Je suis venu par ton âme…

(Yo he venido por tu alma…)

Capítulo 1: "Una nueva oportunidad…"

"Existió una vez, en la época de caballeros y princesas, la magia creada para salvar el mundo, su creador, y junto a ellos dos jóvenes hechiceros cuyo amor era infinito. Pero las circunstancias de la vida, y su destino, no les permitirían ser felices. Ambos habían luchado para ayudar a la humanidad, en contra del rey Dilandau, un poderoso hechicero, quien en su ambición por lograr el dominio total de la tierra, había destruido todo a su paso.

Al final, una gran batalla se llevó a cabo… y cuando todo se veía perdido, apareció uno de los hechiceros más poderosos existentes en la tierra. Su nombre… Clow Leed.

Con la ayuda de este hombre, lograron destruir a Dilandau, pero este reuniendo lo último que quedaba de sus poderes, en su agonía, los maldijo a vivir aquella pesadilla nuevamente. Habiendo terminado aquel conjuro, expiró. Sin embargo en aquel campo de batalla también perecieron aquellos enamorados.

Clow, no queriendo que aquella historia se repitiese, pero sin poder hacer nada para evitar la maldición, creó unas cartas mágicas con las cuales podría ayudar a aquella pareja en el futuro. Estando al tanto de que él también renacería, selló sus recuerdos para que estos sirvieran a su futura reencarnación, y también selló aquel libro de misteriosas cartas, para que solo el elegido pudiera utilizarlas…"

"Quinientos años después, en una época de tecnología y luz, una dura batalla recién comenzaba. Un malvado hombre llamado Shinishi, en su ambición por conseguir más poder, había atacado países completos con la ayuda que le brindaba la Organización Death Sky, de la cual era su fundador, con la cual destruía a quien se negase a aceptar sus convicciones o también su estilo de vida.

Muchas batallas se había llevado a cabo, y mucha sangre se había derramado. Este hombre había logrado apoderarse de casi todas las tierras colindantes a su región, Pero había dos de ellas que se negaban a rendirse. Eran dos países muy antiguos… Lamentablemente para su suerte, cada intento por atacar aquellas tierras se había convertido en masacres. Pero aquel hombre fue víctima de una extraña enfermedad que lo llevó a la muerte.

Cuando todos pensaban que aquella pesadilla había terminado, pues no existía persona alguna que pudiera reemplazarle, un joven llamado Kimura apareció, reclamando el lugar que por sangre le pertenecía… lo que nadie imaginaba que aquel no era otro que la reencarnación del poderoso hechicero… Dilandau".

Mes segundo del año de la Luna Nueva, Hong Kong… 2:30 am…

Era de noche en el gran castillo que pertenecía a la Familia Li desde hacía ya dieciséis generaciones… En una de las habitaciones del tercer piso, Shaoran Li, quien pronto cumpliría los dieciocho años, y tendría que tomar su lugar como representante de su Clan en el Concilio de Hechiceros de Oriente, pero por sobre todo se convertiría en el soberano de aquellas tierras, dormía intranquilo… Despertó cerca de las 12 del día siguiente, muy sudado, pero sobre todo confundido por lo que le sucedía.

Flash-Back

En medio de los jardines del palacio del Sur, un muchacho se encontraba de pie junto a una hermosa jovencita de ojos esmeralda, que estaba sentada sobre una pileta que coronaba el lugar, mientras era iluminada majestuosamente por aquella luna, quien era testigo de aquella escena. Habían salido segundos antes del salón en el que se llevaba a cabo la fiesta por el cumpleaños del príncipe.

- ¿Pero por qué no quieres aceptar mi propuesta-preguntaba el joven -Lo único que deseo es que seas mi esposa… lo demás no importa!

- Es muy simple… Si acepto pondríamos en peligro a demasiadas personas. Lo siento, pero sé que al igual que a mí, no te agradaría cargar con la vida de miles de inocentes que puedan morir si no se realiza esta alianza -dijo tranquilamente la muchacha. A pesar de todo su corazón se sentía verdaderamente desgarrado al no poder aceptar lo que ella misma había deseado desde que le conoció -Estás comprometido con la princesa del Sur y así debe ser. Aunque para ella también sea duro… Sin embargo nos enfrentamos nada menos que a Dilandau… el despiadado rey del norte, que ha deseado las tierras del este y del sur, para completar su ambición ¡No lo podemos permitir!

