Hola vengo a decirles que este FF había estado tetando a dejarlo de escribir pero una amiga me suplico que no lo abandonara y pues me convenció. Aparte de que ustedes lo estad esperando pero cuando volví a leerlo no me gustaba como estaba narrado y todo así que he comenzado a reeditarlo.

Lo reeditare para ustedes porque se merecen la mejor calidad narrativa por eso les pido paciencia pues apenas llevo este capitulo reeditado.

Gracias y disculpen las molestias.

Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes.

El deporte que nos unió.

Conociéndote.

Kagome Higurashi a sus 17 años de edad eran lo que se decían hermosa con su cabellera azabache cayendo sobre sus hombros hasta su espalda como una cascada de carbón, sus ojos brillaban como chocolate fundido en cualquier situación y con un cuerpo desarrollado siendo la envidia de muchas. Las vacaciones habían finalizado, un nuevo año escolar se presentaba… su segundo año en la preparatoria Shikon, su desempeño era perfecto sino contaras que siempre llegaba tarde a clases pero en este año ella quería conseguir algo…

Quería formar parte del equipo de básquetbol de la preparatoria junto a sus amigos y lo lograría… claro, siempre y cuando consiguiera llegar temprano en su primer día.

-¡Hermana ya es tarde! ¡Levántate!- Souta pego tremendo grito para despertar a la morena que al parecer volvió a olvidar poner su despertador.

-…- Kagome giro sobre si misma, enredándose más entre sus suaves y calidas sabanas- ¿Qué hora es?- con un bostezo entreabrió sus ojos- 6:50- volvió a girar para intentar conciliar el sueño…- ¡¿6:50?

Souta sonríe contra su taza de leche que ahora estaba tomando al oír el grito de su hermana, lentamente depósito sobre la mesa la pieza de cristal.

-Tres- comenzó a contar- Dos- se levanto para caminar a la puerta principal- Uno- abrió la puerta al mismo tiempo que Kagome bajaba corriendo de las escaleras con su maletín en la mano mientras intentaba ponerse un calcetín- Que tengas un buen día.

-Hai, hai- respondió mientras se acomodaba los zapatos y le daba un beso de despedida a su hermano menor- hasta al rato.

Souta cerró de nuevo la puerta, gracias a Dios sus clases comenzaban a las 8. Sonrió al ver a su madre salir del cuarto de baño.

-¿Y Kagome?

-Al parecer no desayunara.

Naomi sonrió con ternura y resignación.

-Nunca lo hace.

0-0-0-0-0

Sus piernas se movían con una rapidez que envidiarían los del club de atletismo pero ella necesitaba llegar lo más pronto posible. Giro bruscamente en una esquina y…

-Demonios- exclamo entre dientes la morena al momento en que abría lo ojos.

Se cuerpo se había precipitado al suelo después de estrellarse contra alguien, su atención fue capturada por el extraño tono del cabello que poseía el hombre en sí que seguía sin darse vuelta, un plateado que envidiaría la misma Luna.

-¡Por que no te fijas por donde…!- y hasta ahí quedo su reclamo por el brusco empujón que se le había proporcionado.

Sus ojos ambarinos dejaron a la morena sin respiración por unos segundos, cosa que él no pudo notar al estar literalmente embobado con ella.

-Yo…- Kagome se mordió el labio inferior buscando las palabras para poder disculparse.

-Para la próxima vez mira en donde pones los pies, tonta- y con esas palabras dio media vuelta para dejarla ahí y sin siquiera ayudarla a levantarse.

Ella prácticamente estaba atónita sin embargo eso fue solo unos segundos y la rabio broto de ella.

-Que grosero- escupió con acidez- para la próxima me asegurare de tirarte de cara al suelo.

Con gracia y elegancia se reincorporo sacudiendo su uniforme que se había impregnado de polvo. Su mente seguía lanzando improperios contra ese grosero pero su corazón seguía acelerado como al momento en que sus ojos hicieron contacto con esos ambarinos.

-¡La escuela!- salió corriendo de nuevo al recordar porque estaba tan desesperada.

0-0-0-0-0

Con un record irrumpió en su nuevo salón con 5 minutos antes de que se anunciara que las clases daban inicio. Tomo un lugar para poder respirar con alivio, no llego tarde en su primer día.

-¡Kagome!

-Hola, Sango- correspondió el saludo cuando supo quien le había saludado tan efusivamente- cuantos cambiaste.

-Si claro, ¿te has visto en un espejo? Porque igual tú cambiaste un montón- Sango sacudió su melena café oscuro mientras sus ojos avellana brillaban con alegría.

-Chicas ¿Cómo se la pasaron sin mí?- la voz algo gruesa pero con un deje de picardía se escucho en medio de su conversación, Sango se estremeció cuando unos brazos la estrecharon.

