Intruso en la casa Loud
Era otro hermoso día en Royal Woods, el sol se alzaba radiante sin ninguna nube en el cielo, la agradable brisa primaveral recorría todos los vecindarios, y en la casa número 1216 de la Avenida Franklin el ruido que provocaban sus ocupantes perforaba los tímpanos de las personas a tres cuadras a la redonda. Un día como cualquier otro.
Lori Loud, con sus once años de edad, intentaba mantener bajo control la emoción de sus hermanas, lo cual resultaba un reto demasiado grande ya que ella también se encontraba algo emocionada, pero ya había pasado por lo mismo tantas veces que lograba controlarse, y con sus hermanas totalmente descontroladas si que lo necesitaba.
La razón de toda aquella agitación: sus padres acababan de salir rumbo al hospital para que naciera su nuevo hermanito o hermanita, aunque todas deseaban fervientemente un hermanito, que se convertiría en el o la octava miembro Loud. Desde el momento que sus padres desaparecieron en Vanzilla todas las hermanas Loud se descontrolaron que iniciaron un alboroto hasta ahora sin precedentes.
Lori hacia un esfuerzo para mantener sujeta a la pequeña Lucy, la séptima miembro de la familia de solo dos años de edad, ya que tenía la gran habilidad de desaparecer de la vista si la dejaban sola en su cuna. Y tener que estarla buscando en toda la casa no le apetecía a la mayor, por lo que debía hacer un esfuerzo para tranquilizar a las demás mientras cargaba a la pequeña de cabello negro.
— ¡El bebé se vería fabuloso en este atuendo! ¡Pero este también es maravilloso! ¡No puedo esperar a verlo!—Leni, la segunda hermana Loud de diez años de edad, chillaba de emoción mientras observaba un sinfín de revistas de ropa de bebé. A Lori le hubiera gustado regañarla para que se comportara con responsabilidad y la ayudara, pero Leni siempre mostro cierta dificultad para actuar con madurez.
— ¡Luna! Deja de armar tanto escandalo. Apenas comenzaste a tomar clases de guitarra hace unas semanas. ¡Literalmente lo único que logras tocar es un ruido horrible!— la primera hermana Loud intentaba capturar a Luna, ya que esta al intentar tocar la guitarra, que se convirtió en su nuevo hobby y del que seguramente se cansaría dentro de algunos días como las demás cosas que intentaba, era la que más escandalo provocaba subiéndose a los muebles, jalando las cuerdas del instrumento con violencia casi al punto de romperlas e imaginando que se unía al vitoreo que recibía de su publico imaginario— Más te vale dejar de armar tanto escandalo o el bebé no podrá descansar con ese ruido infernal— Lori no trataba de sonar tan brusca, pero se estaba quedando sin opciones.
— ¡¿De que hablas herman-?!… Digo. Sis— la pequeña y recién encaminada rockera de nueve años de edad se sintió un poco ofendida por el comentario, pero no dejo que la critica le quitara su entusiasmo— ¡Nuestro nuevo hermanito adorara mi música!— acto seguido levanto las manos mostrando el signo de los fanáticos de rock metal— ¡¿No escuchas a mi público?! ¡Me adoran! ¡Y ahora les dedico la canción más popular de mi ídolo Mick Swagger!— e inmediatamente reanudo su ruidoso concierto por toda la sala.
Antes de que pudiera argumentar o atraparla el pequeña Lincoln, de solo cinco años de edad, llego a su lado gritando para abrazarla de la cintura escondiendo su rostro en su vientre claramente asustado. Al buscar el motivo para ese comportamiento Lori pudo ver como Luan se acercaba rápidamente sosteniendo al señor Galletas, un muñeco de ventrílocuo bastante viejo de algún personaje de la guerra civil que compro en una venta de garaje, para presentarle a su hermanito su nueva rutina.
— ¡Lori tengo miedo!— el grito lleno de temor de Lincoln atrajo la atención de todas, Leni y Luna dejaron de armar alboroto, Lucy dejo de luchar para que la mayor del clan la liberara, incluso Lori se olvido por un momento que estaba a cargo. Las hermanas Loud, incluyendo a Lucy, procedieron a observar acusadoramente a la causante de interrumpir la siesta de su hermanito una vez que se cercioraron no era nada grave.
— ¡Luan! Sabes que a Lincoln le asusta ese armatoste. Literalmente Papá y Mamá te ordenaron deshacerte de esa cosa y los desobedeciste— la indignación de Lori por el comportamiento desobediente de su hermana comediante y el susto que estaba provocándole a su hermano consentido estaban orillándola a perder la paciencia, y eso no era nada bueno. Pero disfrutaba enormemente que el pequeño peliblanco la hubiera elegido para protegerlo, aunque tener que cargar a Lucy compartiendo ese agradable momento la molestaba un poco.
