Hola! ¿cómo han estado? Bueno, es mi costumbre saludar xD esta vez les traigo un fic más lemon que nunca! Aunque no es lo único en lo que se basa mi historia, por eso voy a avisarles cuando en un capítulo haya lemon. Por ahora es tranqui, este primer capítulo pueden leerlo sin problemas C:
Era una mañana no muy tranquila en la ciudad, la multitud caminaba atropellándose todo lo que se les viniera por delante. Entre la multitud caminaba el señor Richard Grayson, un hombre de veinticuatro años, exitoso empresario, por ende adinerado, casado con una modelo internacional llamada Bárbara Gordon. El pelinegro caminaba apresuradamente hacia el banco, debía llegar rápido y volver a su trabajo, caminaba con prisa imitando a la gran multitud casi sin mirar a su alrededor, ya que a causa del amontonamiento, ni siquiera había conseguido un lugar donde estacionar que quede más o menos cerca. Sonó su celular.
-¿Sí?- Dijo agitado sin dejar de caminar.
-Dicky, ¿cuándo volverás a casa? ¡Te extraño!- Dijo su mujer con una voz a la que ella misma llamaba "sexy"
-Escucha Bárbara, estoy ocupado, si no es importante no llames- Dijo terminando la llamada mientras seguía caminando. Sí que había dejado lejos el auto. A unos metros pudo divisar a una adolescente, o al menos eso parecía, sentada en el suelo, comiendo una manzana y vestida sólo con pantalones cortos, una mantita sobre los hombros y zapatillas rotas y sucias, a pesar del frío.
-Pobre niña- Pensó, quería detenerse pero llegaba tarde… bueno, unos segundos no le afectarían.
-Hola, ten- Le dijo a la joven tendiéndole un billete a modo de ayuda, a él no le molestaba ayudar a los demás aunque él no lo necesitara.
-Aléjate- Dijo la chica soltando la manzana y retrocediendo sin levantarse.
-Es solo una ayuda, tómalo, no seas tímida.
-¡Aléjate de mí! ¡Ayúdenme por favor!- Decía la chica desesperada y a los gritos. Dick levantó las manos a la altura de su cabeza como señal de que no iba a hacerle daño.
-¿Qué sucede?- Dijo un policía acercándose.
-Sólo quise darle una ayuda monetaria- Dijo Dick inocentemente, aunque un poco asustado por el hecho mientras la chica seguía llorando.
-¿Es cierto eso?- Dijo el policía dirigiéndose a la chica. Ella sólo asintió temerosa. –Lo siento- Dijo volviendo a dirigirse a Dick. –Ella ha sufrido abusos desde pequeña y les teme a los hombres cuando se le acercan demasiado.
-No hay problema. Lo siento mucho- Le dijo a la chica para luego dirigirse hasta donde iba en un principio, y ya estaba llegando tarde.
-Pobre niña- Seguía diciendo en su mente, estaba más compadecido de ella que embroncado por lo que acababa de pasar. Yendo a mil por hora al fin llegó, y después de más de una hora estando allí adentro casi se había olvidado de eso, después de todo veía gente en las calles casi todos los días.
-¿Señor?- Dijo una suave voz mientras salía del banco.
-¿Tú?- Dijo sorprendido al ver que quien lo llamaba era la chica que se había asustado de él. –Discúlpame, no quería asustarte, sólo quería ayudarte.
-No se preocupe, soy yo quien lo siguió para disculparse. Lo siento mucho- Dijo apenada, con la cabeza hacia abajo y sólo mirándolo de reojo. –Es que… esta vida no es nada fácil. Mi padre abusaba de mí antes de suicidarse- Dijo confesándole mientras seguía apenas mirándolo.
-Eso debió ser terrible- Dijo sin saber qué decir ante la situación. –Puedes seguir contándome si quieres, ¿te molesta si mientras hablamos caminamos?
-En lo absoluto, vamos, si no te molesta que te cuente… entonces te contaré. Tengo 18 años, mi mamá me echó de casa hace dos, tengo una hermana mayor aunque no sé nada de ella y mi hermano menor se suicidó después de mi padre, quien se suicidó en una borrachera. A veces creo que no encajo en esa familia, siento vergüenza de mí misma.
-No debes sentir vergüenza, es bueno que no seas como ellos- Dijo sonriéndole a modo de consuelo. -¿Me dejarás ayudarte ahora?- Dijo Dick volviendo a intentar darle el dinero.
-Lo siento, prefiero ganarlo aunque sea juntando porquerías y vendiéndolas- Dijo rechazándolo.
-Como desees. Escucha, aquí es mi trabajo, si quieres mañana puedes ir a mi casa, hay muchas "porquerías" que podrías vender- Le dijo sonriendo, cómplice.
-Gracias… ¡Señor!- Dijo antes de que él entrara a su trabajo. -¿Cómo es su nombre?
-Puedes decirme Dick, con confianza. ¿Y con quién tengo el gusto de hablar?
-Kory- Dijo la chica sonriendo inocentemente. –Gracias por todo señor Dick. Hasta mañana.
Y habiendo dicho esto último, Dick entró a su trabajo. ¿Cómo una chica tan bonita podía estar en esa situación? Quizás Bárbara podría llegar a tener algún trabajo como modelo para ella, después de todo se veía una chica casi perfecta detrás de toda esa ropa vieja y rota.
Ahora sí que no había pasado desapercibida, no había dejado de pensar en ella en todo el día. Nunca se había compadecido tanto de alguien. O sea, ¿quién puede aguantar tanto sufrimiento? Esa chica era demasiado fuerte.
-Llegué- Dijo desganado al llegar por fin a su casa. Ya estaba cansado de tanta rutina.
-¡Buenas tardes mi lindo!- Dijo Bárbara abrazándolo y dándole un beso de bienvenida. -¿cómo te fue hoy en el trabajo?
-Bien, gracias. ¿Sabes? Conocí a una chica fantástica, ella vive en la calle pero no deja de sonreír.
-Ah, ¿qué puede tener de fantástica una sucia de esas? No importa, no está a nuestro nivel Dicky.
-Sabes que no me gusta que hables así- Le dijo separándola. –Mañana vendrá a casa y quiero que la recibas como se merece.
-Claro que sí, querido, le daré mi mejor ropa sólo para ella- Decía con sarcasmo, realmente no le agradaba la idea. Bárbara era soberbia, sólo se relacionaba con quienes "estaban a su nivel".
-Sabes bien que esta casa la heredé de mis padres, así que si yo quiero que ella venga vendrá, y si no te gusta mejor queda con alguna de tus amigas y vete por ahí.
-Espero que sea una broma- Dijo dirigiéndose hacia la habitación. –Me iré a dormir temprano.
-Son las cuatro de la tarde.
-Tengo reloj, no necesito que me lo digas.
-A veces no te soporto, mejor ve a dormir y ya no digas estupideces.
Ella sólo hizo una seña de "fuck you" que él no llegó a ver. Hacía sólo un año que convivían y ya se llevaban como perro y gato. Ambos sabían desde qué momento empezaron a llevarse así, aunque ninguno quería recordar tal cosa.
Es corto, lo sé xD pero es que hice un capítulo como de 15 hojas y era mucho, entonces los tuve que separar y tenía que ver dónde quedaba mejor cortarlo. Así que ya saben, si les gustó y quieren ver lemon (xD) dejen reviews :3
