A/N: Hola mis queridos querubines, lo se, lo se, como es posible que piense en escribir otra historia, cuando aun está pendiente el terminar "Algo por lo que luchar", les cuento un poco de éste proyecto, verán, una de mis películas´preferidas es Bastardos sin Gloria, y me encanta la manera en que Tarantino aborda una parte de la historia que sabemos perfectamente bien no termina así (no pretendo compararme con Tarantino en ningún aspecto, solo me inspire), pero brinda un despliegue de personajes complejos e interesantes, ahora bien obviamente ésta historia no sigue el canon, por lo que, si ustedes son fieles seguidores de dichas circunstancias, por favor, evítense leer, o mejor aún, léanlo, y diviértanse un poco, como yo lo he hecho con esta historia, la creación de éstos personajes y las situaciones que van a venir.
Advertencias: La historia tendrá alto contenido de violencia y en algún punto sexual, por lo que les pido y les ruego, si no les apetece, o definitivamente lo suyo es mero romance y cero situaciones incomodas, lean bajo su propio criterio, y entendiendo que la advertencia quedo marcada.
Declaimer: Harry Potter, el universo y sus personajes no me perteneces, solo pretendo pasar un buen rato experimentando con mi imaginación, y crear y explorar situaciones con esos personajes que hemos aprendido a amar, no pretendo sacar ningún fin lucrativo al respecto. Que esta declaración sirva sus fines para todos los capítulos contenidos en ésta historia.
Cap.1 ¿Y ustedes son?
"La guerra es un mal que deshonra al género humano" Fenelon
Los pasos de unas botas de charol se escuchaban firmes, ayudadas por un bastón finamente tallado de ébano, con paso militar, las lustrosas botas de charol chocaban de manera constante mientras un hombre alto se acercaba a la puerta que sería su destino final. Antes de tocar, revisa que su uniforme se encuentre de manera propia para ver a sus superiores, alisa cualquier arruga y se coloca la gorra que denota su cargo como general, mientras que sus chaleteras enarcan de manera orgullosa sus hombros, que a pesar de pertenecer a un hombre de ya sesenta años, seguían manteniéndose erguidos, hacía ya veintisiete años que había pasado a formar parte del profesorado de esa institución.
Cuando Hannibal se había enterado que era mago, tanto él como su madre habían quedado boquiabiertos, el tan solo siendo un niño de 10 años que vivía en un pueblito cerca de Alabama, él era simplemente Hannibal Jones, hijo del Capitán Jones muerto en la segunda guerra mundial, no un mago, pero pues como buenos sureños, su madre le había dicho que esa era la voluntad de Dios, desde ese entonces él había entrado al Instituto de Magia y Hechicería de Ilvermorny, para después pasar a formar parte de las fuerzas especiales de los Estados Unidos, no, no estamos hablando de los no-maj, sino del gobierno de los magos, ya que a diferencia de Europa, aqui no existía un gobierno parlamentario, sino democrático.
Tiempo después pasó a formar parte del profesorado de la escuela militar, sin embargo añoraba esos viejos días, aventuras, tretas, inteligencia militar, despliegue de operativos y demás, pero él era conciente de que había que dar paso a la sangre nueva, así que la mejor manera de trascender para él fue enseñar a esa sangre nueva.
Por eso con mucha extrañeza recibió la lechuza con el paquete que hoy cargaba bajo el brazo, en ese paquete estilaba un sobre que describía parte de la situación, sobre cierta misión, dónde si él aceptaba, la otra parte de la información le sería revelada. Dicho sobre con categoría de urgente y especial. En primera instancia se revelaba la precaria situación que sufría el estado de derecho en Inglaterra, y el inminente asenso al poder de cierto señor tenebroso que se hacía llamar a si mismo Lord Voldemort, lo habían elegido a él primeramente por ser nacido muggle, y después, por Budapest, bueno en realidad más por Budapest que por otra cosa; el había sido el único sobreviviente, y aunque eso era motivo de orgullo hoy día todavía se le dificultaba hablar de ello, así que dejaremos eso para otra ocasión.