— N-No qui-se asustarlo, no me miren así. S-Solo quería que el señor Galletas y Lincoln se dieran la mano ¿Entienden? Jajaja. Para limar asperezas ¿Entienden? Jajaja— mientras más nerviosa se ponía Luan más le costaba dejar de bromear, y el haberle causado tal susto al pequeño Linky mientras intentaba alegrarlo para ganarse su afecto le había dado cuerda para rato— Vamos hermanito el señor Galletas solo quiere charlar contigo ¿Entiendes?— Luan, de siete años de edad, no se detendría, no hasta que lograra sacarle una sonrisa a su victima, o mejor dicho público.
Lori se perdió un momento mientras acariciaba la cabeza de su hermanito, había pasado mucho tempo desde que lo tuvo tan cerca para ella sola, claro que tener a Lucy también acariciando la cabeza del peliblanco arruinaba un poco el momento, y no le importo recibir las miradas de envidia de todas.
— Descuida Linky, yo tocaré el mejor concierto del mundo solo para ti— Luna salto al frente mostrando su guitarra.
— Ni lo sueñes. Mi rutina aun no termina, si Linky no quiere galletas entonces le daré un pastel— Luan no dejo que la sacaran de escena y en un instante hizo desaparecer al señor Galletas de sus manos donde un trozo de pastel tomo su lugar.
— Mira estas ropas Linky, son para bebé, pero creo que podría hacerlas para ti. Si quieres… — comento Leni tímidamente.
— Basta muchachas. Literalmente lo que Lincoln necesita es descansar. Así que déjenlo en paz— anuncio Lori autoritariamente alejándose un poco con el muchacho y Lucy.
Pero todo buen momento con Lincoln debía llegar a su fin, el sonido de pisadas bajando apresuradamente las escaleras solo podía anunciar a una persona que provocaría eso.
— ¡Lincoln!— Lynn, a pesar de tener siete años, bajo las escaleras rápidamente con gran agilidad, se encontraba bastante alarmada por haber despertado de la siesta sin su hermano favorito a su lado— ¡Hermanito, me dejaste sola!— le recrimino al pequeño peliblanco cuando lo ubico abrazando a Lori.
— ¡Lynn!— sin perder tiempo Lincoln se alejo de Lori y Lucy, dejándolas tan molestas como al resto, para ir a los brazos de su hermana favorita— Luan me despertó con ese muñeco y me persiguió por toda la casa— el pequeño peliblanco se sintió seguro finalmente cuando Lynn lo abrazo, no deseaba que sus hermanas pelearan así que rápidamente añadió— L-Lo que p-pasa es que tuve una pesadilla y…— la excusa nada convincente que intentaba elaborar no engañaba a ninguna de sus hermanas, pero entendieron que no deseaba iniciar una discusión así que cada una reanudo sus actividades.
La residencia Loud nuevamente reanudo su caos normal. Luna reinicio su ruidoso concierto con Lori persiguiéndola, pero esta vez Lucy finalmente logro escapar y desaparecer en un parpadeo por lo cual la hermana mayor estaba bastante molesta. Leni se sumergió nuevamente en la lectura. Luan se sentó en el sofá para comer el pastel que traía en las manos. Y finalmente, Lynn llevo a Lincoln a la cocina para prepararle un sándwich.
La atención de todos regreso a la llegada de su abuelo Pop-Pop, generalmente tardaba veinte minutos en aparecer alegremente en la puerta listo para pasar un buen momento con sus nietos. Fue por esa rutina conocida que ninguno de los ocupantes de la casa se alarmo cuando la puerta de la entrada principal se abrió súbitamente. Pero en lugar de oír la jovial voz de su abuelo, los gritos molestos de un muchacho desconocido asustaron a todos lo niños que se acercaron inocentemente a la puerta.
— ¡LISA! ¡Espera a que te atrape niña!— refunfuño el misterioso muchacho al tiempo que intentaba quitarse una gran cantidad de lodo del rostro. De hecho todo su cuerpo estaba cubierto de lodo, lo cual impedía reconocerlo.
Leni y Luan dieron un agudo grito de pánico y se escondieron rápidamente detrás del sofá, seguidas por Lynn que llevo de la mano a Lincoln para esconderlo del peligro. Los cuatro niños dieron un grito de sorpresa cuando Lucy apareció sentada en el sofá, a pesar de ser pequeño Lincoln la cargo para protegerla ganándose una sonrisa de la futura gótica y también se gano una mirada molesta de la deportista. Luna sujeto rápidamente su guitarra como si fuera un bate de beisbol. Lori, al igual que Luna, tomo lo primero que encontró para usarlo como un arma improvisada y aunque solo era el control remoto del televisor se sentía bastante segura con eso.
— En una familia tan grande que te jueguen bromas es algo inevitable. Sobre todo si se trata de la más lista de la casa— como si fuera lo más natural del mundo el desconocido comenzó a charlar tranquilamente con la pared de la entrada como si hubiera alguien ahí escuchándolo— ¡Luego de que me bañe tendremos una charla Lisa!— exclamo recuperando su tono molesto.