- Siempre estás pensando en los demás… me gustaría creer que algún día me dirás que aceptas.

- Tal vez ese día nunca llegue -pensó la joven perdiendo su mirada en el estrellado cielo. El agua caía suavemente por la pileta, mientras ella jugueteaba con sus dedos en el cristalino líquido.

- Quisiera que al menos aceptases algo que tengo para ti -dijo el muchacho hurgando en su bolsillo. Sacó una pequeña cajita -Ábrela -agregó entregándosela.

- Pero… -exclamó la joven al ver su contenido. Era un colgante muy bello, de plata. Tenía un aro alrededor de una estrella de ocho puntas. En el centro de la estrella, llevaba incrustado un diamante blanco. Finalmente llevaba unas pequeñas alas a sus costados ¡No puedo aceptar eso!

- Tienes que hacerlo… porque ese será el símbolo de nuestro amor… y porque no existe ni existirá otra dueña que no seas tú -agregó muy seguro de lo que decía. Tal vez por primera vez en su vida era franco con sus sentimientos. Sacó la estrella de la cajita y la colgó al cuello de la joven.

- Yo… yo te a… -comenzó la muchacha muy nerviosa. Pero fue interrumpida por una desconocida voz.

- ¡Bravo-dijo apareciendo de detrás de unos arbustos mientras aplaudía.

- ¿Dilandau…-preguntó el muchacho.

- Tranquilo… Yo solo he venido porque… no me desagradaría tener como esposa a esa preciosura. Es muy fuerte y hermosa… -señalando a la joven -Tienes hasta mañana por la mañana para entregármela o de lo contrario destruiré ambos reinos… y sabes que puedo hacerlo. Ambos lo saben…

- ¡Eres un imbécil-exclamó el joven lanzándose sobre el tipo, pero este desenfundó la espada que llevaba en su cinto, y en un rápido movimiento la afilada hoja quedó en el cuello de su atacante.

- Ni lo sueñes… tú no me pones una mano encima. Si te mueves un milímetro más, no dudaré en matarte. Ni siquiera necesitaría hacer uso de mis poderes para cortarte la cabeza ¿me oíste? El muchacho se enfureció y atacó a Dilandau, pero éste esquivó el golpe y le devolvió un fuerte puñetazo en el estómago. El joven cayó al piso casi sin poder respirar.

- ¡No-exclamó la muchacha mientras corría a su lado.

- La próxima vez no dudaré en matarte… si te dejo con vida es solo porque me agradará verte sufrir… Tómalo como una venganza de mi parte. Recuérdalo bien… tienes hasta mañana para venir conmigo… Cerezo… -dijo Dilandau a la muchacha mientras enfundaba su espada y desapareciendo con ayuda de sus poderes. - espero que disfrutes… la última noche con tu amado -se escuchó su voz.

El muchacho vio como Dilandau desaparecía… una sensación de odio invadió su cuerpo. Era horrible. Se sentía impotente y desvalido. ¿Acaso no tenía otra opción¡Eso jamás… antes de dejar a la joven prefería morir!

- Quizá sea lo mejor -pronunció suavemente la muchacha.

- ¿Qué estás diciendo¡Olvídalo! Antes de dejarte prefiero morir ¿me escuchaste-pero la muchacha puso uno de sus dedos sobre sus labios.

- Tal vez nuestro deseo sea intenso, pero nuestro destino no nos tiene deparado estar juntos. No al menos aquí… y a pesar de que ambos somos hechiceros, estamos en medio de una guerra entre países que amenaza destruir y traer consigo la muerte y desolación. No quiero eso… ni para ti, ni para nadie.

- Pero yo te amo… ¿qué hay de nosotros-preguntó el joven.

- Nosotros solo somos juguetes del destino… Recuerda que yo también… te Amo -dijo la joven acercándose lentamente al muchacho y besándole apasionadamente, mientras algunas tibias lágrimas caían por su rostro. Este la abrazó. No quería… no deseaba que aquel beso terminase… ella le decía adiós… ese beso no era otra cosa que una dura y desgarradora despedida. La joven iba a ponerse de pie, pero el muchacho la retuvo, abrazándola con mayor intensidad.

