.

.

Mierda, solo tenia que levantarse, fácil: abrir los ojos, despabilarse y enfrentar lo que venga, podía ser fácil decirlo, pero para hacerlo realmente tenia que tener los huevos bien puestos, joder, con lo mal que se sentía.

Abrió lentamente los ojos, observo al lado suyo y soltó un suspiro al no verla en la cama, quizás tenia suerte y se había ido con alguna amiga o se había ido a comprar.

Se levanto del mullido y cómodo colchón y camino como un gatito, si, porque en esos momentos era un gatito asustado. Se paro delante de la puerta y la abrió solo unos centímetros, lo suficiente para dirigir la mirada al pasillo de su casa. Izquierda, derecha, nada aun.

Con solo unos vaqueros puestos salio rumbo a la cocina, claro, siempre fijándose en el camino para no encontrarse con ninguna "sorpresa". Todo limpio y ordenado, nada bueno, eso demostraba que su mujer había estado mucho tiempo esperándolo.

Se rasco la cabeza en un gesto nervioso…

_te encontré, Kurosaki Ichigo-al joven se le helo la sangre, ella estaba detrás de él, incluso podía sentir su agitada respiración.

_hola conejita-se dio la vuelta, tarde o temprano tendría que afrontar las consecuencias.-estaba pensando en ir de compras ¿quieres que te traiga algo?-bueno, no estaba de mas tratar de alivianar las cosas.

Rukia levanto una ceja con astucia, el nunca, repito nunca la llamaba conejita, le parecía un apodo demasiado embarazoso para llamarla y peor aun, odiaba sobre todas las cosas ir de compras, sonrío interiormente, el descerebrado trataba de disculparse.

_no necesito nada-agrego con un tono que hizo saber a Ichigo que algo no andaba bien-aun…-el chico trago saliva.

_Rukia, sabes que tuve que ir- comenzó a explicar rápidamente, mirando a la chica delante de el con los brazos cruzados-si no acompañaba al viejo a la fiesta me iba a llevar amarrado arriba del taxi, no sabes lo aburrido que fue de todos modos, no hubo chicas ni nada, lo juro, solo fue una despedida de soltero de un pobre hombre que perdía su libertad.

Mierda, no la estaba dejando mas tranquila.

_lo comprendo- le dijo acercándose a él con una sonrisa, el retrocedió un paso instintivamente-por eso llegaste borracho ¿no?-listo, Rukia se vengo dándole un buen golpe en sus partes, el dolor de cabeza que tenia seria una pequeña molestia comparado con el dolor que sentía ahora, lo vio revolcándose en el piso y solo lo paso por encima sin ningún gesto de pena o remordimiento.

_pe-perra-soltó con el poco aire que le quedaba en los pulmones, la enana podía llegar a ser muy cruel.

_ah… me olvidaba-saco de una cajita que estaba dentro de un mueble unas pastillas y las dejo sobre la mesa junto a un baso de agua-tómalas.

_¿no me vas a decir nada?-eso era muy sospechoso.

_no, esta claro que no vas a poder hacer nada con "eso"-le señalo el lugar que estaba cubriendo con las manos-me parece que va a tardar un poco en curarse, ese es tu castigo, no se si me entiendes…

En cuanto salio de la cocina y subió las escaleras Ichigo gimió de dolor, un grito realmente lastimero se alojaba en su garganta y no era precisamente por el dolor de su hombría.

_¡maldita mujer!

.

.

.

Bueno, eso fue todo, espero que les guste, se me ocurrió y decidí escribirlo. Si les gusta, seguiré escribiendo algunos más en cuanto mi mente se inspire. ¡Besos y gracias por leer!