Prefacio.
Los nervios me estaban matando, los segundos me parecían horas. Justo en este momento estaba a punto de conseguir lo que tanto había deseado durante toda mi vida.
Una mujer nace con el instinto maternal en el fondo de su alma, esperando el momento en que un hombre deposite en ella la gasolina que enciende el motor de vida. Cuando eso sucede la maquina empieza a funcionar y a cambiar el cuerpo y alma. Una mujer experimenta un cambio mágico, su cuerpo es preso de la magia que rodea la vida, y así, forma otra vida. Cada mes experimenta un cambio, cada mes un corazón late dentro de ella, cada mes una vida se transforma.
Para que una mujer experimente este cambio es necesario una pieza muy importante, una pieza que no puede faltar, el hombre.
En mi vida nunca había tenido esta pieza importante y ni pienso en encontrarla. Como mujer me sentía defraudada, si esa pieza como lograría lograr mi máximo sueño?, Kate me propuso una noche loca pero mi cuerpo no podía ser poseído por cualquiera, quien me posea debe ser el hombre de mi vida, y aunque no lo encuentre espero serle fiel a él. Respetar el cuerpo que ya le pertenece, cuidarlo para que nadie más lo proclame suyo.
Pero qué tal si el nunca aparece?, podría perderme el privilegio de ser madre por esperar a alguien que jamás llegaría, pues yo creo que no, y esa es la razón por la que estoy aquí.
Durante tanto tiempo planeamos el plan perfecto para lograr mi meta, con la ayuda de mis amigos logre estar parada aquí en este momento. A punto de cumplir mí sueño.
Esperaba ansiosa la llegada de la señorita Bethany, nunca creí que una mujer regordeta mi hiciera tan feliz, nunca creí que alguien podría traer en sus brazos mi nueva razón de seguir adelante.
La familia de Edward esperaba ansiosa también, Emmett había exagerado al traer un monto de globos, Alice brincaba de un lado a otro con su cámara, Rosalie y Jasper tenían un mirada impaciente, aunque no provaban el plan sabía que ellos también estaban impacientes por ver a la nueva integrante de la familia Cullen.
Saque la foto de mis bolsillos y mire por una vez más la que sería mi futura hija. Su carita era como la de un ángel, estaba con un gorro rosa y un suerte blanco, sus ojos estaban cerrados, tenía apenas unos días de nacida pero ya podría apreciarse sus finas facciones.
Unas lágrimas rondaron por mis mejillas y la voz de mi mejor amigo susurro:
Tranquila Bella, veras que seremos unos buenos padres, prometo cuidar de esa niña como si fuera mía.
…
Kate tiro del brazo de su novio para avisarnos que alguien entraba por la puerta principal.
Y en efecto era la señorita Bethany con un bulto rosa en sus brazos.