- No lo permitir

- Lo siento -fue lo último que el joven escuchó de la muchacha, pues esta utilizando sus poderes le dejó inconsciente.

Fin Flash-Back

¿Qué rayos significa esto-se preguntaba algo confundido. No era la primera vez que soñaba con aquella pareja, pero en esta ocasión el sueño había sido demasiado claro. Mientras pensaba en eso, suena la puerta de su habitación -Pase...

¡Shaoran¿Aun no estás levantado-preguntó una muchacha de cabello negro, el cual llevaba amarrado en dos rodetes ¡Hoy partiremos a Japón!

¡Aun no comprendo el motivo por el que vamos allí-exclamó el muchacho a quien no le agradaba la idea de viajar.

- Solo son negociaciones… por lo de Kimura. Sabes que es el único país de la alianza de Oriente que no fue dominado por Shinishi en sus tiempos ni ha caído ahora bajo el mandato de Kimura, a parte del nuestro, ya que están bajo la protección del Concilio.

- Solo porque hay sobrevivientes de los hechiceros del pasado -agregó el joven -Ya lo sé.

- Vamos no seas flojo y levántate de una vez… tu madre te espera abajo, ya todo está listo y el chofer nos espera.

¡Ok! Bajaré en unos minutos.

Mientras Meiling salía de su habitación, el joven se desperezó, y luego sacando una toalla del closet se dirigió a la ducha. Dejó que el agua cayera por su cabeza, mientras intentaba no pensar en ese sueño. Salió de la ducha y tomando la ropa que había dejado sobre su cama la noche anterior, cuando había terminado su maleta, se vistió apresuradamente. Cuando llegó a la entrada, su madre le miró molesta.

- Me disculpo madre por llegar retrasado.

- Espero que tengas una buena justificación para tu retraso. Pero no la escucharé ahora -dijo seriamente Ieran Li -Suban al automóvil. Espero que alcancemos el vuelo.

A la orden de Ieran, todos subieron al automóvil que los llevaría al aeropuerto. Viajarían en aquella comitiva Ieran Li, Meiling, Shaoran, y el guardia personal de la familia. Su nombre era Yue. A pesar de que el automóvil iba sobre la velocidad permitida en la carretera, no lograron llegar a tiempo al aeropuerto. Así que tuvieron que cambiar los pasajes para el siguiente vuelo que saldría dentro de una hora.

- Genial Shaoran! Gracias a ti, tendremos que viajar todos separados -se quejó Meiling.

¿Por qué?

- Solo pudimos conseguir un asiento en primera clase, dos en clase ejecutiva y uno en clase turista -explicó Yue, quien se encontraba junto la señora Li -El vuelo está copado.

- Ya veo…

- Bueno… Yue irá en clase turista, Meiling irá conmigo en clase ejecutiva y tú irás solo en primera clase… ¿entendido-preguntó Ieran con tono de mandato. Aquella mujer infundía respeto incluso a quien no le conocía.

- Sí -asintieron Yue y Meiling. Shaoran solo movió ligeramente la cabeza a modo de afirmación.

Mientras tanto una joven bajaba a toda prisa al taxi que había llamado minutos atrás llevando consigo sus maletas. No alcanzó a revisar la habitación del hotel, pero confiaba en no haber olvidado nada. Miró su reloj y se desesperó nuevamente…

¡Voy tarde¡Voy tarde¡Perderé el avión-pensaba desanimada.

Cuando abordaron el avión, Shaoran se dirigió a su asiento. Faltaban solo minutos para que este despegara, cuando llega una de las azafatas acompañando a una jovencita que seguramente tendría su edad, de estilizada figura y ojos color esmeralda. Shaoran sentía que aquellos ojos los había visto antes, pero… ¿Dónde?

- Este es su asiento señorita. Por favor abroche su cinturón de seguridad porque vamos a despegar -dijo la azafata mientras se iba. La muchacha tomó el cinturón, intentando abrocharlo, pero éste estaba dándole más problemas de los que esperaba.

¿Te ayudo-ofreció Shaoran.

- No muchas gracias -dijo la muchacha -Ya lo logré. La verdad es que siempre tengo problemas con lo mismo. Es que no me agradan los aviones… ¿Tu nombre es…?

- Shaoran Li.

