MOMENTO INCÓMODO
Resumen: Mientras que peleaban contra un akuma, Ladybug y Chat Noir se encontraron atrapados en una situación un poco incómoda. Con sus Miraculous quedándose sin tiempo, no van a tener otra opción más que tomar medidas para proteger sus identidades. Oneshot.
Nota Aclaratoria:
1) Los personajes no me pertenecen, salvo algún OC que de pronto aparezca. Créditos a Thomas Astruc y compañía
2) Contiene spoilers de la segunda temporada
ONESHOT
Colegio Françoise Dupont
Esa tarde
La puerta se cerró de golpe, y ambos chicos dieron un respingo de sorpresa, cayendo en cuenta del predicamento en el que estaban. Ninguno de los dos héroes sabían como había llegado al colegio mientras que ambos estaban persiguiendo a la víctima de Hawkmoth, pero así pasó. Ambos estaban más preocupados por purificar el akuma lo más rápido posible para poder regresar a casa y terminar con sus actividades.
No supieron en qué momento el akuma los empujó a ambos al pequeño armario de limpieza y cerró la puerta en sus caras, bloqueando la puerta con una silla.
Y ambos entraron en pánico cuando se dieron cuenta de que los dos acababan de usar sus poderes y sus Miraculous estaban perdiendo tiempo.
-Oh, no…- dijo Ladybug nerviosamente- oh, no, no, no, no, no…-
Chat Noir no hizo ningún comentario. El chico tenía la espalda contra la pared más lejana del armario, y Ladybug le daba la espalda justo frente a él. No había ningún espacio personal entre ambos, absolutamente ninguna manera que pudieran separarse uno del otro, ya que la chica estaba apoyada contra la puerta.
-Parece que estamos encerrados aquí, ma lady- dijo Chat Noir- ¿cuál es el plan ahora?-
-No sé, quizá podemos encontrar algo aquí para ayudarnos a salir- dijo la chica- espera…-
Chat Noir sintió que la chica comenzó a moverse, y la cercanía de su cuerpo contra el suyo comenzó a ponerlo nervioso. Su traje comenzaba a ponerlo incómodo debajo de la cintura, y casi podía escuchar la vocecita de Plagg en su cabeza burlándose de él.
Ladybug seguía hurgando los estantes a la derecha de los dos héroes, inconsciente del efecto que sus movimientos estaban teniendo en su compañero. Por fin, Chat Noir no pudo más y la detuvo poniendo sus manos en los hombros de ella.
-Ma lady, por favor, deja de moverte- dijo el chico con una expresión desesperada.
-¿Uh?- dijo ella, sin caer en cuenta aún de lo que pasaba- ¿te estoy aplastando? Lo siento, espera…-
-Arggg…- dijo el chico en voz alta, pasando sus manos a las caderas de Ladybug para detenerla- ¡por favor, no te muevas!-
Ladybug parpadeó sin entender que era lo que pasaba a su compañero. Éste suspiró.
-Buguinette, ¿estás consciente lo cerca que están nuestros cuerpos?- dijo el chico, no con el tono coqueto de voz que lo caracterizaba, sino con una expresión visiblemente incómoda y apenada.
-Sí, yo… oh…- dijo ella, sintiendo su rostro caliente al entender lo que estaba pasando- ¡oh!-
-No, no, por favor- dijo el chico, sacudiendo la cabeza.
En medio de ese predicamento, Ladybug sonrió levemente. Su amigo podía llegar a ser muy fastidioso, pero en el fondo realmente eran todo palabras. A la hora de la verdad era un caballero.
-¿Chat Noir?-
-¿Umm?-
Iba a decir algo, pero el anillo del chico comenzó a sonar.
-Parece que no queda mucho tiempo- dijo Laydbug- ambos nos vamos a detransformar-
-No puedo creer que estemos en este predicamento- dijo el chico- no quiero que sea así como descubramos nuestras identidades. ¿No podemos simplemente cerrar los ojos esta vez?-
-Supongo que sí- dijo ella. Pasó su mano a su espalda, y atrapó la de él- tranquilo, Chat Noir, saldremos de esta, como siempre-
El chico sonrió levemente, sus mejillas coloreándose levemente de rojo cuando la chica tomó su mano. Respiró hondo, percibiendo el delicioso aroma de su compañera. Nunca antes había estado tan cerca de ella por tanto tiempo. Su cabello olía a vainilla, y a pan recién horneado.
Pero aún se sentía incómodo. La cadera de la heroína tan cerca de la suya estaba comenzando a hacer estragos en su salud mental, y hacía que su traje se sintiera cada vez más apretado e incómodo.
-¿Ladybug?-
-¿Ummm?-
-Quizá puedo darme la vuelta para que estés más cómoda y no…-
Ladybug se echó a reír.
-Ay, chaton, creo que el que estará más incómodo en estos momentos eres tú…- dijo ella.
La chica se giró hacia él con un gesto rápido, intentando separarse lo más que podía de él hasta encararlo. Chat Noir la miró, abriendo grandemente los ojos. Su anillo volvió a sonar. Solo le quedaban unos segundos. A Ladybug le quedaban solo dos puntos en sus aretes.
