Backache
El solo quería recoger su destornillador, era una acción tan común, era tan simple como agacharse y tomarlo, pero no, nada es simple cuando eres Tony Stark. Un dolor sordo lo atravesó en cuanto dobló la espalda, punzadas de electricidad le recorrieron lenta y dolorosamente piernas, ingle, nalgas y la parte superior de los muslos. Toda una sinfonía de espasmos musculares combinados para dejarlo en la más vergonzosa posición imaginable.
Sabía que todas esas horas de mala postura dibujando planos, el dormirse (desmayarse) inclinado sobre el escritorio y el levantar todas esas cajas y pesados artefactos, haciendo fuerza casi únicamente con la espalda, le estaban pasando la cuenta. Eso y probablemente la broma cruel de algún dios, en el cual no cree, es lo que lo tiene doblado justo en medio del laboratorio, con la cabeza y los brazos hacia abajo como si estuviese intentando tocarse los pies y sin posibilidad de enderezarse producto de las fuertes punzadas de dolor que le recorren toda la espina dorsal. La situación es dolorosa y humillante, pero como todo lo que va mal siempre puede ir peor, la voz a sus espaldas pertenece justamente a la persona que menos desea que lo vea así.
-Es demasiado tiempo para intentar tocar tus pies, incluso para ti Stark.
La voz a sus espaldas suena preocupada y divertida. Él solo suspira y habla tratando de parecer casual.
- Sí, bueno es que así soy yo Cap, me tomo las cosas con calma.
-Sí claro Stark- bufá el otro- ¿Te quedaste atascado, cierto?
Jodido Rogers
-Nada de lo que haya que preocuparse Capitán, estaré bien en un minuto.
-Llevas en esa posición 10 minutos, no creo que uno más vaya a hacer la diferencia.
-LLevas 10 minutos mirándome el trasero Rogers ¡¿y no has hecho nada para ayudarme?!- exclama ligeramente molesto- No te creí tan mezquino Steve.
-¡No estaba mirándote el trasero! - grita avergonzado ante las implicaciones del moreno.
Lo cierto es que había entrado al laboratorio con serias intenciones de regañarlo- otra vez- por sus malos hábitos alimenticios, cuando se encontró con el moreno en dicha posición. Por un momento pensó en preguntarle si le sucedía algo, pero bueno el millonario era bastante excéntrico y no era la primera vez que se lo encontraba en una posición poco común "me ayuda a pensar" es la respuesta que suele obtener al preguntar qué sucede, así que decidió esperar, pero como los quejidos de dolor junto a los murmullos malhumorados de Stark no cesaron, fue obvio que esta no era otra de sus excentricidades. Lo que le avergüenza es que pese a darse cuenta del problema, sí le miro el trasero por unos minutos.
-Y no soy mezquino Stark, es por eso que voy a ayudarte- dice caminando hacia el moreno e inclinándose para estar a la altura de su cara.
-¿Así? ¿cómo?- indaga mirándolo con los ojos entrecerrados- que yo sepa tú no tienes dotes de doctor.
-Emm...Puedo darte un masaje.
-¿Tu tan preciada ayuda será manosearme?
-¡¿Qué?! No Stark, es sólo darte un masaje para ayudarte con el lumbago.
-Ja, si claro…
-Si no quieres entonces no.
El soldado se encoge de hombros y se levanta con intenciones de dejar a ese arrogante genio solucionar solo su problema y de paso ahorrarse la vergüenza.
-¡No!... ya espera, solo ayúdame a salir de aquí de una maldita vez Rogers- escupe a regañadientes.
-Muy bien- responde el soldado levantandolo con cuidado para cargarlo estilo princesa entre sus brazos- ¿ves que no costaba nada pedir ayuda?- le sonríe afable.
-¡Oye! ¿qué crees que estás haciendo?- grita indignado y como si fuese posible, aún más avergonzado.