- Un gusto conocerte Li -saludó la muchacha -Mi nombre es Sakura Kinomoto -se presentó.

- Es para mí un gusto también -dijo distraídamente el joven. En eso llega una de las azafatas.

¿Se les ofrece algo?

- Si… quiero una soda -pidió Li.

¿Y para la señorita-preguntó nuevamente la azafata señalando a Sakura, quien observaba por la ventana, sin preocuparse de lo que sucedía a su alrededor. Shaoran tocó el hombro de Sakura y esta dio media vuelta.

¿Deseas algo-preguntó el muchacho.

- Eh… bueno sí. Una almohada… la verdad es que no he dormido nada -la azafata se alejó en busca de las cosas, mientras el muchacho se quedó observando a Sakura. Sin duda era una joven muy bella, pero su sola visión, le producía… nostalgia. Como si la hubiese conocido y… ¿Vas de vacaciones-preguntó inocentemente Sakura.

- No… voy por algunos asuntos personales. ¿Pero cómo sabes que no soy de allí?

- Porque tus facciones son un poco diferentes, al igual que tu acento -dijo sonriendo la muchacha.

- Ya veo… ¿Y tú vives en el Tokio?

- Si… -en ese instante aparece la azafata con la almohada y la soda de Shaoran.

- Aquí está lo que pidieron. Que tengan un buen viaje -agregó la mujer.

Shaoran puso su vaso sobre una mesita en la que ya se encontraba abierta su Laptop. Mientras tanto Sakura se acomodó para dormir. Luego de unos instantes la joven se quedó dormida. El muchacho decidió comenzar con lo que estaba haciendo en su computadora, pero la figura de aquella muchacha le perturbaba. La observó atentamente… aquella figura tan delicada… su cabello un poco revuelto… aquel pálido pero al parecer suave rostro…

¡Pero en qué diablos estoy pensando-se repetía una y otra vez Shaoran. Se obligó a fijar la atención en su trabajo. En eso Sakura da media vuelta y queda apoyada en el hombro del muchacho, quien se ruborizó al tope. En eso llega otra de las azafatas, quien traía una cobija para Sakura.

- Disculpe -dirigiéndose a Li -Su novia debe tener algo de frío -mientras le entregaba la cobija y se retiraba del lugar. Con el solo hecho de escuchar de parte de la mujer la palabra "novia", mientras Sakura dormía plácidamente apoyado en su hombro, lo llevó a pasar de un tono rosa a uno completamente rojo ¡Con suerte y llevaba conociendo a esa muchacha un poco más de media hora! En ese instante la joven despertó.

- Lo siento -dijo algo avergonzada al notar la escena de segundos atrás.

- No te preocupes.

¿Te sientes mal-preguntó Sakura al ver su rostro ¿Tienes fiebre-agregó posando su mano en la frente del joven -No… no es eso.

- No te preocupes… estoy bien -dijo Shaoran mientras torpemente tomaba el vaso entre sus manos y se tomaba todo el líquido que en él había. Sakura le miraba confundida ante la situación.

Muy cerca de ellos, un joven de unos dieciocho años, de cabello azabache y unos profundos ojos azules miraba divertido aquella escena.

- Bueno… la primera parte del plan ya está lista.

- Todo salió como usted lo había planeado… amo Eriol -dijo la muchacha que lo acompañaba, quien tendría veintidós o veintitrés años.

- Así es… su futuro comienza… aquí -susurró el muchacho.

Notas de la autora:

Bueno... aquí tenemos el primer capitulo de una nueva historia... Jijiji... ya se que por ahí hay quienes quisieran asesinarme pues aun no termino los otros tres fics (y créanme que puedo sentir como The Dark me persigue con un cuchillo en sus manos... es escalofriante... comadre estoy haciendo todos los intentos por terminar el capitulo de las espadas... P) y ya estoy publicando un cuarto... bueno... es lo ke hay... lo que pasa es que cuando empiezo a escribir la continuación de los otros fics me viene la inspiración para escribir algo nuevo... y es así como termina convirtiéndose en esto... bueno espero que les agrade y dejen sus opiniones... espero llegar a 5 reviews... si es así no duden que habrá un nuevo capitulo muy pronto... ¿como puedo estar tan segura? Porque ya lo tengo escrito... P

Solo eso... dejen comentarios... Au revoir...