Esa mañana la joven Rin Kagamine despertó como siempre, con su cabello rubio por sobre los hombros algo desordenado, el lado de la cama junto a ella estaba frio. Y eso, solo significaba algo: Kaito no había ido a dormir esa noche, como siempre.

La muchacha (desilusionada) se dirigió al baño para tomar una ducha de agua fría, para despertar y seguir con su día sin problemas. Al pasar una media hora, Rin salió del cuarto de baño y se vistió con un short negro y una musculosa de cuello alto amarilla, sus zapatos eran negros con el taco amarillo haciendo juego.

La joven, con una sonrisa tomo su bolso y con dinero suficiente, junto a sus llaves salió de la casa que compartía con su pareja y subió a la camioneta negra que tenía en el garaje.

El tránsito de ese día no fue un problema, pues no estaba muy transitado. Cuando Rin llego a su destino bajo del vehículo y entro al supermercado. Con un canasto de compras fue recogiendo todo lo necesario para preparar una cena que según ella serviría para que su pareja le prestase más atención a la relación que mantenían, la cual pendía de un hilo…

Cuando tuvo todo lo necesario se dirigió a la caja cobradora y luego de pagar todo llevo las bolsas a la camioneta. En el viaje de vuelta, la chica estuvo planeando toda una velada romántica en la que por fin podría conseguir que su amado Kaito dejase de irse por quién sabe dónde durante las noches con las patéticas excusas de que debía trabajar…

Una vez que llegó a su hogar preparo la cena: una perfecta pasta con salsa blanca como plato principal, luego seguía cerdo al horno con rodajas de manzana, cubierto de vino y relleno de queso. Todo acompañado por vino blanco, y como postre había frutillas con crema y chocolates negros rellenos de licor…

Al acabar de ordenar todo en el comedor, con un pequeño inconveniente, fue hacia su habitación y se vistió elegantemente, con un vestido de escote corazón color sangre cubierto con un tul negro en la parte de la falda y de accesorio utilizaba unos guantes por sobre los codos también negros. Su cabello se encontraba suelto y liso, sus tacos eran negros con cintas color sangre y tenía los labios pintados por un rojo llamativo que parecía decir bésame sus largas pestañas estaban adornadas por un delineador medio plateado rodeando sus hermosos ojos azules.

Al acabar de perfeccionar a su persona se acercó seductora-mente a la mesa donde se encontraba todo el banquete, en el lugar también se distinguía a un joven guapo de bellos cabellos azules sentado en una de las puntas de la mesa. Al verlo, Rin se puso muy feliz, puesto creía que el chico no llegaría. Se sentó en la otra punta y comenzó a comer tranquilamente, pero el muchacho no se movía. Paso el rato y llego la hora del postre, la rubia comenzó a comer las frutillas y luego los chocolates, pero aun así el joven seguía como paralizado.

¿Y si retrocedemos el reloj hacia la noche anterior? Veamos, día anterior, diez treinta de la noche:

Se encuentra Rin junto a Kaito tomando un té negro en la misma mesa, hablando tranquilamente hasta que el chico cae dormido, Rin, como si nada le da un beso en la frente con cariño y se dirigió al cuarto para dormir con un pensamiento en su cabeza: Luego me encargo de ocultar las pruebas y el cuerpo

Y con una sonrisa, calló en un profundo sueño hasta la mañana siguiente.

Espero les haya gustado :3