Disclaimer: La serie y Manga de Naruto® no me pertenecen.
Aclaraciones: El género y Rate de cada episodio variara de acuerdo a la temática del prompt. Me encargare de especificarlo antes de cada uno, junto al summary y disclaimer.
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Día 1.
Kimono/ Yukata
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Título: Family name
Género: Romance
Rate: K
Summary: De cuando Kakashi recupera un tesoro perdido para un día importante.
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Family name.
Se decía que en lo más profundo de la Montaña Hokage, más allá de los refugios, hay una serie de cubículos, celosamente cerrados, donde, antiguos clanes y familias resguardaban sus pertenencias.
En una en especial, el más pequeño de todos muy probablemente, un hombre, temblaba ligeramente en el portal.
Miró con intensidad el pequeño cartel que pendía de un retorcido y oxidado clavo.
Los kanjis que estaban escritos ahí, apenas y se distinguían entre el polvo y la suciedad. Sacó el pequeño papel llave que le habían entregado y lo adhirió a la puerta con lentitud.
Inoculó, con su dedo índice, una pequeña cantidad de chakra. La barrera cayó y la puerta realizó un ligero traqueteo para finalmente, quedar entre abierta.
Después de pensárselo un rato, Kakashi dio el paso decisivo. Empujó la puerta con su enguantada mano y entró. Lo recibió la fría y pesada oscuridad. Sacó de su portaobjetos una linterna de mano y la encendió.
El minúsculo halo de luz, le permitió ver un poco de la estancia. Tenía bordes irregulares como los de una cueva, dando a entender que fue tallada en dentro de la montaña con bastante rudeza, a diferencia de los refugios y pasillos. Medía aproximadamente unos cuatro metros hacia el fondo y uno dos metros a los lados.
En la pared que estaba frente a él, había incrustadas largas tablas de madera a modo de estantes, unas cuatro, con una separación de setenta centímetros entre sí. Sobre ellas, había una considerable cantidad de bultos de papel, cubiertos por una que otra tela de araña. Paso un dedo por una de las tablas y recogió un poco de polvo. Agradeció más que nunca usar una molesta mascara de algodón, pues la acción produjo una oleada de polvo que se levantó en el aire a su alrededor.
Se sacudió la mano en el pantalón y continúo buscando. Encontró muchas cajas de cartón y madera apiladas una sobre otras, algunas tablas de madera arrinconadas en una esquina, y lo que parecía ser un gran mueble embalado en plástico negro.
Sobre las paredes había unas viejas lámparas de aceite, esparcidas por toda la pequeña estancia, decidido a encontrar en un solo día aquello que había ido a buscar, usó un pequeño katon para encender los farolillos, iluminándola poco a poco de una suave luz amarilla.
Con la nueva luminosidad, Kakashi fue capaz de apreciar mejor lo que ahí se encontraba.
Los bultos de papel sobre las repisas improvisadas se convirtieron en jarrones y estatuillas, algunos incluso en juguetes. La madera apilada, eran los barrotes y bases de una cuna. El mueble embalado en plástico era más pequeño de lo que percibió.
Cerro los ojos dejándose caer en el polvoriento sillón, el cual desprendió una intensa nube de polvo que lo hizo toser un poco.
Una imagen fugaz se paseó por su memoria. Su padre dejándose caer de la misma forma en aquel sillón, en una amplia y confortable sala de estar, él, de un año y medio caminando a pasos tambaleantes hacia el mayor.
El recuerdo lo hizo apretar las manos en puños alrededor de los mechones grises de su cabello.
Kakashi se sentía ansioso. Era una sensación nada agradable, que ni incluso en la guerra, con la sangre y destrucción rodeándole, había sentido.
Aquel lugar estaba lleno de objetos y memorias que pertenecían a una vida que había perdido hace mucho tiempo y que creyó, jamás recuperar.
Pero lo había hecho. Había recuperado una familia en los rostros felices de Sasuke y Naruto, en los ojos brillantes y gritos esporádicos de Gay. En la pequeña Mirai y su madre, Kurenai.
Y en ella. En la que menos había reparado a lo largo de ocho años, hasta que se convirtió en una fuerte, hermosa e inteligente mujer. En ella que lo había golpeado sin resentimiento cuando le había dicho que gustaba de él y el respondió con un ¿Cómo amigos?
