No se como justificar esto. Supongo que me gustan mucho las películas de terror con tramas predecibles y justo ahora este anime es el que más tengo presente. Tiene sentido hasta cierto punto. Es un AU donde todos son adolescentes normales, o al menos algo parecido a eso.
Kacchako como pareja principal, porque… ohhh, son tan interesantes juntos. Es como ver un choque de planetas opuestos en cámara lenta.
Derechos reservados a sus respectivos dueños. Coman frutas y verduras.
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Nuestro Último Verano
Capítulo 1
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Cursos de verano para recuperar promedio. Cuando Ochako Uraraka se lo intentó explicar a sus padres, ellos no pudieron entender como a una chica tan estudiosa le podía pasar eso. Y luego se echaron la culpa, haciéndola sentir culpable también a ella. Esa fue la última emoción con la que salió de casa.
Se trataba de algo obligatorio para quienes no salieron tan bien como hubieran debido en la calificación final. Un lugar perdido entre los pinos con lago incluido, o al menos eso había escuchado. Quizás necesitaba comenzar a ver el lado bueno de esa situación. Sería como tener un trabajo de verano, pero sin la paga. No, eso no la motivaba demasiado. Bueno, más bien podía tomarlo como unas vacaciones todas pagadas a un lugar de relajación en medio de la naturaleza, sin el estrés de la ciudad y con vista al lago. Sí, eso le gustaba más. No tenía que ser una experiencia negativa en lo absoluto. Tomando aire, la chica de cabello castaño y ojos enormes se llegó a sentir casi optimista de su situación como por… 15 segundos.
-¡Quítate de mi camino Cara Redonda!- y sin más le llegó como segundo aviso un codazo en el brazo izquierdo que casi la hace caer encima de las maletas. Solo existía una persona capaz de atreverse a eso.
-¡Eres un grosero Bakugou!- ella reaccionó solo después de algunos segundos, como si quisiera comprobar que esa agresión en verdad había pasado. No era la primera vez que le ocurría un altercado similar con él (en realidad, a todos en la clases les había llegado un turno), pero en esa ocasión no había un motivo lo suficientemente valido para merecerlo. Solo lo había hecho porque si, y como única respuesta a su queja el rubio se limitó a levantar una mano a la altura del hombro para mostrar el dedo medio.
Era simplemente increíble.
Justo cuando estuvo a punto de responderle con la misma educación que él había tenido, una voz familiar la hizo pensarlo dos veces.
-¿Estas bien Ochako?- Uraraka abandonó la ira acumulada y decidió ceder ante la resignación de no poder cambiar nada a final de cuentas.
-Tsuyu…- aquella chica de ojos saltones y expresión neutra había llegado en el momento justo.
-No vale la pena molestarse por eso- al parecer vio todo lo sucedido, manteniéndose al margen hasta ser realmente necesitada.
-Sí, es solamente que no comprendo porque es de esa manera conmigo- en su voz había notas de cansancio y frustración por partes iguales. De solo recordar el tiempo que había llegado a invertir intentando ser su amiga, esforzándose el triple por ser más amable, manteniendo la paciencia, dandose a la tarea imposible de encontrarle un lado menos áspero que el resto. Parecía que entre mejor lo trataba, más aumentaba su desprecio hacia ella, hasta que finalmente dejó de intentarlo.
-Bakugou es así con todos- Tsuyu inclino su cabeza a un lado, obteniendo un angulo curioso mientras pensaba lo siguiente que diría- ¿Quieres pelear de nuevo con él, como en el festival deportivo del año pasado?-aquella fue una pregunta sin rodeos, directa como las que solía hacer, y era algo que ambas habían pensado como una posibilidad en los últimos minutos.
-No, tienes razón- relajando los hombros, negó con la cabeza de tal forma que los mechones más largos de cabello castaño le acariciaron las mejillas y el rosado habitual en su rostro comenzaba a volver de a poco -No vale la pena.
