Hola a todos! Como lo prometido es deuda, aqui esta el epílogo de "Cuando amas, todo se perdona" solo que me salió muy largo, así que lo dividi, yo se que me van a matar, pero será como un mini fic, de aproximadamente cinco capitulos, pueden ser menos. En fin, si no les gusta, diganmelo y ahí lo dejamos. Si no recuerdad mucho lo que paso el ultimo capitulo, pasense por el fic, y vuelvan a leerlo, de paso pueden dejar reviews nuevamente los que ya lo hicieron y los que no lo hicieron ¡¿que esperan?!
Ah! Le doy las gracias a dos chicas muy especiales, Jazu Potter (por ayudarme con el titulo y por las buenas charlas en el chat, ah! sigo poniendo chonguitos) y Paloma (porque desde el principio del otro fic me haz apoyado, no tengo palabras para agradecertelo) y claro esta tambien a las y los demás porque se tomaron el tiempo de leerme y dejar una critica. En los siguientes capitulos prometo ir agradeciendo uno por uno.
1. Sara y Benny
Habían pasado cinco meses después del nacimiento de Ben y Sara Potter. La familia ya se estaba instalada en la casita que habían comprado, y hoy era un día especial ya que los bebes iban a ser bautizados.
-Ginny, ya es hora, levántate!
-No Harry, un ratito más…por favor, estoy muy cansada- y la chica se echaba las cobijas a la cabeza..
-Amor, hoy es el bautizo de los bebés…tenemos que arreglarnos…-le decía su esposo cariñosamente.
-Rayos! Que hora es?- pregunto ya abriendo los ojos.
-Son las siete y media, anda! Además Sara ya se despertó…
-Esta bien, ya me paro- se levanto aunque no de muy buena gana. Desde que habían nacido los bebes sus noches eran eternas y casi no dormían y aunque Harry ayudaba mucho la carga más pesada la tenía Ginny porque ella los amamantaba. Se dirigió al cuarto de los bebés, Ben seguía dormido, en realidad él no daba tanta lata, era un bebé muy tranquilo pero Sara le costaba mucho trabajo, a veces Harry le decía que sería tan difícil como la pelirroja.
-Hola linda! Tienes hambre?- la cargo y al acercarla a su pecho inmediatamente empezó a buscarle- Si, ya quieres comer…solo espera…-la beso y se sentó en una mecedora que estaba junto a la ventana y empezó a darle de comer.
Harry llegó al cuarto unos veinte minutos después, ya cambiado.
-Creo que…ay!- la bebe la había mordido-…ya no quiero amamantarlos Harry!- y es que Sara ya tenía un dientecito, así que ya la lastimaba.
-Pues habla con el sanador…no te mortifiques. Yo creo que con lo que les diste ya es suficiente, además ya estas bien flaca! Al rato ya no te voy a poder agarrar nada…- y soltó la carcajada.
-Es lo único que te importa, verdad?- le dijo haciéndose la indignada.
-Claro que no…si ya te incomoda, le puedes dar fórmula no?- le pregunto Harry que ya se estaba volviendo un experto en cuanto a bebés se refería.
-Si, pero no le digas a mamá, ya sabes como se pone con sus nietos!
-Esta bien, será nuestro secreto… ¿ya terminó?
-Si¿la cargas un momento? En lo que me metió a bañar…
-Claro- tomó a su pequeñita- buenos días mi niña!- y la bebé inmediatamente empezó a sonreír- ay¿Quién es la bebé más hermosa del mundo?...si eres tu, mi preciosa…-y le hacía mimos-…ven chiquita, vamos a despertar al dormilón de tu hermano!
Ginny ya iba caminando hacia la puerta, pero se regreso cuando escucho lo ultimo que dijo su esposo.
-No! No lo despiertes por favor…deja que duerma, mejor llévate a Sara a la cocina para que Dobby le prepare su papilla y le das de desayunar…
-Esta bien- dijo resignado.
En lo que Ginny se bañaba y se arreglaba, Harry bajo a cumplir con las ordenes de su esposa.
-Buenos días Dobby!
-Muy buenos días señor Harry!- contesto el elfo doméstico haciendo su típica reverencia- les sirvo de desayunar señor? Ya esta listo…
-Si, por favor Dobby, que le hiciste a mi niña?
-Su papilla de papaya y jugo de pera, señor.
-Que rico Sara!- la sentó en su sillita, le puso su babero y le empezó a dar de comer. En realidad era una tarea que le encantaba, por supuesto, más que cambiar los pañales, pero cuando tenía que hacerlo, ni modo, pensaba siempre. Y es que Ginny tenía dos meses que había regresado a San Mungo a trabajar, aunque solo iba medio tiempo, así que él se encargaba de atender a los bebés hasta medio día, después Molly lo ayudaba en lo que su hija llegaba.