-Te cargo, de esta forma te dolerá menos y llegaremos a tu habitación mucho más rápido que contigo intentando caminar.
-Humm, okay...solo no me dejes caer soldado.
En cuanto ingresaron al cuarto, su cuerpo fue depositado boca abajo, en medio de la enorme cama King-size y con cuidado el rubio fue jalándolo de los pies hasta dejarlo totalmente estirado sobre el lugar. Los músculos se resistieron un poco haciéndolo gemir de dolor.
-Shh... tranquilo, iré por aceite y vuelvo enseguida - dice con voz suave.
Tony escucha los pasos alejarse y volver rápidamente, al tiempo que él intenta respirar profundamente para controlar el dolor. De pronto siente un peso extra posarse sobre la cama junto al contacto fantasmal de los muslos del soldado contra su cadera. Está a punto de gritarle que se baje de encima, cuando escucha el sonido de la tela desgarrándose.
-¡Oye bestia! ¡Esa era mi polera favorita!
-Ya Tony, no seas llorica, si te la quitaba podía dolerte más- responde el otro con simpleza, poniendo sus grandes manos en la cintura del más pequeño, antes de verter el líquido frío sobre la espalda.
Un olor cítrico inunda la habitación cada vez que las manos se deslizan una y otra vez a lo largo de la espalda. Los movimientos circulares, juntos con la leve presión en áreas estratégicas, empiezan a atontar al castaño, quien antes de darse cuenta ya se encuentra profiriendo largos y sonoros gemidos de placer mientras se arquea de gusto por el trato recibido. Es en uno de esos movimientos cuando al levantar la cadera, se percata de cómo algo duro se roza contra su trasero. Las manos sobre su espalda titubean por unos segundos, pero enseguida retoman su labor.
Tony, por el contrario, se descubre a sí mismo sorprendido y bastante complacido con la situación. El estúpido Capipaleta, probablemente el hombre más recto de toda Norteamérica está caliente, se ha excitado por los gemidos de un hombre. No, no de cualquier hombre, esta duro a causa de él y eso, en contra de todo pronóstico, suena extrañamente fabuloso. No es que le parezca extraño, después de todo no es la primera vez que sabe de un hombre que se siente sexualmente atraído hacia él. No es que pueda culparlos, con su atractivo lo raro sería no sentirse atraído. Pero esta vez no es cualquier hombre, es el Capitán América. Y es el simple hecho de que sea Steve el afectado lo que vuelve toda la situación particularmente entrañable.
No sabe si lo que lo motiva es su ya muy conocido gusto por molestar al mayor o simple curiosidad, pero empieza a gemir con más intensidad, al mismo tiempo en que se roza "accidentalmente" con el miembro ajeno en busca de alguna reacción. La cual obtiene en cuanto nota como las manos del soldado tiemblan con violencia antes de separarse con rapidez.
-¿Qué pasa Capi-paleta? ¿es que ya te cansaste?
-No, yo… Tony creo que ya termine, no creo que mañana te duela la espalda- dice intentando separarse del cuerpo bajo suyo, pero la mano del castaño lo retiene con fuerza, impidiendo su escape.
-No estoy tan seguro de eso Cap, de verdad que me duele MUCHO la espalda. Además tampoco estoy tan seguro de que hayas...ya sabes, terminado.
Santo Dios, lo sabe.
El rubio siente que va a desmayarse, Stark sabe que tiene una erección, esas palabras tienen un claro doble sentido, aunque tratándose del genio, las palabras siempre están llenas de dobles significados.
Quizás él no… quizás él realmente no se ha dado cuenta, intenta tranquilizarse, pero su teoría se cae a pedazos cuando Stark levanta las caderas para pegarse completamente a él, mirándolo con suficiencia mientras sonríe con malicia. Steve jadea horrorizado.
-¿Qué sucede soldado, es que acaso le gusto demasiado lo que vio?
