Hay momentos en la vida en los que te preguntas '' ¿como llegue aquí?'', bueno para mi hoy es uno de esos días.

Me parecía que todo esto era un sueño del cual quisiera despertar lo más pronto posible, pero es inútil, esta era mi realidad ahora.

Mi nombre es Samantha pero prefiero que me llamen sam tengo 18 años y no soy muy buena haciendo amigos ya que mi carácter es muy fuerte pero tampoco es como si tuviera interés en hacerlos. Hasta hace poco vivía en una colonia humilde al oeste de Seattle con mi mamá, su nombre era Pamela. Siempre fuimos solo nosotras dos, ya que ella era hija única y mi padre había muerto cuando yo aun era muy pequeña, o por lo menos era lo que me había dicho.

Mi madre estaba muy enferma de cáncer, los doctores no nos dieron mucha esperanza ya que cuando lo detectaron la enfermedad estaba ya muy avanzada, sin embargo, yo trataba de mantener la esperanza de que saldríamos juntas de eso. Esperanza que duro muy poco ya que a los pocos meses mamá falleció.

Me había quedado sola, sin mi mejor amiga, sin la única persona que había amado y me había amado de verdad, la única persona que tenia en todo el mundo.

Recuerdo perfectamente el día en que todo en lo que yo creía se derrumbo. Fue pocas semanas después del entierro de mi madre, yo estaba muy deprimida y muy sola, de esas veces que ya no te importa comer, asistir a la escuela, dormir, o comunicarte con alguien para no volverte totalmente loca.

Acababa de llegar de la escuela y lo único que quería era dormir un largo tiempo, pero al parecer el destino me tenía preparado algo totalmente distinto. Escuche que tocaban la puerta y la verdad es que no tenía la intención de abrirla, pero cuando el llamado se hizo más insistente decidí abrir.

Ojala no lo hubiera hecho.

-Si ¿que se le ofrece?- le pregunte un poco sorprendida al hombre que se encontraba parado frente a mi y pude notar que llevaba un traje muy elegante.

-Buenas tardes estoy buscando a Samantha Puckett- dijo el, y parecía algo nervioso.

-Con ella habla ¿Quién es usted y que se le ofrece?- Pregunte un tanto irritada, lo único que quería era poder irme a dormir de una buena vez.

-Samantha, yo soy…soy tu papá.

Ok, esto si que no me lo esperaba.