Naruto no me pertenece sino a masashi kishomoto yo solo hice la historia que están leyendo y sin fines de lucro solo por disfrute y por qué destreza chido la catarsis escrita :D
I am back bitches!, ahora antes que nada, una disculpa del tamaño del mundo por todos mis fics que empiezo y dejo incompletos, es que de verdad se me va la inspiración y no hay forma de que vuelva por eso y en contra de todos mis principios decidí que no iba a subir esta historia amenos que tuviera una garantía de que no la iba a abandonar, ya la tengo :D por eso me anime a subirla ahora lo subiré una vez al mes, y creo eso es todo, cualquier duda en comentarios o me mandan un mensajito, saludos y gracias por leer.
Ya sin más por agregar COMENZAMOS WIIIIIIIIIIIIII….
Esa fría tarde de invierno, la joven heredera del clan Hyuga, había buscado refugio de su solitaria pieza en uno de sus locales favoritos, el café terracota, siempre le daba esa sensación de calidez que esperaba algún día tener en su hogar, la cafetería era un tanto pequeña escondida en una zona comercial, tenía sus paredes de enfrente cubiertas con grandes ventanales, ahora cubiertos de nieve y adornados con luces de colores, las paredes de dentro tenían una pintura rojo vino, con unos garigoleados negros y blancos adornándola, en la esquina donde ella se encontraba, podía ver a la gente pasar, los sillones de piel negro se amoldaban a su cuerpo y el calor que desprendía el pino de navidad adornado de tantas luces, haciendo brillar las esferas de navidad, su chocolate a medio tomar comenzaba a enfriarse en su mesita, el local estaba lleno, jamás había visto a Ten-ten tan animada tras la barra, normalmente solo eran ella dos, a veces Temari o Sakura , iban ahí a hacer la tarea, el negocio era de todas, ellas habían invertido pero su propietaria era Ten-ten.
Una pareja de ancianos termino su café, se levantaron con calma y salieron, ella suspiro y regreso a la Inglaterra del siglo XVIII a sufrir con los desaires del señor Darcy, vio a Ten-ten con su caminar tranquilo recoger las tasas y el plato con migajas para después volver detrás de la barra, era raro ver a Ten- ten con un vestido pero ese día estaba particularmente bonita, un vestido negro, con mangas largas, un tanto esponjado de la falda, liso sin adornos, solo la hilera de botones, sus piernas estaban cubiertas por unas medias negras, unos zapatos de piso negro con un moño rojo, y sobre el vestido su mandil de color rojo, su cabello recogido en su peinado tradicional, y sus mejillas tenían un leve rubor por estar en constante movimiento, además del calor de la cocina y sin embargo traía una sonrisa que ella conocía demasiado bien probablemente Menma vendría por ella.
Justo cuando pensó que tal vez un pedazo de pastel haría este día perfecto, vio ese caminar altivo por la avenida, Sasuke Uchiha era sin duda arrogante, era la persona más pedante que hubiera tenido que tratar y sin embargo le había soportado, le había soportado por su ex y por su amiga, pero ahora, ahora le quería volar la cabeza, una de sus amigas más queridas dejaría la ciudad para no tener que verlo nunca más.
El joven era sin duda guapo, portaba una gabardina gris larga, con una playera de manga larga con, cuello de tortuga negra, y unos pantalones entubados de mezclilla gris algo gastados, unos botines negros, y una bufanda de color azul, el joven tenía la piel muy blanca, y un cabello negro azulado, parecido a las alas de cuervos, lo último que supo de él era que planeaba dejarse su cabello un tanto largo, y comenzaba a notarse el progreso, su flequillo ya casi cubría su ojo izquierdo, sus ojos eran muy negros parecían un pozo sin fondo.
El joven entro a la cafetería sin inmutarse un poco por la gente, se sentó en la mesa del centro, que antes había utilizado la pareja de ancianos, Ten – ten salió de la barra para ir a atenderlo, pudo ver como todo el cuerpo de su amiga se puso rígido, sabía que sentía lo mismo que ella, pero su amiga no podía pedirle que se fuera, no cuando el café estaba tan concurrido ese día y comenzaba a ganar reputación como para hacer algo indebido ahora, pero ella… bueno ella, no supo cuánto tiempo se quedó contemplándolo, el parecía ignorar todo lo que le rodeaba salvo por el hecho de que Ten- ten le había servido una taza de café negro y le había colocado un nuevo plato de galletas, se retiró sin intercambiar palabra con él, parecía que su día perfecto se había ido por el retrete, y entonces para su sorpresa, los ojos negros de él conectaron con los ojos perla de ella, una mirada fuerte y penetrante que la miraban con burla, listo, la pelea estaba servida.
