Disclaimer: Dragon Ball Z y sus personajes pertenecen al maestro Akira Toriyama.
- Diálogos
- "Pensamientos"
- Recuerdos
Destino cruel y futuro incierto
Una gran euforia se vivía entre el público, gritaban y aplaudían entusiasmados, uno de los mejores participantes del famoso torneo de artes marciales iba a hacer acto de presencia, era su turno de pelear, el combate de su amigo estaba por comenzar, y como todos los asistentes, ella por supuesto lo apoyaba y animaba también. Su adversario era poco común en un torneo como este, una extraña chica que daba la impresión de estar sumamente enojada y realmente tenía cara de querer matar a su oponente, el combate comenzó sin mucha emoción la joven daba golpes a su amigo, quien solo se encargaba de esquivarlos con una muy relajada actitud cosa que al parecer molestó aún más a su oponente.
Se detuvieron a hablar un rato, al parecer la conversación alteró más a la chica sin embargo Goku tenía una cara de no entender nada, eso no era para nada extraño en él, pero su contrincante parecía no saberlo y pensó que quizá estaba jugando con ella, la conversación se mantenía en un tono suave relativamente sin embargo ninguno de los espectadores sabían de que estaban hablando, hasta que la chica gritó con todas sus fuerzas como queriendo desahogarse – ¡Hace mucho me prometiste que... sería tu esposa! – fueron las palabras de la intrépida mujer de cabellos negros, que tenía una mirada fulminante ante su adversario, al cual hace unos momentos atrás atacaba con todas sus fuerzas.
Esa noticia impactó en su ser y aún su cerebro no alcanzaba a procesar esa información, "esposa", "esposa, "esposa", se repetía en su cabeza, jamás se esperó semejante declaración sin embargo su amigo parecía no asumir la magnitud de las palabras, seguía con una tranquilidad envidiable como si lo que acabase de escuchar fuera lo más normal del mundo "¿Acaso él había hecho tal promesa?", a decir verdad lo dudaba mucho, seguro era una artimaña de la extraña y furiosa mujer que estaba frente a él, y por la actitud del cabellos alborotados parecía que sus pensamientos no estaban equivocados y él no había hecho tal cosa.
– ¿Me puedes decir que significa esposa? – preguntó quedito e ingenuamente a su amigo calvo – ¿Qué es lo que quiere?- dijo impaciente.
– ¡Que torpe!, cuando tomas a una mujer como esposa significa que te vas a casar – respondió éste en forma de reproche,
– Esposa y eso significa que vivirán juntos para toda la vida- añadió el ex ladrón del desierto.
El rostro de su amigo pareció palidecer – ¿Yo hice ese tipo de promesa? – Ya no tenía duda Goku no había hecho tal cosa, además prácticamente habían vivido su infancia juntos, siempre metiéndose en problemas y pasando diversas aventuras en busca de las esferas del dragón, no podía ser otra cosas, esa chica quería manipularlo.
Al fin el combate terminó cuando él con una simple correntada de aire mandó a volar a la joven fuera de la plataforma, luego todo comenzó a tomar forma, hubiese podido meter las manos al fuego defendiendo a Goku y asegurando que él ni siquiera conocía a la mujer con la que peleaba, pero lo que luego pasó le demostró todo lo contrario; el sí lo hizo, de una forma inconsciente e inocente pero lo hizo; la promesa ya estaba hecha, y vaya que conocía a su amigo él nunca se retractaba de nada, si prometía algo lo cumplía. Para aumentar su dolor al escuchar el nombre de la chica casi se va de espalda, era ella, la pequeña niña a la cual habían ayudado apagando el fuego de su castillo, eso fue sorprendente pero ¿cuándo hizo esa promesa?, su pregunta fue contestada de inmediato porque de repente él pareció recordarlo con una notoria sorpresa, pero más sorprendida se mostraba ella al escuchar al inocente muchacho decir que confundió la palabra matrimonio con comida, vaya que era ingenuo, y eso por no decir tonto, su interlocutora casi derrama unas cuantas lagrimas por la confusión del chico, pero lo que sucedió después, dejó sin respirar al público presente y detuvo el tiempo para la peliazul.
– ¿Quieres ser mi esposa? – esas simples palabras bastaron para que el rostro de su anterior oponente brillara de felicidad y para que el de su amiga de siempre se opacara un poco.
El día que lo vio aparecer jamás pensó que algo así sucedería, menos luego de haber tenido una velada, si se podía llamar así, tan agradable con él…
Verlo llegar al torneo ya crecido fue una sorpresa, no pudo evitar sorprenderse "ese es realmente Goku", no podía creer cuanto había cambiado, ahora era todo un joven atractivo y muy apuesto, el hablar con él luego de tres años la hizo sentir muy emocionada había tanto que contar, pero luego una pregunta de su amigo le hizo cambiar su humor drásticamente.
– A propósito ¿y Yamcha, acaso no estaba contigo?
– ¡Ash! Dijo que iba a entrenar solo, y me dejó plantada – respondió con total enfado.
–No te molestes ya verás que cuando vuelva estará mucho más fuerte – dijo como si a ella realmente eso le importara. En ese momento el susodicho en compañía de Ten Shin Han, Chaoz y Krilin llegaron justo a tiempo para las inscripciones del torneo al igual que Goku lo había hecho unos momentos atrás.
