"¡Propuesta!


Resumen: ¡Cuando llego a su casa no lo podía creer!, ¿Qué cuernos hacía su mejor amiga, casi hermana, con SU novio pidiéndole matrimonio?

Disclaimer: Ni Hetalia ni Labyrinth me pertenecen.


Llegó a su casa antes de lo planeado. Aquello se debía a que Campano había asistido a la reunión, lo cual resulto realmente extraño para todas las naciones y para ella. En medio de la reunión Alfred había sacado de sus casillas a Jareth, el cual lo hizo desaparecer y como única respuesta le dijo a Arthur que una agradable sorpresa lo esperaba en casa.

Después de eso la reunión se había dado por finalizada, ya que no estaba el idiota que siempre planteaba los absurdos temas, y habían podido terminar con el trabajo al menos una vez.

Ella había usado su magia para volver más rápido. Ese día se le había hecho extraño que Iván la mandase a la reunión, pero él únicamente le sonrió cuando ella le pidió la razón.

Entró, sin hacer ruido, a la sala de estar, pero lo que vio la dejó impactada. Frente a ella estaba Amelia, con Iván de rodillas frente a ella y tomándole la mano con suma delicadeza, mientras que en la otra sostenía un pequeño anillo.

-¿Quieres ser mi esposa y ser una conmigo para el resto de nuestras vidas, da?.-Iván preguntó con su clásica sonrisa de niño.

-¿QUÉ MIERDAS HACEN USTEDES?.-Amelia, al sentir el gritó de su amiga, despegó su mano de la de Iván y sacó su cruz de hierro de su bolsillo.

-Angie…. Tranquila… no es lo que parece, respira… vamos…-El aura asesina que rodeaba a su amiga le estaba dando escalofríos, muchos más de los que le provocaba Rusia con su mirada infantil. Cada vez iba retrocediendo más, por cada paso que la mexicana daba.

-¡Respirar una mierda!, ¿qué se supone que estaban haciendo?.-Antes de que la joven chilena pudiera reaccionar Angie la tenía cogida del cuello del abrigo.

-¡KYAAAAA! ¡ANGIE, LO PUEDO EXPLICAR!.-Ahora si temía por su seguridad física, sabía que ella era mucho más poderosa que Angie con su magia, pero no podía usarla contra su amiga, aunque ésta estuviera a punto de asesinarla.

-Dorogaya.-Dijo Iván sujetando una mano de Angie, para intentar despegarla de la muchacha que lo había estado ayudando el último tiempo a decidirse.-Venga, suelta a Amelia-san, sino ese viejo vendrá a hacer un gran escándalo después. Le prometí que se la devolvería sana y salva, da.

-Me siento un objeto…-Gimió Amelia, intento liberarse del agarre, pero la mexicana no la soltaba.-Angie… dejaras a Sarita sin madre si no me sueltas…

-Doragaya.-Esta vez Iván cogió la cara de Angie con sus manos e hizo que la mexicana lo mirara.-¿te quieres casar conmigo y ser una conmigo por siempre?.-Amelia sintió aliviada como el agarre de Angie se desvanecía…

Por su parte Angie entendió la situación, no era que entre Amelia e Iván hubiera algo, además la chilena le temía a Rusia, sino que…

-¿Amelia te estaba ayudando a practicar?.-Preguntó sintiéndose boba por su reacción.

-Claro, da. No hay ninguna otra chica que pudiera ayudarme.-Dijo sonriendole con su sonrisa de niño.

-Así que… ¿aceptas o bien me puedo largar de una puta vez?.-Preguntó Amelia molesta, aunque manteniendo cierta distancia.

-Sí quiero Iván.-Sin más el ruso la besó apasionadamente y Amelia entendió que ese era su momento de marcharse, ¡Y vaya que si lo hizo rápido!, ¡NUNCA MÁS AYUDARÍA A RUSIA CON ALGO!.

~ The end. ~