OLVIDO

Por EliceBcest

"El olvido es una forma de libertad"

Gibran Jalil Gibran

Después de que sonaran las doce campanadas, mientras el silencio poco a poco se apoderaba de la habitación que compartió con su esposa, cuando el pueblo descansa adormilado soñando ignorante de todo lo que lo rodeaba, él descendía en espiral con el único afán de olvidar.

"CUANDO GRAVITY FALLS Y LA TIERRA SEAN DESTROZOS TEMAN A LA BESTIA DE UN SÓLO OJO", se repetía a si mismo esa frase, le recordaba que era necesario olvidar. No fue capaz de decirle que era lo que había visto, no sin que su cuerpo temblara de miedo, nunca se caracterizó por ser un hombre de fe por el contrario Fiddleford era un científico, alguien asiduo a los hechos facticos y sin embargo la única palabra que podía conjugarse es su boca era "infierno". Cada vez que cerraba los ojos ahí estaba, los gritos de desesperación clamando por ayuda, las criaturas aberrantes desfiguradas alimentándose de la carne putrefacta, el olor a muerte que cubría todo el lugar, y recordaba su mirada, aquella bestia lo miraba y parecía feliz, feliz de darse cuenta de lo que él y Stanford habían desatado.

Sí, era necesario olvidar…

Olvidar como todo fue cambiando, como el miedo se fu apoderando de él, en cada sombra veía un monstruo, en cada momento de soledad las voces eran más fuertes casi gritos, la bestia lo veía todo lo acechaba en sus sueños, pero todo era su responsabilidad. Miraba todas las noches el bosque que rodeaba su casa, ahí entre la oscuridad se encontraban escondidos, esperando el momento en que cerrara los ojos para atacar, simplemente dejó de dormir. Pero los monstruos no eran únicamente los que su ex colega había registrado en su diario, no, eran las personas de ojos amarillos, era aquel hombre que había secuestrado y violado a una niña de diez años para dejar su cuerpo pudriéndose en el bosque, eran el grupo de jóvenes que habían asesinado a sangre fría a aquella pareja ancianos en su propia tienda, era el cartero que tenía años cazando y comiendo vagabundos, pero sobre todo era ella… su esposa.

Nunca podría entender lo que hacía por ella, por su hijo, por el pueblo. Olvidar esa era la solución, ya no habría dolor, no existiría el miedo, no dudarían jamás sólo era cuestión de olvidar, pero ella no lo entendía. Los reproches, las amenazas dejarlo, la forma de divorcio que entró esa mañana en la mesa, ella le quitaría a su hijo, regresarían a California donde él no los podía proteger. Esa noche hablaría con ella, entró a la cocina y los vio, ahí estaban eso ojos amarillos, los ojos de la bestia en el rostro de su esposa, y todo paso, yacía en el piso mientras sus manos cubiertas de rojo resplandecían y el sonido del cuchillo cayendo hizo eco, Fiddleford hizo un último viaje al bosque.

Regresó tranquilamente, fue hasta el cuarto de su hijo, y besó su frente después de todo a la mañana siguiente ellos la habría olvidado.

FIN

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