+ Disclaimer: KHR no me pertenece.

+ Advertencias: Spoilers de todo el Arco del Futuro. TYL (Ten Years Later/Diez Años Después, para quienes no saben). Insinuaciones de trío y yaoi.

+ Claim: Gokudera/Chrome/Fran. En cualquier órden.

+ Notas: Honestamente, lo único que me gustó de este fic fue la primera frase... y sólo porque es una referencia a The Dresden Files *gota*. Por lo demás, no me gustó, pero tengo fuertes motivos para subir este fic, que por cuestiones de diplomacia no divulgaré :'D. En fin *se va al rincón y se lleva su baja autoestima con ella*.

Mejor no ahondar en detalles.

La Mansión estaba en llamas, y sí era su culpa.

Pero a Gokudera no le importaba en aquel momento (aunque sí lo haría más tarde, cuando Tsuna tuviera un infarto por ver el estado en que había terminado la casa). Sólo había una cosa en su mente entonces, y era asesinar al estúpido ilusionista de los Varia.

—Gokudera, p-por favor… —Chrome era lo único que se interponía entre él y ese pequeño bastardo en aquel momento. Era el único motivo por el cual el maldito seguía vivo—. No fue…

—Claro que fue mi intención —la interrumpió Fran—. Extrañaba hacer eso.

—¿"Extrañabas"? —preguntó Gokudera con un tono muy amenazante.

El ilusionista lo observó en silencio durante algunos segundos, como analizándolo.

—¿También quieres uno?

La había hecho. Eso era sencillamente el colmo. Iba a asesinarlo allí mismo, y nadie lo detendría. Se las arreglaría para sacarse delicadamente de encima a Chrome, de alguna manera. Ese tipo no iba a pasar de aquella noche.

Cuando Tsuna regresó a la Mansión esa noche y la encontró echa cenizas (literalmente), nadie le explicó qué demonios había ocurrido, aunque no quedaba suficiente de su cerebro para procesarlo.

De hecho, nadie siquiera se acercó a disculparse como normalmente habría ocurrido. Por algún motivo que desconocía, ni Gokudera ni Chrome hablaron por el resto del día, y ambos llevaron en sus rostros el mismo inexplicable sonrojo que no parecía disminuir con las horas. Fran, por su parte, se veía ligeramente menos monótono (y más alegre) de lo normal. Y Tsuna no iba a preguntar a qué se debía. No era tan estúpido para caer en ese trauma.

Y pensar que todo había ocurrido porque Fran había saludado a Chrome con un (tal vez demasiado prolongado) beso.