Aun no se le hablaba exactamente de la misión, ese sobre había sido meramente para informarle, picar su curiosidad, y por supuesto ver si quería aceptar la misión, lo conocían muy bien, pues en ese mismo instante había aceptado la misión sin chistar, y pues helo aqui, esperando a que le abrieran esa puerta que alojaba ese sueño distante ya sobre aventuras y misiones, porque con todo y bastón, lo habían elegido a él.
Cuando abrieron la puerta, Hannibal Jones se irguió y entró con paso seguro, la sala era de un estilo minimalista, ya que tenía un piso de duela de madera sencillo, ventanales amplios que señalaban al jardín de entrenamientos y un pizarrón con cierta información recabada hasta el momento; en la mesa ya estaban sentados cinco jóvenes, que en cuanto posaron sus ojos en el general Jones rápidamente se enderezaron y saludaron.
Hannibal sonrió, esto será todo un reto, pero al igual que Budapest lo superaría, siempre lo hacía. Tres horas enteras habían pasado dónde se les había explicado absolutamente todo, desde quienes eran el círculo más cercano del mago oscuro, hasta la organización supuestamente secreta que luchaba contra ellos "La orden del Fénix"; tenían sus órdenes, aún no llegaba y ya se sentía con la adrenalina corriendo por sus venas.
...
El traslador los había dejado bastante lejos, a las afueras de tierras escocesas, en un bosque llamado Dean, ahí establecerían su centro de inteligencia, con nombres clave establecidos, Hannibal estaba bastante satisfecho con su pelotón. Su voz ronca rompió el silencio de la noche en el bosque.
-¡Pelotón! En fila ya—sonó la voz áspera y profunda de Hannibal, sus ojos azul profundo y penetrantes fijados en los cinco jóvenes—tengo frente a mi a cinco valientes jóvenes seleccionados para mi, y déjenme decirles que yo no soy un hueso duro de roer, ahora, en el momento en el que ustedes aceptaron entrar en mi pelotón adquirieron una deuda de carácter personal hacia conmigo—dijo con voz ahora más firme y rasposa mientras caminaba frente a sus soldados, deteniéndose uno por uno para dejar su mensaje claro—CADA UNO DE USTEDES ME DEBE CINCUENTA CABEZAS DE MORTIFAGOS y yo quiero mis cabezas, ¿ésta claro?—
-Señor, si señor—los cinco respondieron con sonrisas sardónicas mostrando todas sus hileras de dientes.
-Nosotros no estamos aquí para enseñarles humanidad a esos mal nacidos, los mortifagos no poseen humanidad, mantengan eso bien claro en su cabeza—todos asintieron de una sola vez—muy bien, habiendo establecido eso... ¿dudas, aclaraciones, amenazas?—todos soltaron una risotada pero negaron con la cabeza enfáticamente—NO LOS ESCUCHÉ—
-Señor, no señor—respondió el coro de voces
-Muy bien—ahora fijo su vista en el más alto de sus cinco soldados—Rex, prepara las barracas y mi tienda personal—
Rex, que dicho sea de paso era el más joven de ellos, recién salido de la escuela, con tan solo diecisiete años, una humanidad de dos metros, musculoso, lleno de fuerza bruta, encendió la fogata y con su varita se dispuso a armar las dos tienditas en apariencia diminuta pero por dentro con espacio suficiente para albergar a doce personas, sus ojos miel danzando con travesura mientras tarareaba una canción de Eric Clapton, su pelo largo hasta los hombros y castaño, y sus mejillas pecosas delataban su corta edad.
-Bum bum, quiero un área de un kilómetro cuadrado asegurada—la chica de apariencia voluptuosa y piel tocada por el sol se dispuso a levantarse del suelo y a caminar de manera desgarbada mientras escupía tabaco en el suelo, sus labios redondos sonreían de medio lado, era la mayor del grupo con veintiún años y también la mas pequeña en estatura, con a penas un metro sesenta y cinco, pero a pesar de su corta estatura su cuerpo estaba lleno de curvas peligrosas, mientras caminaba sus cadenas con medallas de logros al valor y demás sonaban y sin más se dispuso a realizar su tarea.
