"Vale" dijo Tori, una de las mejores amigas que Quinn tenía en la Yale, además de su compañera de cuarto, después de beber un trago de su bebida. Tori siempre la había recordado a Santana, tenían el mismo genio, aunque ella no era latina. "Te toca Maddy".

Hoy era la noche en la que las chicas se reunían después de haber terminado todos los exámenes finales y por fin podían empezar a relajarse, aunque no del todo porque todavía tenían que saber si habían aprobado o tenían que estar estudiando todo el verano.

"Vale, ¿mi primer beso, no?" dijo Maddy. Maddy era otra de las mejores amigas de Quinn. Ella la recordaba más a Tina, callada, pero muy buena amiga. "Tenía trece años, en un parque que está cerca de la casa de mis padres, con mi vecino Roy, aunque a mi el que me gustaba era su hermano mayor".

"¿Y por qué no con él?" preguntó Vera. Ella no era tan amiga de Quinn, pero no se llevaban mal.

"Porque era ocho años mayor que yo" respondió Maddy, con una pequeña mueca. "Bien, le toca a Quinn" dijo, mirando a Quinn, quien tomó un rápido trago de su bebida.

"Mi primer beso" dijo, pensativa. No la hacía falta pensar demasiado, recordaba perfectamente cuándo, dónde y con quién fue su primer beso. "Tenía quince años, detrás de las gradas del campo de fútbol con Puck" contestó finalmente.

Recordaba muy bien ese día, la entrenadora Sylvester la había insultado por no hacer un ejercicio tan bien como las demás animadoras y la había sentado muy mal, a si que se fue detrás de las gradas a llorar cuando acabó el entrenamiento, donde acabaría encontrando a su príncipe azul.

"Como no, Puck fue tu primer beso" dijo Tori, levantando los brazos con indignación. Ya les había contado que tenía una relación con Puck, no le quedó otra cuando hace tres años se fue teniendo como novio a Biff y volvió, dos semanas después, con Puck.

"No te quejes" dijo Maddy, dándola un suave golpe en el brazo. "Es muy romántico. Estaban predestinados a estar juntos desde el instituto" dijo, mirando a Quinn, algo que provocó que se sonrojara. "Que pena que no empezarais a salir antes del escándalo del bebé y todo eso".

Quinn asintió. Tenía toda la razón, podrían haber pasado mucho más tiempo juntos si no lo hubieran desperdiciado evitándose el uno al otro.

"¿Cuánto llevas sin verlo?" preguntó Vera, haciendo que Quinn desconectase de sus pensamientos.

"Cuatro meses" dijo Quinn. "Desde la última vez que tuvo un permiso. Lo hecho de menos" dijo, con una pequeña mueca de dolor. Si que lo echaba de menos. Quería verlo, abrazarlo, besarlo, y hacer con él otras cosas más íntimas, algo que por cierto molestaba mucho Tori.

"Es normal que lo eches de menos" dijo Maddy.

"Si, sobre todo por algunas cosas, ¿verdad Quinn?" dijo Tori, guiñándola un ojo. Quinn la miró, negando con la cabeza, roja como un tomate.

"Ja, ja" rió Maddy. "Tranquila, si yo estuviera cuatro meses sin ver a mi chico, también me tiraría de los pelos" siguió riendo.

"Bueno, lo admito, a mi tampoco me gustaría estar en tu lugar" dijo Tori. "Pero la próxima vez que él venga aquí, procura que yo esté fuera de la ciudad, porque no quiero volver a recrear lo que pasó la última vez" dijo, sacudiendo la cabeza, intentando borrar aquella imagen.

Quinn no pudo evitar reírse recordando lo que pasó hace cuatro meses, cuando a Puck le habían dado un permiso de cuatro días y decidió aprovecharlos al máximo con su novia. Lo malo de ese fin de semana fue la bronca que les calló por parte de Tori, que les había pillado en plena acción, algo que todavía no había conseguido borrar de su cabeza.

"Tranquila, eso no volverá a pasar, te lo prometo" dijo Quinn mirándola, bebiendo un poco de su cerveza. "Todavía no sé cuándo volverán a darle un permiso" dijo. "No he vuelto a hablar con él desde hace una semana".

"Seguro que dentro de poco le vuelves a ver" dijo Vera, sonriéndola. "Incluso a lo mejor llega para tu cumpleaños y te da una sorpresa".

"Eso sería súper romántico" dijo Maddy.

"A mi me parece más cursi que romántico" dijo Tori, levantándose a por otra cerveza.

"Que va, sería muy romántico, ¿verdad Quinn?" preguntó Maddy.

"Yo, con tal de que se acuerde cuándo es mi cumpleaños, estoy contenta" dijo Quinn, acomodándose en el sillón en el que estaba sentada.

La verdad es que la daba un poco igual que Puck no se acordase de su cumpleaños, ya que los dos último años él ha estado fuera y no pudieron celebrarlo adecuadamente. Pero, si este año, por algún casual él estuviera libre, aprovecharía al máximo la ocasión. Al fin y al cabo, los veintidós años, como cualquier otra edad, sólo se cumplen un vez en la vida.

A/N Esta es una nueva historia que se me ocurrió hace un tiempo y quería compartirla con vosotros/as. Tendrá más de un capítulo, pero quiero que me deis vuestra opinión sobre el comienzo. Por favor, comentarios. ¡Un saludo!