Advertencias: Shonen ai, posibles spoilers de York City, un lado de Killua que posiblemente no guste e incoherencias de la autora con una pareja que le gusta y de la cual no ha podido leer nada.
Notas: KxK, ¿verdad que suena lindo? (L)
Beta: Alega.
Palabras: 264.
Disfruten la lectura.
Dos Caras
Killua solía considerarse alguien muy parecido a los felinos; desconfiado por naturaleza, pero constantemente mostrando un lado tierno. Él usaba una máscara, ocultando su verdadero ser para protegerse, así evitaba el contacto con las demás personas, porque no podía hacer amigos, era un asesino y siempre estaría solo (bueno, estaba su familia, pero era mejor estar solo que pegado a ellos).
Tal vez fue por esa razón que le llamó la atención Kurapika desde el primer momento en que pudo conversar con él. El Kurata se mostraba como alguien tranquilo, sereno, consciente de la misión que cargaba sobre sus hombros, pero Killua sabía que no era así en realidad. Kurapika tenía una doble cara. La que siempre mostraba ante todos, engañándolos con sus serenos ojos azules, y la que intentaba reprimir, la 'cara' que contenía todo su odio, su deseo de venganza, el dolor que lo consumía día a día, los ojos que lloraban sangre.
Y, para aún más extrañeza de Killua, era esa cara, la que se empeñaba a ocultar, la que más le atraía. El dolor en su mirada, los escalofríos que recorrían su cuerpo cada vez que recordaba aquel pasado tormentoso, lo débil que se veía, todo eso despertaban sentimientos extraños en el Zoldyck.
Por eso se encontraba en ese lugar, vigilando atentamente a pesar de la fuerte lluvia que caía sobre él. Todo porque quería ser él, Killua, quien le llevara una de las cabezas de la Araña, sólo para alimentar al ser que vivía debajo de aquella máscara de tranquilidad y así poder disfrutar del otro lado de Kurapika.
Fin de la historia.
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