-Hook, quiero el cuarto de armas listo—prosiguió dando ordenes mientras la madrugada seguía soplando su viento veraniego, el joven licántropo sonrió como quien sonríe a una presa, y froto sus grandes manos en un gesto de emoción, sacó una tienda más y con su varita la armo, para después entrar con su mochila en el interior, y comenzar a ordenar desde visores nocturnos, detectores de calor, radares, y demás modificados con magia, hasta revolvers de calibres considerables, para continuar con sus preferidas, espadas, chacos, arcos, y estrellas, para dejar al último la favorita de Bum bum, la basuca, ella era el BUM en el KABUM.
Su pelo oscuro parecía mas oscuro de lo normal por la poca luz que proveía la flama que había hecho y sus ojos ámbar estaban fijados en su obra final, sus facciones aristocráticas estaban contorsionadas en una sonrisa amplia; el chico alto y musculoso de diecinueve años, era guapo, y lo sabía, sin pena a decirlo en voz alta, y con serios problemas de egocentrismo, sin embargo su amor propio solo era sobrepasado por el amor que le tenía a su hermana gemela, a quien no vio cuando salió de la tienda de armas.
-Bobby, ¿donde ésta Kitty?—pregunto Hook a su amigo de toda la vida, Bobby era un chico alto de veinte años, con ojos verde hipnóticos y tez apiñonada, a diferencia de Hook el no era de espalda ancha ni musculoso, él mas bien le gustaba pensar que estaba en forma y ya, como siempre su uniforme estaba impecable, y su sonrisa en su lugar, de todos él era el que más sonreía.
-El General la mandó a hacer labor de reconocimiento en el bosque, para saber si había alguna aldea no-maj cerca donde reabastecernos—decía el chico mientras observaba las estrellas—pero creo que si alguien la ve va a salir corriendo, después de todo, las panteras negras no son animales comunes por aquí—continuó mientras esperaban a que sus barracas terminaran de ser ordenadas, el general ya hacía tiempo se había retirado a descansar. Hook soltó una risotada
-Cierto, Kitty puede ser bastante imponente cuando se lo propone—
-Y cuando no, también—soltó Bum Bum—sentí que Morgana me hablaba cuando la vi correr hace unos minutos antes de salir del campo de seguridad—la chica se dejó caer sin ceremonias en el piso mientras escupía tabaco al lado contrario de la fogata.
-Tu siempre tan femenina Bumy cariño—soltó Hook de manera sardónica ante la chica y sus modales tan masculinizados.
-Oh discúlpeme su alteza, no todos tuvimos la suerte de nacer en cuna de oro—dijo mientras se reían juntos, este ya era ritual entre ellos.
-Pues me fugué de esa cuna de oro, no lo olvides querida—le dijo guiñándole un ojo de manera seductora, mientras la otra soltaba un bufido para esconder su carcajada.
-Cuando vas a aprender que tus "movimientos" no funcionan conmigo—dijo ella, como si se repitiera por milésima vez.
-Un hombre puede soñar linda—y le dedico su sonrisa más seductora, mientras Bobby y Bum Bum volteaban los ojos y reían—además podría enseñarte una buena manera de utilizar esos hermosísimos senos tuyos—soltó sin pena alguna, a lo que los otros tres rieron con más ganas ya que Rex se les había unido frente al fuego.
-Que no son tan grandes—dijo ella mientras los chicos la miraban de manera lívida, como si ella dijera que el cielo no era azul o que el pasto no era verde— ¿o si?—dijo ella apretándolos descaradamente con sus manos mientras hacia una mueca rara con su labio inferior y ponía sus ojos de cachorro, los chicos ahora si rieron con ganas.