Ella que lo jalaba de las orejas cada noche fuera de la oficina del Hokage, o hacia dentro de ella, desde algún lugar escondido donde leía y releía su vieja copia de Icha Icha.
Con ella, con sus ojos verdes y cabello rosa. Con sus dulces sonrisas y sus berrinches inesperados. Con sus noches de locura y amor y mañanas de panqueques y huevos quemados.
Sakura Haruno había reconstruido para él, y junto a él, aquella vida que creyó perdida. Le regalo una nueva perspectiva para mirar el mundo, nuevas ilusiones y sueños.
Y por ella, se encontraba ahí. Reconciliándose nuevamente con su pasado, haciendo parte suya aquel antiguo y olvidado legado.
El legado del colmillo blanco de Konoha, de su padre, Sakumo Hatake.
Se puso de pie nuevamente, con energías renovadas y empezó a buscar entre las cajas, una a una, hasta dar con lo que buscaba.
Las manos le temblaron, como la primera vez que había sostenido en kunai en su delgadas e infantiles manos, al sujetar la pieza.
Contrario a lo que pensaría, la pieza de tela estaba casi intacta, a pesar del pasar de los años. Un poco descolorida, dándole un tono de gris acero, algunos hilos sueltos por aquí y por allá. Las líneas blancas un poco curtidas.
Termino de sacar el kimono del baúl e madera. Lo acerco a su rostro en una muestra nostálgica con la intención de recuperar algún olor perdido, pero no había más que la esencia del polvo.
Se puso de pie para extenderlo y girarlo, la parte trasera, justo debajo de la línea del cuello, estaba adornada con el emblema familiar bordado en grueso hilo gris, que ahora se perdía un poco entre el resto de la tela.
Algunos de los nueve rombos que conformaban el rombo mayor habían desaparecido casi al completo, pero aun podían apreciarse.
Aquel traje había sido el mismo que su padre habría usado, el mismo que nunca imagino usar.
Solo hasta la llegado de Sakura, se había permitido la idea de adicionar un (o varios) miembro más, a la casi extinta familia Hatake.
Así que ahí estaba, un mes después de encontrarlo, vistiendo el kimono matrimonial de su difunto padre, preparándose para el encuentro más esperado y emocionante de su vida.
—¿Nervioso? — Kakashi dio un respingo bastante visible cuando la voz de Sakura retumbo en la habitación
—Solo tú, serias la única en visitar la habitación del novio — dijo con algo de sorna, la chica sonrió
—Tenía que asegurarme de que no escaparas… o llegaras tarde, aun no sé cuál sería peor.
—No escaparía jamás, estoy seguro de que Naruto y Sasuke me despellejarían vivo, si lo hago. — dio una mirada a su futura mujer — Por cierto, te ves hermosa
Sakura se sonrojo muy levemente, haciendo que su maquilla reluciera un poco más.
Su kimono era de un rosa muy pálido, casi blanco, y tenía líneas en los bordes de mangas y cuello, de un rojo intenso. Su corto cabello, que usualmente llegaba a sus hombros, se recogía en suaves rizos que rozaban su barbilla, sus grandes ojos verdes, brillando de emoción contenida.
—Tú también te ves bastante apuesto.
—Yo siempre, soy el Hotkage — Sakura rio y le tendió la mano, Kakashi la apretó con fuerza. Deposito un beso sobre el brillante rombo lila en su frente y le dijo — Vamos, Hatake-sama
Sakura volvió a sonrojarse, y con una sonrisa, amplia y brillante, caminó a un lado de Kakashi, atravesando las puertas dobles de madera, camino al jardín de cerezos donde abandonaría el Haruno y tomaría, con alma, cuerpo y corazón, el apellido Hatake.
N/A:
¡HAPPY KAKASAKU MONTH!
Como sabrán, y si no lo saben, del 1 al 30 de agosto se celebra el mes de Kakasaku en Tumblr, así que aquí estoy. Es el primer año que participo en algo de la OTP, y espero dar la talla con algo tan grande.
Tratare de traer diario un pequeño os, drabble o viñeta, de acuerdo a los prompts de cada semana. Tal vez traiga dos diarios o así, depende de mi tiempo… so, si quieren más, mándenme buenas vibras xD
Si leen Roommate o Instantáneo, ojo, no lo abandonare, pero quizá tarde un poquito más de lo usual, aunque trataré de avanzarle a ambos.
¡Saludos a todos!
Los quiere,
Ghost-chan