– ¡Ves que te dije que se volvería más fuerte! – volvió a recalcar con entusiasmo, Bulma frunció un poco el entrecejo, realmente ella no tenía deseos de ver ni de hablar con Yamcha, si pensaba que después de haberla abandonado por tres largos años solo para irse a entrenar, quién sabe adónde, ella lo recibiría con los brazos abiertos y sumamente felíz, estaba loco. Volvió su vista a Goku, lo conocía muy bien y de sobra sabía que su amigo no podría rechazar una suculenta comida, así que ese fue el pretexto perfecto para salir de esa incómoda situación y de paso seguir hablando con él.
– Goku ¿no tienes hambre?
– Ya que lo preguntas Bulma, en realidad me muero de hambre – dijo sonriendo sinceramente.
Efectivamente la peliazul dio en el blanco.
A los demás no les sorprendió para nada lo acontecido, el maestro Roshi estaba tratando de manosear a Lunch y los demás conocían muy bien la gran amistad que unía a Bulma y Goku por lo que les pareció de los más normal, solamente Yamcha notó la indiferencia con la que Bulma lo había visto y lo rápido que quiso alejarse de ahí al tenerlo cerca, sabía muy bien que tenía que hablar con ella, la había dejado sola mucho tiempo por entrenar con los muchachos y por lo tanto necesitaba explicarle la situación.
Unas cuantas nubes comenzaron a opacar a la brillante supernova que adornaba el, hasta entonces, claro y despejado cielo azul, y luego lluvia, unas cuantas gotas anunciaban el inicio de una tormenta que amenazaba con echar a perder una hermosa tarde soleada, Goku al darse cuenta condujo a Bulma, a un pequeño restaurante para poder conversar y comer algo por supuesto, pero su amiga parecía en otro mundo; Bulma estaba perdida en cavilaciones internas y Goku solo la observaba con una necesidad enorme de preguntar que le sucedía pero pensó que quizá era mejor que ella se desahogara primero en medio de sus pensamientos.
La hermosa peliazul ni cuenta se daba de su alrededor seguía sumida en su dolor y se cuestionaba su infortunio "acaso no me quiere, a mí que soy tan hermosa", esa duda la carcomía por dentro, ella era una chica bella y cualquier chico querría estar a su lado, tuvo muchas oportunidades para engañarlo mientras él no estaba pero siempre le fue fiel, salía y se divertía pero nada más que eso, no entendía porque el hombre a quien ella quería a su lado simplemente la dejaba abandonada para irse a entrenar, "maldita mi suerte", Ella tan amorosa y entregada, con un carácter difícil de tratar algunas veces, pero siempre muy apasionada y sensible a los sentimientos de los demás, simplemente no encontraba una respuesta a sus dudas, ese novio suyo se iba a enterar de un par de cosas, pero por el momento solo quería distraer sus pensamientos en algo más, ni siquiera su mejor amigo y la hermosa tarde que tenía frente a ella…
– ¿Pero… qué? – de repente volvió en sí, frente a ella se encontraba su mejor amigo quien la miraba paciente a que se decidiera a hablar, se fijó entonces en su alrededor, se encontraba sentada en una pequeña mesa en la cual había una considerable cantidad de platos vacíos y un vaso con lo que supuso era agua a medio acabar, la mesa estaba al lado de una ventana de ese local, un modesto restaurante iluminado por una tenue luz, observó el vidrio empañado que tenía cerca percatándose de la lluvia externa, no podía ver casi nada ya que el vapor que se producía en el pequeño restaurante empañaba su visión, paso repetida y delicadamente su dedo índice por el vidrio y pudo ver unas cuantas gotas de agua producto de la lluvia que se deslizaban haciendo graciosos movimientos sobre la ventana, eso la hizo sonreír un poco.
– ¿Te sientes mejor? – la voz de su Goku la sacó de su ensoñación y dejo de ver las pequeñas gotas que caían para sonreír a su amigo ampliamente, vaya que tenía paciencia, la había esperado tranquilamente a que se calmara, sin duda Goku era una gran persona.
– Gracias – dijo sin esconder su sonrisa – disculpa por no prestar atención, ni siquiera sé como llegué aquí.
El chico devolvió el gesto con su propia sonrisa – No te disculpes, pero… podríamos pedir algo de comer – puso su mano en su estómago – es que en lo que tu pensabas solo pedí un aperitivo.
Una pequeña carcajada salió de los labios de Bulma casi inconscientemente, para lo que Goku era un aperitivo para ella era una suculenta comida – claro yo también tengo hambre.
Bulma hizo señas a un mesero y este les llevo el menú del local, era un poco temprano por la tarde por lo que ella solo pidió un pequeño plato de ensalada, mientras que Goku pidió todo lo del menú.
– ¿A caso no tienes hambre? – cuestionó al ver el diminuto plato frente a su amiga.
– Es que quiero dejar espacio para la cena.
– Te entiendo – dijo el chico – yo también por eso pedí poco.
Bulma casi se va de espalda, pero luego recordó con quien estaba y si de niño era un devorador pues ahora que era todo un joven supuso que debía comer más, así que juntos se dispusieron a degustar cada uno sus alimentos.