-¿Bugginette?-
-Abrázame- dijo ella en voz baja- abrázame y cierra los ojos. Así nos mantendremos hasta que los kwamis puedan encontrar algo de comer y puedas usar tu Cataclismo para sacarnos de aquí-
El chico la miró con enormes ojos. Apenas podía verlo en la oscuridad del armario, gracias a la luz que se filtraba por una pequeña rendija. Sus ojos se abrieron enormemente cuando volvió a sonar el anillo.
-¡Rápido!- dijo Ladybug, rodeando la cintura de su compañero y apoyando su mejilla sobre el pecho de él.
Chat Noir dio un respingo de sorpresa, pero hizo lo que la chica dijo. La rodeó con sus brazos y cerró los ojos con fuerza. El último punto de su anillo desapareció, y el chico se detrasformó. Adrien apretó con un poco más de confianza a la chica entre sus brazos.
-¿Estás bien, chaton?- dijo ella.
-Sí, no abras los ojos- dijo Adrien en voz baja.
-No te preocupes, ya me voy a detransformar también, me quedan unos segundos- dijo ella, escuchando la última advertencia de sus aretes y detransformándose también.
Los dos kwamis flotaron sobre los chicos.
-Mira, Tikki, el chico que me tocó esta vez- ambos escucharon decir a Plagg.
-Shhh, no estás ayudando, Plagg- dijo la voz de Tikki- ven, tienes que comer para que repongas fuerzas-
-Jejeje… esta vez sí la hiciste- dijo el kwami en tono burlón en dirección a su elegido- las hormonas no ayudan mucho en esta situación, ¿verdad, chico?-
-¡Plagg!- dijeron Adrien y Tikki al mismo tiempo en tono de reclamo, haciendo reír al kwami mientras que Marinette volvía a sentir su cara caliente.
-¿Qué?- dijo el kwami negro en un tono de fingida inocencia- deberían dejar de moverse tanto, o las cosas se pondrán un poco du… digo, difíciles en dirección sur-
-¡Plagg!- se quejó de nuevo Tikki, dándole un zape, pues esta vez Adrien estaba demasiado apenado como para decir algo.
La chica se sacudió el pensamiento que tenía. Chat Noir olía bastante bien para un chico adolescente. Tenia la impresión de haber olido esa colonia antes. Quien sabe, quizá su compañero usaba una colonia más o menos popular entre los chicos.
Marinette siempre se había preguntado como se sentirían las manos de Chat Noir sin sus guantes, así que buscó con su mano la de su compañero, sorprendiéndose al sentir su piel inusualmente suave. Él entrelazó sus dedos con los de ella, y pudo escuchar que se le escapó un suspiro contento que la hizo sonreír.
-¿Chaton?-
-¿Ma lady?-
-Estoy feliz de que seas mi compañero- dijo ella en voz baja- no creo que nadie pudiera llegar a ser tan buen compañero como tú-
Adrien apretó suavemente su mano.
-Yo también estoy feliz de tenerte, Ladybug- dijo el chico- no podría pedir una mejor compañera-
Adrien apoyó su mejilla sobre la cabeza de ella. Se sentía tan bien estar con ella, abrazarla así, como si no hubiera akuma afuera, como si no existiera nada más fuera de ese pequeño armario.
-Ya terminamos, chico- dijo Plagg- ¿ya estás listo?-
-Estoy listo- dijo Adrien, buscando a tientas la mejilla de Ladybug, quería sentir su piel con su propia mano y no través de los guantes por última vez. La chica sonrió y se puso de puntillas para besarlo en la mejilla.
-Vamos, chaton, tenemos un akuma que atrapar- dijo Marinette.
Adrien sonrió y se inclinó hacia ella, presionando sus labios contra la frente y…
La puerta se abrió de golpe, haciendo que ambos dieran un respingo de sorpresa. Alya y Nino aparecieron en la puerta, mirando a los dos chicos con una expresión llena de alivio. Los kwamis apenas alcanzaron a esconderse.
-¡Adrien!¡Marinette!- dijo Nino.
-Mira, aquí están los dos- dijo Alya y entrecerró los ojos- ¿qué estaban haciendo los dos aquí escondidos?-
Ambos chicos abrieron los ojos y se miraron boquiabiertos. Sí, no era su imaginación. Marinette vio delante de ella a Adrien, sus enormes ojos mirando los suyos con una expresión sorprendida, como si se le hubiera aparecido un fantasma. Sus manos aún estaban unidas, con los dedos entrelazados. No había ningún error.
-¿Adrien?- dijo Marinette en un susurro, su voz quebrándose.
-¿Marinette?- dijo el chico casi al mismo tiempo.
Los dos se palmearon la frente. Adiós secreto. Pero en esos momentos tenían un par de cosas más urgentes en qué pensar. El akuma. Y el hecho de que tanto Nino como Alya los miraban con una sonrisa traviesa.