-Son enormes—gritaron en coro mientras volvían a reír, Rex se doblaba de la risa mientras Bobby se limpiaba lagrimas por las carcajadas.
-Yo las vi esa vez que "sin querer" entré a las regaderas después del entrenamiento, los planetas se alinearon no se, pero fue bellísimo—dijo Rex con voz soñadora mientras Bum Bum le daba un coscorrón fuerte en la cabeza y los otros dos reían a carcajadas una vez más.
-Que bueno que le puse un hechizo silenciador alrededor de la tienda del general o les prometo que ya nos habrían puesto a correr alrededor del campo—todos movieron sus cabezas en aprobación.
De pronto escucharon la voz agotada de Kitty acercándose al campamento-¿Y porque nos reímos ahora?—pregunto mientras llegaba y se recostaba en el hombro de su hermano.
-A solo recordando la vez que Hook persiguió a aquel pretendiente tuyo como perro rabioso— soltó Bum Bum, todos rieron una vez más, cualquiera que observara la escena de aquellos cinco alrededor de la fogata notaría la camaradería y el compañerismo entre ellos, como si existiera toda una vida que los uniera... o quizás más de una vida, una pena.
-Oh no me engañas, se que hablaban de tus senos—soltó Kitty, mientras acomodaba su larga melena negra con sus delicadas manos, cualquiera que observara a Kitty en la calle mientras contoneaba sus caderas con un caminar felino, desviaría su mirada en su dirección, tanto hombres como mujeres en el cuartel admiraban su belleza, con facciones finas y sonrisa felina, una chica por naturaleza fría, alta, no tan curvilínea como su amiga, y con unos ojos púrpuras penetrantes, definitivamente una belleza extraña.
-Muy bien pelotón, es hora de irnos a descansar, porque mañana empieza la diversión—soltó Bum bum. Todos se dispusieron a entrar en las barracas, y tener un merecido descanso, después de las labores hechas.
...
Un mes después, cuartel de La Orden del Fénix, reunión semanal.
-Ha llegado a tomar nuestra atención que el número de mortifagos ha disminuido, esto sin mencionar que al parecer, después de supuestas emboscadas sufridas en su contra, algunos de ellos quedan marcados con una letra M en sus frentes—dijo Alastor Moody con su voz rasposa e imperiosa, mientras todos ponían gran atención a sus palabras—En el cuartel de aurores no se sabe cuál sea la causa de éstas marcas, sin embargo creo que Gideon y Fabián, serán capaces de brindarnos mayor información en cuanto lleguen—terminó de decir Moody.
En éste mes que había pasado, toda la orden había notado estos acontecimientos, despertando el particular interés de Dumbledore, ya que éstas tácticas le sonaban muy familiares, sin embargo no había querido decir absolutamente nada de momento; siendo un mago tan poderoso, tras los años, había aprendido a mantener sus jugadas muy cercanas al pecho, sin embargo esto tenía un nombre escrito con mayúsculas y era Hannibal Jones.
La voz clara y suave de Lily Potter se alzo por sobre los murmullos de la orden, vociferando la especulación que se formulaba en las cabezas de todos— ¿Quieres decir que hay otro grupo que se ésta oponiendo a los Mortifagos y Voldemort, Alastor?—Lily Potter cuya belleza era deslumbrante como la del sol en una tarde de otoño, se impuso mientras se levantaba de su asiento al lado de su esposo, haciendo gala de su penetrante inteligencia. Tanto los merodeadores como ella ya lo sospechaban, muchísimo más después del enfrentamiento que tuvieron en Hogsmade, donde ya varios Mortifagos tenían la letra M grabada en sus frentes, desde luego, se dieron cuenta de esto, después de haberles quitado las mascaras y aprehenderlos.
Moody contrajo su ceño a manera de concentración y simplemente asintió con la cabeza, en ese momento los Gemelos Prewett entraron a la reunion, seguidos de Marlene McKinon, Edgar Bones y Caradoc Dearborn. Todos tomaron sus respectivos lugares para continuar con la reunion, todos se encontraban en la sala privada del bar de La Cabeza de Puerco, y desdeluego habían tomado las medidas precautorias necesarias para ese lugar, ya que esa sala en específico, estaba bajo la protección del encantamiento Fidelio.
