Mi Amiga…. Incondicional

Les dejo este fic… pronto se darán cuenta que es una historia algo diferente, pero es sobre nuestro amado Rubio. Espero lo disfruten, sobre la pareja central del mismo… descúbranlo junto conmigo, se pueden sorprender, o descubrir que el mundo es como tiene que ser.

Capitulo I

Chicago, invierno, (algún tiempo atrás)

Era un día soleado, extraño para ser enero, había demasiada gente en las calles. Gente comprando, paseando, los niños corriendo y divirtiéndose.

Cerca de ahí, estaban paseando dos mujeres; una de ella alta de un porte muy elegante, sus finas ropas denotaban su posición económica, su pelo cano… sus años. La otra una joven alegre, su mirada cristalina que simulaba una padrera tranquila, destellando como dos esmeraldas, con sus características coletas de rubios rizos.

Tenían una conversación trivial, lo que mas apreciaban era la compañía de la otra. Cualquiera que las haya conocido antes, dudaría que lo que vieran sus ojos fuera verdad, pues era conocido el desprecio, que durante un tiempo, una de ellas sintió por la otra. Pero también es cierto que es de hombres rectificar el camino y perdonar.

Ellas habían tenido, no hacia mucho tiempo, una charla muy larga, en la cual desnudaron su corazón, hablaron del porque de todos sus sentimientos, esto claro esta, inspiradas por el cariño que las unía a cierto rubio de ojos azules. Descubrieron así que eran solo malos entendidos y prejuicios tontos lo que en realidad las separó y que realmente en muchas cosas no eran tan diferentes.

Una vez todo aclarado entre ellas, descubrieron, que a pesar de todo y por sobre todo, había un sentimiento muy profundo de cariño de la una por la otra. Así que desde entonces se dedicaron a hacerlo crecer dando a su relación, que más de tía y sobrina parecía la de madre e hija; un nuevo comienzo.

- Candy, hija, ¿iras entonces al hogar de Pony, a pasar una temporada ahora que tendrás vacaciones en el hospital?

- Sí Tía Elroy, quisiera pasar unos días con los niños y mis madres… ¿Tía por que no va usted unos días a Lakewood? y así descansa, y podríamos pasar unos días juntas. ¿Qué le parece?

-Sería buena idea Candy, hace tanto que no voy a Lakewood, y tal vez te acompañe al hogar, hay algunas cosas que quisiera platicar con tus madres.

- De verdad Tía Elroy, iría conmigo al hogar… ¡yupi¡ - Decía la joven saltando y riendo de alegría.

- ¡Candy¡- Gritaba la anciana – Esa no es manera de comportarse de una dama – Decía con una media sonrisa en la cara.

- Lo siento Tía Elroy, no volverá a pasar, - Mientras bajaba la mirada arrepentida – Pero será divertido ir juntas a la colina de Pony, ahí donde conocí a Albert cuando era pequeña – Mientras su cara se ruborizaba al decir esto.

- Pequeña... claro que iremos, quiero conocer a tu "padre árbol" – Así que hay algún sentimiento de amor por William, Oh¡ Candy, espero que esto no te haga sufrir, ya lo has hecho demasiado a lo largo de tu vida, aunque se que William no te haría sufrir te quiere demasiado.

- Oh si Tía, conoceremos también la colina de Pony… Y… - En eso la chica se queda callada, puesto que sintió como el cañón de un arma se clavaba en su espalda.

Mientras ellas platicaban, llegaron a la entrada de un oscuro callejón, en una zona no muy segura de la ciudad, pero por la amena conversación no se habían dado cuenta, en eso…

- No se muevan ni intenten nada estúpido o las mato.

- No nos haga daño, por favor, le daremos lo que quiera pero no nos lastimen – Decía la mujer adulta.

- Entren en el callejón y no volteen, rápido – Ordenaba el cabecilla.

- Dénos todas las cosas de valor, muévanse

Temblorosas las dos damas les entregaban sus pertenencias de valor, mientras cada una pensaba: Tengo que estar tranquila, esto es demasiado estrés para mi tía Elroy, no lo podrá soportar… - Oh hija, Dios no permitas que le pase nada, yo no importo ya soy vieja, pero ella aun es muy joven.

- Aquí tienen, pero déjenos ir, por favor – Suplicaba la matriarca de los Andrew.

- Claro, se han portado bien… Usted vieja, salga del callejón, rápido... no voltee atrás y no diga nada.

- Pero no me iré sin mi sobrina

- Hágalo, o las matamos a las dos, ahora – Gritaba uno de ellos.

- Tía Elroy, por favor vallase, yo estaré bien, por favor. – Lloraba la rubia.

- Es… esta bien, por favor no la lastimen.

Así que la Sra. Elroy Andrew, iba saliendo y uno de ellos tenia sujeta a Candy mientras veían como salía de ahí. En eso…

- Ahora si preciosa, tú y yo nos vamos a divertir un rato…. Jajaja

Este comentario fue escuchado por la Sra. Elroy, que inmediatamente voltea y camina sobre sus pasos, ella defenderá a su familia aunque la vida se le valla en ello.

- Déjenla¡

- Lárguese vieja entrometida¡

- Tía Elroy, vallase, no quiero que la lastimen, por favor - Lloraba Candy

- No, no dejare que te lastimen¡

- Vieja entrometida, le he dicho que se largue¡ - Chillaba uno de los malhechores, apuntándole con un arma de fuego.

Lo siguiente para los involucrados, paso como en cámara lenta…

- NOOOOOOO¡ - gritaba la chica mientras mordía el brazo de su captor y corría para aventar al suelo a su querida Tía.

Se escuchan dos detonaciones y una mujer cae al suelo herida.

- Vamonos, corre tonto

- Oh por Dios, que he hecho… que hice… la mate¡ ¡ la mate¡ - Lloraba el hombre

- Corre idiota… le gritaba el mas joven al otro mientras lo jalaba del brazo.

Mientras que dentro del corredor, quedaba una mujer desangrándose en el suelo, una pistola y otra mujer… llorando la desgracia.