Los personajes no me pertenecen y mucho menos Undertale, todos son obra de Toby Fox
Sorpresa Frans
Sorpresa versión Frisk & Sans
Se ofreció para lavar los platos apenas terminaron de comer al ver que Frisk iba a ir la cocina también. Toriel se negó por ser el invitado pero luego desistió al ver que Sans fue muy insistente.
En la cocina, él se le acercó a ella y se le colocó al lado. Frisk fregaba con muchos nervios.
–¿Aún sigues con pánico, amor? –le preguntó comprensivo y tomándole del hombro tratando de calmarla–. Vamos, lo entenderán.
La humana soltó un suspiro.
–Tienes razón, quizás hasta le guste la idea –dijo con una leve sonrisa.
–Claro que sí, chica –le aseguró mientras le ayudaba a secar los platos.
Luego de acabar con la labor, el esqueleto la abrazó brevemente y ella le dio un beso en la mejilla huesuda antes de volver a la sala donde los Dreemurr hablaban un poco ruborizados pero risueños. Frisk al ver el buen humor de sus padres no pudo evitar preguntar.
– ¿Por qué están tan animados?
Toriel y Asgore se vieron cómplices, sonrieron y luego hablaron.
–Estábamos pensando la posibilidad de tener un hijo, ahora que has crecido y pronto te independizarás –comentó la antigua dama de las ruinas.
Sans y Frisk se sorprendieron ante el comentario y antes de que el esqueleto dijera algo, la joven se le adelantó.
–¡No es necesario que lo tengan!
La pareja Dreemurr la vieron extrañados.
–Es que… –intentó explicarse Frisk–… no creo que sea necesario que tengan un hijo porque…
–Eh Frisk –trató de interceder Sans pero la chica le pidió que la dejara hablar.
–¿Qué sucede, Frisk? –le interrogó preocupado Asgore.
–Es que… para qué tener un hijo si pueden tener un nieto y que casualidad que les daré uno –susurró por lo bajo aunque todos la escucharon.
Acto inmediato, los antiguos reyes voltearon a ver a Sans.
–Creo que no los podré distraer con un chiste del toc toc –dijo Sans levemente avergonzado con las manos en los bolsillos.
Toriel se desmayó de la impresión mientras Asgore la tomaba en sus brazos.
¡Madre! ¡Toril!
Pasaron unos segundos en los que Toriel recuperó el conocimiento y vio a los futuros padres aún asustados por el ambiente incómodo.
– ¿Cuántos meses tienes, mi niña?
–Esto… 3 meses
¡Tanto! ¿Cómo no nos dimos cuenta?
–Bueno, creo que está de más decir que tienes que hacerte cargo, Sans –le habló seriamente el rey sacando su voz intimidante.
Toriel asintió dándole la razón a su marido.
Sans se adelantó y se colocó frente a la pareja.
–Toc toc…
La mujer cabra suspiró.
–¿Quién es?
–Un hombre o lo que queda de èl, je.
– ¿Y qué quiere él?
–La mano de su hija y su bendición.
Todos lo vieron sorprendidos, Frisk lo abrazó feliz y los reyes no pudieron evitar sonreírle.
–Cuídala mucho, por favor. A ella y a su futura criatura –dijeron al unísono los reyes.
–Eso sí, en un futuro no nos den esas sorpresas, por favor –exclamó Toriel.
Todos estuvieron de acuerdo.
FIN