-No, yo...Tony, lo siento tanto… no quería…
-Tranquilo anciano, estoy seguro de que debe ser algo atemorizante para alguien tan anticuado como tu el ponerse duro por un hombre, incluso si es uno tan sexy como yo.
-¿Disculpa?- dice el rubio molesto por las palabras arrogantes de Stark- No era yo el que se retorcía bajo mis manos, mientras gemía - de forma muy obscena debo agregar- ¡Oh sí, Steve más, más!"- imita con voz chillona, cruzándose de brazos.
-Humm, ya quisieras. Un santurrón como tu, nunca podría hacer rogar por más- responde despectivo el menor intentando ocultar el fuerte sonrojo.
Steve frunce el ceño bastante ofendido por las arrogantes palabras del castaño ¿quién demonios se cree? ¿el último hombre sobre la Tierra? Está a punto de regañarlo por su actitud, cuando nota el fuerte tono rojizo que cubre las orejas y el cuello del más bajo. ¿Así que está avergonzado?...interesante. Entonces, con una sonrisa ladina, cuadra los hombros y vierte más aceite sobre los omoplatos.
-Tienes razón Stark, perdona mi indiscreción, ´es más déjame... compensártelo- susurra en el oído del otro, sonriendo más grande al notar el estremecimiento.
Stark no pronuncia palabra alguna, por lo que Steve toma el hecho como consentimiento. Esta vez los movimientos son mucho más lentos pero con más fuerza, produciendo un balanceo hacia adelante y a hacia atrás que hace rozar sus cuerpos.
El moreno tiembla ligeramente, sus manos están empuñadas y tiene la respiración notablemente agitada. ¿Cómo es que nunca noté lo adorable que es Tony? Desliza las manos un par de veces más por la espalda antes de llevarlas a la cintura y aventurarse hacia los abdominales. Stark jadea sorprendido por el atrevimiento del rubio, más no lo detiene por lo que el soldado avanza hasta los pectorales y juega suavemente con los pezones mientras va dejando suaves besos sobre los pequeños hombros; deleitándose con el olor cítrico del aceite junto a ese olor tan característico del millonario.
Lentamente, casi con adoración sus manos exploran más al sur, hasta el camino de vellos que lo dirigen hacia su perdición. Un gemido ahogado llena la habitación cuando el genio siente la mano del rubio sobre el bulto bajo sus jeans.
-Rogers- susurra intentando que suene como una advertencia, pero termina más bien como una súplica.
-¿Qué sucede Stark? pareces nervioso...solo estoy dándote lo que prometí, un masaje que te hará olvidar- dice con voz ronca antes de abandonar su posición.
Con un movimiento mucho más ágil del que el moreno cree es posible, de pronto se ve despojado del jeans así como de la ropa interior. Steve remueve los zapatos y calcetines mientras recorre con la mirada el cuerpo semidesnudo ante el. Siempre ha sabido que Tony es guapo, pero nunca antes le había parecido tan irresistiblemente atractivo como en este momento, vulnerable y completamente sonrojado. Quiere tocarlo, quiere como nunca antes, devorarlo. Pero sobre todas las cosas quiere hacerle rogar por más.
Con suavidad va depositando pequeños besos sobre las pantorrillas, los muslos y muerde ligeramente las muy bien proporcionadas nalgas antes de pegar su boca al costado derecho de la cadera del moreno y succionar cual vampiro sobre la piel, antes de seguir subiendo. Para entonces Tony ya no reprime sus gemidos. El moreno parece haber perdido el pudor tanto a ser oído como a ser visto embestir con fuerza la cama. Acción que solo incrementa el lívido del mayor. Desliza su dedo índice por la ranura de las nalgas, deteniéndose unos segundos en fruncida entrada antes de bajar a jugar con los testículos.
-Aaah… Steve… Steve…
-¿Qué sucede Tony? ¿qué es lo que deseas Stark?- pregunta depositando besitos en el cuello del más bajo.