Hinata era conocida por su timidez y por su calma, nunca daba juicio al menos que fuera estrictamente necesario, pero esto era la gota que derramaba el vaso, tal vez era un exageración Sasuke siempre tendía a mirarla así, pero ahora no lo quería ver ni en pintura, no supo qué o cuando pero antes de darse cuenta ella ya estaba parada delante de su mesa, abrazando fuertemente el libro contra su pecho y frunciendo el ceño, el rostro del Uchiha no se inmuto ni siquiera un poco, solo la miro y levanto una ceja en interrogativa, esperando algo de ella, el joven la conocía, sabía perfectamente bien quien era ella, esa muchachilla tímida ex novia de su mejor amigo, amiga de su actual, aún no está muy seguro de que habían sido ellos pero fuera lo que fuera ya no lo eran.
Esa jovencita frente a él lo miraba con sus grandes ojos violáceos, furiosos, dispuestos a atacar, en todos los años que llevaba de conocerla jamás había visto esa expresión en sus ojos, Naruto alguna vez le menciono que la muchacha tenía carácter pero es un poco difícil tomar enserio a Naruto, sobre todos si la muchacha en cuestión es tan tímida, podía ver la ferocidad de sus ojos pero ciertamente todo su cuerpo temblaba un poco, tal vez por el frio o por los nervios era difícil saber.
La muchacha frente a él vestía un suéter largo de lana color lila de cuello de tortuga; su largo cabello violáceo lo llevaba suelto, con algunas trencitas dispersas por aquí y por allá; unos leggins negros y unas botas blancas con algo de peluche, si ciertamente el frio no podía ser, Sasuke observo como el rostro de Hinata adquiría un interesante rosado, en los pómulos, y como sus labios, se fruncían mientras intentaba poner en ellos palabras suficientemente ofensivas para la persona que tenía frente a si…
−Si no piensas decir nada retirarte−Le dijo el pelinegro a la joven frente a él ya un poco fastidiado por una situación que los dejaba a los dos siendo el centro de atención; justo cuando pensó que la joven se iría de ahí sin haber soltado palabra, vio sus labios separarse, como su rostro pasaba de la incredulidad a él más puro de los enojos y de repente, la voz de la joven surgió más alta de lo que nunca la había escuchado jamás.
−Pues si tengo al..algo que decirte Uchiha−dijo la morocha, mientras sentía las miradas de la gente sobre ella y sus mejillas sonrojarse aún más, el joven solo alzo su ceja con desconcierto y la miro con interrogativa.
−Sabes… eres un… un... Soberano cabron−dijo la pelinegra mientras subía un poco más su desnivel y abrazaba con fuerza su libro.
−Hmp− contesto sin mayor sobre salto, el joven ya sabía que todas las amigas de Sakura lo pintarían por ahí, incluso algunos de sus amigo lo pensaban, pero ¿qué podía hacer? él fue claro con Sakura, ella fue quien no entendió las cosas.
− Y sabes que es aún más desesperante, el hecho de que lo sabes y que no te importa, heriste los sentimientos de ella de una manera muy cruel, y tú… tu maldito cobarde, de comportamiento frio y arrogante lo has tomado como si fuera algo normal− dijo ella un poco agitada, al parecer se lo tenía guardado y tal vez no solo por Sakura, él había sido uno de los motivos por los que Naruto termino con ella, el pelinegro la vio con un poco de burla−Eres… increíble… nunca entenderé como alguien como mi Naruto-kun o como Sakura-chan, pueden querer tener algo que ver con alguien tan triste y solitario como tu… tú no tienes corazón o sentimientos, lo que hiciste no tiene perdón, o dignidad, ni siquiera mereces llevar el apellido Uchiha del cual estas tan orgulloso−grito la muchacha.
El joven se exaspero, una cosa era que le sorprendiera el hecho de que ella hubiera utilizado más de 3 palabras para dirigirse a él y otra era que le permitiera hablarle de esa forma, ella no lo conocía y ciertamente no tenía ningún derecho a juzgar.
− ¿Tu Naruto- kun? No crees que tiene demasiado que dejo de ser TU Naruto- kun− dijo el presionando un poco la herida, sabía perfectamente bien que Naruto estimaba a la muchacha pero nunca la quiso y si iban a hablar con verdades, seria reciproco, − además HI-NA-TA, la única persona que me puede reclamar nada por lo que paso es Sakura, tú no tienes nada que venir a decir o hacer con respecto a mí−dijo el mientras tomaba su café y le daba otro sorbo.
Esperaba que esas palabras le bastaran a la muchacha, para que lo dejara de molestar, odiaba a la gente escandalosa y pensaba que ella era ciertamente la excepción pero comprobaba que aparentemente todas las mujeres eran ruidosas y escandalosas, observo como toda su cara se ponía de color granate, y sus ojos se llenaban de lágrimas, grandioso la había liado y ahora ¿Qué? Algo que su madre le inculco desde muy chico era a no hacer llorar a las mujeres y aparentemente tenía un talento natural para conseguir que ellas llorasen cerca de él.
