Hola a todos!
Me presento: Soy Clover Kagamine. Soy nueva en el fandom de Gravity Falls, pero amo esta serie y quiero compartirles unos pequeños one-shots de una de mis parejas favoritas de aquí: MaBill.
Tal vez incluya un poco de DipperxPacífica en capítulos posteriores, pero será más como una pareja secundaria, luego haré uno de ellos como los protagonistas.
Son capítulos que sí estarán relacionados, pero no estarán en orden (espero que se dé a entender las líneas del tiempo conforme vaya avanzando la historia).
En fin, espero les guste la historia.
Por favor, comenten, quiero saber su opinión acerca de esta historia.
Ya saben, Gravity Falls no me pertenece, es de Alex Hirsch.
Capítulo I: Comida.
Decir que Bill Cipher estaba enojado era poco. Estaba furioso, en verdad se sentía humillado y poca cosa. ¿Cómo un par de niños tontos pudieron ganarle? Y lo que es peor: Atarlo a un cuerpo humano para hacerlo "inofensivo". Por favor, ¡Él era Bill Cipher! Aunque ahora el título sólo era símbolo de burla por parte de sus estúpidos amigos, que en vez de ayudarlo cuando los gemelos lo derrotaron se rieron de él.
Bufó para sacar un poco su frustración y en el proceso uno de sus mechones rubios que cubrían su frente se levantó con el aire que sacó de su boca. Su aspecto incluso le parecía patético, ahora era un humano más, sin contar que él era el conejillo de indias de Ford. Sus poderes no habían desaparecido del todo, pero eran muy débiles, y con cada cosa que hacía Ford, sus poderes no decrecían, pero también eran inofensivos. "Poderes para hacer el bien" dijo el viejo. Como si Bill siquiera deseara algo bueno para los demás.
Sólo pensaba en la forma de huir de esa patética nueva vida mientras estaba recostado en la cama de Dipper. El que ahora él fuese un humano no significaba que se iba a reformar. Cada que podía, molestaba a alguien y si había algo que a Pino le molestara era que su espacio fuese invadido.
La puerta se abrió lentamente mientras Bill simplemente movía su vista para ver mejor al intruso. Para su desgracia, sus poderes de predicción se perdieron en gran parte, sólo pudiendo ver algunas cosas futuras y muy difusas, apenas podía entender algunas visiones.
Una cabeza castaña con una diadema rosa se asomó con cuidado de molestar al rubio. Con ver esos pequeños mechones traseros que se asomaban en su cabeza pudo deducir quién era.
-¿Qué quieres, Estrella fugaz?
Mabel abrió la puerta completamente dejando mostrar una pequeña bandeja de comida que cargaba. Tenía algo de fruta picada, cereal y leche. Su rostro se mostraba desconfiado y algo preocupado. Bill arqueó una ceja enojado cuando la vio completamente. Su tono de voz también lo había delatado. A pesar de todo, su voz no había cambiado, seguía escuchándose algo robótica.
-No has comido por casi dos días.
Comenzó a hablar Mabel, pero él la interrumpió.
-No tengo hambre.
Fue la tajante respuesta de Bill. La verdad era que se moría de hambre (el hambre en cuando sientes algo como vacío en el estómago, ¿no?), pero no iba a admitirlo. ¿Comer? ¿Como los humanos? No le gustaba la idea.
-¿Cómo no vas a tener hambre? Debes comer o puedes enfermarte. -Mabel no quería decir la palabra "morir" porque sabía que Bill sería capaz de responder algo muy desagradable.
Bill; que seguía recostado con los brazos cruzados en la cama; se limitó a bajar la cabeza sin más ganas de discutir. Mabel suspiró. Se acercó con pasos un poco temblorosos y dejó la bandeja de comida en la mesita de noche. Bill continuó ignorándola. Ella aún sin irse, sacó de una bolsa de su suéter una calcomanía y la puso boca abajo en la bandeja, luego se retiró sin decir alguna palabra.
El rubio continuó en la misma posición por un rato más. Ya nadie lo veía, así que por fin se dignó: se recostó de lado y tomó un trozo de melón que estaba en el plato y lo comió. Aunque había habitado antes cuerpos humanos, él no sabía cómo usarlos, así que no supo que tenía que masticar la comida antes de tragarla, por lo que le costó pasar aquél pedazo de melón que no era grande, pero sintió cómo pasaba de su garganta hasta su estómago. La sensación no le gustó, el sabor del melón tampoco. Hizo un gesto. Pero muy en su interior admitió que esa sensación de vacío en el estómago se esfumó levemente. Ahora tomó un grano de aquél cereal de arroz. Como era pequeño, quizá sería más fácil de tragar. No se equivocó, además que el sabor era agradable. ¿Chocolate lo llamaban? Era rico.
Poco a poco se fue comiendo el cereal. Incluso se sentó en el borde de la cama para comer mejor. Intentó tomar la leche, pero ni siquiera sabía cómo beber líquidos, por lo que casi la terminó derramando en su ropa, por suerte sólo llegó hasta su boca y barbilla.
También se sentía de mejor humor. ¿Acaso el hambre generaba mal humor? Había estado muy enojado esos dos días y su furia sólo aumentaba con el paso de las horas, ahora habían pasado unos minutos y ya se sentía mejor: menos enojado y más fuerte.
Ahora que se sentía mejor, le dio curiosidad la famosa calcomanía que Estrella Fugaz le había dejado, así que mientras seguía "comiendo" cereal; por así decirlo; tomó con su mano la estampa y la volteó hacía él. El mensaje era corto, el dibujo simple y cursi, pero parecía especialmente escogido para él. Era un sol con un amarillo como el suyo y una cara sonriente. El mensaje que estaba bajo el sol era simple, pero era algo nuevo para Bill: "Sonríe".
El contorno rojo que tenía el ojo visible de Bill fue desapareciendo hasta quedar solamente negro. El chico no sonrió, pero se veía que ahora su humor era diferente. No sonreía, no estaba enojado, estaba sorprendido. ¿Así que ésa era una sonrisa auténtica?
Su expresión se volvió desinteresada de repente como si no hubiese pasado nada y guardó la calcomanía en la bolsa de su chaleco. Quizá ser humano no era tan malo.