-¡No, no es lo que piensan!- dijeron los dos al mismo tiempo, enrojeciéndose hasta la raíz del cabello y sacudiendo la cabeza, haciéndose ver mucho más culpables, cosa que solo logró que Alya y Nino se echaran a reír.
-No tenemos tiempo de esto- dijo Tikki en el oído de Marinette -¡el akuma!-
-Eh… yo… tengo que irme… costura de emergencia- dijo la chica, lanzándole una mirada significativa a Adrien.
-Yo también… eh… olvidé la sesión de fotos…- dijo el chico rubio, huyendo también.
Una vez que se quedaron solos, Nino y Alya se miraron entre sí y se echaron a reír. Sus dos amigos no tenían remedio.
x-x-x
Habitación de Marinette Dupain-Cheng
Esa noche
-Detransformación- dijo Chat Noir, tan pronto como entró por la trampilla desde el balcón y puso los pies en el suelo de la habitación de Marinette.
Marinette miró al recién llegado con enormes ojos. Si bien no había sido como se había imaginado que descubriría la identidad de Chat Noir, ni en sus más oscuras pesadillas habría siquiera considerado que Adrien podría ser Chat Noir.
Adrien se rascó la nuca, apenado.
-Bueno, supongo que tenemos que hablar de lo que pasó…-
-Sí…- dijo ella.
Ambos se miraron tímidamente hasta que Adrien sonrió y respiró hondo. Buscó con la vista alrededor del cuarto de Marinette, hasta que vio el diván y se sentó sobre él. Palmeó el lugar vacío junto a él un par de veces para que la chica lo acompañara.
-Entonces… eres Ladybug- dijo Adrien, apenado.
-Ah… sí… y tú eres Chat Noir-
Adrien la miró con una sonrisa. Sí, tenía que ser ella. Marinette era bondadosa y valiente y hermosa, todo lo que amaba en Ladybug. ¡Por supuesto que tenía que ser ella! Con una enorme sonrisa se volvió hacia ella.
-Bueno, no es así como me esperaba que terminara este día…- dijo el chico, pero se interrumpió.
Marinette tenía una expresión mortificada. Estaba cruzada de brazos y con la mirada perdida. Los kwamis flotaban cerca de ellos, en silencio, pero dejando algo de distancia para darles espacio. Adrien se inclinó hacia ella.
-Oye… ¿estás… decepcionada de que haya sido yo?- dijo él.
La chica se volvió a él con enormes ojos.
-¿Qué?¿decepcionada? ¡No! Por supuesto que no- dijo ella- es solo que… Chat Noir, mi compañero y mejor amigo siempre ha sido este chico genial y bondadoso y guapo del que he estado enamorada desde el primer día de clases y… yo solo soy… yo-
Adrien parpadeó, un poco ruborizado, y sonrió. Se inclinó hacia ella y la besó en la mejilla.
-Ma lady, eres hermosa, gentil y valiente- dijo Adrien- tanto en el papel de Ladybug como en el de Marinette. Me encantas. Y yo solo me pregunto- continuó él- si también te gusta el chico de las bromas…-
La chica sonrió y tomó sus manos.
-¡Por supuesto, chaton!- dijo Marinette. Los ojos de Adrien se iluminaron.
En un rápido reflejo que parecía casi gatuno, Adrien la rodeó con sus brazos y la atrajo hacia sí mismo. Marinette se sobresaltó, pero se sintió segura en los brazos de Adrien. En los brazos de Chat Noir. La idea la hizo sonreír, y ésta sonrisa se acentuó al escuchar el suave sonido vibrando en el pecho del chico.
-Me mentiste, chaton- dijo Marinette- sí ronroneas-
Adrien rió en voz baja.
-Ese es mi secreto, buguinette- dijo él.
Marinette se echó a reír, y el chico rubio pensó que jamás se había visto más adorable. La tomó suavemente de la cara con sus manos y acercó sus labios a los de ella. Apenas los tocó y, al sentir que se entreabrieron, fue la señal que el chico necesitaba para besarla. Marinette no opuso resistencia, al contrario, respondió al beso acorde, y pronto ambos se olvidaron de sus problemas, la escuela, Hawkmoth y todas las batallas que tenían por delante. Ahora solo estaban ellos dos. Ellos, juntos, podían contra el mundo.
Mientras que se besaban, Tikki y Plagg flotaban cerca de ellos.
-Aww- dijo Tikki en voz baja.
-Puaj... todas estas ñoñerías me dan náuseas. ¡Necesito Camembert!- se quejó Plagg.
x-x-x
FIN
¡Hola a todos! ¡Sorpresa! Pues este fin lo escribí un día de extremo aburrimiento, el cual fue alegrado por un cómic en el que sucede una situación similar a esta. Pobre Adrien, le cuesta mantener sus hormonas bajo control, pero se comportó a la altura. Plagg obviamente no lo iba a dejar en paz. Muchas gracias a todos por leer mis locuras. Les mando un abrazo, y nos seguimos leyendo en Sobre los Techos de París.
Abby L.
