James Potter ya no la persigue por los pasillos, ni le pide salir a gritos, tampoco insulta a Snape. Bueno, eso sí pero es que si no ya no sería Potter. Al menos ya no lo humilla haciendo que enseñe sus intimidades ante una multitud ni le lanza hechizos ridículos para que baile o cante o cualquier otra cosa estúpida y para que así el ego de Potter aumente aun mas, si eso es posible.
James; esto Potter ha vuelto del verano… ¿maduro? Bueno, dejémoslo solo en "menos inmaduro".
Curioso, jamás creyó usar ese adjetivo junto a ese nombre en una frase afirmativa, pero así es.
James Potter ha vuelto del verano casi maduro y con mejor culo si eso posible.
Pero que conste que eso Lily lo sabe porque se lo oyó decir a la cabeza hueca de Sanders, porque ella juraría, tal vez no por su familia, ni por su colección de peluches, ni por sus libros…bueno, tal vez jurase por un par de rotuladores usados que ella jamás miró el culo de Potter.
No entiende las miradas de odio de Carrie y Sanders, ni ella tiene ningún interés por James, ni James por ella.
Y algo le molesta, algo que está justo a la altura del estómago, no sabe que es, probablemente sea el estúpido pastel de calabaza. ¡¡Hay pastel de calabaza lunes, martes, miércoles, jueves y sábados!! Cinco días de siete. El nudo en el estómago ya dura semanas.
_A lo mejor el nudo no tiene nada que ver con el pastel de calabaza —dice una voz en su cabeza. Lily la lleva oyendo desde hace semanas, meses e incluso años y es la voz más tonta que ha oído en su vida, porque esa voz le insinúa cosas tan ridículas como que James Potter es sexy, y como que Potter y ella harían buena pareja
Sus amigas está ocupadas, sus deberes terminados y sus ganas de estudiar agotadas y Lily se aburre, se aburre mortalmente. No tiene ni idea de que hacer. Es triste decirlo, pero su vida, o al menos su vida como prefecta giraba en torno a los merodeadores, o mas concretamente en torno a las travesuras de James.
No es que los merodeadores hayan dejado de hacer travesuras, pero siente que ya no son travesuras que merezcan sus gritos.
Aunque siempre puede gritarle a Sirius Black, porque él si que parece no haya cambiado nada, sigue morreándose por las esquinas con chicas huecas de las que apenas sabe el nombre y la talla de sujetador, pero a Lily gritarle a Black no le produce ni la mitad de excitación que gritarle a Potter.
Es triste decirlo pero toda su vida, aparte de la de prefecta, al menos desde los once años, ha girado en torno a potter.
Si se pone a pensar se ve a ella y a Potter esperando para ser seleccionados, A snape y Potter peleando y ella defendiendo a Snape, a Snape llamándola sangre sucia...y ese recuerdo aun le duele, a Potter celebrando que ganaron la copa de quiddith, a ella y a Potter en clase, a ella gritando a los merodeadores…
Porque James Potter siempre ha estado para bien y para mal en esos siete años, James siempre está por delante y tal vez, y solo tal vez Sirius Black alguna vez lo pase.
Y la voz de su cabeza suena de nuevo, esa estúpida voz que insinúa cosas ridículas, que solo pasan en los cuentos.
Porque era ridículo pensarlo tan siquiera, ella era una maniática marimandona que tenía de princesa lo que esa diminuta planta de la esquina de mortífago y él era…bueno, era James Potter, un engreído, un sinvergüenza.
Un merodeador.
Un chico con gran corazón y un culo de infarto.
Pero...¿que mas daba todo eso? Potter ya no se fijaba en ella, ya no la persigue por los pasillos, y está mas feliz que nunca ¡¡Tiene que estarlo!!, porque es lo que llevaba esperando desde hace dos años…¿O tal vez no?
