-Y si de pronto te encuentras trabajando con un colega que sea tan listo como yo, tan alto como yo y tenga el cabello como Thor... quiero que salgas de ahí y me llames inmediatamente.
Amy no respondió a eso, bajaron los tres pisos de escalera que quedaban en completo silencio, al salir del edificio vieron el taxi que la esperaba.
Sheldon se detuvo y miro el taxi como un niño asustado.
-¿Sheldon que pasa?- Pregunto Amy curiosa.
El se abalanzó rápidamente hacia ella y la abrazo, hundiendo la cabeza en su cuello.
-Por favor no te vayas- Murmuró con el corazón roto.
-Sheldon ya firme el contrato...- Amy luchaba por no dejar caer lágrimas.
El físico teórico levantó la cabeza y la miro a los ojos, recordó cuando el mismo le ofreció tener coito seguramente por la desesperación de estar solo por tres meses. Cerro la distancia y le planto un gran beso en los labios.
Sus largas manos la sostuvieron por sus caderas, Amy sintió las uñas de el por encima de su ropa... lo extrañaría muchísimo. Correspondió el beso con la misma intensidad y acarició con las palmas su cuello, siempre acariciando suavemente sus venas sobresalientes.
Minutos después se separaron, dedicándose tiernas sonrisas Sheldon puso su equipaje en el baúl del taxi y se despidió volviendo a abrazarla.
-Te amo, estoy orgulloso de ti y cuando vuelvas te estaré esperando en nuestro departamento- Murmuró en su oído.
-Yo también te amo, muchísimo.
Se dieron un último beso, Sheldon vio como el taxi se alejaba y desganado volvió a su departamento.
Sin imaginarse todo lo que pasaría después.
¡Fin!