Aquella forma de actuar aumento el miedo que los niños Loud sentían en ese momento, sin duda ese muchacho se habría escapado de algún manicomio.
Lori se petrifico momentáneamente cuando el misterioso muchacho comenzó a caminar hacia ella y la observo detenidamente. Por algún motivo todo el miedo que sentía desapareció por un instante, pero al recordar que sus hermanas y su hermanito dependían de ella para protegerlos no dudo en lanzarse contra el muchacho, pero aquel intruso la evadió haciéndose a un lado sin ninguna dificultad.
— Ahora no tengo ganas de jugar Lynn— indicó sin dejar de caminar. La deportista sintió como el pequeño Lincoln le sujetó la mano cuando el intruso menciono su nombre, aquello la detuvo de intentar atacar al extraño y la hizo muy feliz que su hermanito intentara defendiera.
Entonces Luna se acerco para suplir a su hermana lanzando un swing con la guitarra hacia el rostro del muchacho, pero el intruso simplemente rodo por el suelo con la agilidad de un gato y comenzó a subir las escaleras despreocupadamente.
— Mejor suerte para la próxima Luan—
La pequeña comediante sintió un ligero estremecimiento y un gran rubor en el rostro cuando el extraño menciono su nombre, pero el ambiente tenso del lugar la hizo reaccionar de inmediato.
Sin decir otra palabra el extraño se perdió en el piso de arriba dirigiéndose claramente hacia el baño.
Los niños Loud se encontraban bastante alarmados y no despegaban la vista de las escaleras, que cuando la puerta de la entrada sonó nuevamente todos gritaron del susto asustando a su vez al pobre de su abuelo que ingresaba en ese momento.
En el interior del hospital de Royal Woods un hombre de escaso cabello castaño deambulaba impaciente dentro del área de visitantes del ala de maternidad aguardando alguna noticia del estado de su esposa. No era la primera vez que el hombre recorría esos pasillos esperando el momento de conocer a su nuevo retoño, y la razón de que no estuviera al lado de su esposa era que siempre se desmayaba en estas situaciones, como aprendieron desde el nacimiento de Lori y Leni; pero esta vez era diferente, la preocupación de Lynn Loud padre se disparo cuando la doctora que atendía el parto de su esposa se acerco para hablarle de algunas complicaciones que surgieron durante el procedimiento, por lo cual se verían obligados a realizar una cesárea y no podía darle más información por petición de su esposa.
"Complicaciones".
Esa palabra nunca significaba nada bueno, sobre todo si el apellido Loud estaba involucrado. Era por eso que el señor Loud se encontraba más preocupado que de costumbre, sobre todo por aquella petición misteriosa, debatiéndose si debía entrar para apoyar a Rita, su esposa, con el gran riesgo de terminar siendo él quien necesite la camilla después.
— Saludos, unidad parental—
El señor Loud despertó de sus pensamientos cuando un mosquito lo pico dolorosamente en el cuello, y ahora aquella voz infantil, que parecía dirigirse a él, le llamo la atención.
— Disculpa, pequeña ¿Me hablas a mí?— cuestiono Lynn Loud padre luego de algunos segundos observando detenidamente a la niña delante suyo, había algo familiar en la pequeña de aparentemente cuatro años de edad que no lograba identificar ¿Acaso era el cabello castaño? ¿Quizás las gafas? ¿O era aquella mirada de superioridad que le lanzaba?
— Primera deducción lógica. Dado que somos los únicos en la habitación—
— ¿Qué? ¡Ah, claro!— el señor Loud se sorprendió cuando observo avergonzado alrededor y se dio cuenta que en efecto no había nadie más— ¿N-Necesitas algo? ¿Estas perdida?— pregunto ansioso recobrando los nervios por el predicamento de su esposa.
— De hecho, que Lincoln no llegara conmigo me responde varias dudas, pero me plantea muchas incógnitas fascinantes. Por lo visto somos familiares, obviamente, pero la identidad del padre solo será una hipótesis hasta que haga una prueba de ADN…—
— ¿E-Eres amiga de Lincoln?— Lynn Loud padre comenzaba a alarmarse y se sentía más confundido, y tonto, mientras más hablaba con aquella niña.
— Segunda deducción lógica. Me disculpo por dejarme llevar a causa de esta investigación que llevare a cabo más adelante. Pero lo que me trajo aquí es el mensaje que traigo del futuro—
Ante aquella declaración el señor Loud respiro aliviado ya que finalmente comprendió que todo se trataba de alguna broma que intentaba jugarle aquella niña, quien seguramente era compañera de clases de Lincoln y lo reconoció.
— Te aseguro que esta no es ninguna broma… Padre—
El señor Loud no entendía que era lo que aquella niña intentaba con aquel juego, ni tampoco entendía porque aquellas palabras le provocaron un escalofrío en todo el cuerpo.
