Ven conmigo


Ahí está ella otra vez, tan hermosa como siempre, viene hacia mí, moviéndose con toda la gracia que solo ella es capaz de contener; es mi momento favorito del día, cuando puedo abrazarla y estrecharla contra mi pecho, cerca del corazón que le pertenece. Cada vez que la miró no puedo evitar este sentimiento que brota desde los rincones más puros y sinceros de mi alma, vehemente sentimiento que me impulsa a cuidar de ella y protegerla… que me incita a amarla.

Camina a través del jardín, su siempre lugar favorito.

La conozco bien, su andar es más presuroso de lo normal ansiando tanto como yo estar juntos; la luz del día ilumina suave su rostro, pero ella no necesita del sol para resplandecer, es como una estrella, tiene luz propia; Cuando estamos juntos en la noche no necesito de la luna, para que la quiero si ella me ilumina.

En sus hermosas labios rosados se ha formado una sonrisa, sutil gesto que encanta mi alma, y hace suspirar mi espíritu; es inevitable apartar la mirada de esos sus labios, suaves y cálidos que me regalan tímidas e inocentes pruebas de amor verdadero, pero también pasionales caricias que encienden cada fibra de mi ser y despiertan el ansioso deseo de estar con ella, sentimiento abierto que nos encierra a los dos. Nunca me cansaré de saborearlos, de sentirlos contra los míos.

En sus ojos se asoma una mirada curiosa, silenciosa pegunta de lo que me sucede el día de hoy, sonrío, todo está bien, todo estará bien. No puedo resistirme más, acudo a su encuentro, la sostengo en mis brazos y coloco mi mano en su mejilla, sonrosado rostro lleno de vida que tantas veces antes he acariciado y que nunca me canso de hacerlo; yo nunca he sido un hombre de palabras, pero entre nosotros no son necesarias, no cuando nuestras miradas son capaces de gritar en el silencio el contenido de nuestras almas.

Sus ojos anhelantes se posan en los míos, celestial y hermoso momento es ahora. Ella está aquí frente a mí, puedo verla, puedo tocarla, puedo respirar su atrayente fragancia, oír su suave risa, todos mis sentidos están acostumbrados a ella pero nunca satisfechos. Más que nunca estoy convencido de lo que debo hacer. Comienzo a inclinarme.

Con sus pequeñas manos está cubriendo su boca, sabiendo lo que mi pose de rodillas significa, un par de alegres lágrimas se asoma en la comisura de sus ojos, y aunque se cubre con sus manos soy perfectamente capaz de ver la sonrisa bajo ellas.

De uno de mis bolsillos saco un anillo, pequeño objeto que represente el más grande de los compromisos, es demasiado insignificante para representar todo el amor que siento por ella; pieza de metal tangible que representa todo lo que no se ve ni se toca: sueños e ilusiones, anhelos y sentimientos; tiene un valor material pero representa algo que nunca podrá tener precio.

Coloco una de mis palmas frente a ella, y ella coloca la suya sobre la mía, el anillo se desliza por su dedo. A pesar de que mi mano tiembla es la más firme promesa que en mi vida haré.

-En la vida,

es peligroso ir solo….

Ven conmigo-


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Ok… si se preguntan qué es esto, jiji les diré; esta es mi triste historia: ayer vi un reto de drabbles en un pagina y dije, yo quiero!, pero…. no terminé a tiempo jajajaja.

Pero ya que lo hice pues lo publico. XD

Espero que les guste n.n