La risa de Kagome resonó fuerte y clara al ver como Miroku caí al suelo con una marca claramente delineada de los dedos de su amiga en su mejilla izquierda.

-Puedo ver que no has cambiado ¿verdad, Miroku?

Este les devolvió una sonrisa radiante. Su cabello era largo pero lo disimulaba muy bien con una pequeña cola baja pero lo que destacaba de él eran sus ojos de un color azul marino, misteriosos pero atrayentes.

-Sí, sigue siendo un maldito atrevido- Sango podría decirse que echaba humo casi literalmente.

El timbre anuncio que las clases comenzarían enseguida, una mueca de desagrado se observo en la cara de Kagome, no porque no le gustara la escuela, sino porque en ese momento sus enemigos proclamados acababan de cruzar la puerta.

Kikio Yamasaki, Kagura Yamasaki, Kanna Fujio y Naraku Jiota.

Oh sí, prácticamente se odiaban desde el año pasado y al parecer tendrían que soportarse otro año.

-¡Bien! ¡Tomen asiento!- el profesor entro con un gesto cansado pero con una sonrisa falsa.

El sonido del movimiento de sillas, de pasos y unas cuantas risas fueron bajando de nivel hasta que prácticamente se hizo un silencio aterrador.

-Bueno tengo una noticia para ustedes, un nuevo compañero acaba de llegar, por favor adelante.

La puerta se deslizo dejando entre ver a un joven bien parecido y apuesto. Kagome ni siquiera se digno a verle tan solo divagaba en sus pensamientos mientras veía las nubes pasar.

-Mi nombre es Inuyasha Taisho, juego básquetbol- su expresión era aburrida- espero nos llevemos bien- ese palabras sonaron como una burla pero nadie pareció apreciarlo, sonrió de lado.

Los suspiros que eso provoco al parecer es lo que esperaba.

-Siéntense al lado de la señorita Higurashi- Kagome alzo mecánicamente su mano al oír su nombre, tampoco en ese momento dirigió una mirada a su nuevo compañero.

-Que suertuda, Kagome- susurro Sango al otro lado de ella.

-Deja de fastidiar- fue la contestación de la morena pero una sonrisa se formo en sus labios, la cual se borro al instante en que sus ojos captaron al nuevo.

Inuyasha quedo estático por unos segundos pero siguió hasta colocarse en su asiento sin dirigirle otra mirada o alguna palabra, lo cual fue secundado por Kagome quien volvió su vista al maestro quien ya comenzaba con su clase.

-¡Alto!- exclamo el profesor al momento en que la campana sonó, anunciado el termino de su clase- Me pidieron que les diera este anuncio. Las pruebas de básquetbol están abiertas, tan solo vayan a apuntarse el la tabla de anuncio y preséntense en el estadio a las dos.

Con eso tomo sus cosas para retirarse a la sala de maestros.

Kagome se levanto de su lugar, tomo a sus dos amigos del brazo jalándolos para que la siguieran.

-Vamos a la cafetería que me muero de hambre.

Sango y Miroku suspiraron con resignación desde el año pasado esa era siempre la rutina, mientras caminaban con rumbo a la cafetería Kagome se encontraba muy feliz casi, casi se ponía a flotar.

-¡Por fin podré jugar con ustedes!

-¡Hey! Primero tienes que llegar PUNTUAL- Kagome le saco la lengua a su amiga después de que le dijese esas cariñosas palabras.

-Y que el capitán te acepte- contribuyo el moreno.

-¡¿Ustedes de que lado están?- exclamo molesta.

Sango y Miroku se soltaron a reír mientras Kagome los fulminaba con la mirada.

-Ya, Kagome, calma- Sango se limpio unas lagrimas que se le había escapado- sabes que te apoyamos.

-Es verdad- corroboro Miroku- juegas estupendamente, el capitán no tendrá de otra que aceptarte… aunque pensándolo bien ¿Quién será el capitán este año? Porque el año pasado fue Bankotsu y por su culpa perdimos el torneo- su voz detonaba furia.

-Calma- repuso Kagome palmeando su espalda- no pudieron hacer nada.

Él le dirigió una mirada de agradecimiento aún le dolía esa derrota porque pudieron haber ganado sin tan solo se hubiese presentado el capitán hubieran podido jugar.

-Pero es verdad ¿Quién es el capitán?

-Yo soy el capitán- un estremecimiento recorrió a los tres cuando esa voz se alzo a sus espaldas.

Continuara.

Espero les haya gustado esta nuevo edición, no se preocupen no tardare en seguir reeditando los demás, por favor tenedme paciencia y gracias por todo.

FiraLili