Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece (ya quisiera), sino al genialoso Hiro Mashima! :D
Advertencia: Esta serie de capítulos hacen alución a los siete pecados capitales en un AU (alternative universe). El contenido de la obra puede ser considerada M (mayores de 16 años), así que antes de pervertirles la mente, queda bajo su entera responsabilidad continuar leyendo.
Guía:
— Dialogo.
— Susurro.
"Pensamientos"
«FlashBacks»
«Citas»
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«Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas.»
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Oscar Wilde.
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Altivez. Arrogancia. Soberbia... Orgullo en fin. La única fuerza que impulsaba sus piernas a lo largo del pasillo y el único mástil capaz de enderezar su postura. Pero a cada paso que daba, las miradas se intensificaban y los comentarios rondaban con más algarabía por donde ella cruzaba, haciendo que la seguridad expresada en aquel semblante, fuese tentada a caerse.
— Así que es ella... –susurraron detrás suyo mientras la miraban caminar.
Dolía.
Ella nunca fue de las que podía actuar con indiferencia a lo que sucedía alrededor suyo, pero en ese momento necesitaba hacerlo. No podía darles el gusto a los demás de verla como en verdad se sentía.
Abatida. Traicionada. Sucia. Y la lista podía seguir.
El orgullo era la única droga que amortiguaba el dolor causado por sus propios actos.
Si, suyos.
Sabia con demasiada certeza que todo era culpa suya.
— Hmp... Y hasta que consiguió lo que quería.
Unos nuevos comentarios se alzaron sobre los murmullos poco disimulados, haciéndole pensar que aquel pasillo no tenía fin; los hipócritas, quienes la juzgaban en ese momento, no le daban esperanza de ello.
El orgullo era la única esencia que compartía con su difunto padre, enseñándolo como el escudo que en verdad era. Lo único que le permitía hacer oídos sordos a aquellos comentarios.
— ¡Ojala lo hayas disfrutado, Perra!
¿Disfrutar? Como si ella esté pensando en eso. Ni siquiera cuando todo ocurrió ella había pensado en disfrutarlo… ¿O sí?
Las carcajadas que acompañaron a aquel último comentario le provocaron cerrar los puños con fuerza y morderse el labio inferior con impotencia.
"Por fin" Pensó al verse fuera del recinto universitario. Su interminable día había llegado por fin a su culmino, recibiendo la luz que el sol, en lo alto, le ofrecía. Aceleró sus pasos para caminar sobre el pavimento y cruzar la calle que la llevaría directo a su departamento. Al único lugar donde podía dejar de aparentar fortaleza. Donde sus piernas podían flaquear y sus ojos derramar cuantas lágrimas de impotencia podían.
— Mírenla nada mas, haciéndose la fuerte. —
Perfecto. Una de las más molestas personas a quien menos quería ver, se interpuso en su camino, mostrando una sonrisa arrogante mientras la miraba despectivamente.
Lucy detuvo sus pasos una vez fue increpada por Angel, estudiante de la Universidad 'Oración Seis' y la rival que se había ganado en varios encuentros deportivos con otras universidades. La conocía lo suficiente como para saber que su simple presencia se debía para deleitarse en su desdicha. No le sorprendería saber que fue ella quien esparció el rumor sobre lo ocurrido en el festival 'Fantasia' de Magnolia.
— ¿Que se siente ser el centro de atención en toda la universidad, Heartfilia? –Preguntó con socarronería. – O quizá el hazmerreir de tu Universidad…
Sus orbes chocolates observaron con detenimiento a los de su rival, demostrándole que no se doblegaría ante ella. Nuevamente el orgullo movía su cuerpo, como cuales hilos daban vida a un frío títere.
La mirada con que la enfrentaba demostraba que no iba a vacilar ante la presencia de la albina. Angel lo notó y fue esta la razón por la que amplió su sonrisa. Lucy sabía que no conseguiría nada con entrar a su juego, por lo que prefirió guardar silencio, mordiéndose la lengua para no decir nada. Ante esto, Angel agregó.
— No quieras aparentar fortaleza, Lucy. –Se acercó un poco más a la rubia mientras sus ojos escudriñaban miedo en los de la aludida. – Tú y yo sabemos que no eres así. ¿Por qué no nos ahorras el trabajo y dejas de actuar tan orgullosa? –Echó una risa agobiante para culminar. – Recuerda que el orgullo es un pecado capital. Aunque después de lo ocurrido… Dudo que esas cosas te importen, ¿no?
Lucy frunció el ceño con más fuerza, la misma que ejercían sus dientes sobre su lengua intentando no reaccionar contra las mordaces palabras de aquella arpía.
— Disculpa, pero debo irme. –La voz de Lucy, antes de ir acorde a la determinación de su presencia, un pobre murmullo fue lo que consiguió esbozar. Las ganas de alejarse de allí la carcomían por dentro, así que poco le importaba como expusiese su coartada. Nada más levantó sus pies para cruzar junto a Angel, pero ésta no dejaría que la oportunidad de trozar a la perfecta princesita de Fairy Tail se le escurriera entre sus dedos.
— ¿Cómo has dicho? –Angel tomó con brutalidad el brazo de Lucy impidiendole avanzar más, pero a pesar de detenerla, la rubia no se giró a mirarla incrementando el hastío en la mayor. — ¡Dije que dejes de ser tan orgullosa! ¡Mírame cuando te hablo! –Bramó con rabia, logrando que Lucy la mirara.
