Disclaimer: El Diablo viste de Prada no me pertenece
Era ya muy tarde. Andy había mandado un e-mail a sus padres para contarles que tal le iba, a pesar de que ellos luego se lo reprocharían. Emily estaba en la mesa de enfrente.
—Termina con los pedidos de Calvin Klein y podrás irte a casa.
—De acuerdo —dijo Andy mientras tecleaba algo en el ordenador.
Emily se levantó de su mesa y se fue hasta la zona de descanso, donde sacó algo de la nevera, una bebida energética que se bebió. Andy la siguió.
—¿Qué haces? Termina eso para que pueda irme ya.
—Tengo sed.
Emily rodó los ojos. De repente, quizás porque la habitación era muy pequeña, pero ambas se encontraban muy cerca una de la otra. Emily respiraba entrecortada, y Andy estaba nerviosa. Ninguna sabía de la otra, ambas eran un misterio, pero allí estaban, hasta que Emily se acercó a ella y la besó. Estuvieron así un rato, hasta que se separaron.
—Puedes irte a casa —dijo Emily, y se marchó la primera, dejando a Andy confusa.