Cuando ya habían terminado, llegó Ginny a la cocina ya con Benny (como solían decirle) en brazos, él era el más risueño, su pelo negro y sus ojos verdes, contrastaban con lo blanco de su piel.
-Este gordito ya quiere comer también! Dobby¿puedes sacar la leche que esta en el refri? Ya no me da tiempo de darle pecho…- y el elfo obedientemente le calentó la mamila y se la paso a la chica.- ¿los del banquete ya llegaron?
-No, pero ya no tardan, les dijiste que a las nueve¿verdad?-le pregunto Harry a su esposa.
-Si, faltan quince minutos, entonces si me da tiempo de desayunar algo- sentó a Benny en su sillita a lado de su hermana y le dio su mamila que ya sostenía.
-Ayer ya no te conté…-empezó a decir Harry-…me ofrecieron exponer mi trabajo en una galería muggle…
-Oh Harry! Que gusto me da! Es lo que estabas esperando…pero ¿Por qué no estas tan feliz?- le pregunto, conocía tan bien a su esposo que sabía que algo no estaba bien.
-Es que…la exposición será en Nueva York…y bueno yo quería que fuera aquí en Londres.
-Ah! Ósea que ni siquiera John te lo ofreció…entonces ¿Quién fue?
-De una revista de arte de allá…a veces siento que aquí no reconocen mi trabajo…
-Eso es mentira Harry! Tu sabes que eres muy bueno, ya verás que luego de esto, te rogaran para que expongas aquí- Ginny siempre le daba muchos ánimos a su esposo y después lo que había pasado, se había interesado demasiado en todo lo referente al trabajo del chico, el muggle y el mágico.
-Gracias linda!- y se levanto de su silla, se acercó a su esposa y la beso.- siempre me dices esas cosas para animarme…
-Si, lo se- dijo orgullosa la chica.
Ya que Ginny y los bebés terminaron de desayunar, los subieron a su cuarto para bañarlos.
Minutos después, llamaron a la puerta, Dobby abrió y eran los del banquete, los hizo pasar y atrás de ellos iban llegando Ron y Hermione.
-Buenos días, señores Weasley!- saludo Dobby.
-hola Dobby! Y los señores?- pregunto Hermione, sobandose su panza de seis meses de embarazo.
-Están en el cuarto de los bebes, bañándolos.
-Ok, vamos a subir- dijo Ron.
Llamaron a la puerta y luego entraron.
-Hola!- saludó el pelirrojo.
-Hola chicos!- dijeron los esposos al mismo tiempo.
-¿Cómo estas Hermione?- le pregunto Ginny a su cuñada.
-Bien, aunque cada vez me hinchó mas…
-Hermana, mejor pregúntame a mí como estoy, esta mujer me esta matando con sus antojos- obviamente recibió un buen golpe de su esposa-…y ni que hablar de sus cambios de humor- otro golpe- ya basta! Me lastimas, así no me van a dar ganas de tener otro…
Y todos rieron, para variar de las ocurrencias de Ron.
-Bueno, venimos a cumplir con nuestro deber de padrinos…- dijo Hermione y es que según la costumbre los padrinos tienen que cambiar a los ahijados y comprarles todo su ajuar. La castaña saco los ropones.
-Hermione! Están hermosos…- dijo Ginny con lágrimas en los ojos, ya que seguía muy sensible, y es que los ropones en verdad eran hermosos, de encaje y bordados color beige, el de Sara llevaba un coqueto gorrito. Cuando terminaron de cambiarlos, las dos chicas suspiraron.
-Ya muero porque nazca mi bebé…-dijo Hermione desesperada-…creo que estos tres meses se me harán eternos.
-Si, un poco…pero si te puedo dar un consejo…descansa y duerme tanto como puedas…ya nunca volverás a dormir como ahora.- dijo Ginny sabiamente y pensando que ojala alguien le hubiera dado ese consejo cuando estaba embarazada.
-Gracias nena, lo haré…
Harry volteo para ver a su amigo, y resignado solo alzo los hombros.
La ceremonia se celebró en el jardín trasero de la casa, no querían nada fastuoso, así que fue muy íntima, solo familia y amigos, dentro de los cuales se encontraban, Neville que ya estaba casado con Luna y tenían un bebé de dos años llamado Frank, igual que el padre de él. También estaban algunos compañeros de Harry del Ministerio, obviamente estaban todos los Weasley y él jefe de Ginny. Ah! Y como olvidar a Draco Malfoy.
