¡Hola! Light y L aparecen poco en el prólogo :(, pero en el próximo se roban la escena ;). Creo que el nombre deja muy claro de que se trata el fic, así que no sigo molestando ¡a leer!
Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a Tsugumi Oba y Takeshi Obata.
Prologo
- Vamos abre la puerta - hablo una voz suave y consoladora.
- ¡Cómo puedes estar tan tranquila si mi sueño se ha ido a la basura!
Suspiró con pesar, su amiga podía ser alguien muy dulce, pero molesta era todo lo contrario - Misa, abre la puerta y podremos conversar - lentamente los sollozos disminuyeron.
- ¿Cómo cuándo tu perro se comió a Coco?
- Sí, cómo cuándo se comieron a Coco - dijo recordando cuándo el querido peluche de Misa terminó en los filosos colmillos de su Max. Una chica de ojos azules se asomó por detrás de la puerta.
- Pasa - cuándo su amiga entró cerró la puerta.
- ¿Y? De que quieres hablar - dio un par de palmadas a la cama indicándole que se sentara junto a ella.
- Recuerdas la Preparatoria Daikoku - su acompañante asintió - Llegaron los resultados y ¡no me aceptaron! - abrazó a su amiga con fuerza.
- Descuida podrás volver a postularte el próximo año - Misa se secó las lágrimas mientras la miraba.
- Kiyomi tu no entiendes, el Intituto Daikoku es de... chicos.
- ¿De chicos? Pero si tu madre fue una alumna de Daikoku.
- Y es por eso que yo también quería ir ahí. Pero cuándo el antiguo director murió decidieron que solo se aceptarían chicos, y ahora Misa no puede entrar.
- En verdad lo lamento...
- ¡No me sirve tu lástima! - dijo levantándose - ¿Y ahora que haré? Mi actitud en la escuela era impecable, mis notas siempre fueron altas, ¡hice trabajo comunitario!
- Llevar a una chica a la peluquería no es hacer trabajo comunitario.
- ¿Viste su cabello? Claro que hice trabajo comunitario - suspiró y volvió a sentarse - Tanto por nada.
Kiyomi subió la vista intentando hallar una forma de ayudarla. Conocía muy bien a Misa, y sabía que lo que había hecho significaba un gran esfuerzo para ella - Tal vez en la televisión estén dando algo divertido - fingió una sonrisa y encendió el televisor. Después de cambiar el canal un par de veces Misa la detuvo.
- ¿Estas segura? Era un canal de noticias.
- ¡Ya cámbialo!
- Uno de los buscados ladrones se encontraba encubierto con un traje de mujer, técnica que ayudó a enmascarar una gran cantidad de...
- Misa, por favor dime que no estas pensando en lo que creo que estás pensando.
- ¿Porque no? ¡Es una excelente idea!
- Ellos son ladrones profesionales y tu una chica de secundaria que no sabe de la realidad.
- Por favor - dijo asiendo un puchero - Toda mi vida he esperado este momento, no puedo dejarlo ir.
Kiyomi se mordió el labio mientras se cruzaba de brazos.
- Bien.
- ¡Sí! ¡Misa es feliz!
- Espera un momento, ten en cuenta que deberás no solo vestirte como ellos, si no actuar como ellos.
- ¿Kiyomi cree que Misa no puede? - dijo retocándose el maquillaje.
- La verdad... olvídalo - chasqueó los dedos mientras recordaba algo importante - Debemos ir de compras, no puedes vestirte así.
- Claro, por poco y lo olvido - tomo su billetera y bajo las escaleras - ¡La primera que llega maneja!
- ¿Cómo hiciste eso? - preguntó Misa molesta al ver como nuevamente había perdido.
- Trato de no usar tacones tan altos - ambas bajaron.
- Bien, ya es hora. Yo voypor la derecha y tú por la izquierda.
- De acuerdo, nos vemos aquí en dos horas. ¡Suerte! - dijo mientras se perdía entre las personas.
Llevaba algunos minutos en esa tienda ganando miradas extrañadas por parte de los hombres, no era común ver a una mujer en una tienda que solo vendía prendas masculinas.
- Oh eso es perfecto - miro con ilusión unos jeans azules acercándose para tomarlo - ¡Hey!