−Pues eso…eso , solo demuestra que yo…yo soy mejor amiga, de lo que tú nunca serás−Grito por último la pelinegra, mientras sentía las lágrimas traicioneras caer sobre sus mejillas−aunque a mí nadie me lo haya pedido, Sakura es tres veces más valiosa que cualquier otra mujer que llegues a tener en tu vida y tu simplemente no la supiste valorar, y por eso Itachi siempre será mejor que tú, en cualquier cosa−dijo ella sabiendo que había pasado la línea de lo moderadamente aceptable, una cosa era reclamar el hecho de que perdía a una amiga por culpa de ese hombre frio y orgulloso y otra cosa muy diferente era poner el dedo en la llaga y hundirlo con fuerza, lo supo, supo que ella había cruzado el limite cuando los ojos de él mostraron ira y resentimiento, cuando tenso levemente la mandíbula y cuando hizo un pequeño ademan de levantarse.
−Si pues, que yo sepa por algo era Neji quien heredaba la empresa y no tu o si, tú no tienes ningún derecho a decirme nada cuando sabes muy bien que Neji y Hanabi son mejores que tú, ellos merecen ser llamados Hyugas, no una niñata miedosa, que cree que algún día el Señor Darcy vendrá al rescate, o tal vez piensas que Naruto quizá es tu señor binglie, esas personas, esos sentimientos no existen en el mundo real y es hora de que lo comprendas…−antes de que el joven pudiera terminar, sintió el líquido caliente corriendo de su cabello a su ropa.
−No te atrevas a hablar de Neji− dijo ella viéndolo con genuino odio− si tal vez este mal, que yo venga y te diga las cosas, tal vez este mal, que quiera leer de ese tipo de amores cuando en realidad la vida es un asco, sobre todo en ese tema, tal vez sea aun peor que no quiera lo que se supone que tengo que querer, ya sabes el semblante serio, el orgullo de mi apellido, las ganas de querer sobresalir de esa manera, si tal vez este mal en muchas cosas más, pero ciertamente yo tengo algo que tú nunca tendrás, un corazón que no tiene miedo de salir dañado, tal vez tú y yo seamos muy diferentes Uchiha, pero algo que a mí me sobra es valor y es algo que tú no tienes, estas tan acostumbrado a sentir pena por ti mismo que te cerraste a cualquier tipo de sentimiento, y lo único que consigues es que te arrastren a un más a tu propia miseria, es ahí donde diferimos, me niego rotundamente a dejar que solo porque mi vida sea miserable voy a dejar de intentar querer, amar o sentir, búrlate todo lo que quieras de mí, de Sakura o incluso de mi libro−dijo ella separando el libro de su pecho y meneándolo sobre el rostro del morocho, mientras su llanto caí por su rostro sonrojado por el esfuerzo de hablar en público, de decir tantas cosas y de lo que el acaba de decir sobre Neji−al final alguien como tú nunca entendería cosas tan simples como esas−dijo ella lanzándole una mirada muy poco propia en ella, más parecida a la que alguna vez tuvo su primo en el rostro.
El morocho estaba ya de pie mirándola con incredulidad, un poco por el discurso, al que ciertamente no le había prestado atención y bastante más por el hecho de que ella le hubiera arrojado el café enzima, estaba más que dispuesto a hacerle lamentar eso en ese preciso instante cuando la puerta se abrió regresando a ambos a la realidad, por la puerta entraba un joven rubio con las patillas largas, traía puestas unas gafas de marco negro y una perforación de la ceja derecha, tenía unos grandes ojos azules que miraban con sorpresa la escena frente a él, su rostro contaba con unas interesantes marquitas, vestía una gabardina negra con detalles blancos, unos pantalones, blancos y unas botas negras, el joven miraba con genuina incredulidad la escena frente a él tenía una de las cosas más surrealistas y bizarras que jamás pensó presenciar en toda su vida frente a él se encontraba un café terracota muy concurrido, observando con expectativa, como Hyuga Hinata con lágrimas en los ojos, un libro en una mano y una taza de café vacía en la otra mirando expectante, a un Uchiha Sasuke, bañado en café mirando furioso a la muchacha frente a él, bastante dispuesto a hacer algo, el rubio camino hasta la muchacha con calma.
− ¿Qué demonios le hiciste Sasuke? – le recrimino el rubio mirándolo un tanto sorprendido, por el espectáculo que estaba viendo.
El pelinegro volvió en sí, recordó donde estaba y ciertamente no fue algo agradable, miro con rencor a la morocha saco su cartera y dejo dinero sobre la mesa, camino fuera del local sintiendo las miradas de todos y se giró para agregar−Entérate Menma antes de juzgar ella fue la que me arrojo el café a mí, yo realmente no le he hecho nada− dijo con furia contenida y salió del establecimiento hacia el frio invierno de la calle.