-Steve...Steve…
-¿Si?- responde en tono inocente.
Tony está confundido, no sabe por qué demonios se siente tan duro, solo eran unos besos y poco de manoseo, nada que no hubiese experimentado antes.
Jodido Rogers ¿no se suponía que era virgen? Entonces cómo carajos se las está ingeniando para dejarlo sin aire.
-Ya no...Steve… ya...no- jadea en busca de aire- ya… ya no me hagas esperar más- finaliza soltando todo el aire que le queda mientras pega su trasero a la cadera del otro hombre.
Rogers gruñe de placer y pronto la mano abandona sus genitales para dar sonido a la cremallera siendo bajada y posteriormente al sonido de ropa siendo arrojada a lo lejos. Vuelve a sentir al soldado sobre él, pero esta vez el contacto de las pieles desnudas quema como mil soles.
-¿Es esto lo que quieres?- gruñe el rubio, frotándose sin pudor contra el cuerpo ajeno.
-Dios sí.
-Entonces no te haré esperar- llenando una de sus manos con aceite masajea la fruncida entrada antes de introducir el primer dígito. Tony jadea y el rubio se detiene temiendo haberle hecho daño, la verdad es que no tenía puta idea de lo que estaba haciendo- ¿Estas… estas bien?
-Sí, claro… continua.
A los pocos segundos un segundo digito se une al primero intentando expandir el anillo de carne que lo albergará, el soldado se siente al límite de solo imaginarse atrapado entre esas paredes. Tony siente la incomodidad. No es la primera vez que duerme, bueno no es la primera vez que tiene sexo con un hombre, pero nunca había sido el pasivo por lo que estaba bastante nervioso y el hecho de sentir la ansiedad en los movimientos de Rogers no está ayudando.
-Ya...es suficiente, entra ya- dice tratando de no sonar tan asustado. Aún no ha visto el miembro del rubio, pero si ese ridículo traje que utiliza le hace justicia, sabe que le va a doler como el demonio.
-¿Estás seguro Tony? No quiero hacerte daño- dice inseguro el mayor en un tono bajo y sospechosamente dulce que le provoca un tirón en el estómago y en la entrepierna.
-Entra ya Steve, no me hagas rogarte más de lo que ya hecho, mi orgullo ya se encuentra bastante mancillado.
El soldado sonríe divertido antes de entrar lentamente en el menor. El latigazo de dolor les deja sin aire, a uno porque nunca antes había experimentado tal sensación de aprensión alrededor de su miembro y al otro porque acababa de confirmar que su rubia tentación es bastante grande y que además sí, ser pasivo duele como el demonio.
Pasan largos minutos intentando regularizar la respiración hasta que Steve por fin habla. .
-Dios mio Tony… esto… esto es… aprietas tanto- dice apretando los dientes mientras intenta controlar su respiración para no venirse antes de siquiera empezar- eres simplemente único- termina la oración con esfuerzo, dándole pequeños masajes en las caderas y esparciendo besitos en la nuca del menor.
Tony se estremece ante las últimas palabras y un calor nuevo (que está seguro no tiene nada que ver con lo que tiene metido en el trasero) empieza a crecer en su estómago y se instala en su corazón. No entiende porque pero ahora se siente mucho más relajado y estúpidamente feliz.
-Es bueno saber que reconoces mi genialidad Capipaleta, ahora veamos qué tan bueno eres en este tipo de masajes-
Se empuja un poco más cerca moviendo a las caderas. Esta vez no hay risas, solo jadeos y los movimientos de Steve entrando y saliendo de él una y otra vez, en un balanceo lentamente hipnótico que lo está volviendo loco. Una de las manos que había estado en su cadera se encarga ahora de masajear su dolorido pene al ritmo de las estocadas.
