Mi primera historia sobre este maravilloso programa. Advertencia: contiene Pinecest, así que si no les agrada esta pareja, por favor no lean la historia. Pueden dejarme sus comentarios. Acepto toda opinión y critica :)

Disclaimer: Gravity Falls y sus personajes no me pertenecen. Todo es obra del maravilloso Alex Hirsch.


Sólo un beso.

—¿Alguna vez has besado a una chica? —preguntó Mabel con aire distraído.

Era viernes por la tarde. Dipper se dedicaba a leer con suma atención sus novelas de misterio en la sala de estar, mientras devoraba una bolsa de nachos. Estaba tan concentrado en la labor, que casi se había quedado sin aire al escuchar la pregunta de su hermana.

—¿Por qué la pregunta tan repentina? Casi me das un infarto, creí que estabas en tu habitación.

—Lo estaba, pero de pronto Lily me envió un mensaje de texto —respondió la joven con una amplia sonrisa.

—¿Y…?

—Quiere invitarte a una cita, le pareces lindo.

—¿Desde cuándo las chicas invitan a los chicos? —preguntó Dipper estupefacto por aquella información.

—Oh, por favor, estamos en pleno siglo XXII. Ya sabes la igualdad de género, las chicas podemos usar pantalones, esas cosas…

—En realidad estamos en el siglo XXI y, además, tú odias los pantalones.

—Eso es porque las faldas son mucho más cómodas y lindas, pero comprendes mi punto.

—Lo que no entiendo es tu pregunta sobre los besos.

—Dipper, sabes lo mucho que me preocupo por ti. Acabamos de cumplir diecisiete años, debemos de disfrutar y vivir al máximo. Quiero que conozcas lindas chicas y que las beses. Nunca vivirás plenamente si te pasas todo el día leyendo.

—Tu idea de vivir al máximo es leer esas raras revistas adolescentes. Además es demasiado extraño que pienses en mi vida amorosa.

—¡Oye, mis revistas no son raras! Y si pienso en ello es porque no todos pueden tener la misma suerte de vivir historias de amor como las mías.

—Mabel, tus aventuras románticas imaginarias con cantantes de bandas no cuentan.

—Dile eso a todos mis fans. Ellos adoran mis historias.

—Creo que ya olvide el punto de esta conversación.

—El punto es que Lily piensa que deberíamos tener una cita doble. Ustedes van juntos y yo voy con tu amigo Dylan.

—¿Dylan? Él no es tu tipo.

—A mi me parece que es lindo.

—Él es mi mejor amigo, eso sería incomodo.

—¿Acaso no deseas saber que se siente besar? Lo que paso con Mermando no cuenta.

—¡Oh, no! ¡No me hagas recordar eso! Ni siquiera lo estoy tomando en cuenta. Es sólo que quiero que mi primer beso sea con una chica especial. Una chica a la que conozca a profundidad y que ambos nos amemos.

—Sólo es un beso, no es matrimonio ni nada por el estilo…

Dipper se levantó del sofá en el que se encontraba, y caminó directo hacia Mabel. La joven no comprendía lo que estaba ocurriendo, por lo que le miró con sorpresa al sentir su cercanía.

—Si no es gran cosa, entonces significa que puedo besarte a ti —dijo Dipper en voz baja. Estaba a pocos centímetros del rostro de su hermana, podía sentir su aliento a ositos de goma y el aroma de su perfume de vainilla.

—Yo… —susurró la joven con sus mejillas enrojecidas— por supuesto, que podría besarte.

Mabel se colocó de puntillas, desde hace unos meses su hermano se había vuelto mucho más alto que ella; tomó el rostro de Dipper entre sus manos y le dio un tierno beso en su nariz.

—¡Hey, eso es trampa! —exclamó el muchacho sorprendido. Intentaba hacerlo sonar como una broma, por supuesto, sabía que los hermanos no hacían esa clase de cosas. No sentían esas terribles cosas que él albergaba en su pecho.

—Puedo prometerte más si me acompañas a la cita doble.

—Mabel… yo realmente no quiero…

—Está bien, comprendo —dijo la chica rodeándole con sus brazos.

—¿Un incomodo abrazo de hermanos? —preguntó el chico con una sonrisa.

—Prometo que no saldré con Dylan si tú prometes no salir con Lily.

—Yo jamás saldría con ella, todo esto fue tu idea.

—Silencio —contestó, escondiendo su rostro en el pecho de Dipper.

Unos segundos después el abrazo se rompió. Dipper volvió a sentarse a leer sus novelas. Algunas veces no entendía a su hermana, la manera en que actuaba parecía ilógica. Es sólo una niña pequeña, pensó. Aún podía sentirla entre sus brazos. De pronto sintió unas manos cubriéndole los ojos.

—¿Mabel? ¿Y ahora qué ocurre? Si vienes para pedirme que salga con alguna otra extraña chica, ya conoces mi respuesta.

En seguida, Dipper sintió unos suaves labios rozando los suyos. No dudó ni un momento a corresponder aquel tímido beso. Mabel se sentó sobre sus piernas y rodeó con sus brazos el cuello del muchacho.

—No abras los ojos. No me mires así.

—No necesito verte para saber que luces hermosa.

—Sólo es un beso, ¿cierto? No es nada extraño…

Dipper quiso decirle todo lo que sentía por ella. Lo que significaba para él, lo importante que era en su vida. Quiso decirle que aquel no había sido un simple beso. Había saboreado la eternidad en sus labios. Le había hecho vibrar por completo. Cuando le besó, el mundo entero se había desvanecido. Quiso decirle todas esas cursilerías que ella escribía en sus historias de amor ficticio.

—Sólo fue un beso, no te preocupes —respondió, mientras abría sus ojos lentamente. Mabel estaba sonriendo.

—Era práctica… ya sabes, para cuando besemos de verdad, sepamos cómo hacerlo bien.

—Sí, sólo un juego —dijo Dipper dándole un beso en la frente.

—Lo haces muy mal —bromeó ella— mis labios están aquí.

Un beso más. Un poco más profundo y vibrante. Aunque no fuese amor… se sentía excelente.

Mabel se levantó y recordó que había quedado en ver a sus amigas en el centro comercial. Dipper accedió a llevarla en su auto, después de todo, ese era el punto de poder manejar.

Además él también tenía ganas de aire fresco, aunque más bien lo que deseaba era perderse entre las masas humanas sin nombre.

Fueron sonriendo todo el trayecto y la joven le tomó de la mano al bajar del coche.

Habían comenzado un peligroso juego. De esos en los que nunca es suficiente y parecen no tener final.