Hearfilia comenzaba a sentir ardor sobre su brazo, pues el agarre de Angel fue en aumento, a tal punto de hincar sus uñas en su piel. Lucy frunció el ceño, mientras trataba de apartar la mano de Angel, pues el dolor la incomodaba aún más, pero la albina no planeaba dejarla ir con tanta facilidad.
Aquello no daba tregua. Entre forcejeos, la audiencia incrementó al igual que los comentarios burdos lanzados hacia ambas contrincantes, pero aquel espectáculo no tardó en acabar. Estudiantes de Fairy Tail y la escolta personal de Angel fueron reuniéndose a su alrededor, logrando que el escudo de fortaleza a la cual se arraigaba Lucy, comenzara a desquebrajarse.
— ¡Suéltame, Angel!
Ambas yacían tan empedernidas en su discusión que no notaron cuando las personas fueron abandonando el lugar, ni tampoco cuando él hizo acto de presencia entre ambas jóvenes. Una gran y poderosa mano se interpuso con la de Angel, haciendo que ésta soltara por fin el brazo enrojecido de Lucy.
— ¿No la oíste? –Ambas jóvenes observaron con sorpresa al alto y fornido muchacho que colocó a Lucy tras suyo, en una clara forma de protección, mientras aún sostenía la muñeca de Angel con fuerza. – Quería que la soltaras.
— N-Natsu… -Sin intenciones de hacerlo, lo nombró. Sus labios pronunciaron con dulzura su nombre mientras el respirar fue tornándose dificultoso, pero ya no por el ridículo encuentro con Angel.
Creyó haber dicho su nombre con el más bajo volumen que su voz pudo proferir, pero quizá la cercanía o la esperanza de oírla pronunciar su nombre, hicieron que Natsu Dragneel la mirara sobre el hombro con una sonrisa cálida.
— Tch. –Angel se soltó con rabia del agarre que Natsu ejercía y mirando despectivamente a la pareja, dijo. – No actúes como su protector, Dragneel.
— No golpeo mujeres, así que vete antes de que lo reconsidere. –Amenazó dirigiéndole una mirada atemorizante.
Y fue cuando, tanto Lucy como Angel, se dieron cuenta que el público se había reducido a tan solo cinco personas, contándose ellas mismas. Erza y Gray se habían encargado de dispersar a las personas que estaban de curiosos en ese lugar. Con cierto alivio miró a sus amigos, pero luego sus ojos se detuvieron en la ancha espalda de Natsu, la razón por la cual ella se había ganado los dedos acusadores de sus propios compañeros. Bajó la mirada con pena.
Angel observó una vez más a Lucy para girar sobre sus pies y marcharse. Mientras la rubia se mantenía inmersa en sus pensamientos, observando avergonzada el suelo.
— Vaya. Qué mujer más insoportable.
Lucy parpadeó un par de veces y desvió la mirada con un gran sonrojo en sus mejillas en cuanto los verdes ojos de Natsu se toparon con los suyos. Muy mal momento para quedársele viendo como una idiota.
La inocencia en el pelirrosado le hizo mirar curioso la reacción de su amiga, pero prefirió no darle importancia.
— Oye, Luce… -Al oír la forma en que la llamaba, el sentimiento de seguridad desapareció por completo. – Si vuelve a molestarte, puedes…
— ¡¿Por qué lo has hecho?!
Sin mirarlo para no perder el coraje que logró reunir, Lucy bramó con rabia ante un muy confundido Natsu. No solo él, sino sus dos amigos quienes se mantenían al margen de aquella discusión que no les correspondía.
La muchacha apretó los puños ubicados a cada lado de su cuerpo, mientras no separaba sus ojos del suelo.
— ¿Qué qué he hecho? –Volvió a preguntar sin comprender.
— ¡No necesito tu ayuda, Natsu! –Elevó sus ojos hasta él. Muy mal error.
Imágenes borrosas de aquella noche la golpearon. Su sonrojo aumentó, pero no quería que él la viera en ese estado. Se giró sobre sus pies, dándole la espalda.
— ¿Lu…?
— ¡No te acerques! –Interrumpió de forma fría. – Puedo cuidarme yo sola. No te necesito.
Orgullo.
Era solo una piel de falsa seguridad que se la colocaba sobre los hombros. Y el calor que ésta emanaba era suficiente consuelo como para llevar al mundo por delante, sin mirar atrás ni justificar nada. Era el sabor amargo que su boca experimentaba mientras pronunciaba aquellas palabras.
— Solo apártate. –Sin mirarlo, caminó y pasó de largo junto a él, dejándolo con mil y un preguntas en su interior. ¿Cómo no? Ella no lo culpaba, pero sí se echaba toda acusación sobre sus propios hombros. — N-Natsu… -Cuan débil se sentía al pronunciar su nombre, pero había una voz que en su mente hablaba tras el eco de su subconsciente.
"No dudes. No vaciles. No te vuelvas a entregar"
Aquellas palabras eran pronunciadas por aquello que caracterizaba a su familia, lo que le daba identidad y lo único que lograba enderezarla frente a aquella sonrisa endemoniadamente tierna.
Orgullo.
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Notas de la Autora:
¡Hola! :D
Es la primera historia que subo en el fandom de FT y no les negaré que los nervios me carcomen *tiembla* juju
¡Espero que les haya gustado esta creación mía entorno a los siete pecados capitales! Y como su título lo dice, serán siete capítulos :3
Si les ha gustado, comenten, díganme qué les pareció y si merece una continuación :D
Desde ya me despido con las ansias de leer sus comentarios, eeh?! :D
Ja Ne!~
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BlueSpring_JeagerJaques.