-Resultó que al final tu dichoso masaje si era una excusa barata para manosearme-
-¿qué?...Si.. silencio Stark, no estás siendo particularmente agradecido-
Y antes de que el moreno pueda contestar aprieta el miembro ajeno con más fuerza, mientras de una estocada se entierra hasta lo más profundo de Tony, tocando la próstata.
-¡AAAHH! Steve ¡ahí, ahí!
-MMM Tony… si me aprietas así…
-¡Más Steve...más!- solloza desvergonzado.
Steve gruñe algo ininteligible, siente el cuerpo en llamas y ahora solo responde a la llamada de su cuerpo a estar más cerca, mucho más. Los movimientos se tornan frenéticos al punto donde ninguno sabe dónde empieza el cuerpo de uno y donde termina el otro. Tony tiembla violentamente y miles de luces de colores se abren paso tras sus párpados fuertemente cerrados, mientras se viene con un grito tan fuerte que jura ha hecho eco en todo el lugar. Steve apenas y alcanza a dar un par de estocadas más antes de venirse en un jadeo ahogado que suena sospechosamente parecido al nombre de Stark, antes de caer sobre la espalda de este.
Ambos aun jadean ligeramente, cuando el rubio se retira del estrecho interior para ir en busca de algo con que cubrirlos, porque Tony dice estar demasiado cansado para mover un solo músculo y meterse debajo de las sabanas. A Steve no le molesta tener que ir por una manta porque el castaño se ve increíblemente adorable, de hecho cree que en este momento Tony podría pedirle cualquier cosa y él lo haría, porque el simple hecho de oírlo gemir su nombre había hecho mucho más estragos que todo el acto en si. Cubre el cuerpo del más pequeño y duda por un segundo si debe quedarse o marcharse, no sabe cuál es el procedimiento, sin embargo, Tony no le ha pedido que se marche por lo que rápidamente se recuesta pegando su cuerpo al más pequeño. Tony no se aparta. Pasan largos minutos rodeados solo por el tranquilo silencio pos-coital, y no es hasta que Steve empieza a quedarse dormido que escucha la voz de Tony pidiéndole a JARVIS que apague las luces. Entonces, la realidad se desvanece poco a poco junto a la sensación del cuerpo de Tony sujetándose con fuerza al suyo.
La mañana siguiente trae consigo el asombro del moreno al encontrarse a alguien durmiendo a su lado, desnudo y en su cama. Por un momento se descoloca, él como el playboy que es, tiene muchas parejas sexuales, pero ninguna se queda a dormir y mucho menos en su cama, esa era la regla número uno. Sabe que no es de las personas que se acurrucan, entonces ¿qué carajos hacia arrimado al cuerpo del soldado cual náufrago a una tabla?
Tranquilo Stark, de seguro ayer estabas demasiado cansado, jodido Rogers y su mala costumbre de siempre dejarme más agotado de lo que ya estoy, si no es con uno de sus conflictos morales es con su capi-anac…
-Hey- susurra Steve abriendo apenas los ojos- ¿Cómo está tu espalda?
Una sonrisa brillante se abre paso en el atractivo rostro del rubio, mandando latigazos de electricidad al vientre bajo de castaño. El mismo calor extranjero empieza a asentarse sobre su corazón, confundiendo de sobremanera al genio, por lo que rápidamente se aleja del otro cuerpo en busca de protección. Steve lo mira curioso, notando la incomodidad del menor, pero antes de poder decir algo lo ve cuadrar los hombros y estirarse cual gato sobre la cama.
-La espalda ya no me duele- dice mirando el techo- sin embargo creo que me rompiste la jodida cadera Rogers.
Tony lo mira acusadoramente sobándose la cadera e inflando las mejillas de forma infantil. Steve suelta una fuerte carcajada y niega con la cabeza antes de levantarse y sin atavío alguno se dirigirse a la ducha, dejando en la cama a un moreno muy, muy confundido.
Estúpido Rogers y estúpido masaje para el dolor de espalda.
