo sintió temblar ¿tanto efecto habían tenido las palabras en él? O era solo un juego. Sí, eso era. Guardaba silencio esperando que explotara de los nervios, y lo estaba consiguiendo, iba a gritar.

-¿cómo se te ocurre preguntarle eso Hermione? sólo conseguiste clavar más profundo-pensó.

Ya se estaba arrepintiendo de haber hablado cuando dos manos la tomaban por sus mejillas y movían su rostro. Al sentir el vértigo del movimiento después de tanta espera sintió como su corazón aceleraba sus palpitaciones y cerró los ojos temiendo lo peor.

-¡Que cobarde eres Hermione¡Eres una Gryffindor!- claro, se dijo dándose fuerzas a si misma, abrió los ojos, y se perdió en los ojos grises que la miraban con calidez y amor.

Sentía el calor emanando de su rostro en sus manos, aun no abría los ojos, sonrió para si mismo, tendría miedo, sabía que también que estaba nerviosa, la sentía temblar en sus manos.

Entonces abrió los ojos, esos ojos miel que tanto amaba, en los que leía una mezcla de curiosidad y confusión.

Acarició su rostro con los pulgares sin dejar de sonreír, tratando de grabarlo todo en su memoria. Entonces sintió las manos de Hermione sobre las suyas, que seguían sobre sus mejillas, la miró a los ojos.

-Te amo- le dijo el rubio, después de todo tenía derecho a saberlo, debía saberlo.

La castaña sonrió radiante y se arrojó a su cuello. –Yo también te amo- susurró. Sintiéndola temblar de la emoción en sus brazos.

Ya lo había escuchado, ella también lo amaba, necesitaba oírlo… antes de lastimarla…

Felicidad fue lo que la embargó al escuchar esas dos palabras salir de su boca: Te amo.

¡Lo sabía! Le había mentido pero ¿por qué? Bah! –Pensó – eso que importa- Saltó a sus brazos , no lo pudo evitar.

-Yo también te amo- susurró a su oído.

Al instante lo soltó y al verlo no lo reconocía, ya no era el Draco cariñoso y amable del que se había enamorado, sino el Draco frío y arrogante que conoció en primer año.

Entonces abrió los ojos desmesuradamente, comprendiéndolo todo.

¡Verdaderamente había estado jugando con ella¡Fingiendo, como lo acababa de hacer hacía unos momentos! Los besos, las caricias…todo. Retrocedió hasta la pared como si él le hubiera dado un golpe, porque así se sentía moralmente.

Entonces se recargó en la pared con las palmas abiertas y se agachó tomando aire, el golpe había sido demasiado fuerte.

-No…- murmuró débilmente

Draco la miraba desde su puesto, aparentemente viéndose muy seguro de lo que había hecho, por dentro devastado. ¿Qué clase de persona podía aguantar eso? El ver sufrir a la persona amada y quedarse quieto, viéndola llorar sin consolarla, viéndola sufrir sin abrazarla. Todavía se podía arrepentir, pero No, era por su bien.

Había repasado esa escena miles de veces en su cabeza pero nunca imaginó que el dolor, el vacío y el remordimiento fueran tan grandes. Sí, el sabía que ese momento sería muy doloroso, por eso nunca mostró sus sentimientos, por eso su mayor miedo era el amor, por eso se ponía la máscara todos los días. Hasta que llegó ella y lo cambió todo. Rompió su máscara y después ya no hubo remedio, ambos se enamoraron perdidamente del otro.

Por eso lo hacía, por eso la lastimaba, porque la amaba, y, desgraciadamente, ella a él también. No se quejaba ni se arrepentía de lo que había pasado estos últimos meses pero tenía que acabar, y lo que debía hacer era lastimarla, para que al hacerle creer que todo había sido un juego, lo odiara, y quisiera olvidarlo. Que le odiara en vez de amarle. –Que ironía no, estar atado a lo que no deseo y dejar lo que tanto amo- pensó por última vez antes de ponerse la máscara de nuevo.

¿Por qué¿Por qué le hacía eso¿De verdad disfrutaba viéndola así¿De verdad era capaz de gastar unos meses de su vida solo para hacerla sufrir¿La odiaba tanto?

De pronto un golpe seco la sacó de sus pensamientos, Draco acababa de salir dando un portazo.

Se había ido…sólo así, sin decirle nada…

Así terminaba todo, su relación de varios meses; sin un beso de despedida, sin un abrazo, sin un adiós, sólo así, con un portazo. Todo su amor, su esfuerzo, su llanto, su orgullo tragado…nada había valido la pena.

Terminaba con una joven deslizándose hasta el suelo, dejando salir sus lágrimas, su frustración y coraje.

Terminaba con un joven descargando su furia e impotencia con la pared de su cuarto, hasta que sus nudillos estuvieron cubiertos de pequeñas heridas que comenzaban a sangrar lentamente…

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