- Qué.
- Yo los vi primero.
- Yo los vi hace treinta cuatro minutos con cincuenta seis minutos, es mío.
- No entendí que acabas de decir ¡pero es mío! ¡Dámelo! - trató de quitárselo pero este se corrió provocandole que cayera, se sobó la cabeza adolorida.
- Tu vestido es muy corto ¿no crees? - dijo divertido mientras señalaba debajo de la prenda. Misa se sonrojo mientras cerraba los puños.
- ¡Seguridad!
- Por favor disculpalo, no sabe tratar con chicas.
- Por si no te diste cuenta ya lo sé, ese chico es un completo... - calló al ver de quién provenía la voz - Eres muy guapo - Este río mientras la ayudaba a levantarse.
- Gracias, un gusto en conocerte.
- El gusto es todo mío - sonrío pero una voz la sacó de su encanto.
- Light, ya vámonos.
- ¿Son amigos o algo así? - susurró al oído del castaño.
- Sí nos conocemos desde hace bastante tiempo.
- Cómo alguien como tú puede ser amigo de un pervertido como él.
- ¿Pervertido yo? - se señaló mientras ladeaba la cabeza.
- Es una larga historia...
- Disculpe señorita - dijo interponiéndose entre ella y el chico - Nos encantaría quedarnos a conversar pero tenemos cosas que hacer - sin más ambos se alejaron.
- L, no debiste ser así con ella.
- Tal vez - se encogió de hombros mientras seguía caminando.
- Hasta que al fin llegas - sonrió al ver a Misa llena de bolsas.
- Un pervertido me quitó unos increíbles pantalones, era el último que quedaba - dijo entrando al vehículo.
- Valla suerte - encendió el motor pasando a unos cuantos vehículos.
- Y era amigo de todo un ángel.
- ¿Un ángel? - Misa asintió.
- Parecía un dios griego - llevo ambas manos a su rostro.
Kiyomi rió mientras rodeaba los ojos.
- Imaginó que al menos el te trató como la dama que eres.
- Me trató mejor que eso.
- ¿Así? Y como se llama.
- Se llama... No lo puedo creer ¡no le pregunté su nombre!
- ¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante?
- No lo sé todo fue muy rápido - movió la cabeza reprimiéndose por su error - Creo que su amigo había lo dicho... ¿Mike?
- ¿Mike? Es un lindo nombre - ambas sonrieron cuándo unos chicos les tocaron la bocina y gritaron un par de cosas, típico.
- Así que Mike, mi Mike.
- Bien ya deja soñar, ahora debemos falsificar los documentos ¿como lo haremos?
- No te preocupes eso ya esta arreglado.
- ¿Ya lo arreglaste, cómo?
- Tengo contactos - dijo mientras hacía un guiño.
- Aun nos queda hablar con tu padre.
- Es cierto... no había pensado en eso. Pero en este momento se encuentra en un viaje de negocios, puede esperar.
- Si así quieres - dijo con cierto inconformismo - Debemos llegar y probar tu nuevo estilo - volvió animarse mientras miraba a Misa.
- ¡Sí! Ya quiero saber como me veo.
- Bien... esto un poco más arriba y... listo. ¡Eres irreconocible!
- Déjame ver - se apresuró a verse en el espejo - Valla, no parezco yo.
La ropa holgada disimulaba sus curvas y los gruesos lentes sus finas facciones, mientras que su gruesa gorra escondía su suave cabello.
- Estas muy guapo - llevo una mano a su boca tratando de no reír.
- Lo sé, Misa es todo un hombre.
- Un momento, como te vas a llamar.
- Según el registro, Eita Adachi.
- ¡Que emoción! ¡Mi amiga ira a un instituto de chicos!
- ¡Sabía que te terminaría gustando!
- A las once habrá una fiesta en casa de Linda. Debemos ir celebrar tu última noche como chica.
- A Misa le encanta la idea pero... mañana debo ir al instituto.
- Sí pero es en la noche, vamos, no seas la responsable ahora - ambas recogieron sus cosas.
Su última noche como chica, se oía emocionante. Pero por alguna razón no podía sacarse a cierto chico excéntrico de la cabeza.