El motivo por el cual Katsuki Bakugou estaba metido por dos meses en el mismo lugar que ella fue precisamente como un castigo por buscar pelea con todo lo que produjera sombra o tuviera pulso en horario de clases. Fue algo completamente diferente a su caso, donde descuidó un poco los estudios por conseguir trabajos de medio tiempo y aportar algo de dinero a la economía familiar, sin importar lo mucho que sus padres le insistieron en que no era necesario. Ella sabía que si lo era. La historia de Tsuyu no fue muy diferente, pues faltó a varias clases para poder cuidar a sus hermanos. Había algunos como Mineta, Kaminari, Mina, Jirou o Kirishima que no tuvieron precisamente el mejor desempeño académico por distraerse en otras cosas, e incluso estaba el caso de Todoroki y Yaoyorozu que se habían inscrito como voluntarios por los puntos extra, ignorando el hecho de que ya se encontraban entre los mejores de la clase (Y probablemente también de la academia).
En resumen, Bakugou fue el único que se había ganado su boleto a ese lugar solo por mantener el derecho propio de comportarse como un idiota abusivo las 24 horas del día, sin dejar espacio para tomar descansos. Así de comprometido estaba.
En el interior del autobús que los llevaría hasta su destino final, reconoció rápidamente los rostros familiares de sus compañeros. El primero fue el profesor Aizawa, que por su expresión parecía querer estar en cualquier lugar del mundo excepto ahí. Uraraka sintió por primera vez algo de empatía hacia la actitud de aquel hombre permanentemente cansado. A lado de él, y con un mejor humor se encontraba la maestra Kayama. Por alguna razón prefería ser llamada Midnight y su elección de vestuario siempre fue algo cuestionado entre compañeros de trabajo y padres de familia.
No muy lejos de ahí, Bakugou se había instalado, ocupando dos asientos para tener los pies estirados y Uraraka llegó a la conclusión de que prefería irse en el compartimiento de las maletas antes de sentarse a su lado.
-Ochako, en el fondo hay dos lugares desocupados- Tsuyu mencionó, al tiempo que señalaba ambos asientos. Era como si pudiera leerle la mente.
-Vamos- conforme iba pasando por el pasillo, se dio a la tarea de saludar a cada persona con quien compartiría los siguientes meses, y justo antes de llegar a su lugar, se encontró con una chica rubia a la cual nunca había visto antes. Sonrisa enorme, cabello recogido por partes iguales a cada lado, ojos brillantes de expectación y el ligero presentimiento de que algo no podía estar del todo bien en ella. Fue un cruce de miradas que le entumeció la espalda en un escalofrió, y luego la pasó de largo para tomar asiento en el lado de la ventana.
-Atención acá. Bien, ya es hora de partir, así que quien no alcanzó a llegar espero que tenga más suerte el siguiente verano. No es como que me importe- una segunda persona desconocida para Uraraka había tomado el altavoz principal para mencionar aquello sin demasiada convicción o profesionalismo. Tenía el cabello azul claro, desordenado y medio rostro cubierto con su propia mano. Una de las personas más extrañas que había visto… hasta el momento. Podía ser un hombre adulto o solo un adolescente amargado. Era difícil saberlo a esa distancia. Detrás de él había un hombre de cabello negro, que parecía tener tatuados los brazos, la mitad del rostro de la mandíbula hacia abajo, las bolsas de los ojos, y quien sabe que más… ¿De donde habían sacado a esas personas?
Uraraka Ochako no era alguien que se dejaba llevar fácilmente por las apariencias, pero el presentimiento de malestar se había hecho presente de tal manera que era difícil ignorarlo.
"Vacaciones todas pagadas" Se repitió mentalmente como un mantra, mientras el autobús comenzaba a avanzar.
Debo aclarar que esta es mi primera historia basada en un anime, así que es hasta cierto punto un poco nuevo para mí. Besitos en sus corazones.