Marlene, tomó su lugar junto a Sirius, dedicándole una mirada lánguida y larga, era obvio tanto para James como para Lily que su amiga estaba completamente enamorada de Sirius, sin embargo ellos tenían un acuerdo de sexo ocasional, para sacar el estrés del cuerpo según Sirius, sin embargo Marlene estaba involucrando sus sentimientos, y lo que era obvio para James y para Lily, para Sirius era como tratar de descifrar una combinación de una caja fuerte.
Los gemelos agitaron sus cabezas, meneando su larga melena roja escarlata, a una pregunta que Moody les acababa de hacer, murmuraron algo más a Dumbledore y prosiguieron con la información.
-Como ya les habrá dicho nuestro querido Jefe—Moody soltó un bufido a Gideon, quien le sonrió de manera encantadora y burlona y continuó—existe la sospecha de que hay un grupo de oposición...—Fabián prosiguió—Otro grupo de oposición, sin embargo no tenemos información respecto a quiénes son, o cuántos son—
-Solo sabemos que se hacen llamar Los Bastardos—dijo Gideon, James y Sirius sonrieron ante el nombre y emitieron un bufido tratando de ocultar sus carcajadas.
-Y les queda bien el nombre, puesto que se portan como unos verdaderos bastardos, hemos encontrado quince cuerpos, todos con la marca en sus brazos, pero sin cabezas—soltó Fabián como que no quiere la cosa, y en ese momento Peter Pettigrew, quien había permanecido en silencio toda la reunion, emitió un chillido muy parecido al de una rata.
En este momento la sala estaba en un silencio sepulcral—Gracias por ilustrarnos Fabián, Gideon, yo tomaré la reunion desde aquí—se levantó Dumbledore en la cabeza de la mesa con su túnica púrpura y su sombrero puntiagudo, se quitó sus gafas de media luna para tallarse un poco los ojos y sonrió ampliamente a su asamblea—No pienso que estos bastardos—en ese momento tanto la risa de James como la de Sirius inundaron el lugar, a lo que Moody simplemente los zapeó—gracias Alastor, como decía, no creó que estos bastardos representen algún tipo de peligro para nosotros—en ese momento Frank Longhbottom se paró y con sus ojos azules incendiados interrumpió a su antiguo director.
-Albus, ¿qué dices?, ¿que no representan un peligro para nosotros?, PERO SI ESTAN DISPUESTOS A MATAR—soltó, a lo que Remus Lupin, que se encontraba al lado de Peter se le unió, en su reclamo.
-Seguramente, Profesor Dumbledore, no puede pedirnos que pasemos por alto esto, son personas con un evidente carácter vindicativo—dijo de manera razonable Remus, a lo que James y Sirius asintieron vigorosamente, mientras James se unía en ese razonamiento.
-Sin mencionar que ni siquiera sabemos quienes son o cuantos son, es decir que tal si solo son unos psicópatas peores y más extremistas que, no se, Bellatrix LeStrange por ejemplo—dijo James a lo que Sirius emitió un rugido gutural de desprecio para su sangre.
-Disculpa, si diferimos un poco en esto contigo Albus—continuó Sirius—pero esto ésta jodidamente mal, ya es suficiente con estar lidiando con ésta guerra, hemos puesto nuestra confianza en ti, y ciertamente entendemos hay prioridades, pero no me pidas que esté tranquilo, cuando unos maniacos andan ahí afuera haciéndose justicia por su propia mano—
-No dista mucho de lo que nosotros hacemos—dijo Dumbledore, está vez fue Lily Potter la que se puso de píe.
