Prólogo: La imaginación puede ser tu perdición.

Todos tenemos sueños. Algunos son más importantes que otros. A veces es importante seguir nuestros sueños, pero en ocasiones rayamos a la locura por esperar que pase algo imposible.

Cuando era pequeña miraba las películas infantiles, que hablaban sobre princesas o doncellas que necesitaban ser salvadas. Que eran maltratadas u odiadas. Pero que siempre había un príncipe que llegaban a conocer y que las rescataba de esa tortura, que las salvaban del peligro que las envolvía. Que las comprendía y que las amaban, nunca vi una escena donde el príncipe o caballero no se quedara con la damisela.

Pero lo que nunca contaban esas historias es que después de que las princesas eran rescatadas y que los príncipes llegaran cabalgando en corceles blancos, es que al descender de ellos y bajarse el telón, serian totalmente lo opuesto.

La damisela se encontraría en un nuevo apuro. Su príncipe seria el nuevo tirano y los sueños de amor y una vida con el "felices para siempre" no se llevaría a cabo.

El marketing solo busca sacar provecho de la imaginación de los televidentes, haciendo de la verdadera historia macabra, un gran cuento de hadas, donde se conceden todos tus deseos y vives feliz por siempre. Nunca mostraban que ese feliz por siempre era una historia muy diferente.

Eso fue lo que comprendí al paso de los años, cuando después de ver la destrucción de mi hogar, las vilezas de los novios de mis amigas y de las miles de lagrimas que tuve que secar, llegue a esa conclusión.

La imaginación es nuestra perdición. Y lo es mayormente para las mujeres. Todas soñamos con un "final feliz", con veladas románticas, muestras de cariño y votos de fidelidad.

Pero lo que no nos damos cuenta es que en la actualidad, es improbable que lo encontremos. Porque si se encuentran los príncipes, pero la mayoría han sido asesinados, tragados por dragones o ya están viviendo con su propia princesa.

Mientras el resto de nosotras nos quedamos con las sobras de las demás personas, con los tiranos que nos hacen sudar y llorar, que nos muestran lo que es decepcionarse de la persona que amas.

"Todo el mundo cambia", "yo tuve la culpa", "encontró a alguien mejor que yo". Toda mi vida he estado escuchando eso.

No me vean como una persona pesimista que no cree en el amor y que todos los hombres son iguales. Al contrario, creo fielmente en aquellos que han demostrado ser dignos héroes, pero estos no son suficientes para que me quite la desconfianza que tengo hacia el sexo opuesto.

Digo, no todos tienen malas intenciones… al menos no al principio. Pero si algo se que no es bueno de los hombres, es que tengan amigos que los aconsejen, menos si estos son unos villanos pervertidos y crueles. Estos "amigos" les dan consejos que pervierten los verdaderos sentimientos, basándose en algo solo físico.

Y eso es lo único que se puede esperar de ellos. Te engatusan y luego te dejan. Creen que pueden jugar contigo. Rechazo a los que solo llevan un minuto conociéndome y ya me juran su amor eterno.

Por eso he decidido ignorarlos o incluso flirtear solo por hobbies, pero siempre manteniendo mi distancia. Después de tener que presenciar como patanes maltratan a nuestro género, sostener a muchas amigas en mi regazo, secando sus lágrimas y lanzando amenazas de muerte…

¿Realmente creen que podría confiar en un hombre? ¿En algún chico que tenga buenas intenciones? ¿Podrían hacer cambiar mi opinión?

No lo creo probable… ¿o sí?