En los últimos meses, había convivido mucho con los Potter y los Weasley, es más ya salía con Harry y con Ron todos los jueves a tomar unos tragos. Ya todos estaban convencidos en que no era tan malo como a veces quería aparentar. El rubio estaba saliendo con una chica que Hermione le presentó, Se veía muy feliz y todo lo que llegó a sentir alguna vez por Ginny ahora era historia.
Después de la ceremonia, dieron un pequeño banquete. Todos estaban muy emocionados con los bebes, pero ni que decir de Molly y Arthur, estaban tan orgullosos, de ver a su hija feliz, con una familia maravillosa y un esposo que la adoraba.
Al fin la fiesta terminó a eso de las siete de la noche y solo quedaban en la casa, Ron con Hermione, Neville con Luna y Draco con su novia Mónica.
-La ceremonia estuvo hermosa…-habló Luna, que con el tiempo parecía ya más cuerda.
-Si, además los bebés están hermosos- dijo Mónica mientras arrullaba a Benny y Draco a Sara- deberíamos de tener uno…-le pidió a su novio.
-Vaya Draco, ya suenan las campanas de la boda…-dijo Ron haciéndole burla al rubio.
El chico se puso muy nervioso, era cierto que estaba enamorado de su novia pero sentía que aun era muy pronto para dar ese paso.
-Tranquilo amor! No estoy diciendo que mañana…solo que mira que bien te ves con la nena…-y todos voltearon para verlo, en verdad era muy raro para ellos verlo así, pero tenían que admitir que le sentaría de maravilla la paternidad.
Draco se sonrojo- bueno, ya basta de hablar de mí…- y todos empezaron a reír-…luego hablamos tu y yo…-le dijo a su novia cerrándole un ojo.
-Ginny los niños ya se durmieron¿te acompaño a llevarlos?-le preguntó Mónica a su nueva amiga, ya que se habían vuelto muy amigas después de que empezó a salir con Draco, y al igual que los chicos, los jueves se reunían las mujeres para jugar canasta.
-Claro, gracias…-se levantó de las piernas de Harry donde estaba muy cómodamente sentada, tomó a Sara de los brazos de Draco y subió con Mónica a la habitación de los bebés para acostarlos.
-Tus hijos están preciosos, no sabes como te envidio…en buena onda! No te ofendas…-pero Ginny le sonrió amistosamente-… ¿Crees que Draco me este tomando en serio?
-Claro que sí!- lo dijo emocionada pero bajito para no despertar a sus hijos- Solo dale tiempo, tu sabes lo difícil que es para él demostrar sus sentimientos…pero creo que ya lo tienes atrapado, no tardará…te lo aseguro…yo lo conozco mejor que nadie…-y le cerró el ojo en gesto de complicidad.
-Gracias…y perdón por meterte en esto…-terminaron de arropar a los bebes y salieron del cuarto.
Iban bajando las escaleras, en la sala se escuchaban muchas risas.
-¿se puede saber de que se ríen?- pregunto Ginny, pues hasta Hermione se agarraba la panza de tanto que estaba riendo.
-Solo…ja…nos estábamos…jajá jajá…acordando cuando Draco tuvo su…su…etapa de hurón escurridizo…jaja-dijo Ron desternillándose de risa.
-Jaja, eso si que fue divertido!- susurró Ginny, se sentó de nuevo con su esposo y se dirigió a Mónica- luego te lo enseño en un pensadero, Harry lo tiene guardado.
-me encantaría- y le dio un beso cariñoso en los labios a su novio- pero por ahora, creo que debemos irnos…ustedes tienen que descansar…
-Si, nosotros también nos vamos…yo estoy muerta…y mañana me toca trabajar…-dijo Hermione molesta, pues aun no podía pedir su maternidad.
-ya falta poco, amor…no te desesperes- le dijo Ron acariciándole su vientre por detrás, a lo que la castaña respondió con una caricia muy sugestiva- bueno, ahora si me urge irme- ya sabía lo que le esperaba llegando a su casa.
Se despidieron todos, y por fin se quedaron solos Ginny y Harry.
-Por fin! Pensé que nunca se irían…-dijo Harry alzando los brazos.
-No seas payaso- se disponía a subir a las escaleras pero la jaló por la cintura y la abrazó.
-Espera, no subas todavía…le susurró al oído para luego besarle el cuello.
-Vaya Potter! Creo alguien allá abajo no se quiere dormir todavía- se giró y empezó a atacarlo a besos.
Nota de la autora:
¿Que les pareció? A mi en lo personal me gusto, además me hizó recordar cosas lindas de cuando los hijos son adorables y no unos pequeños demonios, jajaja. En fin espero sus criticas.
Besos
Cecy