-Dista muchísimo Profesor Dumbledore—dijo la pelirroja con su voz clara y firme, mientras colocaba su mano en la mesa de madera vieja y descuidada—nosotros no matamos—
-Estoy seguro que conoceremos a los bastardos cuando el momento sea propicio, el tiempo es perfecto en si mismo—dijo crípticamente el anciano—así que será lo que tenga que ser—
Sirius abrió las manos al aire en exasperación mientras James se daba de golpeas en la cabeza con su mano, era obvio que Dumbledore sabía algo más, y no se los estaba diciendo. La reunión terminó sin más acontecimientos, todos comenzaron a despedirse, mientras salían del lugar, mientras los Merodeadores, Lily y Marlene salían por la puerta de la cabeza de puerco, para tomar camino a las tres escobas, hacía mucho que no estaban todos juntos y la situación ameritaba una botella de la mejor hidromiel del lugar, es decir Las Tres escobas.
Caminaron en el sendero níveo para dirigirse al Pub, mientras James colocaba un brazo alrededor de la cintura de Lily y besaba su mejilla, la luna llena estaba acercándose y Remus estaba más sensible, por ende no pudo dejar pasar la sensación de que alguien los seguía.
-¿Qué pasa Lunático? –pregunto Sirius, quien seguía la mirada de Remus a un callejón sombrío.
Remus negó con la cabeza—Ustedes adelántense, queremos ver algo—dijo Sirius, así que los demás entraron al Pub, sin percatarse del intercambio entre los amigos.
-No es nada Canuto—dijo Remus sonriendo mientras tomaba un cigarrillo que Sirius le ofreció—de seguro que es porque la luna llena ésta cerca—dijo Remus mientras sacaba una voluta de humo y volteaba al cielo.
-Yo también sentí algo Lunático—dijo Sirius fijando su mirada en aquel callejón.
-Sirius—cuando Remus utilizaba ese tono serio venía seguido de un sermón, así que Sirius se preparó psicológicamente para escuchar, lo que fuera que Remus quería decirle— ¿qué es lo que sientes por Marlene?—Sirius prendió un cigarro y meditó muy bien su respuesta, sacó una voluta de humo y volteó a ver a la estrella que le dio su nombre.
- Creo que siento un gran aprecio por ella, me gusta, es mi amiga, pero no estoy enamorado de ella, si eso es lo que quieres saber Remus—dijo de último mientras fijaba sus ojos grises como acero fundido en los ojos ámbar de su amigo.
-Sirius, ¿es que piensas pasar de cama en cama el resto de tu vida?, ¿cual era esa filosofía? ¿A coger y a mamar que el mundo se va a acabar?, no creo que sea justo para ella Canuto, es obvio que Mar se está enamorando de ti—dijo Remus
-No es obvio Lunático, eso ésta clarísimo, ella misma me lo ha dicho, sin embargo yo tampoco le he escondido la verdad, las cosas funcionan bien para los dos, el día que cualquiera de los dos se quiera salir de esto, pues se sale y ya—Remus negó con la cabeza mientras tiraba la colilla de su cigarro y la desaparecía con su varita.
-Querrás decir el día que no funcione para ti, porque estoy seguro que ella te dejará el día que el infierno se congele—dijo Remus zanjando la platica. Sirius solo sonrió, con esa sonrisa brillante y picara de medio lado. Remus entró al Pub, mientras Sirius miraba a las afueras, fumando de su cigarrillo y sacando las volutas de humo. Fue entonces cuando vio a lo lejos una pantera negra corriendo, el hermoso animal se alejaba del lugar con paso firme, solo volteando a verlo cuando llegó a una distancia segura de la aldea, y Sirius se topó con un par de enormes y penetrantes ojos púrpuras.
...
A/N: Bien, las actualizaciones serán en si esporádicas, por que pretendo terminar primeramente "Algo por lo que luchar", sin embargo ésta historia tomó forma en mi cabeza y no pude evitar llevarla a cabo, he de decir que me he enamorado perdidamente del Sirius de ésta historia (coff coff Estoy enamorada de Sirius desde que tengo memoria), espero les agrade, dejenme saber su opinion, les mando un abrazo enorme.
Sabrina LeStrange
